Bolivia: Colonialismo extractivista y dependencia con el litio

El “gobierno progresista” de Bolivia ha entregado las reservas naturales del litio y otros recursos, que contiene el inmenso Salar de Uyuni, a la vorágine capitalista de las empresas trasnacionales extractivistas; contraviniendo la Constitución[1]. Sin que sepan los y las bolivianas, propietarios natos, declarados por la Constitución. Con maniobras sinuosas, movimientos sigilosos y secretos ha ofertado las riquezas del salar



Colonialismo extractivista y dependencia con el litio
13.05.2017
http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/colonialismo-extractivista-y-dependencia-con-el-litio/

Raúl Prada Alcoreza

El “gobierno progresista” de Bolivia ha entregado las reservas naturales del litio y otros recursos, que contiene el inmenso Salar de Uyuni, a la vorágine capitalista de las empresas trasnacionales extractivistas; contraviniendo la Constitución[1]. Sin que sepan los y las bolivianas, propietarios natos, declarados por la Constitución. Con maniobras sinuosas, movimientos sigilosos y secretos ha ofertado las riquezas del salar, principalmente el litio, a través de mediadores; a quienes les ha otorgado carta blanca, para que pongan en el mercado de inversiones, esta riqueza natural del pueblo boliviano. El “gobierno progresista” ha comprometido, en esta artimaña a espaldas del pueblo, al alto mando de las fuerzas armadas; que ingresó como parte de la estructura subrepticia en estas componendas y de este saqueo del cotizado recurso del litio. A esto llama “transparencia” el gobierno populista, a esto llama “defensa de la soberanía” y, lo más calamitoso, a esto llama “cumplir con el mandato constitucional”. Este tipo de acciones están tipificadas por la Constitución como traición a la patria.

El paso de los “gobiernos progresistas” en Sud América, en la última década, ha dejado una huella ecológica marcada y hendida en los espesores territoriales; a esto llaman estos gobiernos “defensa de la Madre Tierra”. En Bolivia, después de haber invertido, por lo bajo, más de 20 millones de dólares, en una planta que nunca ha dado resultados, salvo los shows mediáticos, para convencer a la opinión pública que se avanza; cuando una evaluación técnica aplazaría a los encargados por sus rendimientos y al gobierno por su irresponsabilidad. Ahora, sin decir nada sobre este fracaso, pasa a la fase donde licita el litio del salar, para declarar las licitaciones desiertas, y luego proceder mediante adjudicaciones directas, que además no se conocen. Tampoco se informó sobre el destino y los resultados de las cuantiosas muestras de materia prima que se llevó a Corea del Sur, con motivo de experimentación tecnológica; procedimiento irregular que aprobó el Congreso. En esta niebla densa, mantenida por el gobierno y sus partidarios, que controlan los poderes del Estado, no se ven las acciones veladas del gobierno y empresas públicas; que no solo han continuado con el modelo extractivista colonial del capitalismo dependiente, ni solo expandido e intensificado este modelo, subordinado a la geopolítica del sistema-mundo capitalista, sino que lo han vuelto opaco, casi secreto, manejado como si estos recursos fueran de la propiedad privada de los gobernantes.

