Concepto restringido y concepto ampliado de la vida

Nos hemos preguntado mucho sobre los entes, los existentes, los seres, más o menos individualizados, incluso lo hemos hecho respecto a conjuntos de existentes y de seres; quizás hasta considerando interacciones e interferencias entre estos conjuntos; empero, no se observan preguntas sobre los espesores donde se encuentran estos existentes y estos seres. No hay muchas preguntas sobre el tejido espacio-temporal, del que forman parte estos seres



Concepto restringido y concepto ampliado de la vida

Raúl Prada Alcoreza

Prolegómeno a un concepto vital

Nos hemos preguntado mucho sobre los entes, los existentes, los seres, más o menos individualizados, incluso lo hemos hecho respecto a conjuntos de existentes y de seres; quizás hasta considerando interacciones e interferencias entre estos conjuntos; empero, no se observan preguntas sobre los espesores donde se encuentran estos existentes y estos seres. No hay muchas preguntas sobre el tejido espacio-temporal, del que forman parte estos seres. Por ejemplo, a modo de ilustración, una cosa es preguntarse sobre los peces de los océanos, espesor acuático donde habitan, y otra cosa es preguntarse sobre el espesor del océano, que contiene a los peces y toda la fauna y flora marina. No podría haber peces sin el océano; el océano es una condición de posibilidad existencial y vital para los peces. No necesariamente se puede decir al revés, aunque, con el transcurso, el océano ya no sea el mismo; no podría concebirse un océano sin peces, sin fauna y flora marina. Lo mismo respecto al tejido espacio-tiempo; el tejido espacio-temporal es condición de posibilidad primordial para todo lo existente en sus espesores; no podríamos decir al revés lo mismo, aunque en el transcurso, si se puede hablar así, no podría concebirse el espacio-tiempo sin todo lo existente, conformado, componiendo, combinado, en sus espesores.

La vida, el concepto de vida, ha sido definida a partir de la experiencia humana, de la memoria humana, de la reflexión, análisis, interpretación y racionalidad humana. Por lo tanto, ha sido definida en la historia de las estructuras de pensamiento humanas. No es pues extraño ni ajeno, haber atribuido al ser humano un lugar privilegiado, una jerarquía, respecto a los demás seres, otorgándole una condición de vida superior. Después, en la medida que los conocimientos se fueron afincando y consolidando, además de corroborando, el concepto de vida adquiere una ampliación y profundización mayor. Cuando las ciencias logran sus autonomías relativas, en una especie de división del trabajo de los saberes, el concepto de vida adquiere una denotación y una connotación, si se quiere, universal. Este concepto de vida se circunscribe a los campos de la biología. La ciencia de la vida estudia la génesis, las estructuras, las transformaciones, adaptaciones y adecuaciones de las formas de vida. Desprende teorías explicativas y descriptivas de gran alcance y utilidad, práctica y teórica. Sin embargo, en los umbrales y límites de la biología, comienzan los problemas y las preguntas sobre el alcance de las formas de vida. Es precisamente en estos umbrales y límites desde donde se replantea la pregunta sobre la vida, considerada como complejidad y, para decirlo ilustrativamente, considerada como totalidad y totalización.

Como escribimos en La explosión de la vida y en Episteme compleja, no se trata de hacer física cuántica o física relativista; esta es la tarea de los físicos[1]. Sino de reconocer el suelo epistemológico en el que nos movemos ahora, en nuestra contemporaneidad; este suelo o zócalo es la física cuántica y la física relativista. Partiendo de esta premisa, de este principio de ubicación, de este principio de pertenencia, si se quiere, de este principio de realidad, sacar las consecuencias en lo que respecta a las transformaciones en las estructuras del pensamiento, en las estructuras científicas y en las estructuras filosóficas. Avanzar en la conformación de la episteme compleja, correspondiente a las teorías de la complejidad. Esta tarea ya ha comenzado; ahí están las primeras formas de la teoría de la complejidad; al respecto nos remitimos a lo que escribimos en los ensayos citados. Sin embargo, lo que se ha avanzado no es suficiente, pues todavía las ciencias sociales y la filosofía se encuentran ancladas en el suelo y zócalo de las epistemes de la modernidad; por lo tanto, las estructuras de pensamiento hegemónicas todavía corresponden a esta episteme, con pretensiones universales.

Concepto restringido de la vida

Llamamos concepto restringido de la vida a lo que conocemos, incluso si consideramos su arqueología del saber. En resumen, por más rica que sea la concepción biológica alcanzada, en términos amplios, profundos, en su teorización, explicación, así como en su descripción exhaustiva, todavía se sigue considerando como vida a lo que experimentan los organismos, los seres denominados vivos. Salvo la biología molecular, considerando sus avances e incorporaciones cuánticas, que ya ha incursionado en los umbrales y límites de la ciencia de la vida, para comenzar a proponer hipótesis prospectivas en los campos moleculares, atómicos y cuánticos.

En este sentido, vamos a bosquejar diseños de una arqueología del saber del concepto vida, para después, desde este mapa conceptual, incursionar expediciones hipotéticas a una concepción ampliada de la vida.

Arqueología del concepto de vida

Se puede atender el concepto de vida en su propia arqueología, recurriendo a esta metáfora de Michel Foucault; por lo tanto, partir de la concepción inicial, que alude a nacer, crecer, metabolizar, responder a estímulos “externos”, reproducirse y morir; después, sobre esta primera capa, acumular los sedimentos conceptuales que siguen. Se podría entonces definir la vida como la capacidad de administrar los recursos internos de unser físico,de formaadaptadaa los cambios producidos en suentorno, sin que exista unacorrespondencia directa causalentre el ser administrador de los recursos y el cambio introducido en el entorno por la actividad de ese ser, sino unaasíntota de aproximación al ideal establecido por dicho ser, ideal que nunca llega a su consecución completa por la dinámica de los entornos y en los entornos.

Se podría decir que, en términos científicos, para la física y otras ciencias afines, la vida hace referencia a la duración de los existentes o a su proceso de evolución, vida media, ciclo vital de las estrellas. En biología, se considera la condición “interna” como medular, condición innata, que categoriza, tanto por sus semejanzas como por sus diferencias, a los seres vivos. Se trata del proceso intermedio entre el nacimiento y la muerte. Desde un punto de vista bioquímico, la vida puede definirse como una situación o atributo inconfundible alcanzado de la materia, debido a estructuras moleculares específicas, con capacidad de desarrollo, capacidad de preservarse en el entorno, reconocer y responder a estímulos, así como reproducirse, permitiendo, de este modo, la continuidad. Las estructuras de vida biomoleculares establecen un rango de estabilidad, dejando que la vida permanezca y continúe; a esta dinámica se la considera evolutiva. Se dice que los seres vivos se distinguen de los seres “inanimados”, de acuerdo a un conjunto de características, siendo las más importantes la organización molecular, la reproducción, la evolución y la administración autónoma de su energía “interna”. Desde la perspectiva médica, existen distintas interpretaciones científicas sobre el momento determinado en el que comienza a existir la vida humana, según los diferentes paradigmas teóricos, filosóficos, religiosos, culturales, incluso según los imperativos legales. Para algunos, la vida existe desde que se fecunda el óvulo; para otros, desde que ya no es posible legalmente el aborto, hasta el cese irreversible de la actividad cerebral o muerte cerebral. Desde otro ángulo, se define la vida vegetativa como un conjunto de funciones involuntarias nerviosas y hormonales, que adecuan el medio “interno” para que el organismo responda, en las mejores circunstancias, a las condiciones del medio “externo”; funciones que parecen estar regidas por el hipotálamo y el eje hipotálamo-hipofisario.

Desde la perspectiva cosmológica, no se sabe nada sobre la existencia de vida en otros rincones del universo. Una serie de proyectos científicos, los proyectos SETI, están dedicados a la búsqueda de vida inteligente extraterrestre. Por otra parte, la reciente teoría de supercuerdas lleva, entre otras conclusiones, a la posible existencia de infinitos universos paralelos, donde existirían mundos con vida idénticos al que conocemos, así como también, en otros universos, mundos con variaciones respecto al nuestro. Desde la perspectiva de la psicología, la vida es un sentimiento inestimable, considerando a las múltiples interacciones e interferencias con los entornos, así como la voluntad por lograr la homeostasis en circunstancias permanentes.

