Intercambio entre el Colectivo Situaciones y la Universidad Transhumante

06.Nov.04    Análisis y Noticias

Nuevo libro de Situaciones
Viaje a la Universidad Trashumante, ida y vuelta
Conversaciones y reflexiones en torno a la práctica de la Universidad Trashumante componen el nuevo trabajo del Colectivo Situaciones que, una vez más, “descubre” una creación política que merece toda la atención que le han dado. Reproducimos aquí un fragmento que tiene el valor del espejo: los trashumantes describen el encuentro con los situaciones. Y resumen algo de todo lo que vieron.

El libro

Universidad Trashumante, territorios, redes, lenguajes es una viaje de 219 páginas, con las siguientes paradas:

Una introducción (Palabras ¿previas?) a manera de crónica de cómo fue elaborado el libro, presenta los puntos de vista elegidos para describirlo. La Universidad Trashumante constituye así “una experiencia profundamente política”, señala Situaciones. “Su invocación a la pedagogía popular -de insistente cuño freireano-, a la tradición del circo criollo y al nuevo folklore de los artistas populares con que llegan a los pueblos, da lugar a una disposición corporal inédita para convocar a la labor de construcción y conceptualización inherentes a la producción de un pueblo por venir”.

Además de las conversaciones entre los dos grupos, donde se cuenta la historia, los proyectos y los pensamientos de la Universidad, en la Parte II se reproducen documentos escritos por la Trashumantes: Cambios y discusiones en la Red, Educación Popular y coyuntura y Apuntes sobre el Taller Trashumante.

Este es el capítulo en donde los Trashumantes describen el encuentro con los Situaciones:

Crónica del encuentro

Por la Universidad Trashumante

Desde el Encuentro Nacional, en que decidimos reunirnos con el Colectivo Situaciones, intentamos saber más sobre la tarea que desarrollan, quizás empujados por algunos miedos y, por qué no, prejuicios sobre su trabajo. Sendas se ocupó de redactar un documento en ese sentido y cada uno por su lado se responsabilizó de leer algunos de sus materiales.

Los pasados 14 y 15 de Febrero en San Luis finalmente nos juntamos y fueron dos días de intenso trabajo en el que participamos compañeros de Sendas (Tato, Rubén, Lila, Ricardo, Luky, Ale, Lauri, Gabi, Bachi), de Córdoba (Mariana, el Negro y Marco), Javi de Rosario y Darío de Río Cuarto. De Situaciones estuvieron Vero, Natalia, Mario, Cambá, Diego y el Ruso.

Nos llamó mucho la atención la ausencia de compañeros trashumantes que efectivamente habían comprometido su presencia, algunos con causa justificada, otros…. Esto debe ayudarnos a pensar cómo podemos superar estas cuestiones, porque algunos cumpas nunca se sienten preparados para discutir sobre la Trashumante con otros grupos ¿es debilidad teórica, de formación o cagazo?

El sábado por la mañana lo primero fueron las presentaciones, donde para sorpresa nuestra los compañeros de Situaciones no hablaban con discursos teóricos complejos, y mostraban una actitud de respeto y escucha que a veces no tenemos entre nosotros mismos. Luego, acordamos como metodología de trabajo utilizar ese día para “contar nuestras historias”. “De mano en mano” circulaban el mate y las galletitas, mientras tanto la palabra y la escucha eran el centro de la reunión.

Grabador mediante comenzó la charla, que en sus inicios fue un extenso relato del Tato contando con asombroso detalle el recorrido del proyecto, desde la idea original hasta convertirse en la Universidad Trashumante y la marcha del Quirquincho. Los comienzos del grupo Sendas en San Luis, antes como “Centro de Educación Permanente”, y los conflictos de poder dentro y fuera

del grupo, la presión de los Saa y la decisión final de abandonar el trabajo barrial y salir con la Trashumante. Llena de anécdotas, esta reseña duró toda la mañana y parte de la tarde. Todos fuimos aportando desde la experiencia de haber participado en esta historia y la construcción de los conceptos que hoy alimentan nuestras prácticas grupales. Estaban quienes fueron los

primeros en subir al Quirquincho, quienes vieron nacer el proyecto y lo fueron acompañando por distintos puntos del país, los que nos subimos cuando pasó por nuestro pueblo, y los que se sumaron hace poco y aún no viviendo la experiencia del Quirquincho igualmente están en la ruta. Fueron distintas miradas, experiencias, formas de conectarse y relacionarse al proyecto de la Universidad Trashumante que reflejan la constitución de nuestra red.

