Venta de gas boliviano a Argentina. Unos en contra, otros a favor.

13.Abr.04    Análisis y Noticias

Convencen a Evo Morales sobre venta de gas a Argentina

LA PAZ, 11 (AFP). El líder cocalero y legislador boliviano Evo Morales cambió de postura este domingo y expresó su acuerdo para vender gas natural a Argentina, que se encuentra sumida en una crisis energética, tras entrevistarse en La Paz con Eduardo Sguiglia, enviado del presidente argentino Néstor Kirchner.

“En el marco de una reciprocidad es importante que se venda el gas, con el compromiso de que Argentina tiene que ayudarnos a instalar dos plantas”, una termoeléctrica y una separadora de líquidos del gas natural, en el departamento boliviano de Tarija, dijo en declaraciones a la AFP.
Morales, uno de los puntales del gobierno de Carlos Mesa, cambió de postura luego de que el jueves pasado había dicho que el negocio redundaría en beneficio de los consorcios extranjeros que controlan los hidrocarburos bolivianos.
El líder cocalero sostenía antes del encuentro con el enviado de Kirchner que la venta de gas beneficiaría indirectamente a Chile, país que mantiene un antiguo litigio marítimo con Bolivia. “Es mal un negocio, una venta de gas para Chile por Argentina”, había dijo Morales hace tres días.
La Central Obrera Boliviana (COB) convoca desde el jueves a una marcha de protesta el próximo 15 de abril para oponerse a la exportación de gas a Argentina, días antes del encuentro entre los presidentes de ambos países para definir el negocio, programada para el 21 de abril en forma provisoria, por un quebranto en la salud de Kirchner.
El subsecretario de Política Latinoamericana de la Cancillería de Buenos Aires Sguiglia también se reunió con el líder de la unitaria Central Obrera Boliviana (COB) Jaime Solares.
Solares se opone radicalmente a la exportación de gas mientras el gobierno de Carlos Mesa no revoque la legislación de hidrocarburos, que afirma el control de consorcios extranjeros sobre los recursos gaseros de Bolivia.
Otra de las condiciones de la COB es la anulación de un decreto que lanzó a Bolivia a las aguas de la economía liberal de mercado, en 1985.