Para Ilya Prigogine, la vida es el ámbito de lo no lineal, de la autonomía del tiempo, de la multiplicidad de las estructuras, algo que no se ve en el universo “no viviente”. La vida se caracteriza por la inestabilidad; condición ambivalente por la cual nacen y desaparecen estructuras, considerando ciclos geológicos. Para Ilya Prigogine la vida es el tiempo que se inscribe en la materia; los fenómenos irreversibles son el origen de la organización biológica. Todos los fenómenos biológicos son irreversibles. Esta irreversibilidad es una propiedad común a todo el universo; todos envejecemos en la misma dirección, seguimos imperturbablemente la flecha del tiempo. Prigogine considera que es la función la que crea la estructura; los fenómenos irreversibles son el origen de la organización biológica; en otras palabras, de la vida. La vida no se corresponde a un fenómeno único; la vida se forma cada vez que las condiciones planetarias son favorables. Los sistemas dinámicos de la biología son inestables, por lo tanto se dirigen hacia un porvenir inestimable. El futuro está abierto a procesos siempre nuevos de transformación y de aumento de la complejidad de los sistemas vivos, de la complejidad biológica, en una creación continua.

Todo organismo vivo contiene información hereditaria reproducible, codificada en los ácidos nucleicos, los cuales controlan el metabolismo celular a través de unas moléculas, llamadas proteínas, denominadas enzimas; catalizadoras o inhibidoras de las diferentes reacciones biológicas. Esta definición tampoco es completamente satisfactoria, a pesar de sus precisiones; excluye la vida fuera de la química que conocemos; por ejemplo, no la concibe como tal lo que ocurre en el campo cibernético, así como en el campo de una química distinta.

En todo caso, recopilando estas consideraciones, se puede decir que la vida es todo sistema capaz de evolucionar. Sin embargo, el problema no es resuelto del todo, ya que esta definición no es aceptada en biología, pues incluye los virus dentro del grupo de los seres vivos; podría en un futuro introducir algún virus informático polimórfico, que incluyera algún tipo de rutina avanzada de evolución darwiniana.

En resumen, se puede decir que los sistemas vivos son una organización especial y localizada de la materia, donde se produce un continuo incremento de orden, sin intervención “externa”. Esta definición nace de la comprensión del universo. El apoyo teórico radica en el segundo principio de la termodinámica, principio que dice que la entropía o desorden de un sistema aislado siempre aumenta. Por lo tanto, la neguentropía, el logro del orden y la organización, en un sistema vivo, no desacata el citado principio termodinámico; al no ser un sistema aislado tal incremento se logra siempre a expensas de un incremento de entropía total del universo. Así pues, la vida formaría parte también de los llamados sistemas complejos.

Se optó por redefinir la vida en función de los resultados obtenidos tras el desarrollo completo del ADN; ya no respecto al potencial mismo de esa molécula. Es así que se establecieron algunas características comunes:

1. Los seres vivos requieren energía. Es decir, se nutren.

2. Los seres vivos crecen y se desarrollan.

3. Los seres vivos responden a su medio ambiente.

4. Los seres vivos se reproducen por sí mismos, sin necesitar ayuda externa; siendo éste un hecho clave.

Estas consideraciones logran una definición simple de vida; sin embargo, permiten incluir como seres vivos a los cristales minerales; los cristales minerales crecen, responden al medio, se reproducen, consumen energía al crecer y propagarse. Viendo en retrospectiva, la definición universal de vida ha venido enriqueciéndose; sin embargo, no logra alcanzar sus pretensiones; deja pendiente otros problemas, una vez solucionado algunos.

Repasando, se define en biología como vida la estructura molecular auto-organizada, capaz de intercambiar energía y materia con el entorno, con la finalidad de auto-mantenerse, renovarse y reproducirse. La manifestación evidente de lo anterior se muestra en forma de vida. Esta manifestación se singulariza del resto del ecosistema por un conjunto de propiedades características, comunes y relativas a ciertos sistemas orgánicos, a los que se denominan seres vivos. Un ser vivo consiste en la conjunción de diferentes sistemas, capaces de integrarse por la conveniencia relativa al ahorro en recursos, que supone la asociación. Los sistemas, por separado, necesitan un aporte “externo” y generan un desecho. El desecho de un sistema sirve para la alimentación del otro, a esto se llama reciclaje. Dicha integración permite que el organismo, el conjunto de todos los sistemas integrados, pueda soportar el desorden inherente a la tendencia natural de cada sistema, por separado, a desorganizar la información. El desorden genera una necesidad, manifestándolo mediante moléculas cargadas, aminoácidos o cadenas de proteínas. Dichas cargas ponen de manifiesto las propiedades inherentes del sistema, que el sistema vecino interaccionará aportando como desecho, lo que el otro necesita como materia prima. De esta forma se obtiene y procesa de manera sostenida los materiales y la energía, que se transfieren adecuadamente por cualquiera de los sistemas capaces de transmitir dicha información. El resultado final minimiza la entropía “interna” del sistema vivo, necesitando de aporte “externo” para que el proceso no decline. La tendencia al desorden es el resultado del desgaste natural asociado a las interacciones. Como remedio el organismo reacciona a través del desarrollo y la evolución, procesos dependientes de la existencia de un canal de transferencia y/o transacción de cargas, que para el caso de la vida en la tierra, se compila en la información genética, información nutriente de información a todo el sistema.

La revolución tecnológica y científica ha llevado recientemente al científico Raymond Kurzweil a afirmar, en su libro La era de las máquinas espirituales, que si, según su pronóstico, a lo largo del siglo XXI, fuese posible la creación de computadoras más sofisticadas, que nuestro propio cerebro, conscientes y capaces de alojar nuestro estado neuronal, dando así lugar a una copia virtual o real e inmortal de nosotros mismos, el concepto de inteligencia, de consciencia, y de vida, trascenderían probablemente a la biología.

En otras palabras, lo vivo es el estado característico de la biomasa, manifestándose en forma de organismos unicelulares o pluricelulares. Las propiedades comunes a los organismos conocidos que se encuentran en la tierra, plantas, animales, fungi, protistas, archaea y bacteria, se pueden apreciar en que los organismos están basados en el carbono y el agua. Los organismos son conjuntos celulares con disposiciones complejas, capaces de mantener y sostener, junto con el entorno que les rodea, el proceso homeostático; proceso que les permite responder a estímulos, reproducirse y adaptarse en generaciones sucesivas.

En conclusión, en la biología, se considera vivo lo que tenga las siguientes características:

• Organización: Formado por células.

• Reproducción: Capaz de generar o crear copias de sí mismo.

• Crecimiento: Capaz de aumentar en el número de células que lo componen y/o en el tamaño de las mismas.

• Evolución: Capaz de modificar su estructura y conducta con el fin de adaptarse mejor al medio en el que se desarrolla.

• Homeostasis: Utiliza energía para mantener un medio interno constante.

• Movimiento: Desplazamiento mecánico de alguna o todas sus partes componentes. Se entiende como movimiento a los tropismos de las plantas, e incluso al desplazamiento de distintas estructuras a lo largo del citoplasma. Una entidad con las propiedades indicadas previamente se lo considera un organismo. Hoy el conjunto de toda la tierra contiene aproximadamente 75 000 millones de toneladas de biomasa (vida), la que vive en distintos medios ambientes de la biósfera.

Todos los seres vivos sobre la faz de la tierra realizan tres funciones básicas, a saber, relación, nutrición y reproducción. Se excluye de esta definición a los virus, pues no son capaces de realizar las tres; únicamente se relacionan. No obstante, realizan todas, una vez que infectan a la célula objetivo; entonces son capaces de manipular su maquinaria celular.

Una estructura viva es una disposición de elementos químicos, dispuestos de tal forma que, en su estado más estable, se puede asemejar a un esquema energético a la espera de ser leído. Es en ese momento cuando se expresan las reacciones necesarias para obtener homeostasis. Dicha estructura, que comprende un organismo, es la base sobre la que pueden establecerse las estructuras materiales vivas. La acción de leer, no es otra que el evento que desencadena las reacciones necesarias para poner en marcha el programa genético, unidad en la que se condensa el esquema energético.

