Análisis del artículo “Por una nueva organización de los trabajadores”.


Análisis del artículo “Por una nueva organización de los trabajadores”.

Por el Profesor J

Muy oculto se mantuvo el artículo de Casanova, ex rector de la UNAM y principal teórico mexicano de las ciencias sociales. Apenas dos medios internacionales y tres nacionales lo han publicado, para silenciarlo rápidamente, ya que se contradice con la tendencia de reducir el sindicalismo a la dirección partidaria y burocrática, más interesada en acceder a cuotas de poder institucional que a los derechos laborales y sociales y menos al desarrollo autónomo de la relación entre el mundo del trabajo con el mundo de la vida, lugar donde se está gestando la construcción de una nueva sociedad. Las corrientes burocratizadas y de partidos en los sindicatos tienen por objetivo subordinar el trabajo al estado para el proceso de acumulación capitalista dirigido por el partido gobernante, lo que explica que los gobiernos progresistas sean adalides del extractivismo depredador y lo que fundamenta la insistencia del “gobierno de trabajadores”, en el entendido que aún predomina entre ellos la producción de plusvalía, lo que en esta fase del desarrollo capitalista ha sido reducido a su más mínima expresión, quedando solamente el afán de poder para instalar una nueva casta dominante.

En estos días el glorioso Sindicato Mexicano de Electricistas ha decidido emprender el rumbo hacia una nueva central de trabajadores junto a diversas expresiones de la autonomía sindical de ese país, por lo que inician el camino con más de medio millón de asociados y en el acto de lanzamiento fue invitado Casanova, que entregó oficialmente este texto a la nueva propuesta nacida de trabajadores que han tomado distancia de los partidos y desarrollado desde hace años una práctica sindicalista independiente.

Vea la noticia sobre la nueva central en:
Acuerdo histórico: Sindicato Mexicano de Electricistas constituye la “Junta Provisional Promotora de una Nueva Central de Trabajadores”
http://www.clajadep.lahaine.org/articulo.php?p=12103&more=1&c=1

La fuerza de los electricistas era tal, que el estado cerró las plantas y las ocupó militarmente, sin embargo el sindicato, ahora formado con trabajadores empleados y 17 mil desempleados, se ha caracterizado en estos últimos años por notables acciones y movilizaciones clasistas de gran impacto nacional, negándose a vincularse a partidos y estableciendo una relación horizontal con los zapatistas y muchos otros movimientos sociales autónomos de ese país, lo que junto a la lucha de los profesores contra la burocracia de su dirigencia y otros sectores, ha confluido hoy día en este interesante proyecto que permitirá nutrir experiencias en otros lados, siempre que se saque a la luz y pueda ser conocido y debatido por los trabajadores. Es notable la descripción que hace Casanova en la primera parte del proceso de instalación y agravamiento de las condiciones sociales del neoliberalismo en México, lo que el lector avezado podrá comparar con la experiencia en otros países.

Veamos pues las propuestas de Casanova y comentamos intercalando:

El texto:
Por una nueva organización de los trabajadores
http://www.clajadep.lahaine.org/articulo.php?p=12102&more=1&c=1
Pablo González Casanova
18/03/12

