Las dos salidas del capitalismo agonizante

26.Oct.11    Análisis y Noticias

Dice Wallerstein, lo que no significa que sea cierto, pero se trata de uno de los teóricos marxistas más respetados en la actualidad, que está finalizando el capitalismo, pero no sabemos por cual modelo podrá ser sustituído. Tal vez un modelo democrático participativo e igualitarioá o quizás un modelo autoritario de economía ultra concentrada.

Efectivamente todos observamos que el capitalismo se agota y algunos luchan para hacerlo sobrevivir mediante las viejas fórmulas del capitalismo de estado, mientras las relaciones internas del capital y la relación orgánica cambian de tal manera que produce la impresión de que no avanzamos hacia la liberación sino que poco a poco nos están vendiendo gato por liebre y el capitalismo está dejando de ser para dar paso progresivamente a otro modelo aún peor. Veamos primero a que nos referimos con que el capitalismo está “finalizando”, “agotando”, “cambiando”, “agonizando”, esto es, el gusano se transforma en mariposa, algo distinto que al mismo tiempo porta en su ser los rasgos de todas las sociedades anteriores.

El capitalismo es un sistema de relaciones que tiene como eje la compraventa mercantil de fuerza de trabajo a condición de que produzca plusvalía. El valor de uso de la mercancía “fuerza de trabajo” es producir nuevo valor, agregar nuevo valor al transformar la materia prima en mercancía. Así, la fuerza de trabajo tiene las tres formas del valor: valor de uso, o sea que sirve para algo, tiene una utilidad específica por la cual queremos adquirir esa mercancia para satisfacer determinada necesidad, como la ropa sirve para ponérsela y si especificamos la camisa en la parte de arriba, los calcetines en los pies, etc. Al capitalista poco le importa el valor de uso de la mercancía, ya que si la gente deja de comprar camisas, mueve su capital monetario o financiero hacia otro rubro, va a invertir donde pueda obtener mayor ganancia y poco le interesa el valor de uso de la fuerza de trabajo en la medida que puede irla sustituyendo por la máquina, la tecnología, la robótica, la cibernética, los mega proyectos, la comunicación inalámbrica, los satélites, etc., que cada día requieren menos mano de obra, lanzando a la marginalidad a millones de parias modernos que deben sobrevivir del narcotráfico, pirateo y mil salidas poco valóricas para las siguientes generaciones.

El valor de cambio de la mercancía “fuerza de trabajo”, es el precio que asume en el mercado, que al ser de baja utilidad y poco solicitado, desciende a proporciones no conocidas en fases anteriores del capitalismo y aún de otros modos de producción, en lo que se llama la precariedad, donde el trabajador vive en el filo de la navaja pendiente del momento en que dejará de ser útil. Las máquinas atrasadas son una mina de oro para los trabajadores, hasta el punto que el propietario adquiere nuevas tecnologías que ponen a la mitad en la calle, hasta la próxima vuelta de la evolución de esa máquina o tecnología, ya que el mercado de máquinas es sumamente cambiante, así una impresora de linotipia, en que ponen las letras una a una, produce 5000 impresos diarios por trabajador, en cambio la siguiente impresora produce más con menos contratados y las actuales han expulsado a casi toda la mano de obra a la calle y la pauperización moderna, que en parte se esconde tras la nube de millones de mercancías que van de lado a lado buscando compradores, aún los pobres se cuelgan de esa circulación haciendo mercado negro, ventas casa a casa, ferias de las pulgas, compraventa de usados y mil modalidadades que no resuelven los problemas de la gente y sólo siembran la ilusión de la “compra” como quien espera el resultado del Kino. Las construcciones que antes eran nidos de trabajadores que parecían marabuntas, hoy se caracterizan por tener algunas decenas de ellos a los cuales se les revisa a la salida mientras otros se amontonan en las puertas esperando un lugar. De esa manera el sindicalismo ha tenido que desarrollarse por fuera de la producción de nuevo valor, perdiendo fuerza las organizaciones de trabajadores en la fabrica donde se produce nuevo valor y adquiriendo cierta influencia que no incide en las negociaciones del valor de cambio de la mercancía productora de nuevo valor, por lo que no es extraño ver que las principales, movilizadas y luchadoras organizaciones sindicales. sean las de funcionarios de la educación, de la salud, del comercio, del funcionalismo público en general como la Anef en Chile, del transporte, de la banca y entidades de seguros, financieras y similares por una parte y de materias primas por la otra, muchas de las cuales dependen del estado, por lo que cuando hablamos en general de capitalismo es difícil circunscribirlo a la mera relación económica, sino que ya el aparato del estado es un actor y factor fundamental en el desarrollo del mercado, como espacio de realización de la mercancía. Por ejemplo, la ideología del proletariado ya no puede radicar en el mundo del trabajo. Antes era una de las producciones de subjetividad del movimiento obrero en expansión, hoy las organizaciones politicas del proletariado prefieren denominarse de trabajadores, ya que es perceptible que hay un decrecimientlo sorprendente de la fracciones laborales productoras de nuevo valor, de donde proviene la plusvalía y la ganancia.