Se considera que no es vida cualquier otra estructura del tipo que sea, aunque contenga ADN o ARN, otra estructura incapaz de establecer un equilibrio homeostático - virus, viriones, priones, células cancerígenas o cualquier otra forma de reproducción, que no sea capaz de manifestar una forma estable, retroalimentaria, sostenible con el medio, y provoque el colapso termodinámico -. Así, se puede concluir que una célula está viva, pues posee una regulación homeostática relativa a ella misma; empero, si no pertenece a un organismo homeostático, no forma parte de un organismo vivo; sin embargo, consume recursos y pone en peligro la sostenibilidad del entorno en el cual se manifiesta.

La existencia de vida, concretamente la vida terrestre, puede definirse con más especificidad indicando, entre otras cosas, que los seres vivos son sistemas químicos, cuyo fundamento son cadenas de átomos de carbono, ricas en hidrógeno; cadenas que se distribuyen en compartimientos llenos de disoluciones acuosas, separados por membranas funcionalmente asimétricas, cuya zona “interior” es hidrófoba; esos compartimentos constituyen células o forman parte de ellas. Los compartimentos se originan por división de células anteriores, permitiendo así el crecimiento, también la reproducción de los individuos. Los sistemas vivos no forman un sistema continuo, cerrado y hermético, sino una multitud de sistemas discretos, que se denominan organismos[2].

Como se puede ver, el boceto de arqueología del saber del concepto vida plasma descripciones y clasificaciones de observaciones e investigaciones de la vida, sobre todo de los llamados organismos vivos. Estas clasificaciones y descripciones, sobre todo sus diferenciaciones, los análisis comparativos y también los análisis específicos, han llevado a teorías explicativas, propiamente de carácter evolutivo, además de los estudios de estrategias de adaptación, adecuación y equilibración. La biología ha llegado a revelar la inteligencia innata de los organismos vivos.

El perfil epistemológico de este campo científico, el de la biología, comprende una articulación dinámica con el campo de la química, el campo de la física, los campos de la geología y la geografía, así como, recientemente, con el campo de las ciencias sociales. En este último caso, la biología ha ingresado a la episteme compleja, relativa a las teorías de la complejidad; la configuración epistemológica es la ecología.

Se puede decir que la biología hace de transición ente la episteme universalista moderna, episteme de las especialidades, de las divisiones del trabajo del saber, de la historicidad y la formalización, y la episteme compleja, episteme multidisciplinaria, integradora de conocimientos, de la simultaneidad dinámica y del devenir. En el transcurso la biología se convirtió en el referente primordial, después de haberlo sido la cibernética, de las teorías de sistemas; la más compleja de estas teorías es la teoría sistémica autopoiética. Estos desenvolvimientos de la biología, tanto en términos prácticos y descriptivos, como en términos teóricos, han ocasionado interpretaciones filosóficas y epistemológicas de importancia, tanto para el nuevo acontecimiento epistemológico, que es este de las teorías de la complejidad, como en los campos de la crítica política y crítica filosófica. Los conceptos de biopolítica y biopoder han replanteado completamente el modo de los análisis de la crítica política, de la crítica social y de la crítica de las dominaciones.

Ahora, desde nuestro punto de vista, consideramos que, a partir de los avances de la biología molecular, estamos ingresando a la posibilidad de una teoría unificada no solamente de la física, no solamente, como dijimos en los textos citados, de la biología y la física, sino también de la biología, la física y las ciencias sociales.

Figuraciones del ser vivo

Un ser vivo es un complexo corpóreo de organización compleja, en la que intervienen sistemas de comunicación molecular, que lo relacionan “internamente”, así como con el entorno. Relación dada en procesos de intercambio de materia y energía, de una forma ordenada; manifestando la capacidad de desempeñar las funciones básicas de la vida, que son la nutrición, la relación y la reproducción. De tal manera que los seres vivos actúan y funcionan por sí mismos, sin perder su nivel estructural hasta su muerte. La materia que compone los seres vivos está formada en un 95 % por cuatro elementos, denominados bioelementos; éstos son el carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno; a partir de los cuales se forman biomoléculas:

• Biomoléculas orgánicas o principios inmediatos: glúcidos, lípidos, proteínas y ácidos nucleicos.

• Biomoléculas inorgánicas: agua, sales minerales y gases.

Estas moléculas se repiten constantemente en todos los seres vivos; de estas circunstancias comprobadas se deduce que el origen de la vida procede de un antecesor común. Sería muy improbable que hayan aparecido independientemente dos seres vivos con las mismas moléculas orgánicas. Se han encontrado biomarcadores en rocas con una antigüedad de hasta 3.500 millones de años; entonces, la vida podría haber surgido sobre la tierra hace 3.800-4.000 millones de años.

Todos los seres vivos están constituidos por células. En el interior de éstas se realizan las secuencias de reacciones químicas, catalizadas por enzimas, componentes necesarios para la vida. Aparentemente parece fácil, habitualmente, decidir si algo está vivo o no; esta impresión se debe a que los seres vivos comparten muchos atributos. Asimismo, la vida puede definirse según estas propiedades básicas de los seres vivos, que nos permiten diferenciarlos de la materia “inanimada”:

• Organización. Las unidades básicas de un organismo son las células. Un organismo puede estar compuesto de una sola célula, unicelular, o por muchas, pluricelular.

• Homeostasis. Los organismos mantienen un equilibrio interno, por ejemplo, controlan activamente su presión osmótica y la concentración de electrolitos.

• Irritabilidad. Es una reacción ante estímulos externos. Una respuesta puede ser de muchas formas, por ejemplo, la contracción de un organismo unicelular cuando es tocado o las reacciones complejas que implican los sentidos en los animales superiores.

• Metabolismo. Los organismos o seres vivos consumen energía para convertir los nutrientes en componentes celulares, anabolismo, también liberando energía al descomponer la materia orgánica, catabolismo.

• Desarrollo. Los organismos aumentan de tamaño al adquirir y procesar los nutrientes. Muchas veces este proceso no se limita a la acumulación de materia sino que implica cambios mayores.

• Reproducción. Es la habilidad de producir copias similares de sí mismos, tanto asexualmente, a partir de un único progenitor, como sexualmente a partir de al menos dos progenitores.

• Adaptación. Las especies evolucionan y se adaptan al entorno.

Autopoiesis

Se ha avanzado a una forma dinámica de los seres vivos, esta perspectiva es la concepción autopoiética; el concepto de autopoiesis, elaborado por Humberto Maturana y Francisco Varela, ayuda a comprender mejor la autonomía de los seres vivos, así como sus capacidades reproductivas, sus reducciones de la complejidad ocasionando complejidad “interna”, además de permitir comprender mejor la interrelación entre la dimensión filogénica y la dimensión ontogenética. La metodología es definir a los sistemas vivientes por su organización más que por un conglomerado de funciones. Un sistema se define como autopoiético cuando las moléculas producidas generan la misma red que las produjo, especificando su extensión. Los seres vivos son sistemas que viven en tanto que preservan su organización. Todas las transformaciones estructurales se explican por su adaptación y adecuación respecto al entorno. Para un observador “externo” al sistema, esta organización aparece como autoreferida. Las células son los únicos sistemas vivos primarios; es decir, aquellos capaces de mantener su autopoiesis en forma autónoma. Los organismos pluricelulares, formados por células, poseen características similares a las de las células, particularmente en lo que respecta a las equilibraciones; el despliegue vital es concedido por la organización autopoiética de las células que los constituyen.

Sin embargo, el problema aparece respecto a los virus; los virus cumplen con algunas de estas características, materia organizada y compleja, reproducción y evolución; empero, no tienen metabolismo ni desarrollo. Si consideramos que la característica básica de un ser vivo es tener descendencia y evolucionar, también los virus podrían considerarse seres vivos; empero, si añadimos la posesión de un metabolismo y la capacidad de desarrollo, entonces no. Si definimos a la vida como sistema autopoiético, la polémica si un virus es un ser viviente se resuelve con este concepto, ya que el virus no cuenta con una organización material autopoiética.