Una larga historia de saqueo marca la economía boliviana, atravesada por genealogías de poder barrocas, que combinan formas patrimoniales y formas trasnacionales del ciclo del capitalismo vigente. Del ciclo de la plata se pasó al ciclo del estaño y de éste al ciclo de los hidrocarburos. Los tres ciclos extractivistas dejaron cementerios mineros, territorios depredados y contaminados y pueblos, en el lugar de la extracción, miserables y sin porvenir[2]. La renta alcanzó para la dilapidación gubernamental, para la apropiación privada, encubierta por la corrosión institucional. Esto, a pesar de la nacionalización de las minas de 1952 y de la nacionalización de los hidrocarburos, ésta después desnacionalizada con los Contratos de Operaciones. Como esquema de comportamiento cristalizado en los huesos, las castas gobernantes, sean conservadoras, liberales, nacionalistas, dictaduras militares, neoliberales o “progresistas”, han continuado, con sus propios estilos, esta conducta entreguista y saqueadora. Lo que caracteriza al gobierno populista es su discurso desgañitado de soberanía y pretendidamente “antiimperialista”; sin embargo, en la práctica, sigue el mismo tenor y modelo, el extractivismo colonial de la dependencia. Lo que diferencia al gobierno del “socialismo del siglo XXI”, incluso pretendido “socialismo comunitario”, respecto al gobierno del nacionalismo-revolucionario de la revolución de 1952, es que la nacionalización de las minas fue una expropiación, hecha con las armas en la mano de las milicias obreras de la COB; en tanto, que la nacionalización de los hidrocarburos, que fue escrita por un intelectual de izquierda nacional, procedente del Grupo Octubre, otorgando a los bolivianos el control de 82% por un año, hasta los Contratos de Operaciones. Esperando la auditoria de las inversiones de las empresas trasnacionales involucradas; auditoria que nunca culminó. Adelantándose los Contratos de Operaciones, por presión de las empresas trasnacionales y en connivencia del gobierno. Empero, este esfuerzo y consecuencia de izquierda nacional, escrita con la mano firme, fue borrado con el codo de un ejecutivo entreguista, que otorgó el control técnico a las empresas trasnacionales y disminuyó el monto de los ingresos al 62%. No hubo tal expropiación, medida que requiere la nacionalización efectiva.

Ahora ingresaremos, como se ve - por imposición de un gobierno que no consulta a nadie, ni al pueblo boliviano, propietario nominal de los recursos naturales, ni a los pueblos indígenas, como manda por consulta la Constitución, ni a otros pueblos afectados por este extractivismo depredador y destructivo de los ecosistemas -, nuevamente a otra etapa de saqueo, en el ciclo de lo que parece será el ciclo largo desolador del litio.

Descripciones

El Salar de Uyuni es la mayor extensión de espesor salina; cuenta con una superficie de 10.582 km². Está ubicado en el suroeste de Bolivia a unos 3.650 msnm, en la provincia de Daniel Campos, del departamento de Potosí, formando parte de la región altiplánica, rodeada de los ramales y cadenas de la cordillera de los Andes. El Salar de Uyuni es la mayor reserva de litio del mundo, contiene una reserva calculada del 50% al 70 % del litio del mundo; así mismo cuenta con importantes cantidades de potasio, boro y magnesio.

El área que hoy ocupa este desierto salino estaba cubierta hace 40.000 años por el lago Minchin y posteriormente, hace 11.000 años, por el lago Tauka. El salar de Coipasa, los lagos Poopó y Uru Uru también son vestigios de estos grandes lagos prehistóricos. Éstos alcanzaban una cota de alrededor de 100 m por encima del nivel actual del salar; cubrían los actuales salares de Uyuni y Coipasa, así como los lagos Poopo y Uru Uru. En este período una fase de clima húmedo, con más lluvias que las dadas actualmente, elevó el nivel de los proto-lagos a aproximadamente 100 m más alto que el nivel actual; posteriormente vino un periodo seco y cálido, que produjo una gran reducción de la superficie y volumen de los lagos andinos; originando así los salares y los lagos y lagunas actuales.

El salar de Uyuni, como se estima, contiene 10.000 millones de toneladas de sal, de las cuales 25.000 toneladas son extraídas cada año. Además, cuenta con 140 millones de toneladas de litio, según datos oficiales de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL); convirtiéndose en la mayor reserva del mundo. Existen aproximadamente once capas de sal, con espesores que varían entre menos de un metro y diez metros. La costra que se encuentra en la superficie tiene un espesor de diez metros. La profundidad del salar es de 120 metros; compuesto de capas de salmuera superpuestas y barro lacustre. Esta salmuera se compone de litio, boro, potasio, magnesio, carbonatos, bórax y sulfatos de sodio. Un mineral apreciable es la ulexita, llamada piedra televisión. Es transparente y tiene el poder de refractar a la superficie de la piedra la imagen de lo que está debajo.

