Fragmento geográfico de poder

La federación campesina yungeña, ADEPCOCA, además de organizaciones sindicales de la provincia de Larecaja e Inquisivi, se adhirieron a la protesta de los productores de coca de los Yungas. La Plaza Murillo, la plaza de armas, el núcleo de la sede de gobierno, se encuentra sitiado por las organizaciones yungueñas, de Larecaja e Inquisivi. El Congreso está rodeado, al que se le exige que no apruebe dicha ley.
Si se hace la evaluación y ponderación del peso del Chapare en la incidencia política; sobre todo, en lo que respecta al peso de los proyectos implementados, que benefician a la región en cuestión. Veremos que estamos ante no solo lo que llamaremos fragmento territorial del poder, sino que este fragmento de poder conforma en la jerarquía estructural del poder un lugar privilegiado. Esto se puede corroborar, de manera descriptiva, con la suma de los proyectos que benefician a la región del trópico de Cochabamba, descuidando a otras regiones del país.
Se trata de comprender cómo funcionan las máquinas de poder en el presente, para, desde la perspectiva libertaria, proponerse su desmantelamiento y diseminación.



19.02.2017
Fragmento geográfico de poder

Raúl Prada Alcoreza
http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/fragmento-geografico-de-poder/

A partir de la interpretación, por parte de Hugo Zemelman Merino, de los Cuadernos de la cárcel de Antoni Gramsci, aprendimos la pluralidad manifiesta y constituida del proletariado mundial, de los centros, de las periferias y nacionales. El concepto que distinguía esta lectura diferenciadora es el de fragmento geográfico de clase. Indudablemente, Gramsci dio lugar a desplazamientos epistemológicos importantes en la formación discursiva y enunciativa marxista; sobre todo, saliendo del entrampamiento de la miopía fundamentalista de la tendencia imperante economicista. Este reconocimiento llevó al colectivo Episteme a buscar lo específico de las formaciones sociales; sobre todo, de la formación económico-social boliviana. El concepto de fragmento geográfico de clase se convirtió en fragmento territorial de clase. Esto último debido a que en Episteme la mirada teórica se orientó a los espesores territoriales y culturales.

Ahora, después de la experiencia del colectivo Comuna, que integra y articula a tres experiencias críticas, del momento, y con sus propios estilos; Episteme, Autodeterminación y el EGTK; cuando, de nuestra parte abandonamos el marxismo, incluso en las versiones más sugerentes críticas; cuando incursionamos en el pensamiento complejo; volvemos a una variante de aquel concepto específico, que vincula estrato social y fragmento territorial. Esta vez para reflexionar sobre la pugna entre dos geografías dedicadas al cultivo de la hoja de coca; la de los Yungas, considerada “zona tradicional”, y la del Chapare, considerada, mas bien, “zona excedentaria”. Resulta que el “gobierno progresista” de Evo Morales Ayma, que sigue siendo reconocido como la dirección máxima de las federaciones cocaleras del trópico cochabambino, ha decidido considerar una ley donde se quita mil hectáreas a la “zona tradicional” del cultivo de la hoja de coca, para otorgarles a la “zona excedentaria” de la hoja de coca. La federación campesina yungeña, ADEPCOCA, además de organizaciones sindicales de la provincia de Larecaja e Inquisivi, se adhirieron a la protesta de los productores de coca de los Yungas. La Plaza Murillo, la plaza de armas, el núcleo de la sede de gobierno, se encuentra sitiado por las organizaciones yungueñas, de Larecaja e Inquisivi. El Congreso está rodeado, al que se le exige que no apruebe dicha ley.

Si se hace la evaluación y ponderación del peso del Chapare en la incidencia política; sobre todo, en lo que respecta al peso de los proyectos implementados, que benefician a la región en cuestión. Veremos que estamos ante no solo lo que llamaremos fragmento territorial del poder, sino que este fragmento de poder conforma en la jerarquía estructural del poder un lugar privilegiado. Esto se puede corroborar, de manera descriptiva, con la suma de los proyectos que benefician a la región del trópico de Cochabamba, descuidando a otras regiones del país. Es más, se ha llegado al extremo de llevar al lugar el proyecto de la Planta de Fertilizantes, lejos de las fuentes de energía y de los mercados. Los argumentos para hacerlo son estrambóticos, sin importar a los voceros los costos económicos de dicha decisión. Ahora, en plena supuesta campaña de “reducción de los cultivos excedentarios” de la hoja de coca, el gobierno toma la decisión de volver a beneficiar a la región tropical en cuestión, otorgándole mil hectáreas más para el cultivo de la hoja de coca, quitándole estas hectáreas a los Yungas.

