Otra economía, otra forma de vida

Nos encontramos ante el final de un ciclo cultural, político y económico. Es urgente, por tanto, enfrentarse al actual sistema capitalista, proponer y realizar alternativas transformadoras



Félix Placer Ugarte | Herria 2000 eliza
Otra economía, otra forma de vida
Gara

Cuando acaban de celebrarse las V Jornadas de Herria 2000 Eliza, Félix Placer hace un repaso de las experiencias de crítica y creación de alternativas al sistema capitalista que se relataron en Gasteiz. Experiencias que «alientan la esperanza de otra economía y de otra forma de vida», y desde las que se pidió «como exigencia ineludible, que la sociedad y, en especial, las clases expoliadas, reaccionen y se organicen para construir un poder alternativo y popular».

El sistema capitalista neoliberal domina el mundo e impone sus leyes a pueblos y estados generando una creciente injusticia, exclusiones masivas, falta de empleo, pobreza globalizada. Su tiranía ha esclavizado a gran parte de la humanidad al servicio de sus intereses a costa de los más débiles. La corrupción es una constante depredadora que permite enriquecerse a quienes ostentan el poder financiero, político y mercantil «causante de la injusticia mundial que condena a subsistir en condiciones infrahumanas a gran parte de la humanidad y genera permanente precariedad, pobreza y dependencia», concluían las V Jornadas de Herria 2000 Eliza celebradas hace unos días en Gasteiz.

El imperativo neoliberal capitalista -«cuando algo produce beneficio hay que hacerlo»- que ha generado todo tipo de egoísmos, avaricias, individualismos, insolidaridades, conduce sin escrúpulos los intereses de quienes dominan y manejan los hilos de la economía mundial y local y tratan de engañar a la sociedad con promesas de un falso progreso que genera cada día más pobreza.

Euskal Herria sufre también las consecuencias de la llamada crisis económica en sus derechos y calidad de vida. La falta de empleo aumenta, la precariedad se extiende, los desahucios continúan; miles de familias, de las cuales bastantes se encuentran en paro total, llegan difícilmente a fin de mes.

En consecuencia, la situación socioeconómica local y mundial cada vez más preocupante y sus perspectivas negativas llevan a la constatación de que nos encontramos ante el final de un ciclo cultural, político y económico. Es urgente, por tanto, enfrentarse al actual sistema capitalista, proponer y realizar alternativas transformadoras.

Efectivamente, desde la denuncia teológica de un sistema radicalmente inhumano (F. Placer) y la corrupción de estructuras y personas (Patxi Urrutia del colectivo Kontuz de Iruñea), solamente una economía solidaria (Juan Carlos Pz. de Mendiguren), puede lograr una regeneración ética política y económica. Para ello, en las citadas jornadas se han presentado proyectos y realizaciones alternativas en Euskal Herria que conducen hacia nuevas formas de producción, de trabajo, de consumo, de relación basadas en nuevos valores y estilos de vida solidarios. Es la única alternativa válida al sistema imperante, concluían dichas Jornadas, cuyo tema general era: «otra economía, otra forma de vida».

Desde su experiencia en Euskal Herriko Nekazal Elkartasuna, Patxi Gaztelumendi presentó las opciones de una auténtica alternativa que pasa por crear una sociedad activa, asentada y enraizada en el funcionamiento y en la propiedad comunitarios; frente al individualismo dominante impulsa el comercio de proximidad y solidario trabajando cooperativamente por la soberanía alimentaria de nuestro territorio y la supervivencia del sector primario. Leire Saitua y Eider Larripa, de Auzolan ekimena, Foro de Coordinación y Cooperación que dinamiza la puesta en marcha de Grupos y Proyectos Auzolan en el conjunto de municipios de Euskal Herria, describieron experiencias de autogestión que promueven valores de trabajo comunitario, para lograr la emancipación individual, colectiva, social y nacional, en Euskal Herria.

Hoy día el sistema financiero es el corazón de la máquina capitalista y de su riqueza acumulada, que daría para vivir todos dignamente si se distribuyese con equidad. Es, por tanto, urgente y necesaria una banca que ponga los ahorros y el crédito al servicio de las necesidades de los ciudadanos; que sea transparente, con control y participación social, semilla de una «nueva economía». Peru Sasia, de Banca Etica Fiare, presentó las líneas de esta red de personas y organizaciones, cuyo objetivo consiste en crear alternativas dentro del mercado financiero para construir una economía con otros valores, al servicio de una sociedad más justa.

Desde estas experiencias positivas que alientan la esperanza de otra economía y de otra forma de vida se pidió en las citadas jornadas, como exigencia ineludible, que la sociedad y, en especial, las clases sociales expoliadas, reaccionen y se organicen para construir un poder alternativo y popular; que se abran a estilos de vida que fomenten la solidaridad y democracia en todos los órdenes. La desprestigiada clase política debe regenerarse, promover desde la ética un sistema económico y de finanzas, mercados y empresas al servicio de las personas y de las clases más desfavorecidas en una democracia participativa.

Por supuesto, también las instituciones, grupos y organizaciones, y en especial la Iglesia católica, deben denunciar las injusticas y corrupciones generadas por el sistema vigente e impulsar iniciativas y realizaciones que contribuyan a una trasformación social liberadora con sus luchas solidarias, con reivindicaciones y también, por supuesto, con la próxima huelga general.

La denuncia debe ir unida al fortalecimiento de la conciencia de la clase trabajadora organizada, que promueva y experimente procesos de democracia directa y autogestionada. Es imprescindible reivindicar una nueva fiscalidad que, además de luchar contra todo fraude y paraísos fiscales, impulse la banca pública y colabore con la banca ética, exija la prioridad de los servicios sociales y la participación ciudadana en los presupuestos para generar auténtico bien común.

Los jóvenes, tan marginados dentro de la actual situación en sus iniciativas y experiencias prácticas, en su derecho al trabajo, son imprescindibles para un nuevo modelo social; también el trabajo doméstico, realizado todavía hoy en su mayoría por mujeres, es preciso que sea tarea corresponsable. Deben paralizarse macro proyectos que atentan contra el equilibrio ecológico, para construir un desarrollo solidario y un cuidado integral de la vida y un consumo responsable.

La esperanza y convicción de que otro mundo es posible, basado en la justicia y en la ética que genera la paz y convivencia en nuestro pueblo y en el mundo es un proyecto que solo se hará realidad en la medida en que lo construyamos enfrentando y cambiando el actual modelo explotador por otro mundo posible desde los valores éticos de libertad, equidad, justicia y democracia.

Todo ello solo será posible y factible si se suman fuerzas de los grupos -ha sido la invitación de Herria 2000 Eliza, en especial a cristianos de base- que trabajan en esta línea para avanzar en Euskal Herria y en el mundo con esperanza y también utopía hacia nuevos modelos económicos, soberanos y justos donde se realicen todos los derechos humanos de personas y pueblos.