¿Qué pasa con los pueblos y las sociedades?

¿Por qué dejan hacer lo que hacen los políticos, la clase política, los gobiernos, las burocracias, las mallas institucionales del poder?



¿Qué pasa con los pueblos y las sociedades?
27.01.2017

Raúl Prada Alcoreza

Las preguntas pertinentes de lo que pasa, en los decursos políticos contemporáneos, parece tener que hacerse respecto a lo qué pasa con los pueblos y las sociedades; hacerles las preguntas a ellas. ¿Por qué dejan hacer lo que hacen los políticos, la clase política, los gobiernos, las burocracias, las mallas institucionales del poder? No tanto como se ha hecho antes, preguntándose sobre las razones, las causas, las lógicas, que conmueven y definen los comportamientos políticos de la clase política y los gobernantes. Las preguntas sobre el Estado, sobre los gobiernos, sobre los decursos políticos, hechas a los procesos políticos, buscando en sus fuentes, archivos, registros, respuestas, parecen solo ocupar parte de los escenarios de la problemática política y la cuestión del poder. No son tampoco las preguntas más cruciales, pues, al final, el Estado, los gobiernos, las mallas institucionales, son productos sociales, son construcciones sociales, preservadas por las sociedades institucionalizadas.

Una de las preguntas importantes es: ¿Qué pasa con los pueblos y las sociedades, que no paran la marcha precipitada de la locomotora, que avanza irremediablemente al descarrilamiento? Otra pregunta consecuente es: ¿Qué pasa con los pueblos y las sociedades, que no construyen alternativas alterativas al sistema-mundo heredado? El gran problema de la contemporaneidad, de la crisis múltiple contemporánea, no se encuentra tanto en los síntomas de la decadencia de los Estado-nación, del orden mundial, del imperio, de las formas gubernamentales de la modernidad, sino en que los pueblos y las sociedades no parecen reaccionar ante la amenaza y el peligro como corresponde.

¿Es el conformismo generalizado? ¿El nihilismo consumado en los habitus sociales? ¿Es el dominio casi absoluto del imperio, del orden mundial; es decir, la hegemonía aplastante de la geopolítica del sistema-mundo capitalista? ¿O es la decidía de los contingentes poblacionales, que hacen a la demografía diferencial del mundo? No basta que colectivos y grupos de activistas se encarguen de una lucha titánica contra el sistema-mundo capitalista, extractivista y depredador. No basta la denuncia sistemática de científicos acerca del cambio climático. No bastan el conjunto de demandas en defensa de las generaciones de derechos conquistados y adquiridos. No bastan los actos heroicos aislados, en las geografías inmensas de las ecologías planetarias. Es menester y urgente una respuesta de los pueblos del mundo a la proximidad del apocalipsis, para decirlo metafóricamente. ¿Llegará a tiempo esta respuesta?

Entonces, parece que lo indispensable es comprender los funcionamientos de los tejidos sociales, que más que incentivar la inventiva social y política, terminan inhibiéndola; que anulan la potencia social, en vez de liberarla. En aras de esta problemática, intentaremos proponer hipótesis interpretativas.

Concurrencias de los tejidos sociales

1. Hay una excesiva confianza de que las posibles soluciones a las problemáticas heredadas se encuentran en las mallas institucionales del orden mundial. Olvidando que, también, posiblemente, parte del problema sean estas mismas mallas institucionales.

2. Después de las experiencias paradójicas de las revoluciones en la modernidad, los pueblos y los estratos sociales explotados se han desencantado de las utopías; su experiencia, la memoria de su experiencia, les lleva a una especie de escepticismo, combinado con una inclinación al pragmatismo; en su forma alarmante, con una inclinación al conformismo. A pesar, que a veces, terminan rebelándose, votando e inclinándose por opciones que se muestran contestatarias o como alternativas viables. Incluso, en algunos casos, volviendo a intentar con asonadas y subversiones sociales cambios en las estructuras y en las instituciones. Sin embargo, la repetición de estas rebeliones, que se parecen a las que se dieron en el pasado, no es suficiente como para abrir nuevos horizontes civilizatorios.

3. Entonces, parece que los pueblos y las sociedades han terminado constituyendo e instituyendo tejidos que no solamente se defienden de las promesas de las utopías, sino que optan por los “males menores” conocidos, a volver a arriesgarse por promesas, que, al final, no se cumplen.

4. Hemos diferenciado, en el seno de las sociedades o formaciones sociales, las sociedades institucionalizadas de las sociedades alterativas. Hemos dicho que las sociedades institucionalizadas, que sostienen a las mallas institucionales del poder, se nutren del substrato vital de las sociedades alterativas, que son la vida social misma, en constante devenir[1]. El tema entonces parece ser el siguiente: ¿Por qué las sociedades alterativas no desbordan y diseminan a las sociedades institucionalizadas, construyendo nuevas formas de institucionalización, mas bien, de apertura, dúctiles, al servicio del potenciamiento de las sociedades y las ecologías?

5. ¿Es qué las sociedades alterativas han optado por el nomadismo; bordear, incluso sitiar a las sociedades institucionalizadas, sobre todo, a sus aparatos y máquinas de poder, atravesarlas, de vez en cuando, para limitar sus capturas destructivas?

6. ¿Por qué las sociedades alterativas no terminan desbordando inconteniblemente a las sociedades institucionalizadas, sus mitos, sus fetiches, sus máquinas de poder, abriendo otros decursos potenciales contenidos, iniciando la invención y la construcción de mundos alternativos?