La geología de la cuenca del Salar de Uyuni está representada por formaciones paleozoicas, pocas mesozoicas, sobre todo, cenozoicas; constituidas por rocas volcánicas y secuencias vulcano-sedimentarias. En el área de influencia del salar de Uyuni se observan sedimentos recientes, cuaternarios, agrupados en depósitos salinos, depósitos aluviales, fluviales, lacustres, fluvioglaciares, morrenas y dunas. El mapa geológico muestra también una situación tectónica muy compleja, que impacta tanto las formaciones paleozoicas como las cenozoicas.

Para comprender la situación hidrogeológica del área salina es indispensable restablecer su historia geológica. Sobre todo, para lograr la comprensión de ciertos fenómenos peculiares; como la presencia de aguas termales dulces, fuentes y ríos salados a gran altura; fuentes y pozos cercanos con contenido salino completamente diferente; formaciones de edad diferente, que se encuentran cercanas; espesores de depósitos salinos cuaternarios de más de 100 metros. El perfil geológico-estructural del área, siendo parte de la sierra andina, entre la cordillera externa al oeste y la interna al este, definida como Altiplano, muestra una estructura de retro-arco, respecto al arco de la cordillera occidental. Esta estructura se caracteriza por una tectónica distensiva.

La apertura del Atlántino, aproximadamente entre 240 y 170 millones de años atrás, sumada a la consecuente deriva de la Placa Sudamericana, en colisión con la Placa de Nazca, actúan sobre una situación formada anteriormente, con relieves y depresiones, con estratos plegados y con volcanismo antiguo. En el Cretácico la situación anterior parece continuarse con deposiciones marinas presentes en muchas áreas, sub-cuencas, así como con la cordillera costera emergente, en el Terciario. Se conjetura que la Placa de Nazca se deslizó debajo de la Placa Sudamericana, dando comienzo a un ciclo de levantamientos del área, así como por un relleno de las cuencas internas. Tal vez desde el inicio del Terciario, sin duda después del Miocénico, la cordillera occidental se convierte en un arco volcánico y el Altiplano resulta en una disposición geológica de contrafuerte.

Los niveles terciarios y cuaternarios no resultan plegados; alargando el levantamiento por decenas de millones de años, determinando los procesos de erosión y relleno, en ausencia de una tectónica activa distensiva, las depresiones iniciales se habrían rellenado. Esta explicación parece confirmada por los mecanismos locales de los terremotos superficiales, que en el Altiplano corroboran un escenario geológico relajante.

El “triángulo del litio” - denominado así señalando que entre los tres salares ubicados en la puna, junto a otros cercanos, concentran más del 85% de las reservas de litio conocidas del planeta – es la referencia geográfica de la reserva concentrada del litio en América del Sur; “triángulo” ubicado en el espacio territorial donde Bolivia, Chile y Argentina definen sus geografías políticas. Componen el “triángulo” el Salar de Uyuni (Bolivia), el Salar de Atacama (Chile) y el Salar del Hombre Muerto (Argentina).

No se puede hablar con propiedad de industrialización del litio, implantada en la zona, tampoco se puede hablar de valor agregado, añadido al mineral extraído, considerando el discurso técnico económico. La explotación del mineral se limita únicamente a la extracción de la materia prima, por parte empresas mineras trasnacionales. El mineral cotizado se exporta a los Países Bajos, Rusia, Estados Unidos de Norte América, China, Reino Unido, Alemania; lo consumen industrialmente empresas automotrices como Toyota, Mitsubishi, además de la industria de baterías Magna. El litio es considerado como un “recurso estratégico”, con proyección a futuro; el litio es un recurso natural indispensable para la industria alimenticia, la generación de energía para celulares, computadoras, automóviles, híbridos y eléctricos; ampliándose su uso en una gama de tecnologías, cada vez más extensa[3].