Los organismos son sistemas físicos, sustentados por reacciones químicas complejas, organizadas de manera que promueven la reproducción, en alguna medida la sostenibilidad, así como la supervivencia. Los seres vivos están integrados por moléculas; cuando se examinan individualmente estas moléculas, se observa que se ajustan a todas las leyes físicas y químicas, que rigen el comportamiento de la materia; las reacciones químicas son fundamentales a la hora de entender los organismos. También juega un papel importante la interacción con los demás organismos y con los entornos. De hecho, el desplazamiento epistemológico de la biología, desplazamiento que consiste en la conformación de la ecología, tiene, mas bien, una comprensión compleja de los seres vivos. .

Los organismos son sistemas físicos abiertos; intercambian materia y energía con su entorno. Aunque son unidades individuales de vida no están aislados de los entornos; para funcionar absorben y desprenden constantemente materia y energía. Los seres autótrofos producen energía útil, bajo la forma de compuestos orgánicos, a partir de la luz del sol o de compuestos inorgánicos, mientras que los heterótrofos utilizan compuestos orgánicos de su entorno.

La materia viva está constituida por unos sesenta elementos; casi todos los elementos estables de la tierra, exceptuando los gases nobles. Estos elementos se llaman bioelementos o elementos biogénicos. Se pueden clasificar en dos tipos: primarios y secundarios.

• Los elementos primarios son indispensables para formar las biomoléculas orgánicas, glúcidos, lípidos, proteínas y ácidos nucléicos. Constituyen el 96,2 % de la materia viva. Son el carbono, el hidrógeno, el oxígeno, el nitrógeno, el fósforo y el azufre.

• Los elementos secundarios son todos los bioelementos restantes. Existen dos tipos: los indispensables y los variables. Entre los primeros se encuentran el calcio, el sodio, el potasio, el magnesio, el cloro, el hierro, el silicio, el cobre, el manganeso, el boro, el flúor y el yodo.

El elemento químico fundamental de todos los compuestos orgánicos es el carbono. Las características físicas de este elemento, como su gran afinidad de enlace con otros átomos pequeños, incluyendo otros átomos de carbono, además de su pequeño tamaño, le permiten formar enlaces múltiples. Entonces, lo convierten en ideal como base de la vida orgánica. Es capaz de formar compuestos pequeños, que contienen pocos átomos; por ejemplo, el dióxido de carbono, así como grandes cadenas de muchos miles de átomos denominadas macromoléculas. Los enlaces entre átomos de carbono son suficientemente fuertes para que las macromoléculas sean estables y suficientemente débiles como para ser rotos durante el catabolismo; las macromoléculas a base de silicio, siliconas, son virtualmente indestructibles en condiciones normales, lo que las descartan como componentes de un ser vivo con metabolismo.

Los compuestos orgánicos presentes en la materia viva muestran una enorme variedad; la mayor parte de ellos son extraordinariamente complejos. Las macromoléculas biológicas están constituidas a partir de un pequeño número de pequeñas moléculas fundamentales, monómeras; moléculas idénticas en todas las especies de seres vivos. Todas las proteínas están constituidas solamente por veinte aminoácidos distintos, así como por todos los ácidos nucleicos, por cuatro nucleótidos. Se ha calculado que, aproximadamente un 90 % de toda la materia viva, que contiene muchos millones de compuestos diferentes, está combinada por unas cuarenta moléculas orgánicas pequeñas. Aún en las células más pequeñas y sencillas, como la bacteria Escherichia coli, hay unos 5.000 compuestos orgánicos diferentes; entre ellos, unas 3.000 clases diferentes de proteínas. Se calcula que en el cuerpo humano puede haber hasta cinco millones de proteínas distintas; además ninguna de las moléculas proteicas de Escherichia coli es idéntica a alguna de las proteínas humanas, aunque varias actúen del mismo modo.

La mayor parte de las macromoléculas biológicas que componen los organismos pueden clasificarse en uno de los siguientes cuatro grupos: ácidos nucleicos, proteínas, lípidos y glúcidos. Los ácidos nucleicos, ADN y ARN, son macromoléculas formadas por secuencias de nucleótidos, que los seres vivos utilizan para almacenar información. Dentro del ácido nucleico, un codón es una secuencia particular de tres nucleótidos que codifica un aminoácido particular, mientras que una secuencia de aminoácidos forma una proteína.

Las proteínas son macromoléculas formadas por secuencias de aminoácidos; debido a sus características químicas se pliegan de una manera específica, así realizan una función particular. Se distinguen las siguientes funciones de las proteínas:

• Enzimas, que catalizan las reacciones metabólicas.

• Proteínas estructurales, por ejemplo, la tubulina y el colágeno.

• Proteínas reguladoras, por ejemplo, la insulina, la hormona del crecimiento y los factores de transcripción, que regulan el ciclo de la célula.

• Proteínas señalizadoras y sus receptores, tales como algunas hormonas.

• Proteínas defensivas, por ejemplo, los anticuerpos del sistema inmune y las toxinas. Algunas veces las toxinas contienen aminoácidos inusuales tales como la canavanina.

Los lípidos forman la membrana plasmática; constituye la barrera que limita el interior de la célula, evitando que las sustancias puedan entrar y salir libremente de ella. En algunos organismos pluricelulares se utilizan también para almacenar energía y para mediar en la comunicación entre células.

Los glúcidos o hidratos de carbono son el combustible básico de todas las células; la glucosa está al principio de una de las rutas metabólicas más antiguas, la glucólisis. También almacenan energía en algunos organismos, almidón, glucógeno, siendo más fáciles de romper que los lípidos; forman estructuras esqueléticas duraderas, como la celulosa - pared celular de los vegetales - o la quitina - pared celular de los hongos, cutícula de los artrópodos -.

Como dijimos, todos los organismos están formados por unidades denominadas células; algunos están formados por una única célula, unicelulares, mientras que otros contienen muchas, pluricelulares. Los organismos pluricelulares pueden especializar sus células para realizar funciones específicas. Un grupo de tales células forma un tejido. Los cuatro tipos básicos de tejidos en los animales son: epitelio, tejido nervioso, músculo y tejido conjuntivo. En las plantas pueden distinguirse tres tipos básicos de tejidos: fundamental, epidérmico y vascular. Varios tipos de tejido trabajan juntos bajo la forma de un órgano para producir una función particular, como el bombeo de la sangre por el corazón o como barrera frente al ambiente como la piel. Este patrón continúa a un nivel más alto, con varios órganos funcionando como sistema orgánico. Muchos organismos pluricelulares constan de varios sistemas orgánicos, que se coordinan para permitir la vida.

La teoría celular, propuesta en el año 1839 por Schleiden y Schwann, establece que todos los organismos están compuestos de unas o más células; todas las células provienen de otras células preexistentes; todas las funciones vitales de un organismo ocurren dentro de las células; las células contienen información hereditaria necesaria para las funciones de regulación de la célula, así como para transmitir información a la siguiente generación de células.

En lo que respecta a las células vegetales, en color verde, se aprecian los cloroplastos. Todas las células tienen una membrana plasmática, que rodea a la célula, separa el “interior” del entorno, regula la entrada y salida de compuestos, manteniendo de esta manera el potencial de membrana. Un citoplasma salino, que constituye la mayor parte del volumen de la célula y material hereditario, ADN y ARN.

Según la localización y la organización del ADN se distinguen dos tipos de células:

• Células procariotas, de los organismos procariontes, que carecen de membrana nuclear por lo que el ADN no está separado del resto del citoplasma.

• Células eucariotas, de los organismos eucariontes, que tienen un núcleo bien definido con una envoltura que encierra el ADN, que está organizado en cromosomas.

Todas las células comparten varias habilidades:

• Reproducción por división celular, fisión binaria, mitosis o meiosis.

• Uso de enzimas y de otras proteínas codificadas por genes del ADN y construidas vía un ARN mensajero en los ribosomas.

