Delegación de alto nivel del gobierno panameño viaja a diálogo con comunidades indígenas que dieron plazo el 15 de febrero para cancelar mega-proyecto hidroelévtrico Barr Blanco

Comuneros decididos a defender el territorio “hasta las últimas consecuencias”. Gobierno la tiene difícil, pero, obviamente, donde manda capitan capital no manda marinero gobierno.



Panamá: Vicepresidenta y ministros viajarán a la comarca Ngäbe Buglé ante ultimátum indígena

Servindi, 20 de enero, 2015.- A través de una comisión presidida por la vicepresidenta Isabel de Saint Malo de Alvarado, el gobierno de Panamá dialogará con los indígenas Ngäbe Buglé que dieron plazo hasta el 15 de febrero para se que cancele el proyecto hidroeléctrico Barro Blanco.

La “comisión de alto nivel” conformada el lunes por el gobierno contará con la participación de los ministros de Seguridad, Rodolfo Aguilera; de Gobierno, Milton Henríquez; de Trabajo, Luis Ernesto Carles; y de la Autoridad Nacional del Ambiente; Mirei Endara.

También serán invitados el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) e iglesia locales, quienes junto a la comisión se presentarán en la comarca Ngäbe Bugle la próxima semana.

El objetivo del Gobierno será conversar con las partes “de manera que haya un punto de entendimiento”, precisó el presidente de la República, Juan Carlos Varela, en un comunicado.

Tras el anuncio oficial, el presidente regional de Codubri, en la comarca Ngäbe Buglé, Toribio García, indicó que las conversaciones deberán hacerse a orillas del Tabasará, frente a los pobladores que se encuentran concentrados en la zona denominada Caña Blanca, provincia de Chiriquí.

Advirtió que los únicos facultados para representar al pueblo movilizado son los dirigentes congregados en el referido lugar.
El ultimátum

Como se recuerda, el último fin de semana, los indígenas del pueblo Ngäbe-Buglé dieron un plazo hasta el 15 de febrero al presidente de Juan Carlos Varela, para que cancele el proyecto hidroeléctrico Barro Blanco en el río Tabasará que afectaría a más de dos mil familias.

De no acceder a su reclamo, advirtieron que tomarán medidas de fuerza, pues consideran que el río no se vende.

En Caña Blanca, los nativos han construido viviendas de ramas y pencas donde pernoctan y a donde han invitado al presiente Varela.

Algunos ya llevan más de un año en el citado lugar, para impedir que la empresa hidroeléctrica Generadora del Istmo S.A. GENISA, a cargo de la hidroeléctrica, siga deforestando.

De acuerdo a Bernardo Bejarano, de la iglesia Mama Tata, principal organización de la comarca, el movimiento contra la iniciativa empresarial es pacífico.

Sin embargo, indígenas consultados advirtieron que defenderán el río hasta las últimas consecuencias.

Por su parte, el Movimiento 10 de Abril (M10) que defiende los ríos de la Comarca Ngäbe Bugle, en Panamá, sostiene que el proyecto dejaría sin sustento y hogar a más de 2 mil familias que se dedican a la agricultura y pesca en áreas anexas a la comarca como las comunidades de Kiad, Nuevo Palomar y Quebrada de Caña.

En un comunicado emitido el pasado 13 de enero, el referido movimiento -considerado como la mayor agrupación ambientalista de la comarca-, hizo un llamado a organizaciones indígenas, campesinas, sindicales y otras a mantenerse en “estado de alerta” frente a “la problemática con Barro Blanco”.

Igualmente, rechazaron “cualquiera negociación que no sea la cancelación definitiva de barro blanco y la salida de la empresa hondureña GENISA del río Tabasará.”
El proyecto

El proyecto hidroeléctrico Barro Blanco, cuyo inicio se remite al año 2011, represará el río Tabasará, lugar sagrado para los habitantes de la comarca Ngöbe-Buglé, quienes viven en las riberas del mismo.

Pese a que la figura jurídica de comarca reconoce el derecho de propiedad de los indígenas, la Autoridad de los Servicios Públicos (ASEP) ordenó el desalojo de los indígenas del lugar.

Con el avance de las obras se hace más evidente la tala, quema y destrucción de la biodiversidad de esta región de la comarca indígena.
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