Fue muy impactante escuchar nuestra historia relatada por Tato, permitiéndonos revivir experiencias que nos signaron, revalorizar y resignificar la importancia de la misma. Y el valor y la entereza, fundamentalmente del Tato y de los compañeros que estuvieron en las giras, para “bancarse” éstas y los talleres, conocer tanta gente, tantas realidades y experiencias, tantas presiones y urgencias, pasar hambre y frío muchas veces, soledad y angustia otras tantas y sin embargo no aflojar. Frente a esto es bueno pensar en nuestras propias limitaciones y miedos para salir al encuentro para materializar la trashumancia. La tarde, después de un exquisito pastel de carne o pastel de fuente, según cómo se lo llama en cada zona, fue el momento de repasar los proyectos. Comentamos por qué surge esta estrategia organizativa y cuáles son los inconvenientes que nos trajo aparejados. Cada uno fue analizado desde lo conceptual y lo metodológico, valorando la experiencia y analizando las causas de sus debilidades. Los compañeros del Colectivo Situaciones escuchaban, preguntaban, asentían con la mirada o con alguna otra expresión, como la risa, ante las inevitables y siempre sabrosas anécdotas de las giras o de nuestras discusiones. Además se mantenían atentos a los cassettes y a Joaquín, pequeño rubio endiablado, que tomó mate toda la tarde y recorrió una y mil veces cada rincón del salón, sin que nadie pudiera detenerlo. Fue allí que su abuelo, Cambá, babero en mano, decidió rebautizarlo con el nombre de Quirquincho, o sea: “doblemente empecinado”.

Sobre el final de la tarde del sábado los escuchamos contar su historia como grupo, que es -casual o causalmente- muy similar, en muchos aspectos, a nuestro propio recorrido. Ellos son jóvenes (excepto uno, ¡jua, jua, jua!) que en su mayoría provienen de la militancia universitaria en la UBA desde 1992, de un grupo que se llama “El Mate”. La idea de conformar el Colectivo Situaciones surge de renunciar a seguir buscando un grupo en el que militar (vieja idea de la izquierda), y formar “algo nuevo” que les permitiese recuperar algunos planteos teóricos y algunas prácticas de los años setenta, pero desde la mirada de hoy, con nuevos aportes y sobre todo frente a una nueva coyuntura. ¿Revolución epocal?

El Mate (al menos como lo vivió la gente que conformó luego Situaciones) nunca fue efectivamente un grupo gremial universitario, sino más bien un grupo de formación, a través de las publicaciones y Cátedras Libres que realizaron adentro y afuera de la universidad. A partir de 1997 surge una gran presión, que los “invita” a convertirse en un grupo de sociología marxista “útil a la acumulación para la revolución”, y allí comenzó un lento proceso que derivaría en la conformación del actual Colectivo Situaciones.

En estos años se generan experiencias muy fuertes, como la publicación “De Mano en Mano” (nombre que luego llevará la editorial de los cuadernos y libros que los ha vuelto conocidos), y la Cátedra Libre del Ché, experiencia masiva y constantemente creadora que luego recorrerá muchos lugares del país. Empieza a ser necesario tomar una decisión: seguir en El Mate o formar