• Metabolismo, incluyendo la obtención de los componentes constructivos de la célula, energía y la excreción de residuos. El funcionamiento de una célula depende de su capacidad para extraer y utilizar la energía química, almacenada en las moléculas orgánicas. Esta energía se obtiene a través de las cadenas metabólicas.

• Respuesta a estímulos externos e internos; por ejemplo, cambios de temperatura, pH o niveles nutrientes.

Es la disposición de las estructuras corporales respecto de algún eje del cuerpo. Se clasifican en:

• Asimétrica: cuando no presentan una forma definida, como las amebas.

• Radial: es presentada por organismos en forma de rueda o cilindro y sus partes corporales parten de un eje o punto central. Ejemplo: los erizos y las estrellas de mar.

• Bilateral: la presenta la mayoría de los seres vivos. Es aquella en la cual al pasar un eje por el centro del cuerpo se obtienen dos partes equivalentes. Ejemplo: los vertebrados.

Los seres vivos pueden ser estudiados desde perspectivas diferentes y focalizándolos en visiones distintas: química, celular, tejido, individuo, población, comunidad, ecosistema y biosfera. La ecología plantea una visión integradora de los seres vivos con los entornos o ecosistemas, considerando la interacción de los distintos organismos entre sí, también con los ecosistemas. Así como los factores que afectan a su distribución y abundancia. El medio ambiente incluye tanto los factores físicos, factores abióticos, locales, tales como el clima y la geología, así como a los demás organismos que comparten el mismo hábitat, factores bióticos. Los procariontes y los eucariontes han evolucionado de acuerdo con estrategias ecológicas diferentes. Los procariontes son pequeños y sencillos; estas características les otorgaron la posibilidad de una alta velocidad de crecimiento y reproducción, por lo que alcanzan altos tamaños poblacionales en poco tiempo; condición que les permite ocupar nichos ecológicos efímeros, con fluctuaciones dramáticas de nutrientes. Por el contrario, los eucariontes, más complejos y de mayor tamaño, poseen un crecimiento y reproducción más lentos; en contrste, han desarrollado la ventaja de ser competitivos en ambientes estables con recursos limitantes.

Los seres vivos comprenden unos 1,75 millones de especies descritas y se clasifican en dominios y reinos. La clasificación más extendida distingue los siguientes taxones:

• Archaea, arqueas. Organismos procariontes que presentan grandes diferencias con las bacterias en su composición molecular. Se conocen unas 300 especies.

• Bacteria, bacterias. Organismos procariontes típicos. Están descritas unas 10.000 especies.

• Protista, protozoos. Organismos eucariontes generalmente unicelulares. Con unas 55.000 especies descritas.

• Fungi, hongos. Organismos eucariontes, unicelulares o pluricelulares talofíticos y heterótrofos, que realizan una digestión externa de sus alimentos. Comprende unas 100.000 especies descritas.

• Plantae, plantas. Organismos eucariontes generalmente pluricelulares, autótrofos y con variedad de tejidos. Comprende unas 300.000 especies.

• Animalia, animales. Organismos eucariontes, pluricelulares, heterótrofos, con variedad de tejidos, que se caracterizan, en general, por su capacidad de locomoción. Es el grupo más numeroso con 1.300.000 especies descritas.[3]

Como se puede ver estas descripciones y clasificaciones de los seres vivos corresponden a toda una taxonomía; se hace el cuadro a partir de las analogías y diferencias, tanto de las formas, morfología, como de las funciones, análisis de los comportamientos. No está lejos Linneo, tampoco las taxonomías introducidas en su época; la situación es distinta de la taxonomía biológica respecto de la taxonomía de la botánica, puesto que estas clasificaciones no pretenden ser explicativas, sino tan solo servir como descripciones útiles para el análisis, mas bien, dinámico, no estático como en el caso de Lineo. Por otra parte, las diferencias de periodos de la modernidad, nos muestra que la biología accede a la revolución de la información, generando, con más facilidad, cuadros comparativos más detallados. El debate entre las teorías acerca de su alcance explicativo lleva a la biología a una reflexión constante de los sentidos y significados de lo que se enuncia como teoría. Por otra parte, como dijimos, la biología incursiona en las teorías de sistemas avanzando a las teorías de la complejidad.

Sin embargo, se nota todavía, sobre todo en la enseñanza universitaria, un apego a las tradiciones de la ilustración, el enciclopedismo, las definiciones de diccionario, las clasificaciones botánicas; en otras palabras, el apego a la inclinación por el conocimiento de museo. Es menester afectar la enseñanza con la crítica epistemológica de la historia de las ciencias.

Concepto ampliado de la vida

En La explosión de la vida escribimos:

La vida no sólo se explica por la memoria que conserva y crea lo sensible, sino como torbellino auto-organizativo genético, fenoménico, egoísta y ecológico. Este remolino que retorna sobre sí mismo para crear vida en su infinita variedad, lo hace en forma de poli-bucles bullentes y diferenciados, entrelazados e interconectados, condicionándose mutuamente. La vida es auto-creación y re-organización de las condiciones de posibilidad mismas de la vida. La vida es auto-poiesis; por eso mismo supone inteligencia, cálculo, computación, cogitación, saber, aunque no sea evocativo; subjetividad, sobre todo por el espesor de afectividad. La vida considerada como constitución de la sensibilidad supone organismos y organizaciones capaces de sentir, de establecer una relación sensible entre “interioridad” y “exterioridad”, donde la “interioridad” es precisamente el cuerpo que capta la “exterioridad”, que captura fragmentos de “exterioridad”, convirtiéndolos en parte de su metabolismo y su experiencia. No interesa tanto la separación entre “interioridad” y “exterioridad”, sobre la que se ha insistido tanto, sobre todo en la teoría de sistemas, donde la relación, la separación, aparece tanto como clausura, así como apertura, sino, lo que es indudablemente importante es esta capacidad, esta facultad, de sentir. Sin lugar a dudas, esta constitución sensible es ya la constitución subjetiva, la sensación de autonomía. Por eso podemos decir que todos los organismos vivos son “sujetos”, decodifican físicamente, químicamente, biológicamente, sensiblemente, la información recibida, y actúan, responden. No se puede tener, en estos temas, no es sostenible, una mirada antropocéntrica, otorgando sólo a los seres humanos el privilegio de la subjetividad; la vida como memoria y creación de lo sensible es la “experiencia” que comparten todos los seres vivos. La vida es precisamente acontecimiento sensible, el mismo que no podría comprenderse sino como constitución de subjetividad[4].

Sobre el demonio de Maxwell escribimos:

Para decirlo en términos figurativos, como el que utilizó Maxwell, cuando supuso la entelequia de su demonio, quién conspira contra la segunda ley de la termodinámica. Tomemos en cuenta un recipiente dividido en dos mitades, donde en una hay gas frio y en la otra hay gas caliente; cuando se abre un orificio, por la segunda ley termodinámica, sabemos que las moléculas de gas frio y de gas caliente van a circular de un lugar a otro, hasta que la temperatura de todo el recipiente se estabilice. Para evitar que ocurra esto, el demonio de Maxwell devuelve las moléculas frías a su lugar y las moléculas calientes a su lugar, evitando pérdida de energía. De esta manera el demonio de Maxwell pone orden o crea orden, si se quiere; evita el camino de la degradación y la pérdida de energía por medio de su actividad diabólica de administrar estos flujos de moléculas. Esta precisamente es la actividad creadora de la vida.

Jacques Monod dice que la clave para resolver la paradoja de Maxwell la dio León Brillouin, quien se inspira en un texto de Szilard, para quién el ejercicio de las funciones cognitivas del demonio de Maxwell debe consumir necesariamente una cierta cantidad de energía que, en el balance de la operación, precisamente compensa la disminución de entropía del sistema. El demonio no puede efectuar esta tarea sin conocimiento de causa, debe tener la capacidad de adquirir información, de conocer, de medir la velocidad de cada partícula de gas. En otras palabras, toda adquisición de información supone la interacción del demonio mismo, interacción que consume energía, aunque sea en cantidades pequeñas[5]. Monod dice que este teorema es una de las fuentes de las concepciones modernas relativas a la equivalencia entre información y neguentropía o entropía negativa; es decir, orden. En biología, la labor del demonio de Maxwell la cumplen las enzimas, proteína que actúa como catalizador en las reacciones bioquímicas. Las enzimas ejercen, precisamente, a escala microscópica, una función creadora de orden[6]. Las enzimas drenan el potencial químico, de acuerdo al programa que ejecutan. Debido a la capacidad de formar, con otras moléculas, los complejos estero-específicos y no-covalentes, las proteínas ejercen su papel demoniaco[7].

