Chile: Crisis de los partidos y las estrategias de la DC y del lenistalinismo

No funcionó la estrategia de la DC y del empresariado chileno de sacar las castañas del fuego con sus aliados de los partidos de izquierda.



Crisis de los partidos y las estrategias de la DC y del lenistalinismo

Por Jaime Yovanovic Prieto

No funcionó la estrategia de la DC y del empresariado chileno de sacar las castañas del fuego con sus aliados de los partidos de izquierda. La estrategia era simplemente reeditar la política de frentes populares de la pos guerra, es decir alianzas con los partidos que en aquella época representaban y articulaban extensas capas de trabajadores a nivel mundial y con capacidad de desarmar las luchas sociales para subordinarlas a dicha alianza, la que era de crucial interés para la Unión Soviética que dejaba la guerra atrás para consolidar el papel del estado, lo que hoy se denomina “política de estado”, que supera la vieja idea enterrada del “internacionalismo proletario”, lo que lleva a varios teóricos, en especial franceses, italianos y griegos, casualmente territorios de enorme expansión de la potencia de los trabajadores en aquella época, que por poco no pasan también a la URSS de no haber sido por el reconocimiento occidental del fracaso de la estrategia de empujar a los alemanes en contra del capitalismo de estado lenistalinista y la decisión de soltar por fin a los Rambos en Sicilia y Normandía para acabar con el fuerte desarrollo de la resistencia de los de abajo dirigida por la eficiencia y decisión de los maquisards en Francia y los partisanos italianos, rápido, había que moverse rápido, pues los rusos resistieron a los invencibles alemanes en la gesta de Stalingrado y, ni cortos ni perezosos avanzaron hacia occidente arrasando con las huestes nazis que ocupaban todo el territorio europeo, salvo Inglaterra y uno que otro país nórdico neutral, diciendo que liberaban los países, cuando en realidad los ocupaban, lo mismo que hacían las tropas de Popeye y de Súperman, que ocuparon Francia, Italia y otros. La resistencia popular fue aplastada en conjunto por los soviéticos y los paladines de la estatua de la libertad. Por ejemplo en Italia, los partisanos habían derrotado a los alemanes y controlaban prácticamente todo el país, lo que hizo trabajar más a la naciente CIA y a los agentes con licencia para matar, los cero cero del M16 inglés, en las maneras de derrotar a esos parias guerrilleros que cantaban a grito pelado el Bela Ciao al paso de sus avances victoriosos contra las tropas alemanas y con toda la población vitoreando a sus partisanos, donde estaban sus hijos, hermanos, vecinos y amigos. Eso era un pueblo en armas, una de las historias más hermosas de las luchas de los trabajadores y campesinos de la época de la plusvalía, retratada con maestría por Bartolucci en su película “Novecento”, donde los partisanos lloran al desenterrar y entregar las armas por la orden bajada desde Moscú de ceder Italia a occidente y uno de los personajes exclama al final: “El patrón está vivo”. Los teóricos y dirigentes toman el marxismo lenistalinista (que no tiene que ver con Marx, salvo su segunda fase superada en los últimos 10 años de su vida en que sus escritos son minuciosamente revisados y ocultados) doctrina que inicialmente se centraba en la lucha por el poder, y la reconstruyen bajo la perspectiva estructuralista, es decir la administración del poder, un descriptivismo fenomenológico potente y una receta de cocina, receta que recorre rápidamente las dirigencias partidarias y sindicales imponiendo el fin de la lucha y la integración estructural orgánica en los laberintos de las jaulas de los instrumentos del poder (valga la redundancia), lo que ya había trabajado Gramsci en Italia en el período que va de la primera a la segunda guerra, cuando la URSS abandona la economía centralizada del comunismo de guerra para asumir las bases y fundamentos del modo llamado del “cálculo económico” que luego instalan en Cuba cuando la isla pide ayuda tras la amenaza de invasión yanqui, en tanto el Che Guevara se tiraba los pelos alertando del peligro de cerrar históricamente la transición a la sociedad sin clases y tuvo que irse. Gramsci levanta dos conceptos estructurales básicos, a saber el intelectual orgánico y la hegemonía sobre la base del control de los aparatos ideológicos, que permiten transformar la lucha de clases de la época en una lucha de ideas, lo que Palmiro Toggliati aplica sabiamente en España, donde fue enviado por Moscú a fiscalizar el partido comunista de ese país y se sabe que estuvo a la cabeza de asesinatos políticos de opositores izquierdistas, la destrucción del Poum y otras perlas. Como resultado de ello el PC italiano entra en un tobogán de deslizamiento constante hacia la derecha, pues las ideas gramscianas de Toggliatti fueron continuadas por Berlinguer, que rompe definitivamente con Moscú e inaugura el eurocumismo, un puente hacia la socialdemocracia desde donde siguieron avanzando sin freno hacia el liberalismo democrático progresista de su actual partido PD, Partido democrático que hoy gobierna Italia y que ha sido golpeado fuertemente en las elecciones municipales por el grupo independiente que postula trabajar sin partidos llamado Cinco estrellas. O sea, Italia pasó desde el país más fuerte liberado desde abajo por los partisanos, al partido comunista más numeroso de Occidente y finalmente a uno de los países dende la anti-política y la severa crítica a los partidos se está abriendo camino lento pero seguro.

