Comunidades indígenas y diabetes

Genes indígenas serían más resistentes?



Genes indígenas, la solución a la diabetes
MTI/ Texcoco Mass Media/Juan José Rosas Reyes
Publicada: Abril 24, 2013

En el fondo genético de los pueblos indígenas se encuentra la clave para erradicar la diabetes. CAMPUS MEXICO / TEXCOCO PRESS

En el fondo genético de los pueblos indígenas se encuentra la clave para erradicar la diabetes, considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la “epidemia del siglo XXI”. Especialistas coinciden que además de promover medidas higiénico-dietéticas entre la población, la única manera de conocer el origen, las complicaciones y el manejo terapéutico de la diabetes, y desarrollar metodologías diagnósticas, pronosticas y de seguimiento, es identificar los componentes hereditarios.

Marta Menjívar, jefa del Laboratorio de Diabetes de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sostiene que los mexicanos tienen una predisposición a esta enfermedad, pues su componente genético posee, en promedio, 70% de origen indígena, 25% caucásico y 5% africano.

Lo anterior forma parte de una investigación que la especialista realizó de manera conjunta con el Hospital Juárez de México. En 10 años ha obtenido 2 mil 500 muestras de material genético de trece grupos indígenas, ubicados en 65 municipios de diferentes estados de la República Mexicana, que le ayudaron a detectar un polimorfismo HNF4A, que disminuye la secreción de insulita de 30 a 40%, por lo cual, el manejo de los niveles de glucosa es menor a diferencia de los caucásicos o africanos.

“La diabetes depende de la historia de un pueblo como México. Esta enfermedad tiene que ver con la pobreza, la desnutrición y el exceso de alimento y los cambios en la dieta”, explica Menjívar, quien ha realizado diversos estudios entre los coras, mayas, zapotecas, otomís, mazahuas, purépechas, nahuas, chontales y yaquis.

El lento procesamiento de glucosa, al igual, que el almacenamiento de grasa que permitió la sobrevivencia hace 6 mil años, cuando “éramos nómadas”, en la actualidad, es el detonador de la diabetes, una enfermedad que termina con la vida de cinco mexicanos cada dos horas por complicaciones, de acuerdo con estadísticas de la Secretaría de Salud (SSA).

“Somos herederos de una genética fantástica que en medio de una hambruna nos ayudaría a sobrevivir, pero que ante la abundancia nos hace débiles”, enfatiza la especialista, quien hasta ahora ha identificado a 10 genes que están involucrados en la secreción de insulina; sin embargo, en este proceso podrían estar involucrados entre 400 y 800.

Diabetes y obesidad, común en Latinos

En Estados Unidos, la obesidad y la diabetes se han convertido en una bomba de tiempo entre la comunidad hispanoamericana, pues además de los obstáculos que les impide tener una alimentación saludable y un estilo de vida activo, tienen una mayor predisposición genética a desarrollar esteatosis hepática, mejor conocida, como hígado graso.

De acuerdo con Michael Goran, profesor en el Departamento de Medicina Preventiva, Fisiológica y Biofísica y Pediatría en la Universidad del Sur de California, se detectó entre los latinos una variante del gen PNPLA3, que ocasiona una infiltración de grasa en el hígado, “esto los hace más susceptibles al impacto metabólico que ocasionan las grasas saturadas y los azucares”, explicó a SinEmbargo, tras su participación en el 15 Congreso Internacional en Salud Pública, que se realizó en marzo pasado en Cuernavaca, Morelos.

“Esta mutación es altamente prevalente entre la población hispana en Estados Unidos, más de 15% la tienen, y los efectos comienzan a manifestarse desde la niñez”, agrega el especialista.

Hasta mayo de 2010, la organización Leadership For Heathy Communities (Liderazgo para la Salud de Comunidades), registró que 38.2% de niños hispanos de dos a 19 años eran obesos con riesgos a padecer diabetes.

Un artículo de epidemiologia publicado por el Hospital General Universitario de Asturias, Oviedo, sostiene que uno de cada tres nacidos en el 2000 desarrollará diabetes a lo largo de su vida, motivo por el cual, se considera a esta enfermedad como una “epidemia”, que ha atacado a más de 177 millones de personas a nivel mundial, de los cuales, 90% padecen diabetes tipo dos.