Más abajo, continuamos la exposición:

Lo que hay que anotar, a propósito de la paradoja de Maxwell y la elucidación de la misma, es que así como hay una física clásica, que se ocupa de la mecánica de los fenómenos experimentados en la vida cotidiana, concebidos en el supuesto del espacio absoluto y del tiempo absoluto; así como hay una física relativista, que se ocupa de los fenómenos dados en el universo, concebidos en el espacio-tiempo absoluto curvado por la gravedad, fenómenos que se comportan de manera notoriamente diferente cuando se aproximan a la velocidad de la luz; así como hay una física cuántica, que se ocupa de los fenómenos atómicos, que se dan en dimensiones “infinitamente” pequeñas, donde el conocimiento y el cálculo de las posiciones son desafiadas por la incertidumbre, pues la intervención de la investigación afecta al movimiento del objeto estudiado, objeto que no puede ser captado si no como probabilidad, en tanto banda, apareciendo en su dualidad, como partícula y onda; así también, podemos hablar de la ciencia de la vida, que se ocupa de fenómenos autopoiéticos, cuyos comportamientos exigen no sólo otra “mecánica” que las desarrolladas en la física clásica, en la física relativista y en la física cuántica, sino un abordaje diferente, pues se enfrenta al “demonio de Maxwell”, a la intervención de una racionalidad, de una cibernética, de un “propósito”, de una performance, de una teleonomía. No es que la biología se opone a las físicas, sino que son mas bien su substrato, las usa para lograr un uso y consumo creativo de la energía. Así como se postula la teoría integral de las físicas, la física clásica, la física relativista y la física cuántica, también se puede postular la teoría integral de las físicas y la biología, que logre descifrar, comprender y conocer la génesis, la producción, la reproducción y los ciclos de la vida[8].

A propósito de la perspectiva móvil y fluido del concepto de dinámicas moleculares, la exposición anota estas definiciones:

De la definición

Habíamos dicho que dinámicas moleculares sociales es una metáfora del uso que se hace en física de este término. Ciertamente las moléculas de las que se habla no son las moléculas de la física; no podrían serlo, sino, como dijimos, se remiten a individuos, a grupos, asociaciones, alianzas, no institucionalizados. Sin embargo, cuando hablamos de dinámicas nos aproximamos mucho al sentido dado por la física; se trata de una mecánica. Así como se habla de una mecánica clásica, de una mecánica molecular, de una mecánica relativista, de una mecánica cuántica, podemos hablar, metafóricamente, de una mecánica micro-social. Sabemos que las dinámicas moleculares sociales son singulares, múltiples, plurales, heterogéneas; también sabemos que suponen relaciones y que las relaciones suponen diferencias. Hay relación donde hay diferencia. Así mismo las dinámicas suponen movimiento; las relaciones son activas, se activan las relaciones por acciones. Si no se considera el movimiento, la actividad, la acción, la práctica, como lo que hacen a la relación, la categoría relación termina siendo una mera abstracción, un mero vínculo estático en un cuadro inmóvil. No basta decir que una situación es relacional, todo al final de cuentas es relacional; es indispensable comprender cómo se efectúa la relación, cómo se hace, cómo se produce la relación. La importancia radica en las dinámicas que hacen efectivas las relaciones[9].

Por último citamos, del ensayo mencionado, algunas reflexiones sobre la física cuántica:

La física cuántica no solo concierne al mundo microscópico atómico, al contrario, toda la física es física cuántica; las leyes de ésta, tal como las conocemos hoy, constituyen las leyes más generales de la naturaleza[10]. Si conocemos las leyes básicas a que obedecen las partículas elementales, podemos, también, en principio, predecir el comportamiento de los sistemas físicos macroscópicos formados por un número muy grande de tales partículas. Esto significa que las leyes de la física clásica se siguen de las leyes de la microfísica y, en este sentido, la mecánica cuántica tiene tanta importancia en el mundo macroscópico como en el mundo microscópico[11]. Desde esta perspectiva, las leyes de la física clásica no dejan de ser leyes aproximadas. Pueden ser tomadas como formas límite de las leyes de la física cuántica, más fundamentales y que abarcan mucho más[12].

Se ha venido hablando de una “revolución” en la física o de la conmoción o cisma de la física, sobre todo en lo que respecta a las transformaciones y desplazamientos epistemológicos realizados por la física relativista y la física cuántica. De alguna manera, se supone que lo anterior habría sido derribado; en este caso, la física clásica. Esto no es acertado; las leyes de la física clásica, en el dominio de esta macro-física, se conservan; no han sido derribadas. Los fenómenos macro-físicos, que se dan en ese dominio o ese campo, siguen siendo explicados y descritos de la misma manera[13].

A propósito, tenemos que decir que nunca ha habido una teoría general clásica de la materia. Las leyes de la física clásica son buenas leyes fenomenológicas. Mediante estas leyes se puede describir el comportamiento o el movimiento de un mecanismo; hasta nos puede dar cuenta de ciertas constancias materiales, como la densidad, el módulo elástico, así como de los materiales que constituyen el mecanismo. Sin embargo, si preguntamos por qué las densidades son lo que son, por qué las constantes elásticas tienen los valores que tienen, por qué una barra se romperá si la tensión en ella pasa de un cierto límite; entonces, en un conjunto de preguntas, sobe las razones materiales y fundamentales últimas, la física clásica enmudece[14]. Al respecto, tampoco ahora podemos decir que se cuenta con una teoría general de la materia, a pesar de los grandes avances de la química, de la física relativista y de la física cuántica[15].

Hasta el siglo XIX, comprendiendo parte de este siglo, se mantuvo la hipótesis de que la materia estaba compuesta por átomos; es decir, por una unidad muy pequeña e indivisible. Esta hipótesis llevó a la teoría cinética de los gases, desarrolladas por J.C. Maxwell y L. Bolzmann. Con la teoría cinética de los gases se puede explicar muchas propiedades de los gases, partiendo de la figura de que un gas en un recipiente es un enjambre de moléculas, que se mueven turbulentamente al azar, chocando, sin interrupción entre sí y con las paredes del recipiente. Por otra parte, mediante la teoría cinética se pudo estimar el número de Avogadro, N0 = 6,02 X 10 elevado a la 23, que es el número de moléculas en un mol de gas cualquiera[16]. Ciertamente, esta hipótesis del átomo como indivisible, no corresponde, de ninguna manera, a la concepción que se tiene hoy del átomo, que mas bien es considerado como divisible y compuesto por un núcleo y una constelación de órbitas, un núcleo conformado por protones y neutrones, orbitado por electrones. Son entonces los protones, neutrones y electrones, además de una multitud de otras partículas elementales, las partículas que componen el átomo. El mismo problema que se tuvo con el átomo, que fue considerado antiguamente como indivisible, pasa ahora con el concepto de partícula, que, supuestamente es definida como indivisible. El profesor Eyvind H. Wichmann dice:

“Una partícula debe considerarse como elemental si no es posible describirla como un sistema compuesto por otras entidades elementales. Una partícula elemental no tiene “partes”, no se ha “construido” a partir de algo más simple”[17].

Sin embargo, ya se sabe, que estas particulas también son composiciones, estan compuestas por fermiones y bosones. En el modelo estándar existen dos tipos de fermiones fundamentales, los quarks y los leptones; hay tres tipos de bosones de gauge: fotones, bosones W y Z y gluones. A su vez, ahora se considera que los fermiones y bosones también corresponden a composiciones. Por lo tanto, tal parece, que no puede sostenrse la existencia de alguna particula indivisible, así como tampoco, mucho menos, que exista una unidad última homogénea de la materia; se trata de composiciones; por lo tanto de la manifestación primordial de la pluralidad y la asociación. Por lo tanto, podemos decir que el uso del término partícula es convencional, así como lo es el de átomo.