Ecosistema del salar de Uyuni

El ecosistema del Salar de Uyuni es parte de los ecosistemas andinos y cordilleranos; particularmente del ecosistema altiplánico. Ha sido el hábitat, el entorno y el referente, así como el substrato territorial de comunidades, pueblos y sociedades del lugar. Es conocida la ruta y recorridos de los llameros de sal, quienes sacaban la sal de Uyuni y la trasladaban para intercambiar con bienes de distintos pisos ecológicos; sobre todo, de los valles. La sal era cotizada por las poblaciones aledañas y lejanas; esperaban la sal para trocarlos por los bienes buscados y necesitados por los llameros de la sal. Toda una economía - usando este término inapropiado, con fines comparativos - de complementariedades y reciprocidades daba dinámica a la región. Incluso esta economía, cuyo eje compartido era el relativo a los recorridos de los llameros de sal, llegó hasta los períodos republicanos.

En la modernidad tardía, el litio es fuente de las baterías de los equipos electrónicos. La perspectiva tecnológica anuncia el consumo masivo de litio; por ejemplo, para el funcionamiento del automóvil eléctrico. Cuando se habla de la revolución energética se tiene como referente precisamente al litio. Se estima las reservas para aproximadamente un milenio. Sin embargo, se tiene dificultades para extraer el recurso mencionado. En el Salar de Uyuni el litio se encuentra mezclado con magnesio y otros minerales. La separación es complicada, necesita de implementación tecnológica gravosa[4].

Ante estas proyecciones, no se puede dejar de tener en cuenta, de ninguna manera, la armonía del ecosistema. El Salar de Uyuni produce ozono; en determinados periodos del año cobija aves migrantes; cuando llueve su clima se vuelve húmedo, incidiendo en la variación climática. Con el Salar de Coipasa, el Salar de Uyuni y los otros salares del “triángulo del litio”, participan en los circuitos de energía climática. Desde la perspectiva geográfica el paisaje del salar define una textura territorial singular, que configura la zona, sus particularidades, en los ecosistemas del Altiplano.

Teniendo en cuenta la perspectiva ecológica, el uso del salar para extraer litio, incluso otros minerales, como el magnesio, como el boro, requiere de un abordaje químico y tecnológico complejo, que exige una comprensión de los ciclos vitales. Apuntar a una eco-industrialización del litio implica un uso ecológico de la tecnología, eco-industrialización integrada a los ciclos vitales. Esta perspectiva dista mucho de lo que se hace ahora, que no es otra cosa que extractivismo depredador, contaminante y destructivo, además de significar saqueo.

Los problemas ambientales y ecológicos que genera una explotación extractivista del litio pueden ser descritos:

La extracción y el procesado del litio emplean insumos químicos tóxicos, como carbonato de sodio, bases y ácidos. Cuando entra en contacto con el medio ambiente, el litio reacciona con el vapor de agua, nitrógeno y oxígeno del aire, generando compuestos como el hidróxilo de litio; altamente peligroso por su propensión corrosiva. El derrame de alguno de estos químicos, en forma de residuos, puede producirse por lixivación, filtración, incluso emisiones atmosféricas, poniendo en peligro el ecosistema, así como a la población circundante.

Sobre todo la explotación del litio afecta a las comunidades colindantes, particularmente en lo que respecta al consumo de agua. Las comunidades situadas en el entorno del Salar de Uyuni son agrícola; prioritariamente cultivan quinua. Si los residuos se filtran y alcanzan a los acuíferos mediante lixivación, las reservas de agua potable se contaminarían, inutilizándola para el consumo doméstico, así como para el uso de la agricultura, del mismo modo para la ganadería. La explotación del litio se realiza mediante piscinas de evaporación, que requieren gran cantidad de agua; lo que también disminuye las reservas del agua para el consumo doméstico, la agricultura y la ganadería.