No vamos a preguntar por qué se lo hace, desatando tormentas, sino cómo funciona esto. Volviendo a nuestros argumentos; el Chapare es el fragmento territorial de poder privilegiado, jerárquicamente influyente en las políticas del gobierno. Las federaciones cocaleras del trópico son el núcleo duro del MAS; se trata del sostén más confiable y leal del gobierno. La expansión de la frontera agrícola, concretamente del cultivo de la hoja de coca “excedentaria”, afectó al TIPNIS, con la ocupación de aproximadamente 200 mil hectáreas, en la zona conocida como el “Polígono siete”. Y amenaza con avanzar en las mil hectáreas del TIPNIS que quedan; territorio comunitario, según el titulo entregado por el propio presidente en 2009. Ahora la amenaza la sienten los productores de la hoja de coca de los Yungas, cuando la ley elaborada y presentada para su tratamiento al Congreso, establece una restricción de mil hectáreas en la “zona tradicional”.

¿Qué nos dice esta situación sobre la estructura del poder en la forma de gubernamentalidad clientelar? ¿En sentido estricto, se trata de un gobierno de los productores de la hoja de coca del Chapare? Si convirtiéramos la pregunta en una hipótesis interpretativa, aunque sea provisional, incluso experimental, solo para inquirir en la complejidad de los diagramas de poder en Bolivia; podría darnos luces, hipotéticamente, acerca del funcionamiento de este fragmento territorial de poder en la estructura de poder del “gobierno progresista”. En este sentido, sin pretender ninguna verdad, sino, mas bien, sugerir investigaciones descriptivas al respecto, que puedan contrastar la hipótesis, vamos a proponer interpretaciones provisionales y experimentales al respecto.

Interpretaciones sobre el fragmento territorial de poder

1. Podemos sugerir una especie de dominación irradiada de un fragmento territorial de poder o de algunos fragmentos territoriales de poder, que hacen como una micro-geopolítica en el ámbito geográfico nacional.

2. Así como en la geopolítica del sistema-mundo capitalista se configuran centros y periferias; de manera parecida, aunque no igual, se generan proyectos inherentes de centralidad y de monopolio político en determinados fragmentos territoriales de poder. En el primer caso, el mundial, la economía-mundo capitalista es la operadora de la conformación de la geopolítica a escala mundial; en el segundo caso, parece ser una variante desbordada de esta economía-mundo, la que opera en la conformación de una micro-geopolítica a escala nacional.

3. Que prospere este proyecto inherente de micro-geopolítica y se materialice, depende de las correlaciones de fuerza a escala mundial, a escala regional y a escala nacional.

4. Cuando una zona, un fragmento territorial de poder, concentra la densidad logística, beneficiándose de proyectos implementados, de recursos, de plantas industriales, por lo menos, en diseño, de aeropuertos, coadyuva esto, de varias maneras, a convertir al fragmento territorial de poder en un centro de poder.

5. Es decir, otra geografía política se gesta desde estos desplazamientos micro-geopolíticos. Atravesando y desordenando la geografía política institucional heredada.

6. La pregunta, al respecto, es la siguiente: ¿Hay como una conspiración para que se realice este proyecto micro-geopolítico nacional? Como lo dijimos varias veces, no somos partidarios de las teorías de la conspiración, en toda sus variantes; teorías a las que consideramos simplonas y excesivamente esquemáticas; muy alejadas de la comprensión de las dinámicas de la complejidad, sinónimo de realidad. No parece que el MAS tenga o haya elaborado un proyecto de micro-geopolítica nacional, de esta índole; tampoco el propio gobierno. No creemos que sean, por así decirlo, conscientes de lo que pasa, en sentido de los desplazamientos en lo que respecta a la geografía del poder. Sin embargo, el peso de incidencia del Chapare, el peso económico ganado por el beneficio de los proyectos implementados, la orientación de parte de las políticas económicas, derivan en desplazamientos micro-geopolíticos, que convierten al Chapare en la zona que construye su centralidad de poder, a escala nacional.

7. Las micro-geopolíticas – usando un término que criticamos, este de geopolítica, provisionalmente - pueden darse, por así decirlo, espontáneamente, como consecuencia de las resultantes de las correlaciones de fuerza en las coyunturas; además por la marcha de los eventos económicos y políticos.

8. Lo que sí parece ser un acto consciente es la voluntad política, hecha efectiva en políticas públicas, de beneficiar a una región determinada, a corporaciones sindicales dadas, a formas de económica peculiares. Sin embargo, esta voluntad política orientada no corresponde ni llega a lo que puede ser una micro-geopolítica, elaborada instrumentalmente.