7. ¿Se trata acaso de llegar a un punto de inflexión, en la crisis orgánica y estructural del sistema-mundo capitalista, para tomar la iniciativa de un cambio planetario y civilizatorio?

8. ¿No hay suficiente comunicación entre científicos, colectivos activistas y pueblos y sociedades, que padecen los costos sociales, culturales, éticos y ecológicos del sistema-mundo capitalista, en su etapa de dominancia del capitalismo financiero y especulativo?

9. ¿Todavía la ideología pesa mucho, de manera aplastante, haciendo creer que la realidad es la que corresponde a las narrativas del poder, a las narrativas del orden mundial, a las narrativas de los Estado-nación?

10. ¿O, lo que sería lo más grave, las mismas sociedades alterativas han sido afectadas, de tal manera, que han perdido gran parte de su potencia creativa?

Estas primeras hipótesis interpretativas y estas primeras interrogantes, que todavía son generales, pueden, en principio, ayudarnos a avanzar en la comprensión de las dinámicas sociales, moleculares y molares. Requerimos entender el funcionamiento concreto y especifico de los tejidos, en la contemporaneidad, para que nos den cuenta de lo que pasa. Precisamos comprender la incomunicación de las sociedades humanas con respecto al resto de las sociedades orgánicas, de los ecosistemas, de los ciclos vitales ecológicos de la biodiversidad del planeta. Esta comprensión y este entendimiento parecen imposibles si no se sale de la episteme de la modernidad, incluso de parte de las formaciones discursivas y enunciativas críticas, si no se abandonan sus esquematismos dualistas, que conducen y orientan el pensamiento moderno[2].

No se trata solo de pensar de otra manera, del pensamiento otro, ni tampoco de la otredad, sino de mucho más; se trata de retornar el pensamiento al cuerpo, corporeizarlo, por así decirlo; se trata de desplegar las fenomenologías de la percepción social; conectarlas a las experiencias corporales de las otras sociedades orgánicas; de integrarlas a las dinámicas complejas ecológicas planetarias.

Ahora bien, esto no puede ocurrir así no más, porque sí. Para decirlo en el lenguaje clásico, requiere de condiciones de posibilidad histórico-culturales-sociales-políticas. ¿Cuáles son éstas? Aunque, aquí, en este momento de la exposición, se haga muy difícil decirlo, se arriesguen improvisaciones atrevidas y audaces, de todas maneras, es conveniente decirlas. Pues se trata de abrir senderos.

Anotaciones sobre las condiciones de posibilidad histórico-culturales-sociales-políticas

1. Parece, que para comenzar, se requiere del acceso a la información de todas las poblaciones del mundo. Empero, para pueda ocurrir este acceso se necesita acabar con los monopolios de la información y los monopolios de difusión de la información de parte de los medios de comunicación, empresariales privados y empresariales públicos. Ambos son unos desastres de la desinformación y de la incomunicación generalizados y globalizados.

2. Sin embargo, tanto el acceso como la desmonopolización de la información se dan en el ejercicio auténtico de la democracia, sin todavía hablar de la democracia plena, de la democracia radical. En consecuencia, parece que la conquista, constitución e institución de la democracia auténtica, es una tarea inmediata de los pueblos.

3. Al respecto, no basta la crítica, la interpelación, incluso la reforma de la democracia formal, de la democracia institucionalizada, de la democracia restringida, representativa y delegativa; sino se requiere constituir e instituir democracias auténticas en todos los países; es más, constituir e instituir una democracia auténtica en el mundo.

4. Por lo tanto, es menester abordar transformaciones estructurales e institucionales de las formas y del ejercicio de la democracia. Llámense transicionales o no; no importa; dejemos este asunto pendiente. Lo que importa es dar lugar a condiciones de posibilidad de deliberación y formación de consensos en los pueblos y entre los pueblos del mundo.

5. Los obstáculos políticos, estructurales e institucionales, para que esto pueda ocurrir, radican en las mallas institucionales fosilizadas de los Estado-nación y del orden mundial En las burocracias estatales y las internacionales. Obviamente también y sobre todo en las máquinas de poder nacionales y mundiales de la geopolítica del sistema-mundo capitalista. ¿Es menester acabar con estas instancias para ejercer la democracia auténtica? La respuesta teórica apropiada parece ser sí. Sin embargo, sabemos, por experiencia social, que esto no es nada fácil; al contrario, parece hasta imposible, cuando sabemos que las propias revoluciones restauran las máquinas de poder y el Estado, aunque le den otra forma y expresión.

6. Entonces, parece conveniente incursionar transiciones que, sin renunciar a la deconstrucción y diseminación de estas máquinas, puedan realizar el ejercicio de la democracia auténtica, a pesar de la presencia perseverante de estas máquinas.

7. Solo los consensos avanzados de los pueblos del mundo podrán, por último, deconstruir y diseminar estas máquinas de poder.

[1] Ver Imaginación e imaginario radicales en devenir y dinámicas moleculares. https://voluntaddepotencia.wordpress.com/imaginacion-e-imaginario-radicales-en-devenir-y-dinamicas-moleculares/.

[2] Ver Episteme compleja. https://voluntaddepotencia.wordpress.com/episteme-compleja/.

Leer más: http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/%c2%bfque-pasa-con-los-pueblos-y-las-sociedades/