Chile: Militares hablan alto

Las declaraciones militares de reafirmación de la patria por sobre la matria, es decir el predominio del autoritarismo institucional patriarcal por sobre el mundo de la vida, marcan el rosario de conceptos y declaraciones de principio entregados por la tienda militar por boca de su vocero, el general Oviedo



Chile: Militares hablan alto

Por Jaime Yovanovic (Profesor J)
Desde la di-versidad del mundo de la vida

Las declaraciones militares de reafirmación de la patria por sobre la matria, es decir el predominio del autoritarismo institucional patriarcal por sobre el mundo de la vida, marcan el rosario de conceptos y declaraciones de principio entregados por la tienda militar por boca de su vocero, el general Oviedo, tras reafirmar su vocación de respeto al poder civil y al gobierno por medio de una medalla entregada con pompa y boato al ministro de defensa y culminar destacando el valor como el principio fundamental de la vida militar.

Si bien es cierto que se encuentran poco dispuestos a ceder los fondos secretos que reciben sin control de institución alguna, han dejado claro que las fuentes financieras dependen del poder civil, o sea, de los políticos, justamente los que menos confianza tiene la población, pero bueno, si lo dice la constitución, poco importa que la hayan hecho ellos mismos. Es como decir abiertamente: “dejamos esa decisión a los corruptos” y hasta podría agregarse “por algo entregamos la máquina a la partidocracia”, y así todos seguimos contentos con la población dividida cada quien colgado de sus próceres, unos colgados de los partidos y figuras de derecha, otros del centro, más allá se agrupan los que se cuelgan de la infinidad de grupos y partidos de izquierda y así todos colgados como racimos de uva que pisotean tranquilamente los de allá arriba para hacer el vino con que nos emborrachan la perdiz.

Poco faltó para que saludara abiertamente a los diputados provenientes del mundo estudiantil que han hecho nuevos racimos de partidos que por suerte consiguen entusiasmar a algunos ilusos que podrán llenar los viejos odres con vino nuevo y saludable, como una campaña religiosa de “renovación de la esperanza”. Vamos bien, dicen allá arriba y por eso los militares ahora se dan el lujo de hablar alto y pasarnos por la cara los “riesgos regionales” derivados de las disputas económicas, recursos y orientaciones ideológicas, en abierta alusión a Bolivia donde los capitalistas izquierdistas en el gobierno usan a diario el recurso al chauvinismo llegando al colmo de definir a sus destacamentos armados como “ejército antimperialista” que dice distanciarse de las potencias cuando se agarra a China, Rusia y todo aquel que traiga capital para destruir la madre tierra y debilitar a la matria frente a las patrias que pisotean las uvas de la ira, refiriéndonos a la sensacional novela del norteamericano John Steinbeck y no a la operación militar de Israel.

Esa fragilidad regional la usan para reforzar su papel y justificar sus fondos, además que ligan abiertamente la defensa con la seguridad, pasando un avisito a quienes internamente pueden aspirar a modificar el orden imperante, en especial a las comunidades mapuche que están entre dos fuegos: la agresión del estado y la agresión de las vanguardias que intentan arrastrarlos a sus luchas por el poder. No hay riesgos en relación a los que incendian camiones, iglesias y granjas, ya que para eso está el aparato. El peligro está en que los mapuche hagan algo parecido a los zapatistas o a los kurdos, que es una tendencia que se despliega desde abajo por todo el continente y el resto del planeta, es decir el cambio civilizatorio, pero eso no se podrá reprimir, pues se trata del cambio pacífico desde las relaciones de cotidianeidad, desde la raíz de la tierra, el mundo de la vida y la matria, y el peligro a nivel de país está conjurado mientras los izquierdistas sigan organizando un partido tras otro o fusionándose según acuerdos y repartijas entre los dirigentes o generando redes de coordinaciones y similares de caciques sin indios. Para entender mejor eso basta comprender que un partido se organiza de arriba hacia abajo reclutando y organizando desde una matriz, que en el fondo es una reproducción del estado, pues aspira a dirigir el actual o hacer “otro”.

Mientras siga esa división jacobinos-gerondinos implantándose en la población impidiendo el despliegue de la potencia del común con autonomía, los militares y empresarios tienen motivos para seguir contentos, en especial en esta época de alianzas izquierda-derecha en la mayoría de los países, donde se reparten las funciones estatales entre patadas y combos o entre copas borboteando de champaña mientras cada uno saca a sus “masas” a la calle para presionar en la repartija y muchos todavía agarran papa con ese carnaval predeterminado. Y todo ello para abrir aún más las puertas a las empresas que están depredando el planeta.

Ya no se sabe con cual chichita nos estamos curando. Volvamos a la raíz y retomemos los ritmos y requerimientos de la madre tierra y del común. Salud!

Jaime Yovanovic (Profesor J)
Universidad Libre, la desuniversidad, que en vez de uni-versidad, reconoce la di-versidad del mundo de la vida.
unlibre@gmail.com