un nuevo grupo. Deciden no romper y seguir sosteniendo el colectivo, pero ya era muy fuerte -no precisamente por parte de ellos- la idea de que aquello que no tiene peso político en función de “la” acumulación (publicaciones e investigación), debía ser descartado o marginado de la actividad central: el activismo y la organización política de los “menos esclarecidos”. La ruptura, dolorosa, traumática, quizás demasiado “estirada”, se da finalmente. Los compañeros deciden no “bancar” más la experiencia del Mate, porque conviven miradas, comprensiones y formas de hacer política incomponibles. Una es la más fuerte de estas diferencias: desde muchos lugares se le dice a los compañeros que El Mate debe dirigir desde la política a los movimientos que crecen en el espacio de lo social; sin embargo, quienes hoy conforman el Colectivo empiezan a discutir y comprender entre ellos que lo social y lo político no son dos entidades separadas, y que en última instancia ninguno de los dos puede dirigir ni marcar pautas de acción al otro. Esa concepción les resulta primordial en lo que luego será su permanente relación con movimientos, grupos y experiencias que trabajan desde lo aparentemente “social”; pero que, en realidad, conforman nuevas comprensiones y acciones de lo social y también de lo político.

Actualmente dos experiencias importantes marcan el trabajo de Situaciones. Una es la de estar trabajando con la gente del Movimiento de Trabajadores Desocupados de Solano; la otra es la investigación que realizan con una escuela de Moreno, llamada “Creciendo Juntos”, ambas con el taller como herramienta metodológica. Un taller que supone permanencia en las juntadas: por ejemplo, ellos van a Solano y a Moreno cada quince días, a veces semanalmente, con la comprensión de que es allí, en ese espacio y en esas dos o tres horas de trabajo que se produce saber y se crea multiplicidad. Luego, quizás lo producido allí sea material de publicación. O sea, que no se espera una futura elucidación científica.

El sábado por la noche, asadazo mediante (que provocó una tentadora oferta de Situaciones por el pase de Rubén de Sendas, excelente cocinero), además del vino y la guitarra circulando, fue el momento para reforzar esa sensación de estar entre compañeros y charlar “off the record” sobre nuestras propias experiencias dentro de los proyectos, conocernos de cuerpo entero y tal como somos, certificando una vez más que estar en el interior nos “salva” de la locura y el canibalismo que impera en Buenos Aires, a veces entre los mismos compañeros de lucha.

El domingo, a pesar de las demoras de los compañeros más viejitos, el trabajo siguió con mucha intensidad. Repasamos el temario propuesto por el colectivo Situaciones, reforzando conceptualizaciones acerca de la red y su funcionamiento, la horizontalidad y su eficacia. Ellos nos plantean que, en general, las redes que han conocido no pueden zafar de caer en un centralismo que las termina destruyendo o trasformando en mecanismos utilitarios, con la toma de decisiones desde el centro, y les sorprende como se mantiene y refuerza constantemente nuestra red, con otros dispositivos y otras historias.

A partir de esto surge un análisis muy profundo de las implicancias de considerarse y ser la Trashumante una institución estallada. La argamasa de nuestra red, lo que mantiene esa necesidad de estar juntos, es el afecto, aunque parezca una pelotudez: el ser amorosos nos ha

sostenido y nos sostiene frente a la frialdad de los planteos “racionales”, para los que las emociones están fuera de la práctica política. “La reflexión es también fiesta popular”, dice una bandera que viajó por el sur y sigue recorriendo otros caminos, y no es poca cosa. Nada grande se consigue sin alegría, decía Jauretche; y eso, quizás, nos identifica, es nuestra impronta. Lo que a pesar de los golpes nos mantiene en pie, nos da la fortaleza necesaria para querernos, cuidarnos y también para plantearnos los errores y extravíos que a veces suceden, entendiendo que cada uno de nosotros es valioso y necesario.

A pesar de que es necesario alcanzar mayor grado de eficacia, el hecho de que la coordinación de la red sea rotativa y de que constantemente nos estemos formando para, por ejemplo, poder correr de todas las instancias de participación a la imagen del Tato, hace que ese centralismo del que hablamos no se enquiste en una persona o en un grupo. Además, el concepto de referentes, diferenciándose del de líder, intenta también romper con el dirigismo y el verticalismo que es tan común en todos los grupos y organizaciones.