Y cuál fue el papel de la DC en esa historia?
La DC Italiana acompañó de cerca la evolución del PC desde la emergencia del estructuralismo marxista originario en Francia por Althusser y continuado por Marta Harnecker, la ideóloga de la Surda, célula madre del grupo autonomista de Boric, Sharp y el periódico El Ciudadano. Estuvieron cerca muchas veces y lejos en otras, hasta que la muerte de Aldo Moro, líder de la DC, pone fin al pololeo, o más bien amistad con ventaja, pues Moro y Berlinguer hicieron el gran acuerdo nacional llamado “compromiso histórico”, que sería equivalente a matrimonio civil y religioso, ya que muy cerca estaba el papa Paulo VI, que se había encargado en Polonia de armar el sindicato anticomunista “Solidarnosk” con su agente y seguidor Lech Valessa, y en Italia se opuso a que el gobierno liberara a los presos políticos que exigían los secuestradores de Moro, con lo que finalmente se encontró el cadáver en la mitad del camino entre la sede de la DC y la sede del PC. Fina ironía de las Brigadas Rojas.

El romance terminó con un partido liberal al pedo y quedó claro que la DC y el Vaticano jugaron muy bien sus cartas para estimular internamente los debates en el PC y externamente mediante acontecimientos “convenientes” para inducir resultados. Eso sumado a los actos de mutuo espionaje durante la guerra fría llevó a que los partidos de diversa índole resguardaran sus sedes tanto o más que una embajada.

En Chile la falange, formada por intelectuales católicos, apoya en parte al Frente Popular (PS, PC y PR) y se incorpora al gobierno el año 1945, “casualmente” la fecha del fin de la guerra, y con sectores conservadores afines al catolicismo y debidamente conducidos o inducidos desde el arzobispado, se unifican para formar la DC chilena que a veces pololea y otras veces pelea con el PC, en tanto el arzobispado mantiene sacerdotes y agentes para todos los gustos, que ejecutaban y ejecutan las directrices políticas provenientes de sus centros internacionales de comando, la DC desde el Vaticano y el PC desde Moscú y luego desde La Habana.

Sin embargo la revolución cubana pone en cuestión el pacto de reparto del mundo, de frentes populares y coexistencia pacífica entre los estados capitalistas y los estados del capitalismo de estado llamado graciosamente, pues no tiene nada de eso, de “socialistas”, situación que duró unos pocos años hasta que la URSS se hizo cargo de los rebeldes que se entregan a condición de que los acuerdos y negociaciones permanentes USA-URSS mediante el teléfono rojo y otros enlaces, eviten la invasión, que era inminente y sería a sangre y fuego, quedando finalmente en un bloqueo que pudiese desgastarse con el tiempo.

La DC chilena al romperse la santa alianza de los frentes populares por los indisciplinados barbudos de la sierra que habían abandonado toda ideología y dependencia de orgánicas y partidos internos y externos, también, obviamente rompe su romance con el frente popular y levanta otra revolución, como hizo después Jackson, el líder estudiantil niño maravilla de la pontificia que se alió con los viejos estalinistas en la persona de Vallejos y los seguidores del estructuralismo marxista de Harnecker, los surdos, que se colocan la máscara de autonomía, lo que es paradójico si se “orienta” desde un partido, por medio de Boric, en fin, los tres mosqueteros que engatuzaron al movimiento estudiantil dejando las cenizas de Cenicienta por el zapato de cristal con el que ocupan el asiento de parlamentarios estructurales.