Es indispensable considerar la etnografía y la demografía de la región. La relación de las comunidades y de los poblados con el Salar de Uyuni y el Salar de Coipasa. La distribución cartográfica, el manejo del espacio y la función que cumplen los salares, en lo que respecta al espaciamiento, territorialización, desterritorialización y reterritorialización. En este contexto territorial, tener en cuenta, la presencia, la distribución y el manejo territorial de los ayllus. Así como en menester considerar la distribución en este espacio de las otras poblaciones orgánicas; no solamente las que comúnmente se mencionan como fauna, sino también como flora. Todos estos temas brillan por su ausencia en la implementación de la economía extractivista que se aplica en el Salar de Uyuni.

La mentalidad colonizada

El discurso desarrollista, emitido a propósito del litio, responde a una mentalidad colonial. Por ejemplo, se habla figurativamente, como si se tratara del “petróleo blanco”. Se sugiere, entonces, repetir la historia del “oro negro” con el “oro blanco”, que sería el litio. Es decir, preservar el rol asignado a las periferias por la geopolítica del sistema-mundo extractivista. En el delirio imaginario de la colonialidad se sugiere la proyección de Bolivia como una Dubái de 2050. Esta mentalidad colonizada no tiene otra imagen del futuro sino ésta de la economía rentista; beneficiada con los precios altos del petróleo, en un país que cuenta con cuantiosas reservas de la energía fósil. Se espera que lo mismo ocurra con Bolivia en lo que respecta al litio.

La mentalidad colonizada concibe a la naturaleza como objeto de dominio, de explotación, sobre todo, de extracción. Otra característica corresponde al ideal de Estado rentista combinado o sustentado con la economía extractivista, beneficiada por la demanda de materias primas, en condiciones de precios altos del mercado de minerales. Una tercera característica es que considera que la etapa extractivista de la economía es necesaria; se la concibe como si fuese una etapa anterior a la industrialización, que vendría a ser propiamente el “desarrollo”. Está lejos de comprender que el extractivismo no es ninguna etapa, menos pre-condición de la industrialización, sino parte de la división del trabajo y del mercado internacional en la geopolítica del sistema-mundo capitalista[5]. La cuarta característica, quizás la más pronunciada de la mentalidad colonial, es que se figura el “desarrollo” como el camino andado por los llamados “países desarrollados”; es decir, se trata de imitarlos. Una quinta característica es la de juzgar a todo lo que se opone al “desarrollo” como obstáculo del mismo y que detiene el “progreso”. Por eso, consideran que la represión a los pueblos indígenas, que defienden sus territorios, está justificada; también les parece justificada la descalificación y estigmatización de las luchas ambientalistas y ecologistas. Incluso llegan a considerar las concesiones a las empresas trasnacionales, por más que estas sean onerosas y nada tengan que ver con algo que se parezca a la soberanía, como explicables en el camino al “desarrollo”.

La mentalidad colonizada es como la consciencia desdichada de la subalternización. Corresponde al sujeto social desgarrado, que resuelve su escisión dramática en los términos y el perfil de una psicología acomplejada, que enmascara con delirios de grandeza y entonando elocuentemente su apego desesperado a las imágenes de vitrina del “desarrollo”. Esta psicología acomplejada puede expresarse en distintas formas discursivas; por ejemplo, nacionalistas, liberales, neoliberales o populistas. La forma discursiva puede parecer distinta; sin embargo, el sentido latente no deja de ser el mismo; la sumisión a los centros del sistema-mundo capitalista.

[1] Ver Descolonización y transición. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/descolonizaci__n_y_transici__n_2.do.
[2] Ver El mundo del k’aqchiuo. También Genealogía de la dependencia.

https://pradaraul.wordpress.com/2014/04/06/el-mundo-del-kaqchiuo/.

https://pradaraul.wordpress.com/2013/12/22/genealogia-de-la-dependencia-2/.