El argumento del profesor de física es de que el supuesto de divisibilidad indefinida proviene de los prejuicios heredados de la física clasica; que no se puede aplicar esta noción a la física cuática. Los fenómenos dados ante la ruptura del átomo y del núcleo del atomo no corresponden, de ninguna manera, a las particiones sucesivas que se pueden dar en un material macroscópico. Dice que, si bien se dan fenómenos como cuando chocan a alta velocidad dos moléculas de hidrógeno y se fragmentan, a menos que la velocidad sea muy grande, entre los fragmentos encontraremos átomos de hidrógeno, protones, electrones; es decir, componentes a partir de los cuales se constituye la molécula de hidrógeno. La violencia de la colisión supera las fuerzas de cohesión; entonces se dio lugar a la deisntegración de la molécula. Lo mismo ocurre con muchas reacciones nucleares, si un proton de alta energía choca con un nucleo, puede ocurrir que unos protones y neutrones sean expulsados[18]. Si estudiamos una colisión violenta entre dos partículas elementales, por ejemplo, dos protones, descubrimos fenómenos que son cualitativamente diferentes, en comparación con los fenómenos macroscópicos, cuando ocurren colisiones. Si un protón de energíua muy alta choca con otro protón, puede suceder que los dos protones subsistan y que nos encontremos con varias particulas elementales nuevas, como ser, mesones pi, como consecuencia de la reacción provocada. Ciertamente, también pueden desaparecer los protones y aparezcan varias partículas enteramente nuevas, conocidas con el nombre de mesones-K e hipermesones. De la misma manera, si se trata de la colisión entre electrones, puede suceder que como consecuencia de la reacción se tenga tres electrones y un positón[19]. Considerando otra situación, si un electrón y un positón chocan, las dos partículas desaparecen, se da lugar una aniquilación, quedandonos solamente la radiación electromagnética en forma de rayos gama[20]. Otro ejemplo sugerente es la creación de un par electrón-positón, cuando un rayo gama atraviesa el campo electrico de un átomo[21]. El profesor de física dice:

“Con los modernos aceleradores de partículas cabe producir haces de partículas de muy alta energía y tenemos así los medios para destruir partículas tales como los protones, si es que efectivamente estos pueden ser destruidos. Pero, los protones no se rompen como los átomos y los núcleos: ocurre algo muy diferente. Hemos de llegar así a la conclusión de que en el estudio de los electrones, protones, neutrones, etc., hemos alcanzado un límite: no parece razonable ni útil considerar estas partículas como formadas por otras partículas más elementales”[22].

Llama la atención el límite encontrado por el profesor de física. En primer lugar, no es cierto que la divisibilidad indefinida era el supuesto de la física clásica; al contrario, ésta se sustentó en la conjetura de la indivisibilidad del átomo, después, en la indivisibilidad de su composición o de sus sistema. Cuando se introduce la concepción de la divisibilidad del átomo se abre un horizonte epistemológico en la física contemoránera, relativista y cuántica. Por otra parte, no es sostenible el encontrar un límite; el descubrimiento de los femoinoes y bosones, que componen los protones, neutrones y electrónes, nos muestra que la divisibilidas prosigue. Lo que tiene que cambiar es esta idea de límite infranqueable; con este cambio, se debe cuestionar la idea cuantitativa y lineal entre lo pequeño y lo grande, incluyendo la idea heredada, todavía vigente del espacio[23].

Considerando estas citas largas, podemos aclarar el carácter de nuestras incursiones hipotéticas interpretativas. Nos interesa sugerir la hipótesis auscultadora de que no hay nada en el ser humano que no se encuntre en todos los seres orgánicos, tampoco hay nada en lo que llama vida la biología, que no se encuentre en el universo. De esta hipótesis auscultadora pasamos a la siguiente hipótesis, también prospectiva, basandonos en la figura comodín del demonio de Maxwell; la vida, en sentido biológico, no puede comprenderse como si fuera un comienzo de la nada; sólo se entiende la creación de la vida por parte de las macromoleculas cuando comprendemos que las moleculas contienen la potencia para crear, es decir, la capacidad de asociarse, componer, combinar, creando neguentropia. De esta manera podemos también inducir que las moleculas, al ser composiciones atómicas, también suponen la capacidad creativa, asociativa, de composición y combinatoria de los átomos. Los mismo pasa con los átomos, que son productos de asociaciones, composiciones y combinaciones de partícuas infinitesimales. Por eso, concluimos en la hipótesis especulativa de que la materia esta viva, si se quere, es vida misma, en toda su complejidad, variedad y diferenciación.

[1] Ver de Raúl Prada Alcoreza: La explosión de la vida. Dinámicas moleculares; La Paz 2013-2015. Amazon: https://kdp.amazon.com/dashboard?ref_=kdp_RP_PUB_savepub. http://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/la_explosi__n_de_la_vida. También Episteme compleja. Dinámicas moleculares; La Paz 2014-2015.

[2] Vida Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Vida?oldid=81735544 Colaboradores: Sabbut, Moriel, Pabloes, Lourdes Cardenal, Bigsus, Rosarino, Cyberdespacio, Dodo, Truor, Cookie, Tano4595, Jsanchezes, Kernel panic, Melocoton, Xenoforme, Gengiskanhg, Cinabrium, Loco085, Robotico, Ecemaml, Richy, FAR, Javierme, Alexan, Soulreaper, JMPerez, Taichi, Emijrp, LP, AgD, Alhen, Caiserbot, Jairzlr, Unificacion, Yrbot, Amadís, Seanver, Pristigaster, Oscar ., FlaBot, Vitamine, .Sergio, Mortadelo2005, Icvav, Lin linao, Equi, Beto29, Eloy, Sargentgarcia89, Bichologo, Banfield, José., Er Komandante, Carlos Alberto Carcagno, Cheveri, Nihilo, Axxgreazz, BOTpolicia, Xobra, CEM-bot, Laura Fiorucci, Pello~eswiki, RoRo, Unic, Roberpl, Eamezaga, Rastrojo, Antur, Loquetudigas, Jorge Acevedo Guerra, Damianews, Montgomery, FrancoGG, Thijs!bot, Pera6, Tortillovsky, Escarbot, Yeza, RoyFocker, IrwinSantos, PhJ, Isha, Mpeinadopa, JAnDbot, Lasai, Serg!o, Loquo, Kved, MoN 02, Mansoncc, Raimundo Pastor, Gsrdzl, Flafus, TXiKiBoT, ^ DeViL ^, Mercenario97, Gustronico, Lascorz, Millars, Humberto, Netito777, Xsm34, Rmcampero, Phirosiberia, Amanuense, Idioma-bot, Qoan, Pólux, Jmvkrecords, Xvazquez, Italonewman, Uruk, HéctorCuadrado, AlnoktaBOT, Aibot, VolkovBot, Technopat, C‘est moi, Erfil, Matdrodes, Fernando Estel, Synthebot, Juancharlie, DJ Nietzsche, BlackBeast, Muro Bot, Bucho, Marcelo2891, YonaBot, Srbanana, SieBot, PaintBot, ÁWá, Dgw1988, Rigenea, Drinibot, BOTarate, Byrialbot, Mel 23, Manwë, Erudito234, Correogsk, BuenaGente, Relleu, Belb, Fadesga, Copydays, Tirithel, Mutari, XalD, Jarisleif, Javierito92, Franciscosp2, NeVic, HUB, Antón Francho, Kikobot, Nicop, Makete, Eduardosalg, Sacel, Fanattiq, Leonpolanco, Alejandrocaro35, Alex5791, Raulvara, Descansatore, Petruss, Poco a poco, Lord Gnosis, BatteryIncluded, Açipni-Lovrij, Hahc21, Martin buchinichi, Camilo, UA31, Shalbat, Ucevista, Deambulando, Krysthyan, AVBOT, David0811, Jorghex, Nereu, Jose Marcial, Votinus, Louperibot, Hemingway10, MarcoAurelio, Maleonm01, Diegusjaimes, Davidgutierrezalvarez, MelancholieBot, Pedro Pedron, Luckas Blade, Arjuno3, Stefhany, Lampsako, Andreasmperu, Luckas-bot, Dalton2, MystBot, Wikisilki, Vic Fede, Diucón, Naroh, Draxtreme, Joarsolo, Nixón, DSisyphBot, Luis Felipe Schenone, Panxocore, SuperBraulio13, Manuelt15, Xqbot, Jkbw, Fobos92, Ilescas, Dreitmen, Lycaon83, BOTrychium, Cositer, Daniel Santiago Bonilla, Davidperdomoc, Torrente, Jrobertiko, Montag99, Panderine!, D‘ohBot, Adilingi, BOTirithel, Aledesanfer95, 􀀀􀀀􀀀, Jesús GL, Hprmedina, Mono92, RedBot, Sermed, Lungo, Jukas43, Galletafeliz-uv, PatruBOT, Abdiela, AldanaN, TjBot, Tarawa1943, Fersistoeq221, Jo Alvarez, Partrso21, Jorge c2010, Ticcianoalejandro, Phesrios22, Foundling, GrouchoBot, Miss Manzana, Presiqe1242, Restrer121, EmausBot, Savh, AVIADOR, Sennheiser, ZéroBot, HRoestBot, Alrik, Grillitus, Tenan, JackieBot, Juanve98, Rubpe19, ChuispastonBot, Waka, WikitanvirBot, Cordwainer, TaTo 713, Hiperfelix, Jmdoren, Abián, MerlIwBot, KLBot2, Franel genio, Jaluj, Tonirie, UAwiki, Sebrev, Travelour, MetroBot, Eddson guerrero, Mauricioasiel, Here29, Ileana n, Maria jesusa juanita, DBermudez95, Gabriel19700124, Mega-buses, Diego98031455502, Creosota, Helmy oved, Aleydi, Jhairelcapo, Kika moll, Profe Alejandro, Legobot, Diegopalma01, Leitoxx, Lautaro 97, Erika Jaramillo, La masacre, Estudiante2323, Mrdps99, JacobRodrigues, Bleach2009, Laura.yesenia-R.2001, Giovanny Lennon, Jhonatan09, Shiruo09, Cabc134, Jarould, Matiia, Egis57, Eurodyne, BenjaBot, Realistaqlo, Vanesa903, Grup 8 FTEL UOC, Xiomara barreto, AgusHoran18, Jbum Paziom:3, Elcurtipatucombo, Maguii123, INUDREW, JBUM CAPO, Carlos, Fabriandkelly, Loboandtiti, Lectorina, Ja pon Ja, Catli mirde y Anónimos: 523. Ver Wikipedia: Enciclopedia Libre. http://es.wikipedia.org/wiki/Vida.