Esa revolución en libertad de Frei de 1964 lleva a una ofensiva de la DC y la Iglesia católica, que refuerza en sus colegios, liceos, universidades, institutos, en fin, su enorme red pedagógico-ideológico-política protegidos por la falsa “libertad de culto” a enseñar con más fuerza la doctrina social de la iglesia, lo que resultó un tiro por la culata, ya que muchos, entre ellos quien escribe, por esa vía fuimos más allá de los límites del paquete que se nos vendía desde esa doctrina y desde el vaticano de Moscú, surgiendo el Mapu como escisión izquierdista de la DC, en tanto miles de profesionales, estudiantes y trabajadores engrosábamos las filas del MIR, que levantó la bandera de cuestionar desde lo popular la hegemonía lenistalinista del estado socialista estructurado, cosa que en muchos miristas hoy se ha acabado debido a la nueva santa alianza de la vieja izquierda rebelde con sus antiguos adversarios lenistalinistas, esto es, grupos de viejos militantes que creían que la lucha era de estructuras partidarias vanguardias guerrilleras como la revolución cubana, dejando de lado que ella no era partidaria ni vanguardista, sino que posteriormente se entregó al estado socialista estructurado (ya no más en transición), incomprensión que los ha llevado hoy día a trabajar coludidos con los estalinos del frente Rodríguez arrastrando a capas de jóvenes que buscan en esos viejos algún reflejo del MIR de la época de la plusvalía, lo que no es posible con esa extraña alianza que no tiene en consideración el nacimiento y la historia de la organización, sino sólo algunos aspectos, extrañamente sólo algunos aspectos, en tanto otros aspectos, con profusión de argumentos, son dejados de lado para la “unidad de los que luchan”, independientemente que los otros tengan otros objetivos y se hayan mostrado a lo largo de la historia como mentirosos y traidores. Tristemente estamos en presencia de la conformación de verdaderos aparatos de poder y micropoder dirigidos desde grupos intelectuales de esa alianza frente-mir, que predomina en los tres casos más conocidos: el de los grupos mapuche dirigidos por ideología huinca, la central clasista de los trabajadores, donde llega a dar vergüenza la subordinación de viejos y nuevos cuadros miristas a los estalinos del frente, y los barrios y poblaciones en algunas ciudades, donde por la falta de alternativa concreta y sólo promesas de las viejas utopías que hoy no tienen cabida, llevan a un voluntarismo y aparatismo lleno de ansiedad y empuje “ideológico”, que al ser dogmático impide ver el precipicio a que los lleva el estalinismo, en especial cuando todos saben de sus lazos estructurales con el PC donde la doble militancia predomina en varias poblaciones, como en La Victoria, por dar un ejemplo público, ya que otra cosa es funar.

El acuerdo de los que luchan tiene como base la lucha, increible, aunque saben bien que luego se van a agarrar a tiros entre ellos. Eso está lleno de idealismo o de engaños. Los estalinistas son expertos en que el fin justifica los medios y no hay región donde no se hayan cargado adversarios ideológicos, aunque después se haya descubierto que eran mentiras eso de que eran agentes infiltrados.

De esa manera la ofensiva DC de la revolución en libertad en los años 60 y su cuestionamiento a que se haya destruido la santa alianza de los frentes populares, pone en cuestión en Chile la continuidad de las corrientes estalinistas y estructuralistas, lo que permitió a la población ir más allá de los límites impuestos por la reforma agraria, la reforma urbana, la reforma universitaria, etc. Los cordones industriales no surgieron por la capacidad de una vanguardia de dirigirlos como los bolcheviques habían dirigido los consejos en constante batalla y aplastamiento de las dinámicas populares y protagonistas, sino al contrario, fue el protagonismo masivo que permitió al MIR actualizar sus políticas sociales sobre la base de la libertad de opinión, diálogo, etc, la horizontalidad se fortalece en los órganos de poder popular, otra forma de hacer política desde los trabajadores, más que desde la capacidad de “conducción” de una vanguardia, cosa que la alianza con el estalinismo alimenta y no deja reflexionar justamente por la ansiedad vanguardista que muy bien saben empujar los frentistas que preconizan la “audacia” y la prepotencia, ante lo cual los miristas creen que deben responder con lo mismo y al final resultan funcionales y aquí nadie sabe para quien trabaja.

La DC, que estimuló y convocó al golpe militar tiene muy claras esas diferencias y matices, pues ya los ha vivido en Italia, en la pos guerra, en Alemania, en Venezuela, en Ecuador y aquí mismo, por lo que no es de sorprenderse que por un a parte acepte la vieja política de frente popular del lenistalinismo, con una mano y luego ataque a Cuba, pues con todo ello va construyendo perfil ideológico ante los votantes al tanto que puede negociar tras bambalinas.

