Informe Verdad y Nuevo Trato: Fin al nuevo teatro del Gobierno de Lagos.

28.Oct.03    Análisis y Noticias

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Informe Verdad y Nuevo Trato: Fin al nuevo teatro del Gobierno.
Por Mapuexpress.net

Finalizó el informe de la comisión de Verdad y nuevo trato que contiene recomendaciones para nuevas políticas de desarrollo hacia los pueblos indígenas de Chile, finalizando de este modo el montaje impuesto por el gobierno durante un año y 9 meses.

La comisión fue encabezada por el ex presidente Patricio Aylwin quien entregó al Presidente Ricardo Lagos cuatro tomos que contienen recomendaciones para un supuesto nuevo trato y reconstrucción histórica, las fueron elaborados a partir del trabajo de subcomisiones de desarrollo económico, de verdad histórica, y de derecho indígena. Además, se constituyeron grupos de estudios de distintos pueblos como los rapa nui, mapuche, indígenas urbanos y atacameños

Sin embargo, de acuerdo a lo recopilado por varias fuentes, nada es el aporte que entrega este informe a mejorar las actuales políticas al interior del Estado, por el contrario escatima los planteamientos de fondo que se vienen demandando y cae en la redundancia sobre cuestiones legislativas que se vienen insistiendo desde hace varios años como es reconocimiento constitucional y ratificación de convenio Nº 169. En definitiva nada nuevo a lo que ya se ha dicho.

Otra redundancia, es el aumento de recursos a entidades burocráticas para cumplir fines asistencialistas desde la perspectiva de desarrollo estatal hacia los Pueblos indígenas. Desde el punto de vista participativo, el informe propone que las denominadas “etnias” elijan a sus propios representantes en el Congreso Nacional y reconocer las formas de organización de los pueblos indígenas.

En lo territorial, se establece en el informe que en Chile debe haber una demarcación de territorios indígenas y el reconocimiento a participar de dichas zonas.

También, plantean reemplazar la noción de área de desarrollo indígena en la legislación nacional, por el concepto de territorio indígena.

Varios de estos aspectos son cuestionados en forma y fondo por algunos referentes mapuche, incluso dicho informe ha sido tildado como “colonialista”, de acuerdo a lo que ha manifestado a los medios de comunicación por el dirigente de la organización Consejo de Todas las Tierras, Aucán Huilcamán.

Asimismo, trascendió que dicho informe siempre estuvo expuesto a las presiones y supervigilancias de grupos fácticos y privados de la sociedad chilena, entre ellos intereses empresariales, quienes habrían intervenido en la desviación y recortes, siendo un constante obstáculo para desarrollar un trabajo que pudiese haber sido considerado como serio.

Entre mesas, malos tratos y sablazos.

Como algunos lo han señalado, considerando el contexto actual que enfrenta el Pueblo Mapuche, sería correcto referirse a una instancia de este tipo como un informe de “Falsedad histórica, nuevo teatro o nuevo mal trato” .

La mesa se constituyó a principios del año 2001 y el Presidente Lagos designó a varios integrantes “de buena voluntad”, como es el caso del ex Presidente Patricio Aylwin, quien la presidió; y en sus inicios el ex intendente de la novena región Ramiro Pizarro; y el ex Diputado y actual Secretario General de la presidencia Francisco Huenchumilla, entre otros. Como contraparte fueron considerados como comisionados por las organizaciones Mapuche, Aucán Huilcamán, Galvarino Reiman y Adolfo Millabur, quienes no habrían tenido participación en ninguna de las fases de elaboración de dicho informe. Por el contrario, han señalado estos haber asumido desde su origen una posición critica.

Otro de los integrantes de grupos de trabajo fueron el abogado Carlos Peña, el antropólogo José Bengoa, el obispo Sergio Contreras, y el economista Felipe Larraín, entre otros.

Esta fue parte de la realidad de esta denominada mesa de verdad histórica y nuevo trato, ya que siempre fue una virtualidad , nunca fue validada ni reconocida por los actores directos y de base de las organizaciones políticas Mapuche, lo que mantuvo en el más absoluto fracaso el funcionamiento inicial de la mesa (estuvo meses tratando de iniciarse), principalmente porque fueron los propios dirigentes territoriales que ampliamente la objetaron debido a que no respondía las aspiraciones Mapuche. En su oportunidad, varios dirigentes señalaron su interés de dialogar, pero no de acuerdo a los términos que impuso el Gobierno.

Ante la situación compleja que tenía esta mesa, en un intento desesperado por buscar soportes sociales, se creó la comisión de trabajo autónomo mapuche, incorporando a diversos exponentes, entre ellos, Mauricio Huenchulaf, quien fue el primer director nacional de CONADI; José Quidel, dirigente del aijarewe Xuf Xuf y académico de la Universidad Católica; Victor Caniullán, Machi y concejal en la comuna de Carahue; y Rosamel Millamán, doctor en antropología y académico de la Universidad Católica, quienes aparentemente con el ánimo de contribuir a entregar un aporte distinto sobre las versiones oficiales en aspectos de historia, cultura y derechos mapuche hicieron sus propios informes, con meses de trabajo, recopilación e investigación. Sin embargo, poco a nada habría sido considerado en este informe final que entregó la comisión al Presidente Lagos.