Es importante decir que no es muy común que nos demos estos espacios de reflexión tan en profundidad en sólo dos días. Sería bueno multiplicarlos, para que todos podamos conocer a fondo nuestra historia y apropiarnos de esta construcción colectiva, en el sentido de sentirnos parte, plenamente involucrados.

Sobre el final del encuentro realizamos una evaluación de estas dos intensas jornadas de trabajo. La verdad es que fueron devoluciones emocionantes, profundas, esperanzadoras, como en un taller trashumante más.

Los compañeros de Situaciones plantean que “esta idea de cambiar el mundo que ustedes sostienen tan empecinadamente es un concepto muy profundo, que se refleja materialmente en los lazos que generan entre ustedes y hacia el afuera, una energía totalmente diferente; este encuentro sirve para vencer prejuicios y descubrir de alguna manera que todos somos investigadores militantes, y también trashumantes”. Pero también dicen que ellos trabajan menos con la idea de “cambiar el mundo” para pensar cómo “crear otro mundo u otros mundos”, diferencia que sería muy interesante recuperar y re-trabajar.

Alcanzaron a sentir la idea de la trashumancia y eso los hizo descubrir “la multiplicidad del mundo en esta experiencia de caminar el otro país”. Pensaron el encuentro desde la necesidad de conocer la experiencia para producir un material escrito, pero a medida que fueron descubriendo a la Trashumante “se empezó a sentir muy fuerte la necesidad de vincularnos de algún otro modo”, les impactó mucho la experiencia de red que llevamos adelante y les impone una mirada nueva sobre esta práctica. “Queda el desafío de seguir trabajando juntos, por lo cercano de algunas prácticas e intuiciones sobre la construcción que intentamos generar”.

En cuanto a nosotros, planteamos que siempre es emocionante conocer y encontrarnos “con gente joven que piensa y crece, que se siente heredera de los 70″, no desde la nostalgia sino desde el respeto por los ideales, sin perder el horizonte de la realidad actual. Este encuentro nos lleva a plantearnos nuevamente “la necesidad que existe en la trashumante de teorización”; es un camino a recorrer y lograr que muchos puedan escribir sobre la Trashumante y anclar en nuevas teorías construidas colectivamente desde nuestras experiencias. A partir de hoy “pensamos que existen nuevas formas de articulación y vinculación entre organizaciones, que hay que reforzar, desde el respeto, el afecto y la necesaria crítica que aporte a esta construcción”.

Habría que remarcar que nada hubiera sido posible sin el desmedido y desinteresado trabajo realizado por los compañeros de Sendas de San Luis (en especial Luky, Ale y Rubén), para garantizarnos la comodidad del espacio de laburo. Además, como si todo no hubiese sido poco, aportaron al domingo las pastas, imprescindibles para seguir conversando y analizando.

Finalmente, como siempre sucede en nuestros encuentros, realizamos el abrazo caracol, para volver a sentir la fuerza de lo simbólico en la Trashumante, la misma fuerza que trasmite la imagen del Quirquincho o el Nerón, esa energía que no puede ser explicada sino que debe ser vivenciada. Energía que los compañeros del Colectivo llamarían potencia. Una potencia creadora, nueva, demoledora. Lo que en términos de Freire sería el anuncio, además de la denuncia.

Ellos, y evidentemente nosotros también, concentramos nuestros esfuerzos y esperanzas en el anuncio, el anuncio de un mundo no sólo por venir, sino de un mundo nuevo en este mundo, en esta época, con la creación de nuevos lazos sociales, con la inevitable bandera de la ética, con alegría y con canto, con la conformación de nuevas relaciones sociales y grupales. Y quedó claro, entonces, que este partido recién comienza, que nos volveremos a ver en varias oportunidades, mate y grabador en mano, para seguir charlando, para seguir creciendo, para seguir transformando nuestras subjetividades y seguir alimentando nuestros sueños.

Marzo 2004

Tomado de lavaca.org