Terrorismo del Kremlin

05.Sep.04    Análisis y Noticias

Gabriel EZKURDIA
Terrorismo del Kremlin
putin sigue su guion. el guion totalitario que lleva aplicando en chechenia desde otoño de 1999. resolucion de la crisis en osetia: asalto sangriento.la democracia rusa se construyesobre cadaveres, sobre el terror.

Hasta los agentes osetios de las fuerzas que rodeaban el colegio aseguraban que, en el caso de darse un asalto, ellos dirigirían sus armas contra los militares asaltantes. No importa. Ya pueda arder desde hoy el Cáucaso norte de arriba abajo. Osetios contra chechenos, montañeses de diversas repúblicas contra prorrusos. Muchos de los secuestradores han huido. Demasiado caos, demasiado cachondeo negro. Una vez más son los inocentes los pa- ganos de una historia que «huele demasiado».

O sea que gran parte de los secuestradores han huido. ¿Qué significa esto? ¿Que todo osetio de bien ha de ir a la caza del checheno y del ingush? ¿Por qué no evita el Kremlin la probable expansión de la guerra chechena a todo el Cáucaso norte? ¿No será que, tras cinco años de incapacidad, horror y genocidio, prefieran expandir el lodazal checheno a asumir sus errores y despropósitos?

Testimonios de rehenes liberados a última hora anunciaban que los cautivos, en vez de tres centenares, sobrepasaban el millar. Un dato clave, novedoso y sobre todo ineludible. No importó. Pocas horas después, el asalto se acometió al margen de que técnicamente tal información pudiera condicionar los planes militares. Algo ya común y obvio. El objetivo no era salvar rehenes, el objetivo era terminar con una crisis que cuestionaba la política del Kremlin en Chechenia, miniaturizando el horror de la república norcaucásica en el gimnasio del colegio osetio de la pequeña ciudad de Beslan. O quizá el objetivo fuera otro: aprovechar la crisis para que el Cáucaso norte se incendie definitivamente y así el Kremlin pueda tapar sus vergüenzas. Todo es elucubrable ante tamaño despropósito.

La cobertura INTERNACIONAL

El Consejo de Seguridad de la ONU, presidido por la España de ZP, condenaba, a petición rusa, el secuestro. Una novedad, sobre todo porque hasta ahora Rusia siempre ha impuesto la tesis de que «lo de Chechenia» era «un conflicto» interno. De ahí que ese mismo Consejo de Seguridad nunca haya tomado resolución alguna en torno al genocidio que sufre el pueblo de Chechenia. ¿Casualidad?
Moratinos, el prestigioso canciller español, tan dado a matizar muchas de las desesperadas acciones de los mártires o suicidas palestinos, tiene claro que los chechenos son de otra ralea incalificable ante acciones similares. Este tipo de coberturas son las perfectas para que Putin pueda seguir masacrando impunemente. ¿Afirmación exagerada?

La UE, ausente de todo tipo de mediación, es, por otra parte, otra de las grandes pantallas de Putin para mantener sus políticas genocidas en Chechenia. ¿Algún dato que lo cuestione? El mismo Zapatero, así como otros líderes políticos del continente, han dado su respaldo a Putin ante el «terrorismo» checheno, lo que es la verdadera cobertura para que éste último siga aplicando sus criterios asesinos sobre las víctimas de la crisis y sobre los chechenos en general. ¿Qué hicieron Aznar y Juan Carlos I ante la salvajada del Dubrovka? ¿Diferencias?

¿Y ahora quE?

Al margen de las lágrimas de cocodrilo generales, se obvia un dato. Las resistencias chechenas llevan años intentando vehiculizar una salida negociada al conflicto. Es más, muchas de las acciones terroristas de éste tipo, claramente puntuales comparadas con el terrorismo estructural y genérico ruso, son claros llamamientos desesperados a la comunidad internacional para que imponga al Kremlin unos parámetros políticos de resolución. Se logró en 1996. ¿Por qué no hoy? Las sociedades de Rusia comienzan a sorprenderse de la incapacidad e ineptitud gubernamental tras cinco años de «guerra antiterrorista» y los «resultados de ésta».
Pero mientras Putin siga manteniendo la cobertura política y mediática occidental que le aúpa como un campeón de la «democracia en Rusia», pocas cosas cambiarán. En la práctica, los chechenos son un conflicto interno que si «desaparece» aritméticamente a la «rusa», mejor que mejor «para todos».

Lo indignante, al margen de la evidente impunidad genocida del Kremlin y sus coberturas, es la insidiosa campaña antichechena de gran parte de la izquierda «occidental», que ha preferido dejar a «su vera» a todo un pueblo ante el más que probado genocidio, con argumentos «geopolíticos» absolutamente ignorantes e interesados (petróleo, intereses USA, etc), que omiten cualquier atisbo de solidaridad o denuncia.

Hoy Putin tiene grandes coberturas para poder hacer lo que hace. Por eso lo hace. Más de 42.000 niños han sido asesinados en Chechenia por los rusos. No importa, los terroristas son los chechenos, por ser independentistas o islamistas para unos, para el democrático Occidente liberal, o por ser proamericanos o antirrusos para otros, para las izquierdas jurásicas, eso sí, «consecuentes».

Putin ha cerrado la crisis con otra masacre. No será la última. Lo preocupante es que a las resistencias chechenas se les acaban los «cartuchos» ¿Les obligarán a usar la filosofía de los EEUU con Japón en 1945? Ante qué cederá Putin, ¿ante un ataque atómico? -

(*) Gabirel Ezkurdia: Gabinete Vasco de Análisis Intenacional (GAIN).