La situación del mundo y del país muestran claras tendencias a agravarse. A la crisis financiera y económica que pesa sobre la inmensa mayoría de la humanidad, se añade la grave crisis ecológica que amenaza a toda la humanidad. Se trata de algo más que la crisis del modelo neoliberal que el capitalismo corporativo impuso tras el golpe de Pinochet en Chile y con los gobiernos conservadores de la Thatcher en Inglaterra y de Reagan en Estados Unidos.
En México la crisis se ha venido preparando desde que las políticas monetaristas empezaron a aplicarse en los años sesenta dando lugar al movimiento de los médicos, y al de los estudiantes y del pueblo en 1968, así como a la insurgencia obrera de los setentas y a numerosos intentos nacionales de resistencia a los procesos de restauración del capitalismo asociado y dependiente.
La crisis se fue preparando con medidas cada vez más contrarias al interés nacional, a los trabajadores, a los campesinos y los ciudadanos. Desde los años setenta hasta hoy, el endeudamiento externo creció sin precedente. En los años ochenta se volvieron a privatizar los bancos que eran fuente de altas tasas de utilidades y de inmensos ingresos para la nación. Desde entonces se empezaron a aplicar cada vez más las medidas neoliberales y neoconservadoras que favorecen al capital corporativo en detrimento de la nación. En forma sucesiva se reformó la Constitución para acelerar el proceso de contra-rreforma agraria. Se acentuó el desmantelamiento del Instituto Mexicano del Petróleo y, cada vez más, el de la industria petrolera y sus derivados. Se descuidó y obstruyó la construcción de las infraestructuras para el desarrollo agrícola y la soberanía alimentaria. Se orientó el uso de los préstamos extranjeros a la compra de alimentos chatarra y de armas y municiones, resolviendo los problemas de sobreproducción de los prestamistas y estableciendo con ellos convenios en que quedaba a su arbitrio la fijación de las tasas de interés. Esas medidas y numerosos tratados o acuerdos como el ALCA, el Plan Mérida y sus derivados constituyeron a la vez fuertes sangrías para el pueblo mexicano y sus trabajadores y dieron pie a varios procesos simultáneos: la depauperación de la inmensa mayoría de la población mexicana; la baja de salarios directos e indirectos; el peso principal de la carga fiscal en la población de menores ingresos, la reorientación del presupuesto de egresos en favor del capital corporativo y sus asociados; la disminución y deterioro de los empleos y de los servicios médicos, educativos, de salud pública, y de construcción de viviendas.
La privatización creciente de las actividades públicas –como el petróleo, la electricidad, y ahora las prisiones– y su metamorfosis en actividades lucrativas se combinó con el uso creciente de la represión y la corrupción, y con el control de la población, de los trabajadores, de los desempleados, de los jóvenes y sus movimientos legales y pacíficos con agentes abiertos y encubiertos, así como con militares a los que se empezó a entrenar para la lucha contra sus pueblos y a los que se dieron órdenes de preparar a paramilitares, medidas ambas, como las anteriores, en abierta violación al régimen legal y a la Constitución de la República.
En el conjunto del país se llevó a cabo un desmantelamiento sistemático de los derechos constitucionales y de las garantías individuales y sociales que el pueblo mexicano había logrado en una Revolución como la de l910-17 en la que perdieron la vida más de un millón de habitantes.
A la depredación y empobrecimiento creciente del país en beneficio de las corporaciones y sus asociados se añadieron crecientes ofensivas en el orden político, cultural y educativo que acentuaron las diferencias entre el país real y el país formal; que criminalizaron las críticas y oposiciones de los de abajo, que acentuaron la política de discriminación y depredación de las comunidades indígenas y no indígenas de campesinos pobres; que asesinaron a miles de trabajadores expulsados de sus tierras y de sus trabajos, y que buscaban desde México, y desde los hermanos países de Centroamérica cruzar el inmenso muro que separa a las poblaciones de México y Estados Unidos para ver si allá encontraban el trabajo que en sus países habían perdido con sus tierras y sus casas.
La ofensiva también se dio contra los sindicatos industriales, agrícolas y de servicios, y afectó en especial a la gente más joven que no tiene ni casa, ni empleo, ni universidad, ni escuela, y con un múltiple daño silencioso a la población de ancianos que perdieron sus seguros de vida y ahorros para el retiro, pues de sus montos se encargaron las empresas financieras especulativas. En cuanto a la población de edad intermedia, a la violación de facto de sus derechos laborales y sociales, se añadió una presión constante y creciente por acabar con esos derechos tanto en la Constitución de la República como en las leyes que derivan de ella. Una campaña realizada a través de todos los medios no sólo tendió a culpabilizar de los daños a las víctimas –fueran obreros, campesinos, indígenas, mujeres, jóvenes y viejos– sino que los sometió a imágenes televisivas e impresas que tienen como objetivo el que pierdan la autoestima, el que olviden los hechos heroicos de los pueblos originarios y de los movimientos de Independencia, de Reforma y Revolución. Para eso no sólo se reformaron los libros de texto –borrando nuestra historia prehispánica y a los héroes del pueblo– sino que se privilegiaron en diarios, semanarios, y programas de radio y televisión las fiestas, amabilidades, bondades y sonrisas de los mexicanos bien, mientras el pueblo aparecía y desaparecía como un conjunto de débiles mentales y de payasos, cuyas necedades y torpezas mueven a risa y justifican ante ellos mismos su lamentable condición y fundada pérdida de la autoestima.
La múltiple ofensiva se enriqueció con una guerra virtual contra el narcotráfico que ya cobró más de 50 mil víctimas, mientras siguen fluyendo los miles de millones de dólares sin que se descubra a sus beneficiarios. Entre los objetivos de la narcoguerra destaca la pérdida de sentido de la lucha y de la vida entre numerosos jóvenes que son reclutados por las buenas o por las malas y que se embarcan en batallas por pequeños territorios que defienden o hacen suyo, como en los videojuegos de Los pollos y muchos más en que se dan divertidas y crueles luchas por diminutos espacios, juegos que se combinan con la creciente intervención de las agencias estadunidenses en el auxilio al gobierno mexicano y en las funciones que este debería desempeñar, controlando el blanqueo de dinero y el contrabando de armas, tareas que sin duda le sería más fácil controlar si no hubiera entregado, con los servicios de inteligencia, los bancos y las aduanas.