[3] Ser vivo Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Ser%20vivo?oldid=81504565 Colaboradores: AstroNomo, Pabloes, Julie, Alberto Salguero, Rumpelstiltskin, Javier Carro, Dodo, Sms, Cookie, Opinador, Elwikipedista, Xenoforme, Gengiskanhg, Petronas, Orgullomoore, Hispa, Airunp, Yrithinnd, Taichi, Emijrp, Patricio.lorente, Rembiapo pohyiete (bot), LP, Magister Mathematicae, RobotQuistnix, Superzerocool, Jomra, Killermo, Yrbot, Nemo, Vitamine, .Sergio, Equi, Kazem, Banfield, Maldoror, Cheveri, Tomatejc, Paintman, Comakut, Alexquendi, BOTpolicia, Giru~eswiki, CEM-bot, Jorgelrm, RoRo, Unic, Baiji, Nuen, Rosarinagazo, Antur, Fache, FrancoGG, Leonudio, Alvaro qc, Zarate2, Mahadeva, Diosa, RoyFocker, IrwinSantos, Mario modesto, Alakasam, Isha, Góngora, Mpeinadopa, JAnDbot, Kved, Lithedarkangelgirl, CommonsDelinker, TXiKiBoT, Gustronico, Humberto, Netito777, Rei-bot, Pólux, BL, Xvazquez, AlnoktaBOT, Aibot, VolkovBot, Poromiami, Jurock, Snakeyes, Technopat, Matdrodes, Javichu el jefe, Synthebot, BlackBeast, Vatelys, AlleborgoBot, Muro Bot, Edmenb, Fran4004, MiguelAngel fotografo, YonaBot, SieBot, Mushii, Ctrl Z, Loveless, Drinibot, BOTarate, Marcelo, Correogsk, Greek, PipepBot, Fadesga, Xqno, Copydays, Tirithel, Mutari, Jarisleif, Javierito92, Franciscosp2, NeVic, Kaiok, Panxulin bon-bin, Antón Francho, Nicop, DragonBot, Makete, Eduardosalg, Leonpolanco, Pan con queso, Petruss, Josetxus, Açipni-Lovrij, PePeEfe, SilvonenBot, UA31, Maulucioni, AVBOT, LucienBOT, Flakinho, Louperibot, J.delanoy, Angel GN, MarcoAurelio, Diegusjaimes, MelancholieBot, De la hoz, CarsracBot, Saloca, Andreasmperu, Luckas-bot, Emiharry, Centroamericano, Nallimbot, FariBOT, Jajejaje, Bsea, Nixón, Arthur-Bot, Ruy Pugliesi, SuperBraulio13, Ortisa, Manuelt15, Xqbot, Jkbw, Dreitmen, Alira365, Contra desi, Ricardogpn, Igna, Botarel, Benzol-Bot, D‘ohBot, Durmieu, TobeBot, Halfdrag, Vubo, Lmalena, PatruBOT, Ultracacudo, AldanaN, Nacional100, Tolbañitos, Jorge c2010, Foundling, GrouchoBot, Zoetonio, Fjsalguero, EmausBot, Savh, AVIADOR, Allforrous, Africanus, Angelrbonilla, Grillitus, Emiduronte, Sahaquiel9102, Jcaraballo, MadriCR, A1b2c3d4~eswiki, Waka, MerlIwBot, KLBot2, TeleMania, Taringuero009, AvocatoBot, Sebrev, Travelour, Cyberdelic, Chocolatew.. ñwñ, Frederick noooooo, Acratta, LlamaAl, Elvisor, Edgar 195, Asqueladd, Ebiecer, DanielithoMoya, Betiochi, Helmy oved, Liz katherine contreras, Shebaks, RosenJax, Makecat-bot, Syum90, 98lore, JiramJarid, Addbot, Maite Rosselot, Nataly pantoja, Eric77, Fr228Bot, Caroliz selenator, Glondorr, BY THE, Jhonatan09, Shiruo09, ByronRZ, Jarould, Egis57, Johannkeytel, Lqremzo, Diánmondin, Lectorina y Anónimos: 490. Ver Wikipedia: Enciclopedia Libre. http://es.wikipedia.org/wiki/Ser_vivo.

[4] Ver de Raúl Prada Alcoreza: La explosión de la vida. Dinámicas moleculares; La Paz 2013-2015. Amazon: https://kdp.amazon.com/dashboard?ref_=kdp_RP_PUB_savepub. http://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/la_explosi__n_de_la_vida.

[5] Ibídem: Págs. 82-83.

[6] Ibídem: Pág. 83.

[7] Ibídem: Pág. 83.

[8] La explosión de la vida. Ob. Cit.

[9] Ibídem.

[10] V, Berkeley, er de Eyvind H. Wichmann, profesor de física, Universidad de California, Física Cuántica. Berkeley Physics course; volumen 4. Pág. 24.

[11] Iídem: Págs. 24-25.

[12] Ibídem: Pág. 25.

[13] Ibídem: Pág. 26.

[14] Ibídem: Pág. 27.

[15] Ibídem: Pág.27.

[16] Ibídem: Pág. 29.

[17] Ibídem: Pág. 29.

[18] Ibídem: Pág. 30.

[19] El positón es una partícula elemental, análoga al electrón, a diferencia de su carga, de signo opuesto.

[20] Eyvind H. Wichmann: Ob. Cit.; Págs. 31-32.

[21] Ibídem: Pág. 33.

[22] Ibídem: Pág. 34.

[23] La explosión de la vida. Ob. Cit.