Los países de América Latina se han convertido en objetos de estudio para descubrir los motivos que los hacen vulnerables a desarrollar trastornos metabólicos como la diabetes. Sin embargo, para la doctora Martha Menjívar, la explicación consiste en que a diferencia de los europeos o africanos, que tienen una antigüedad de 70 mil años y 150 mil, respectivamente, América Latina tiene 25 mil años, y comenzó a ser sedentaria hace 6 mil y, en condiciones de nomadismo, esos genes asociados al empleo lento de glucosa y a un eficiente almacenamiento de grasa permitieron su sobrevivencia.

“No estamos pensando en seres humanos con una gran estatura, sino de complexión delgada, con un organismo capaz de almacenar grasa para las grandes jornadas de trabajo y caminata, pero ahora el fácil acceso a los alimentos y la vida sin actividad física, han ocasionado que la genética de la población mexicana, y de la latinoamericana funcione en negativo”, expone.

La especialista sostiene que la migración también ha sido un factor determinante para el desarrollo de la obesidad y la diabetes. En Estados Unidos, dice, las complicaciones más abundantes entre la comunidad latina son las cardiopatías y enfermedades del corazón: “Cuando sacamos a una persona de su ambiente rural y lo llevamos a una ciudad, donde tiene un mayor acceso a carbohidratos, azucares y harinas refinadas, subirán de peso”.

Indígenas, la solución

Para Antonio Gómez Mújica, presidente médico de la Asociación Mexicana de Diabetes, los estudios genéticos de los grupos indígenas tienen un papel fundamental para erradicar la diabetes, pues se podrían modificar las secuencias del ADN y desactivar los polimorfismos que ocasionan esta enfermedad a través de fármacos o proteínas, “en una década ya podríamos hablar de una curación”, afirma.

“Puede escucharse un poco futurista, pero de lograrse la detección de diabetes ya no sería únicamente con una muestra de sangre, sino que a través de diferentes estudios podrían detectar esos polimorfismos y modificarlos”, explica.

Sin embargo, el tiempo es una bomba a punto de explotar, de no implementar medidas preventivas, en unos años México será un país de gente enferma, y no existirá poder económico para solventar los gastos de gente diabética y obesa.

Cifras de la Encuesta Nacional de Salud 2012 (ENSANUT), aseguran que los costos atribuibles a la obesidad fueron de 42 mil millones de pesos, equivalentes a 13% del gasto total en salud. De continuar en el mismo camino, los costos directos para 2017 pueden llegar a los 101 mil millones de pesos.

“El sistema en salud está colapsado, la diabetes es una de las principales causas. En México no tenemos la cultura de la prevención, esta enfermedad puede ser prevenible o modificable por lo menos”, afirma.

Gómez Mujica resalta la urgencia de encontrar soluciones en México, porque la conformación del fondo genético, el cual, hace que los organismos sean susceptibles al desarrollo de la diabetes no es el mismo que se manifiesta en los europeos, estadounidenses o africanos, “en un caucásico la enfermedad se presenta con mayor lentitud, mientras que los mexicanos sufren complicaciones en tiempos más cortos”.

Por ejemplo, entre las personas de piel morena que padecen obesidad, se puede detectar pigmentaciones oscuras alrededor del cuello y axilas, llamada “seudoacantosis nigricans”, un signo que se asocia al síndrome de resistencia a la insulina y se considera como factor de riesgo elevado para diabetes, “esto es una característica común entre el tipo de diabetes que se da en México”, afirma.

Los datos más recientes de la federación Internacional de Diabetes (FID), muestran que la enfermedad es responsable de 3.8 millones de muertes anuales, una cifra similar a las causadas por el VIH-SIDA, “antes la diabetes la padecían personas mayores, pero actualmente ha retrocedido una generación para afectar a personas en edad laboral, especialmente en los países en desarrollo”, señala en el documento Jean-Claude Mbanya, vice-president de la FID.

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