Termino este recuento incompleto señalando cómo se ha fomentado la ruptura de los lazos familiares y sociales, el individualismo en la sociedad y el oportunismo en la política, así como alentando el ideal neoconservador de el fin de las ideologías, que vacía de contenido a la democracia electoral y política de sus objetivos centrales de propuesta y lucha por políticas sociales y nacionales alternativas, reduciéndola a una triste contienda entre los miembros de cada partido por ser nombrados a puestos de elección popular por partidos que obedecen a la lógica de lo menos malo en condiciones cada vez peores para el pueblo, los trabajadores de la nación. Todas estas circunstancias y otras más le plantean a los trabajadores, a los pueblos y a los ciudadanos de México y el mundo la necesidad de reformular sus luchas y de restructurar sus organizaciones para fortalecer su capacidad defensiva y para aumentar su innegable capacidad de construir otro mundo posible menos autodestructivo, menos opresivo e injusto, tarea para la que existen todas las posibilidades humanas y naturales de triunfar, y para la que la humanidad cuenta con todos los conocimientos, experiencias y técnicas que permiten lograr ese objetivo.

Comento:
Destaca la opinión del autor sobre la relación entre la capacidad defensiva y la capacidad de construir otro mundo posible, ambos objetivos entrelazados que sólo pueden postularse desde la reformulación de las luchas y la reestructuración de sus organizaciones. Para reestructurar las organizaciones no se refiere al cambio de dirigencias, lo mismo se puede aplicar al estado, sino rehacer de otra forma las modalidades organizativas del pueblo, más democráticas y participativas de hecho. La tendencia de los partidos es insistir en la lucha defensiva, la lucha por los derechos y el reivindicacionismo, al igual que los movimientos sociales, acumulando fuerzas para controlar el estado y desde allí recién proponer modificaciones descartando el poder social apoyándose únicamente en el poder público. El poder social es entendido sólo como fuerza detrás de los dirigentes para disputar el poder central, en absoluto se contempla que esa capacidad social pueda por si misma volcarse a las tareas del cambio en sus respectivos espacios locales y sociales, ya que implica descartar el rol de los partidos como “conductores” y “administradores” de la cosa pública. Mal haríamos entonces en interpretar la reestructuración para mejorar la relación de dependencia del estado como solucionador o intermediario de las soluciones a las necesidades populares, sino que se entiende que dicha reformulación apunta también a la construcción de la otra sociedad. Insisto en que no se trata de la vieja acumulación de fuerzas para controlar el poder central, sino del uso del poder social para modificar su entorno, haciendo una retroalimentación en cada espacio social y local de la defensa de los derechos con el cambio de modo de vida y de utilización de los recursos productivos. El caso de Cherán es ilustrativo al respecto (Ver: “Construir nuestras propias autonomías, nuestras autodefensas, nuestros autogobiernos”, en http://www.clajadep.lahaine.org/articulo.php?p=12101&more=1&c=1