Así el capitalismo de estado ya no puede ser el gobierno de los productores de plusvalía, sino de sus representantes ideológicos autoseleccionados por ellos mismos provenientes de otras capas sociales y económicas, así como de las esferas laborales ligadas al aparato del estado central, como ha sucedido en China y sucede actualmente en Venezuela. Ello no significa que la pequeña burguesía haya derrotado a los productores de plusvalía, sino simplemente que estos últimos están en extinción y la ideología del proletariado sólo se esgrime como argamasa ideológica para subordinar gente tras la lucha por el poder, así los partidos llamados de trabajadores o del proletariado han perdido su base económica real y se han transformado meramente en referentes políticos de izquierda, los modernos jacobinos, que se dicen anticapitalistas sin poder serlo ya que el estado socialista es el capitalismo de estado, que se va acabando en la misma medida que se va acabando el capitalismo concurrencial llevando las relaciones capitalistas a su máxima potencia, como ha sucedido en China, que ha sabido explotar a sus trabajadores productores de plusvalía y las posibilidades de la expansión del llamado libre comercio del neoliberalismo.

Por último, después de haber analizado el valor de uso y el valor de cambio de la mercancía fuerza de trabajo productora de nuevo valor, tanto en su poca utilidad actual y el bajo precio comercial, veamos finalmente su valor como capital variable, siendo el valor según Marx la cantidad de trabajo histórico acumulado, por ejemplo, un componente industrial trae valor acumulado (se le ha aplicado trabajo transformador que en su momento ha incorporado nuevo valor, con una parte no pagada que ha sido la plusvalía de la época y que ha producido ganancia al realizarse la mercancia). En esos componentes no hay plusvalía acumulada, sino valor acumulado, ya que, como dicho, la plusvalía es la parte no pagada de ese nuevo valor incorporado, quedando claro así que la historia de la ganancia es la historia de la plusvalía, radicando allí lo que se llamaba “explotación del hombre por el hombre”, lo que ya no existe en esencia y el nuevo modelo que está sustituyendo la relación capitalista de la compraventa de fuerza de trabajo productoira de nuevo valor se ha orientado a apoyarse más en el valor acumulado, es decir el trabajo histórico o muerto presente en las mercancías. Veamos eso:

El valor presente en las mercancías se divide en dos partes, el valor acumulado, llamado capital constante como categoría relacional (que no se modifica en su valor, se mantiene igual, constante), donde encontramos las máquinas, la infraestructura y transportes por una parte y las materias primas, combustibles, energía, petróleo y agua por la otra. Obviamente la máquina y la infraestructura no entran a formar parte de la mercancía, sino que forman parte del proceso de producción, así como la energía, petróleo, agua, etc. que también forman parte de dicho proceso, pero no se incorporan como componentes del producto que irá al cambio. Como sea, la materia prima, bruta o elaborada y los componentes o partes que constituirán el producto final, todos ellos contienen trabajo histórico, trabajo muerto que se constituye en un valor que se mantendrá desde el comienzo al final del actual proceso productivo, nombre que se le da al proceso de transformación que culmina en una mercancia, que se denomina así porque está destinada al mercado. El capital variable es aquel que modifica el valor incorporando valor nuevo haciendo que la mercancía ahora este compuesta de mayor valor acumulado y así sucesivamente. Cuando la mano de obra incorpora nuevo valor, se le paga una parte equivalente a su valor de cambio (equivalente al valor comercial de lo que requiere para su manutención) en tanto la otra, la que no se ha pagado, constituye la plusvalía, el más-valor, más allá del valor. Medido en tiempo de trabajo, si un trabajador produce una mercancia cada hora, al final del día tendrá 8 productos, sin embargo en cada uno de ellos está incorporando nuevo valor y si ese nuevo valor resulta equivalente a su costo de manutención en la segunda o tercera mercancía, el resto del nuevo valor incorporado en las siguientes mercancías hasta totalizar las 8 queda en manos del capitalistas, es la parte no pagada del trabajo, el plus-valor.

Ese es el secreto del capitalismo, su esencia, la parte no pagada, la plusvalía, de la cual el capitalista saca una parte para ampliarse, por eso se habla de reproducción ampliada del capital, y una segunda parte para su uso personal. Y esa es justamente la parte que está llegando a su fin, pues ya no es la mano de obra y la plusvalía la fuente principal de su ganancia, pues ya casi no existe. Veamos como lo hace.

Marx escribió en los Grundisse el llamado “Fragmento de las máquinas”, donde enuncia la “Ley de la Tendencia Decreciente de la Tasa de Ganancia”, que es la proporción de ganancia que produce cada mercancía al capitalista, que sabemos que es la parte no pagada del nuevo valor, ya que si pagara todo el tiempo de trabajo después de amortizar las máquinas, pagar la luz y el agua y otros gastos, no quedaría más que para reproducir el ciclo en las mismas condiciones, sin poder ampliarse ni usar para sus gastos personales, que en lo normal son de enormes cuantías. Por eso el no pago de todo el tiempo de trabajo no es una opción para el capital, sino su condición. La tecnología y la máquina desplazan al trabajador, lo que lleva a que cada mercancía tenga cada vez menos porcentaje de capital variable y más porcentaje de capital constante que no produce plusvalía, lo que resulta en que siendo la tasa de plusvalía cada vez más inferior en cada mercancía, haya entonces una tendencia decreciente de la tasa de ganancia. Así Marx no sólo descubrió la estructura interna del capital, sino la dinámica de su declive, inaginando que serían los productores de plusvalía y su organización política los que iban a dirigir la transición del capitalismo hacia la sociedad sin clases pasando por el estatismo capitalista, transición que obviamente se correspondía con el proceso del declinio de la plusvalía y no su estímulo para una nueva acumulación en manos de la burocracia que con mil pretextos aseguró su control sobre la reproducción ampliada y el “uso” de la ganancia sin modificar un pelo el funcionamiento de las relaciones de sustracción de la plusvalía del trabajador, cosa que observó el Che Guevara en Cuba y se opuso tenazmente a que se aplicase allí el modelo soviético, batalla que perdió ante el avance de los intelectuales, técnicos y profesionales liberales del Partido Socialista Popular (el viejo PC local manejado desde Moscú) que se incorporaron a la dirección del proceso como condición del apoyo de la URSS a la defensa de la revolución cubana contra los ataques de Estados Unidos.

Mantener un capitalismo de estado durante 80 años es optar por defenderlo y no tiene parangón con ninguna de las propuestas de Marx, la mayoría de las cuales fueron tergiversadas por Engels, de quien tomó Lenin su estrategia estatista y autoritaria que asumiría Stalin. Podemos discutir mucho al respecto.