De allí que la noticia de la DC de que ellos están pagando el pato por la crisis del gobierno y de los partidos, tiene mucho de razón, pero no funciona eso de culpar a los otros, por lo tanto aquí hay gato encerrado, veamos por donde anda el gato: El bloque de derecha se desgajó en sectores centristas, pero en muy pequeña medida, pues si hubiese sido en mayor proporción, ya la DC se había largado del frente popular, digo de la Concertación, pues le pica la piel estar junto al PC en la Nueva Mayoría y verían con gusto y sobándose las manos un estadio nacional lleno de presos apaleados y torturados y desaparecidos, aunque me refiero a los dirigentes, los que mueven los hilos del micro-poder partidario, no a la militancia que simplemente levanta la mano cundo le dicen o vota por quien le manden, y esto vale para todos los partidos, que no son más que montones de gente “organizada” detrás de un grupo selecto de inteligentes que se reunen y hacer acuerdos por arriba. Imaginen que si se les consulta a los cubanos si prefieren ser invadidos o entregarse a los soviéticos, un tema así es muy delicado, pero por suerte existe el aparato que puede tomar decisiones sin consultar, lo que bien mirado finalmente aparece como poco democrático, como los dirigentes de la DC reuniéndose con militares, que no podían consultar a sus bases si querían un golpe, por suerte existe aquí también el aparato. Caramba, estamos comenzando a comprender el verdadero rol de los partidos, del poder, etc. Donde todos juegan y se enjuagan la boca con lo popular, pero invaden las mentes y los cuerpos para instalar allí los contenidos “buenos” contra los contenidos “malos” de los “enemigos”, es decir el dualismo y el maniqueismo siguen siendo tal cual siempre lo han sido, el instrumento de manipulación principal de los “luchadores” por el poder, los que lo sostienen y lo que aspiran a sostenerlo ellos.

El mejor reparto posible según la DC es que el PC y el PS empujen hacia la izquierda y formen un bloque con las 200 organizaciones políticas, partidos, grupos y corrientes que se dicen izquierdistas, lo que el PC no quiere, pues eso significa salirse de la mesa del festín, pero mientras eso no suceda todos los de arriba, incluyendo altos funcionarios con o sin uniforme, empujan para que todo se politice aún más, ya que saben que esa politización será capitalizada para catapultarse hacia el poder, que se multipliquen los partidos y vanguardias, que las universidades sean nidos de organizaciones disputando unas contra las otras, que no decaiga el espíritu, que levante la voz el nuevo “partido revolucionario del pueblo pobre organizado y capaz de resistir los embates del capital cualquiera sea sus formas y medios” y antes de una semana se levanta entre los estudiantes el otro más nuevo partido “movimiento de la patria por el poder popular y ciudadano desde el territorio a liberar para alcanzar la justicia y la luz que nos permitirá salir de la oscuridad social” y así vamos.

La DC está constatando que las capas medias le abandonan y llega a la conclusión de que se van a la derecha, lo que no es una interpretación, sino un truco, pues no hay constancia de ello y la única constancia posible es que la gente está huyendo en masa de los partidos, asi que sueñan con un nuevo bloque de centro y con una izquierda que agrupe a todos los grupos, grupitos y grupotes con el PC a la cabeza, ya que con ellos se puede negociar, en tanto los grupos estalinistas se encargan de atraer a los guevaristas y a los miristas y similares, al menos para alianzas mínimas o actos que contribuyan a aumentar su caudal electoral aunque ellos digan que no van a votar, pero muchos tienen sus propios candidatos y otros saben que la gente finalmente vota PC, como en la Villa Francia. En Valparaíso hay puentes como el grupo de ex PC que tenía o tiene la presidenta de los empleados fiscales, que tiene buen tránsito con todos los estalinos de las diferentes tiendas, desde el PC(AP) y su Unión Patriótica, hasta el Frente Rodrígues con varias cosillas por ahí y cada uno de ellos con sus respectivas políticas de alianzas que se acrecientan en el período electoral, además de sus puentes hacia el PC o hacia entidades, agrupaciones y espacios que comparten y por donde circulan los flujos nutritivos.

De esa manera la DC cumple un rol de buscar alianzas hacia la derecha mediante mil maniobras y argucias, en tanto el Frente y la larga lista de grupos lenistalinos tienen el rol de asegurar la dependencia de las corrientes críticas hacia la estrategia del estado socialista autoritario.

Se entiende así que vaya en serio la crítica severa a todos los partidos y la necesidad de potenciar el protagonismo autónomo y comunitario de los vecinos, trabajadores y estudiantes

Jaime Yovanovic Prieto
profesor_j@yahoo.com
Valparaisando