Sigue el texto:
Al plantear los caminos de solución, en las condiciones que vivimos, necesitamos respetar a los integrantes de la central en su pleno derecho a participar o no en la política de los partidos como sindicatos o como ciudadanos. Al mismo tiempo la central buscará como objetivo la unidad de los trabajadores, los pueblos y los ciudadanos con plena independencia de los partidos. La unidad en la diversidad de los trabajadores se propondrá impedir que las luchas de partidos o las diferencias religiosas, culturales, regionales o raciales dividan a los trabajadores de la central y disminuyan su capacidad de constituir un centro de organización de la clase obrera unida con los movimientos sociales en lucha contra el capitalismo corporativo y contra el modelo neoliberal, y por una civilización en que la barbarie del capitalismo sea sustituida por una democracia de veras en la que pueblos y trabajadores, como comunidades y como ciudadanos, participen en la toma de decisiones para la creación de otro mundo posible y necesario en que el vivir bien de unos no dependa del vivir mal de otros y en que con la justicia social se alcance la libertad.

Comento:
Aquí queda muy clara la relación de las nuevas formas de organización con los partidos, donde cada uno puede participar, pero la unidad se basa en la independencia de los partidos, específicamente señala la unidad de los trabajadores, los pueblos y los ciudadanos. Tres categorías que vale la pena precisar. Normalmente esos actos de unidad son hechos por intermediación partidaria para mantener la homogeneidad de movimiento y de rumbo, como que no pudiera haber una relación horizontal directa entre ellos. Muchos partidos procuran la “unidad” entre ellos por arriba formando bloques, frentes y coaliciones que serán el referente al que hay que seguir o sumarse. Sin embargo si se plantea al mismo tiempo la construcción de otra sociedad resulta fundamental que las relaciones de la unidad sean hechas entre sujetos empoderados, autónomos, independientemente de la diversidad de opiniones que circulen y debatan al interior de cada uno. La tradición de ir detrás del estado llevaba a la homogenización de la vanguardia, sin embargo la tarea de construcción actual de las bases de la nueva sociedad llevan a que la estructuración de las alianzas y unidad se hagan edificando las nuevas formas participativas de poder local y los puentes del intercambio entre ellas. En ese flujo interactivo horizontal cumple un papel esencial la Otra Economía y la Otra Educación. Cuando habla de los pueblos, se refiere en concreto a naciones, que en México hay muchas, así como en casi todo el planeta, cuyo sentido se da mediante el autogobierno. Queda claro que con ellos no basta el estado plurinacional, que ha resultado un concepto que los gobiernos progresistas no piensan llevar a la práctica. Y cuando se refiere a la ciudadanía, está hablando en el plano local y barrial de los vecinos.

Sigue el texto:
Lograr esos objetivos implica luchar por otros más cuya práctica es inminente y entre los que se encuentran: 1. Rescatar las grandes luchas de los pueblos y los trabajadores mexicanos y en especial de los discriminados, excluidos y desregulados de nuestro país y del mundo,

Comento:
Se refiere de forma explícita a la diversidad de naciones, en particular las originarias, por lo que se trata de asentarse en la raíz, más que en la concordando de objetivos.

Sigue el texto:
2. Defender las garantías y derechos constitucionales y tomar la Constitución de 1917 sin las reformas neoliberales como base para las nuevas luchas revolucionarias, como siempre ha ocurrido en la historia de México. 3. Exigir e imponer en las demandas inmediatas la aplicación de la Ley Federal del Trabajo y del contrato colectivo y otras normas más que el actual gobierno está sistemáticamente violando o pretende que desaparezcan. 3. Luchar por la soberanía nacional y por la organización de los mexicanos para que ejerzan el supremo derecho que reside en ellos, cada vez más atacado por los entreguistas de viejo y nuevo cuño 4. Luchar contra la criminalización de los movimientos sociales. 5. Luchar contra la cultura del individualismo y el oportunismo que se está fomentando por todos los medios y con los métodos de evaluación y exclusión que tienden a hacer pensar a la víctima que es la culpable. 6. Luchar por los derechos de los pueblos indios y para que se cumplan los acuerdos de San Andrés.

Comento:
Aquí expone la lucha defensiva, que es la lucha de resistencia.