De donde proviene entonces la ganancia, la riqueza y la ampliación extraordinaria del capital si cada mercancía tiene cada vez menos plusvalía? Se trata de una aporía o de un oxímoron que denota las actuales características de la crisis interna del capital, por lo que vale la pena entrar y explorar en esa esencia de las relaciones capitalistas:
Si cada vez hay menos plusvalía en las mercancías, entonces hay más trabajo muerto, es decir, trabajo acumulado históricamente en las máquinas, empresas, robótica, tecnología, etc. sin embargo algo hay que transformar y con nuevas metodologías. Ello conlleva que aumente la proporción de materias primas, comustibles, energía y agua en cada mercancía, pero eso no influye en la superación de la menor ganancia derivada de la caída de la tasa, siendo sólo el arma mortal descubierta para aumentar la ganancia global mientras cae y cae su tasa individual (de cada mercancía). De ese modo antes con mil mercancías había una importante ganancia que hoy no se supera ni con varios millones de esas mercancías. En definitiva la tasa de ganancia pasa a ser superada mediante la masa final de ganancia, para lo que se requieren muchas mercancias con cada menos proporción de ganancia cada una y que se vendan más y más en el mercado. Milton Friedman descubrió esa crisis de realización mercantil en una especie de “paralización” o “estancamiento” de la ganancia mercantil, lo que le llevó a proponer que el estado se retirara de la producción de plusvalía y de los controles de mercado, para permitir que el libre comercio orientara la circulación de las ventas masivas que se requerían, lo que se debía expresar en destrucción de empresas no competitivas, disminución de costos, especialmente de mano de obra, fusiones de empresas, circulación de fuertes sumas de capital financiero que tengan suficiente movilidad para entrar y salir de países sin ser afectados, fusiones de bancos para garantizar esas enormes sumas que asegurarían una extraordinario circulación mercantil, etc. para permitir fuertes procesos de inversión y de inicio de nuevos ciclos mercantiles que permitiesen la producción de cantidades gigantescas de mercancías que para ser consumidas y consumidas, se abren nuevas modalidades de marketing, propaganda, consumismo e introducción de las marcas en actividades que no eran mercantiles, como educación, deportes, manifestaciones artísticas, cursos de formación, etc. Naomi Klein escribió un libro llamado “No logo” donde analiza estas nuevas modalidades del capital. Los estados son jibarizados al punto que sus funciones pasan a ser meramente de observación y apoyo al orden social que asegure la masividad del consumismo.

Sin embargo poco podía durar la bonanza y el premio Nóbel de Economía Joseph Stiglitz enuncia el fin del neoliberalismo de la escuela de Chicago y propone otro modelo de política económica que permitiese una relación interactiva entre las empresas, el mercado y el estado, una nueva institucionalidad, que llamó justamente de neoinstitucionalismo, donde el estado no participa salvo en una muy mínima parte como propietario y se prioriza por una relación de retroalimentación del estado con los actores económicos y mercantiles, relación que se caracteriza por nuevas leyes, modificaciones administrativas, capacitación de actores económicos y en Chile son ya famosos los llamados fondos concursables, que siendo inicialmente uno de los pilares de la acción estatal neoliberal, en la medida que se desprende de empresas y servicios públicos, se van abriendo licitaciones y una serie de modalidades que rápidamente son subsumidas por la burocracia estatal, que favorece en la destinación de fondos a quienes señala la dirección de la fracción tal o cual de su partido, así tenemos a nivel universal una nueva manera de enriquecimiento e intervención económica desde los partidos y se configura lo que se llama la partidocracia que, con el pretexto de la ideología asegura el control y manejo del estado a los acuerdos interpartidarios. Hoy día no por casualidad los partidos son cuestionados en todas partes como innecesarios para una intermediación que ya no se requiere para la administración de los asuntos públicos.

