Candidato demócrata a alcalde de Nueva York crece en votos con programa progresista. Al parecer el electorado desea cambios

Si ese electorado dedicara unos minutos por semana a convivir y construir formas de vida comunitaria con sus vecinos, estarían cambiando el mundo. Hay que pasar de la conciencia de representación electoral a la autoconciencia de hacer la vida con las propias manos en las localidades. En vez de atacar a los candidatos, estimulemos salir de las casas y hacer actos que dejen atrás las promesas.



De ex admirador de los sandinistas a virtual nuevo alcalde de Nueva York

El candidato demócrata y actual defensor del pueblo, Bill de Blasio, tiene una ventaja de más de 40 puntos sobre el republicano Joe Lhota, en las elecciones en la “gran manzana”.
23/10/2013 - 05:00
Agencias

En la puerta de su casa del barrio Park Slope, en Brooklyn, y flanqueado por su esposa, Chirlane, y su hijo Dante, el demócrata Bill de Blasio anunció en enero que competiría por suceder en la alcaldía de Nueva York al empresario Michael Bloomberg. Han pasado casi 10 meses, y la campaña de De Blasio, que entonces partió sin proyecciones claras y a la sombra de figuras demócratas prominentes, finalizaría este próximo martes 5 de noviembre con un amplio triunfo en las urnas. Capitalizando el malestar de algunos opositores a Bloomberg (en el cargo desde el 1 de enero de 2002) y con un discurso contra la desigualdad económica y la discriminación racial, De Blasio ha logrado posicionarse entre el electorado neoyorquino, que si bien es de tendencia demócrata, no ha votado por un edil de ese partido en las últimas dos décadas.

De acuerdo con el último sondeo de la Universidad Quinnipiac, divulgado este lunes, el actual defensor del pueblo de la “Gran Manzana” (mediador entre los ciudadanos y la alcaldía) tiene el 68% de las preferencias entre los probables votantes, frente al 24% que posee su principal contendor, el republicano Joe Lhota. El independiente de origen latino Adolfo Carrión, en tanto, tiene el 2% de las preferencias.

Durante toda la campaña, el político de 52 años ha debido enfrentar críticas por parte del actual edil, quien lo ha acusado en más de una ocasión de tener un discurso “racista” basado en la “lucha de clases”. Esto, dado que De Blasio destaca constantemente su matrimonio con una escritora afroamericana -con quien tiene una hija y un hijo- y ha propuesto establecer un impuesto a los neoyorquinos que ganan más de US$ 500 mil anuales para costear una red de jardines infantiles.

Además, el también ex director de la campaña senatorial de Hillary Clinton para las elecciones de 2000, en el estado de Nueva York, ha hecho suya la contienda contra la práctica policial conocida como stop and frisk (detención y registro de personas sin motivo aparente).

Desde mediados de septiembre, además, este político nacido en Manhattan, en el seno de un matrimonio conformado por un economista y una escritora y sindicalista, enfrenta críticas por la admiración que alguna vez tuvo por la revolución lanzada en Nicaragua, en 1979, por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). La controversia partió luego de que el diario estadounidense The New York Times publicara que De Blasio fue “alguna vez un joven izquierdista”.

El medio reveló que, a los 26 años, el ahora candidato demócrata siguió estudios de política latinoamericana en la Universidad de Columbia y viajó en 1988 a Nicaragua, para ayudar durante 10 días a distribuir alimentos y medicamentos en medio del conflicto entre el FSLN y los “contras” (abreviación de “contrarrevolucionarios”), que eran financiados por el gobierno de Ronald Reagan (1981-1989). Esto, mientras trabajaba en el Centro Quijote de Maryland, cuyo foco es la justicia social. Según el diario neoyorquino, el apoyo de De Blasio a los revolucionarios lo llevó a recaudar fondos para ellos en la “Gran Manzana” y a suscribirse a la publicación pro sandinista Barricada.

The New York Times, además, señaló que el defensor del pueblo (puesto que ganó con el 78% de los votos en 2009) se opuso en la década de los 80 y a principios de los 90 a las guerras extranjeras, los sistemas de defensa de misiles y el apartheid. Afirmó, además, que el demócrata participó en protestas contra la energía nuclear cuando era un estudiante de secundaria en la ciudad de Cambridge, Massachusetts.

Algunas de estas revelaciones han sido utilizadas por su rival republicano. “La estrategia de De Blasio de lucha de clases en la ciudad de Nueva York sale directamente del manual marxista. Ahora sabemos por qué”, ha afirmado Joe Lhota, ex vicealcalde de la era de Rudolph Giuliani (1994-2001). “(De Blasio debe) explicarse ante los cientos de miles de neoyorquinos que escaparon de la tiranía marxista en Asia, América Central y el este de Europa detrás de la Cortina de Hierro”, agregó Lhota, según France Presse.

En respuesta, De Blasio ha dicho que su simpatía por los sandinistas -de los cuales hoy es crítico- “no fue un pecado de juventud. Estaba involucrado en un movimiento (en referencia al Centro Quijote) que yo pensaba que tenía sentido, y la razón por la cual estaba involucrado era a raíz de la política exterior de Estados Unidos”, afirmó a la revista New Yorker. “Soy un progresista”, insistió el político, nacido como Warren Wilhelm, Jr., pero que cambió su nombre en agradecimiento por los cuidados recibidos por la familia de origen italiano de su madre, con la cual se crió luego de que sus padres se divorciaran, cuando él tenía alrededor de ocho años.