9. El cultivo de la hoja de coca “excedentaria” forma parte de lo que hemos llamado economía política del chantaje, concretamente de la economía política de la cocaína. Estas economías no son, de ninguna manera, exteriores al sistema-mundo capitalista, en su etapa de dominación del capitalismo financiero; al contrario, forman parte de los circuitos y recorridos de lo que se viene en llamar el capitalismo especulativo.

10. En otras palabras, aunque el orden mundial, en la vocería de Naciones Unidas y los Estado-nación que lo conforman, digan y se comprometan en la “lucha contra el narcotráfico” y otros tráficos; lo cierto es, que, en la práctica, de manera efectiva, coadyuvan a la conformación de economías políticas del chantaje, que forman parte de la apropiación especulativa de la plusvalía.

11. En este sentido, la emergencia de estos fragmentos territoriales de poder, son sustentados por las dinámicas del capitalismo financiero y especulativo, dominante en la etapa tardía de la modernidad.

12. Obviamente, lo que ocurre en el Chapare no es un caso aislado; al contrario, más bien, forma parte de tendencias de mutaciones estructurales de los diagramas de poder en el mundo. Hay muchos ejemplos, pero, no es el caso exponerlos ahora. Daremos uno solo, entre tantos; en México se han conformado fragmentos territoriales de poder, controlados por cárteles. Fragmentos territoriales de poder que patentizan la reconfiguración de la geografía política, en los términos de la geografía de poder.

3. No se trata de estigmatizar a nadie, ni a ninguna región, tampoco a determinadas corporaciones, que es el estilo moralista de los que se golpean el pecho, se declaran contrarios al “mal”, y en definitiva son totalmente ineficientes en sus luchas contra el “mal”, que ellos señalan. Esta es la incapacidad de organismos internacionales, tanto de interdicción y alternativos de desarrollo, de los Estados, de los gobiernos, de toda índole, tanto de “izquierda” como de “derecha” o de gobiernos populistas, según el caso. Sino de comprender cómo funcionan las máquinas de poder en el presente, para, desde la perspectiva libertaria, proponerse su desmantelamiento y diseminación.

Coyuntura incierta

El “gobierno progresista” se encuentra en una encrucijada, en una fase avanzada de su regresión, por no decir, decadencia. Se encuentra como arrinconado por los pequeños, por así decirlo, en comparación, conflictos desatados. Con los cooperativistas mineros, con la población de la ciudad intermedia de Achacahi, con los trabajadores de salud, con los jubilados; ahora, con los productores de la hoja de coca de los Yungas. Por otra parte, se encuentra corroído por la corrosión institucional y la corrupción galopante, en los distintos niveles del mismo Estado. Todo esto dentro de un escenario económico internacional definido por la baja de los precios de las materias primas. Si sumamos a estas desventajas comparativas, el descrédito acumulado, no solamente en las ciudades capitales, sino incluso en ciertas zonas donde campeaba su hegemonía política, como en el Altiplano, salvo, por ejemplo, en fragmentos territoriales donde ha preservado su influencia, por medio del ejercicio de la prebenda y el clientelaje, como en Omasuyos, podemos advertir que la encrucijada en la que se encuentra el gobierno es casi como decisiva.

El MAS, el gobierno, lo órganos del Estado controlados, buscan desesperadamente lograr la reelección del presidente, pues parece que esta es la única vía para su continuidad. Otra alternativa, evidenciaría palpablemente y hasta catastróficamente la endeble consistencia de un partido des-cohesionado, prebendalista y clientelar. Esto lo hacen a costa de la legalidad, de la legitimidad y vulnerando la Constitución. Perdieron el referendo donde se puso en consulta la posibilidad de una reforma constitucional, para habilitar la reelección del presidente. Esta derrota no es reconocida, también con argumentos insostenibles y estrambóticos. Creen que este costo de ilegalidad, de no institucionalidad, de inconstitucionalidad vale la pena para conservar el poder.

Otra vez, que lo logren, depende de la correlación de fuerzas. Ni el MAS, ni el gobierno, ni los órganos del Estado, que controla, están en su mejor momento. Al contrario, más parecen que se encuentran en uno de sus peores momentos, en lo que respecta a la disponibilidad de fuerzas. Parece que la tendencia preponderante, por lo menos visible o audible, en sus discursos, es la de arriesgar la legitimidad mermada que les queda, para prolongarse en el poder.

Por todas estas razones se evidencia un panorama de incertidumbre en la coyuntura. No parece, de acuerdo a la correlación de fuerzas, que pueda el MAS lograr su propósito; empero, si lo lograra, sería a un costo muy alto, el de la democracia misma.