Sigue el texto:
7. Promover la organización y articulación de los trabajadores industriales, agrícolas y de servicios. 8. Promover la unión de los trabajadores organizados y no organizados, la unión de los trabajadores manuales e intelectuales, la unión de los trabajadores de los sectores medios y los excluidos, los desregulados o los discriminados. 9. Promover con ellos grupos y colectivos de enlace que construyan el tejido social de las comunicaciones, las informaciones, los intercambios y las organizaciones presenciales y a distancia, 10. Incrementar los periódicos y publicaciones no sólo impresos sino los que utilizan los medios electrónicos como medios de organización-información-acción, diálogo-debate-consenso- 11. Promover campañas de alfabetización política para la toma de decisiones y para la práctica de las técnicas de aprender a aprender y a leer, y cambiar no sólo los textos sino el mundo, y a construir y crear textos y mundos alternativos, l2. Promover las universidades y escuelas de la Tierra y en ellas la cultura humanística, científica, artística, y el conocimiento de los oficios y profesiones que necesitan los pueblos y las zonas urbanas marginadas de trabajadores y proletarios, de desregulados y excluidos, de discriminados y despojados. 13. A este respecto, organizar los sistemas de defensa de los trabajadores, los pueblos y los ciudadanos frente a los depredadores y las mafias que están empeñados en someterlos, corromperlos, enviciarlos, esclavizarlos y en acabar con el sindicalismo democrático, con las uniones de los campesinos, con sus medios y fuentes de trabajo y de vida. 14. Promover la articulación de los trabajadores con los estudiantes y los jóvenes en acciones conjuntas que incrementen la cultura solidaria y cooperativa y la capacidad de comunicación y acción. 15. Buscar en los programas de los sindicatos y movimientos más avanzados de México, América Latina y el mundo los puntos de coincidencia para plantear la lucha y la articulación de los colectivos desde lo local hasta lo mundial, a sabiendas de que la misma lucha, entre simpatías y diferencias de regiones y sectores es y será una lucha mundial.16. Replantear la lucha ideológica con base en un creciente dominio del pensamiento crítico y alternativo y de la cultura del diálogo y el debate que en nuestros pueblos alcanza niveles cada vez más altos de comprensión y acción. 17. Fortalecer y hacer efectiva la lucha por la moral y la firmeza como verdaderas armas, para el triunfo frente a una política que desde Teodoro Roosevelt se propone dominar al mundo con la zanahoria y el garrote, con la corrupción y con la represión. Hablar de moral y de firmeza, de dignidad y de entereza como armas contra la corrupción que tantas víctimas y estragos hace, y que está asociada a la cultura de la represión y el terror, de la cosificación y deshumanización de los pobres de la tierra y quienes echan su suerte con ellos.

Comento:
El aspecto ideológico se refuerza con el aspecto de las prácticas morales, ya que insiste en que no sólo hay que cambiar los textos, no sólo decir los valores morales, sino junto a los textos, es decir, junto a los discursos (en el buen sentido de la palabra), hay que cambiar el mundo y construir ahora mundos alternativos. Es muy interesante como revela la interacción inmediata entre la modificación del texto y del contexto, ya que sin nuevas prácticas no son posible los nuevos valores, que quedan sólo depositados en algunos concientes, por lo que hay que masificarlos mediante la experiencia del propio cambio, experiencias corporales generadoras de nueva subjetividad. Muchos creen que a más gente conciente, mayores posibilidades del cambio, lo que no ha resultado así, por lo que sano sustituirlo con el mayor cambio concreto que permite la emergencia de la conciencia propia.

Concluye el texto:
Si el capital corporativo ha colocado la pérdida de los derechos sociales, nacionales, laborales y humanos en el campo de lo no negociable, el frente del pueblo que se organice en torno a la central de trabajadores, que hoy promueven sindicatos que ni se rinden ni se venden, como el heroico Sindicato Mexicano de Electricistas y muchos más, ese frente en gestación alcanzará, con los trabajadores manuales e intelectuales del campo y la ciudad, de la educación, de la salud, de la construcción y los servicios, así como con las comunidades de los pueblos indios y no indios, con la juventud y con los estudiantes, con los periodistas, locutores, actores, escritores, realizadores que luchan en los espacios tradicionales y cibernéticos, ese gran frente de todos y con todos alcanzará la victoria de un socialismo con democracia, y de una democracia con socialismo, con justicia y con libertad.
La Jornada, 11 de marzo de 2012