Sin embargo lo más significativo es que la necesidad de materias primas, combustibles, energía y agua para la cada día más creciente masividad de mercancías que circulan a nivel universal, que ya constituyen practicamente el 99% del valor de cada mercancía, disminuyendo aún más la presencia de la plusvalía, ha llevado a una ofensiva de gigantescas máquinas depredadoras contra la naturaleza, incluyendo en ella a las poblaciones aledañas. El neoinstitucionalismo ha resultado sumamente eficaz en estas nuevas condiciones, al punto que los gobiernos son verdaderos agentes operativos de los requerimientos empresariales en una magnitud que arrasa con todo, montañas, bosques, ríos, selvas, mares y lo que encuentar por ahí, todo ello en nombre de la ganancia. Como en Bolivia Evo Morales quería pasar la carretera brasileña por territorio originario y si no hubiese sido por la capacidad de sujetos protagonistas autónomos de los movimientos y comunidades desde abajo, habría sucedido. O como Correa en Ecuador, que la semana pasada mandó militarizar una región donde los comuneros no dejaban iniciar las obras de una mega represa. Así las nuevas condiciones del capital muestran el extractivismo como eje para la incorporación de más materias primas, combustible (a base de petróleo), energías (eléctrica y de gas) y agua, a la supernumérica cantidad de mercancías que se requiere y que crece y crece cada día más movido por la propia competencia. Ninguna empresa puede hoy día disminuir la presión sobre las materias primas y la naturaleza en general, so pena de fenecer arrollada por las otras en su desenfranada carrera. Por ejemplo en Colombia el 30% del territorio ha sido incorporado a proyectos en andamiento o a comenzarse dentro de los próximos años para extracción de oro, cobre, maderas, etc. Una tercera parte del país !!

Se entiende la importancia para el sistema de no acabar la guerra interna, así se aseguran la militarización permanente, tal como se está haciendo en las periferias de todas las ciudades del continente, donde con el pretexto de la guerra se mantienen las fuerzas militares allanando, haciendo redadas, controles, deteniendo o aún matando ciudadanos acusándolos de “delincuentes” a través de los medios de desinformación. Por ejemplo la izquierda chilena que disputa espacios de poder, propone solamente el cambio de propietario del cobre, con lo que se aspira a una super poderosa burocracia estatal y partidaria, sin tocar un pelo el problema del extractivismo, los relaves, el envenemiento de las aguas, las modificaciones del terreno circundante, los peligros y reclamos de las comunicdades, etc. ya que eso no puede tocarse, como hacen sus camaradas izquierdistas de Venezuela, Bolivia y Ecuador que han instalado en vez de la dictadura proletaria, que ya no se puede, la dictadura extractivista en pleno auge en el resto del mundo y única condición para el “crecimiento”: articularse y subordinarse al capital globalizado, llamado imperio del capital, que ya ha superado la fase imperialista de uno o dos países al mando. Ahora todos están subordinados al capital que usa y se desplaza de un país a otro.

