Chile: Utilización política del funcionalismo público

Los trabajadores públicos son apatronados, defienden los intereses del patrón estado, que actúa como un trompa cualquiera, como ha quedado demostrado en la resolución final del voto parlamentario, en que el oficialismo aceptó la propuesta de la oposición para sacar el miserable reajuste propuesto



Los trabajadores públicos son apatronados, defienden los intereses del patrón estado, que actúa como un trompa cualquiera, como ha quedado demostrado en la resolución final del voto parlamentario, en que el oficialismo aceptó la propuesta de la oposición para sacar el miserable reajuste propuesto ofreciendo un vergonzoso regalo de pre navidad, una especie de bono aguinaldo de 144 lucas para los que ganan menos de medio millón de pesos mensuales y 50 lucresias para los que ganen de medio a dos millones, lo que representa la modesta cantidad de medio millón de funcionarios en cada una de esas dos categorías, ya que el funcionalismo público de nuestro país es alrededor de un millón de personas, lo que representa más de dos millones de votos, lo que ha permitido asomar cabeza política a De la Puente, el líder del partido socialista que ha tomado el bastón de mando que había dejado el dirigente radical que seguía los pasos de Clotario Blest, Don Clota, que tanta falta nos hace hoy y que muchos manosean su nombre con una enorme multiplicidad de agrupaciones y aparatos partidarios, abiertos o no, que se ponen la etiqueta made in Chile de “Movimiento Clotario Blest” o similares, encontrándose en esos grupos desde movimientos troskistas, miristas, socialistas, anarquistas o pinceladas mezcladas de “alianzas” entre esos grupos como generales moviendo piezas de guerra en el mapa.
De la Puente ha reaccionado habilmente ante la bofetada de la patronal que les negó la sal y el agua arrojando unas migajas como a palomas en la plaza, diciendo muy suelto de cuerpo que “nosotros votamos, de modo que cuando nos corresponda llegar a las urnas ahí les va a pesar”. Un dirigente con ese pedigrí no deja escapar una frase como esa sin haberla pensado mucho: “cómo salir de este cacho?”, fácil, sacando el cuerpo y mandando las cenizas al viento, que para eso sirve la política. La amenaza electoral es una gota en el chaparrón, que duda cabe, pero la política es así, prometer cambios en la próxima elección y listo, resuelto el embrollo, se abre la disputa política entre el funcionalismo y así ganan todos, la patronal y los candidatos a dirigir la cosa pública. Los partidos dentro del funcionalismo están de plácemes y podrán lanzar sus dardos venenosos para emborrachar la perdiz. Esa ilusión va a bajar el “espíritu de lucha” de los activistas, sin los cuales los funcionarios no mueven un dedo, ya que los acostumbran a la disciplina de arriba y los consuelan haciéndolos soñar con un presidente que la lleve y les aumente los salarios. La reivindicación sale de la gente y se transfiere a la batalla de las esperanzas, como siempre. Se harán asambleas entre los funcionarios y cada partido intentará llevar al ganado en la dirección que le asegure avances en su trepar de garrapatas por los pliegues del estado, al decir de Pablo, el gran Pablo de Rocka.
Veamos como se pueden posicionar los partidos: Los oficialistas obviamente apelarán a la disciplina de sus soldados para ir calmando aguas con el pretexto de que en las elecciones les irá mejor, pues Guillier o Lagos se la jugarán por el funcionalismo, aunque Vamos Chile y Amplitud con su flamante pacto con Velasco y Gillisasti, ya están haciendo lo mismo. La UDI entra sacando pecho, pues gracias a sus votos se aseguró el bono. La DC, como siempre, se la jugará por desplazar a la pseudo izquierda (PC y comparsas) aprovechando su alianza con el PS en la CUT.
Por otra parte, surgen por todos lados las huestas de Cuevas, el “salido” del PC, que tendrán terreno abonado para avanzar peones y alfiles, en especial si atendemos al hecho de la alianza con los partidos de la izquierda light juvenil de Jackson y Boric, pero todos ellos sólo podrán avanzar en ese terreno si presentan una carta presidencial ganadora, ya que se trata de la patronal a la que se meten de cabeza las ideologías cada una con sus demagogias con la que reunen ganado y votos para participar de la mesa de los patrones.
Evidentemente los funcionarios que están siendo convocados por De la Puente a presentarse en las urnas, tendrán que pensar en todas esas cosas y por nada del mundo van a sacrificar la pega, la niña de sus ojos. De modo que habrá que entender la llamada de De la Puente como un apoyo a la Nueva Mayoría, donde está su partido, el PS, y la alianza política que le sostiene en la ANEF, pues la “izquierda crítica” de Cuevas-Jackson-Boric y demás, van a atraer a los díscolos del país para sumarlos a la Nueva Mayoría en la segunda vuelta, que es la estrategia del PC al “sacar” al hombre de sus filas para agrupar a las ovejas negras en un coro izquierdista sin otro destino que votar al oficialismo donde el PC se va a mantener hasta que no vea que esos izquierdistas pueden atraer más votos gracias a los esfuerzos de Messina, Maturana y las mujeres que están dirigiendo las movilizaciones de género y ya informaron públicamente que harán también su estructura vertical que llaman pomposamente de “movimiento”, a lo que muchos y muchas agarran papa porque no ven a los partidos escondidos tras la piel de oveja.
Los funcionarios públicos están como los estudiantes: luchan y luchan, marchan y marchan, mientras papá-estado se arregla los bigotes con los patrones derechistas e izquierdistas que los hacen pelear a todos acá abajo para ver quien es la más bonita o el que la tiene más larga.
Como los estudiantes, el destino de los servidores públicos está en su interacción horizontal con los barrios, comunidades y las formas de expresarse de la potencia social con autonomía en el mundo de la vida, la habitación, la familia, el trabajo, el estudio, el amor, los flujos energéticos, el arte, la ciencia, los animales, las huertas, la medicina natural y la madre tierra. Poco a poco tendrán que salir del círculo vicioso de la dependencia ciega a la patronal y a los cantos de sirena de los partidos, para identificarse como parte del mundo de la vida y de la potencia social llena de creatividad, inciativas y construcción de otro modo de vivir.

Esa es tarea de todos.

Jaime Yovanovic (Profesor J)
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