[3] Revisar Salar de Uyuni. Referencias: [1] Encyclopædia Britannica - Uyuni Salt Flat. [2] Bolivia Destinos (2011). «Salar de Uyuni». Archivado desde el original el 25 de noviembre de 2015. Consultado el 22 de noviembre de 2011. [3] Prehistoria de Bolivia [4] Servant, M. & Fontes, J. C., 1978. «Les lacs quaternaires des hauts plateaux des Andes boliviennes. Premières interprétations paléoclimatiques.» Cuh. ORSTOM, sir. Géol. X(1): 9-23. [5] Página sobre el Salar [6] Ballivian, O. y F. Risacher Orstoom. Los Salares del Altiplano Boliviano. Métodos de estudio y estimaciones econó- micas. París 1981. [7] Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología [8] Plan Director Global Binacional de Protección - Prevención de Inundaciones y Aprovechamiento de los Recursos del Lago Titicaca, Río Desaguadero, Lago Poopó y Lago Salar de Coipasa. (Sistema TDPS). Comisión de las Comunidades Europeas. Enero de 1995Consultado el 25/02/2012. [9] Evaluación de los recursos hídricos de la cuenca del Salar de Uyuni. SGI-Studio Galli Ingegneria. La Paz. Septiembre 2011. [10] Chaffaut, I. 1998. Precipitations d´altitude, Eaux souterraines et changements climatiques de L´Altiplano Nordchilien. Université Paris, 1998. [11] SERGEOMIN, “Estudio de las cuencas hidrograficas de la Cordillera Occidental y del Altiplano”. 2001 [12] En tres de las cuencas estudiadas por el SERGEOMIN: Salar de Challviri, Laguna Verde y Zapaleri, se ha concluido que la evaporación es quince veces más alta que la precipitación. [13] Mapa geológico de la cuenca hidrográfica de Uyuni, editado por el Servicio Geográfico Militar de Bolivia. [14] Anexo:Bibliografía agua subterránea de la cuenca del Salar de Uyuni [15] FUNDAMIN – Fundación para el Desarrollo de la Minería Argentina - El Triángulo del Litio: Argentina, Chile y Bolivia poseen más del 90% de las reservas mundiales de litio. [16] Diario El Mundo de España - ECONOMÍA | Un mineral estratégico. La guerra del litio en Chile. [17] SEMINCOR – Cámara empresaria minera de Córdoba - Toyota detalló los trabajos que realizará para extraer litio en Jujuy. [18] http://www.defonline.com.ar/?p=13330 Diario digital defonline.com.ar Energía & Minería - El litio, un recurso estratégico. [19] Diario Página 12 - Sociedad › El nuevo metal preciado de la mineria extractiva hace furor en el norte del país. La fiebre del litio. [20] Diario El Tribuno de Salta - El litio de La Puna. Por Ricardo N. Alonso, Doctor en Ciencias Geológicas (UNSaCONICET). [21] Diario digital spanish.china.org.cn – Economía. Especial: Chile realiza estudios para definir potencialidad de su litio. [22] http://web.archive.org/web/http://www. concienciaminera.com.ar/2013/01/ exar-cuenta-como-producira-litio-y-potasio-en-jujuy/ Conciencia minera - Exar cuenta cómo producirá litio y potasio en Jujuy. [23] http://www.hola-china.net/ el-opulento-triangulo-del-litio/ Diario Hola China – Artículo: Negocios. El opulento triángulo del litio. [24] Minería Chilena - Litio: 70 proyectos en competencia. Enciclopedia Libre: Wikipedia: https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Especial:Libro&bookcmd=download&collection_id=ec9c8cd75b64c64730206df9d1c307f292c631a2&writer=rdf2latex&return_to=Salar+de+Uyuni.

[4] Revisar El salar de Uyuni y la fiebre del oro blanco. Ecología nómada. http://ecologianomada.com/uyuni/.

[5] Ver Subalternidad y máquinas del sistema-mundo. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/subalternidad_y_m__quinas_del_siste.