Así el capital ya no deviene ni depende de la antigua explotación del hombre por el hombre sino que se ha ampliado a todas las esferas a explotar la naturaleza y aplastar todo lo que encuentra a su paso. De una máquina productiva como ha sido la sociedad de clases está pasando a una máquina destructiva. En la esclavitud, la ganancia se obtenía del uso de los cuerpos de los dominados, que eran propiedad de un señor. En el feudalismo, ya no son propietarios de los cuerpos, pero los dominados no pueden circular ya que están subordinados a la tierra. En el capitalismo es la compraventa de la fuerza de trabajo, que debe ser libre para circular en el mercado y sólo consigue “trabajar” si produce plusvalía, que como se está disminuyendo tanto, la explotación pasa a la naturaleza y al conjunto de las formas de vida existentes, así estamos transitando del modo capitalista a otro que aún no se configura, pero sin duda comenzará a mostrar luego sus contornos, ya que se está complicando la continuidad capitalista con una crisis tras la otra y hay una potente reacción de diferentes sujetos sociales que recién se están configurando como sujetos políticos, ya que sujetos movimientistas dirigidos por partidos dan en lo mismo y una parte importante de la izquierda que sólo aspira al poder levanta la propuesta de alianza de la que llaman izquierda política e izquierda social, llevando la dirección la izquierda política. Esos sectores apuntan a la subordinación y a compartir espacios de poder con sectores representantes del empresariado, por lo que estarán apoyando la instación de la salida autoritaria a la crisis capitalista y la instauración de un modelo donde tenga cabida su burocracia, que en este período de crisis del capital tenderá a quebrarse en dos, unos hacia el apoyo, participación o subordinación a la salida civil-administrativa autoritaria (que no es posible imaginar sus características) y otros hacia salidas democráticas por abajo y tal vez se configure otro mundo bipolar con regiones dentro de países controladas por una u otra dinámica. Unos en pos de la ganancia y estados subordinados, ganancia que al no salir de la plusvalía deja ser ser capitalista, pero qué será? y cómo será? y otros formando otros sistemas de relaciones de democracia directa, comunitaria y economía otra, ya no asentada en el crecimiento, sino en el decrecimiento, no subordinada al mercado como las economías esclavista, feudal, capitalista y la que le seguirá, sino en el compartir, la reciprocidad, la autogestión y las redes directas. Tal como están haciendo los municipios autónomos zapatistas, otros municipios autónomos en México que no son zapatistas, los territorios del Plan de Vida Nasa en la región del Cauca en Colombia, los municipios independientes en el País Vasco, las regiones donde las comunidades y asambleas barriales han constituido los municipios alternativos en Ecuador, la Alianza Territorial Mapuche, las miles de experiencias a nivel planetario de la Otra Economía, comercio justo y solidario, productores y consumidores comunitarios, prácticas autogestivas y múltiples pequeñas y grandes iniciativas, en brotes o en desarrollo, en todos los países del planeta, en encuentro con movilizaciones de todo tipo que irán configurando lazos materiales y subjetivos de nuevo cuño con esas experiencias comunitarias y territoriales, como son las multitudinarias dinámicas de movilizaciones árabes, los indignados europeos, los occupy en Estados Unidos, los estudiantes asamblearios de base en Chile, los ecologistas, espiritualistas, comunidades originarias, organizaciones barriales autónomas y muchos otros ejemplos, así como municipios independientes, democráticos y comunitarios que puedan ir siendo conquistados y subordinados por las asambleas vecinales en diferentes lugares. Así, el sujeto de la economía y el cambio deja de ser el proletariado, lo que derrumba su ideología, y emergen nuevos sujetos desde la multitud, cuya potencia es autoconstiyuyente, desde las localidades y territorios, barrios y formas de vida comunitaria, en especial los pueblos originarios, lo que convierte al historicismo de la dialéctica como pretendida “objetividad”, en el antagonismo como subjetividad, es decir, producción de sujeto. Ello informa que ya no necesitamos darle vida conceptual ni reforzar ontológicamente al capitalismo asumiéndonos como anti-capitalistas y anti-estado, ya que ellos son anti-nosotros. Así han dejado de ser sus sepulteros los proletarios, y menos los partidos que mantienen a contrapelo su ideología correspondiente a otra época. Ahora es la humanidad toda la que comienza a dar forma a su insatisfacción por todas partes, sin aceptar más los cantos de sirena que nos llaman a mantener el capital y el estado “luchando” por apoderarnos de ellos. Tal vez si miramos más de cerca vemos la letra chica y escuchamos el susurro que dice ”Comienza el cambio ya, no seas burro, deja de imaginar tierras celestiales o utópicas en el futuro improbable, rompe las cadenas de los jefes, sácate los anteojos y mira directo hacia los vecinos, descubre primero como cambiar tus relaciones con ellos. Eso te enseñará mucho”.

Jaime Yovanovic Prieto (Profesor J)
municipiosindependientes@yahoo.cl