Comentario final:
Aquí incorpora dos conceptos que hay que profundizar, el primero referido al frente del pueblo y el segundo a la democracia con socialismo y viceversa.
Respecto del frente del pueblo, ya ha quedado claro en el desarrollo de su artículo, que no se trata de un frente homogéneo y menos subordinado a partidos, sino la articulación horizontal de la diversidad que al mismo tiempo que resiste, construye lo que denomina un socialismo con democracia y una democracia con socialismo.
El Che hablaba del socialismo cotidiano, esto es, un socialismo que alcanza a la cotidianeidad del mundo de la vida, donde respiran y se mueven las personas de carne y hueso. Está claro que el socialismo como se ha practicado y se ha entendido hasta ahora ha desembocado en un modelo centralizado y autoritario, lo que le ha prestado un flaco favor a las propuestas y dinámicas de cambio.
Sin embargo ¿qué puede ser un socialismo con democracia? De hecho no se refiere a la democracia occidental y menos a las formas que ha presentado de centralidad y autoritarismo, lo que ha sido copiado por los modelos socialistas, sino que se refiere a la democracia como ejercicio cotidiano, donde la delegación de la soberanía popular debe estar condicionada al mandar obedeciendo, es decir, que el representante responda a sus bases y pueda ser retirado de allí (revocado) cuando sea decidido en asambleas de sus electores.
Una de las principales fallas de la democracia occidental y socialista ha sido la burocratización, es decir la formación de capas separadas del pueblo que asumen la exclusividad del manejo de los asuntos públicos, lo que independientemente de la buena voluntad del gobernante, se traduce en decisiones centralizadas, lo que es autoritarismo, de allí que una de las primeras medidas de las organizaciones en pro de esta manera de entender la democracia con socialismo, es aplicarla en sus propias actividades internas, como están haciendo los estudiantes chilenos y demás nacionalidades de los territorios controlados por el estado en muchas facultades y escuelas, donde los voceros, dirigentes y representantes están obligados a expresar la voz asamblearia. Como llevar este socialismo cotidiano a la democracia de los sindicatos y asociaciones barriales, es un desafío ideológico muy práctico que no resulta fácil para los partidos, de allí el por qué no se han interesado en divulgar estas propuestas de Casanova. Ellos se contentan con proponerla para cuando asuman el poder, sin verificar (o a sabiendas) que asumirlo sin práctica social va a redundar en una reproducción de la administración de arriba abajo.

La práctica barrial es una excelente escuela para esta propuesta, en especial si consideramos que en Chile este año electoral va a atravesar de múltiples maneras la cotidianeidad de la vida de muchísimas personas, por lo que sería loable que en diferentes municipios se levantaran candidaturas independientes a alcalde y concejales para mostrar como debería ser un proceso electoral, independientemente de si se gana o no se gana el aparato administrativo de la comuna. Los candidatos populares pueden convocar asambleas barriales para inquirir sobre las necesidades del barrio, soluciones posibles e ir elaborando así el programa municipal. Luego en otro barrio, sembrando la práctica participativa en los asuntos públicos. Eso es democracia de base, democracia vecinal, que no requiere formar previamente un referente político del pueblo, tarea a que se dedican muchos, descuidando la práctica a la que podría incorporarse un sector significativo de la población local.

En las asambleas y reuniones de campaña es importante formar y asegurar el desarrollo permanente de espacios participativos de cotidianeidad, tales como comités autónomos de salud, talleres de autoformación, consejos de escuelas, emprendimientos productivos autogestionarios, comités de “Comprando Juntos” y tantos otros que aseguren la independencia respecto del mismo proceso electoral y que no se desinflen al día de las elecciones. Si se gana, se subordina el municipio a estas dinámicas democráticas, si se pierde se hace un municipio autónomo que potencie las actividades en un proceso horizontal de retroalimentación y expansión.

Abrazos

Jaime Yovanovic Prieto (Profesor J)
Pre candidato a alcalde independiente, comuna de Tiltil.
munindep@yahoo.cl