Para más, recientemente, en el contexto de este nuevo trato que hace referencia el Gobierno, uno de los integrantes de esta comisión, Rosamel Millamán, fue detenido y violentamente reprimido por fuerzas especiales de carabineros hace algunos días en la ofensiva policial en contra de integrantes de la comunidad mapuche de Rofúe, respondiendo así al nuevo trato que asume el gobierno hacia las comunidades mapuche hace bastante tiempo.

A principios del año 2001, en el origen de lo que es la coordinación de organizaciones e identidades territoriales Mapuche, en Makewe, comuna de Padre las Casas, la dirigencia se reunió con representantes de la mesa verdad histórica y nuevo trato, quienes no avalaron su génesis y desarrollo, ya que nunca fue considerada las propuestas, criticas y exigencias de las organizaciones e identidades. Algunos de los aspectos planteados y cuestionados a esta comisión son los siguientes:

1° Carencia resolutiva: Para las organizaciones mapuche la mesa estuvo constituida por personas No representativas del Estado, integrada por personas investidas de Buena Voluntad, por lo tanto todo acuerdo o entendimiento está sujeto a otras vías y condiciones del Estado. Para estos dirigentes ya están cansados de dialogar en instancias que no les lleva a ningún camino, que lo único que producen es perdidas de tiempo y desvirtuaciones de las verdaderas demandas. La comisión nunca fue una instancia para hacer propuestas concretas respecto de las demandas coyunturales de los pueblos indígenas, sino, de acuerdo a lo señalado por la propia ex Ministra Alejadra Krauss en el inicio de esta comisión “para buscar el reencuentro de las diversas culturas que conviven en este país, por medio del conocimiento mutuo y de la tolerancia” En definitiva, como dijo un dirigente “es sólo un saludo a la bandera”

También, La falta de una Preparación conjunta de la mesa es otro elemento que fue objetado ya que nunca existió una preparación conjunta en cuanto a su constitución, objetivos y finalidades y que hubiera considerado además temas medulares.

2° Manipulación e intervencionismo: Para las organizaciones Mapuche algunos que actuaron como encomenderos de esta mesa, manipularon engañosamente la información de la conformación de esta comisión, intentando incluso generar quiebres y desconfianzas entre los propios dirigentes..

3° Deslegitimidad de integrantes: Para las organizaciones, el Gobierno pretendió proyectar en la mesa un inexistente “diálogo” con distintos actores, como son: representantes del mundo indígena, empresarial, académico y religioso. Sobre esto, por ejemplo las organizaciones se preguntaban ¿que se podría dialogar con representantes de la Empresa Forestal o Sociedades de Latifundistas?. Para ellas, el Gobierno no puede desatenderse de su responsabilidad y su responsabilidad debe ser el generar instancias resolutivas y políticas estatales favorables, para buscar una solución pacífica a los problemas concretos, lo que debe versar entre una Comisión de Estado y los Pueblos originarios. “La situación de Forestales y Latifundistas con Comunidades Mapuche, es en deber del Estado buscar la solución, pero no sentando en la mesa a la víctima con el ladrón, los mismos que han usurpado tierras, dañaron la territorialidad, el medio ambiente y gestionan campañas etnocidas”, señalaron las organizaciones en el año 2001.

4° Falta de garante: Otro aspecto que se sumó a las exigencias de las organizaciones e identidades, fue la falta de un garante. Ante las exigencias de una “Comisión de Estado” con características resolutivas en sus decisiones, también se demandó un garante internacional, como observador de los procesos de acuerdo y posteriormente de cumplimiento. Para ellas, esto era comprensible, principalmente por la sensibilidad Mapuche ante los engaños y abusos de históricas políticas estatales chilenas que se proyectan hasta nuestros días.

5° Falta de condiciones favorables para el diálogo: Es simple, las organizaciones sostenían que en el actual contexto no se puede dialogar de manera franca. Si el Estado ni siquiera a cumplido sus obligaciones más mínimas en acuerdos normativos internacionales o locales ¿podrá confiarse entonces en un diálogo sincero y paralelo?. Las organizaciones en una misiva señalaban: “Si agregamos a esto la existencia de Presos políticos Mapuche en diversas cárceles; la progresiva expansión de forestales y construcciones de megaproyectos en Territorios Mapuche; la represión policial, promovidos por el propio Estado, ¿se puede dialogar así?. Estas realidades deben ser elementos necesarios a considerar como condiciones mínimas antes de cualquier diálogo”.

Obviamente, ninguno de estos aspectos fue considerado por el Gobierno ese año del 2001, por el contrario, después aumentó las políticas represivas en contra de dirigentes y comuneros mapuche. Del nuevo trato que tanto vociferaba crear, pasó automáticamente al nuevo sablazo. Nadie le puede creer al gobierno.

El estancamiento legislativo, administrativo y una proyección de políticas públicas estériles y distorsionadas por los Gobiernos de la concertación hacia el Pueblo Mapuche se mantiene con plena vigencia. Desde el acuerdo de Nueva Imperial y posteriormente la entrada en vigencia de la Ley Indígena y de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, en nada se avanzó, por el contrario, se retrocedió… seguramente este nuevo informe de la comisión verdad histórica y nuevo trato será parte del engrosamiento de textos con letras muertas y de recomendaciones yerras que en nada contribuirá a cambiar las actuales condiciones de negación, exclusión y opresión que enfrenta el Pueblo Mapuche y sus Derechos. El Gobierno hace rato definió una política avasalladora, colonialista y de asimilación hacia el movimiento político mapuche, lo demás es solo Teatro.

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