Comunidad de Progreso, Puno: autoridades municipales secuestradas por la población

24.Nov.04    Análisis y Noticias

La encargada de la alcaldía del distrito de Asillo, provincia de Azángaro, Puno, Matilde Condori Medina, y el gerente municipal Rolando Zeballos Castro fueron tomados como rehenes la noche del domingo último por un grupo de lugareños del centro poblado Progreso, ubicado a unos 15 kilómetros del distrito en mención.

Previo a eso, muy temprano ese día, cientos de campesinos de Progreso marcharon hacia Asillo, en una especie de caravana. La intención era dialogar con el alcalde Antolín Huaricacha Huaricacha.

Los temas eran diversos, pero importaba sobre todo el prometido desembolso de parte de la autoridad edil de 150 mil soles para la rehabilitación de algunos canales de regadío. Así había quedado acordado en la mesa de concertación celebrada el año anterior.

Al llegar, sin embargo, encontraron en la comuna a la encargada del despacho de alcaldía y al gerente municipal, quienes no podían –en el momento– atender el reclamo de los regantes, toda vez que el burgomaestre había viajado de comisión a Lima.

Esta actitud mortificó a los campesinos, al punto de hacerlos perder el control. Ambas autoridades fueron sacadas, entonces, del local de la comuna y fueron llevadas caminando hasta el centro poblado Progreso. Al llegar, los encerraron en un local comunal, donde son retenidos contra su voluntad desde entonces.

Diálogo infructuoso

Ayer, desde muy temprano, llegaron al poblado las principales autoridades civiles y policiales de Azángaro. No obstante, vanamente intentaron convencer a la población para que depongan su violenta actitud.

Martín Madani Cari, dirigente campesino, advirtió que suspenderían la medida de fuerza solo cuando el alcalde Antolín Huaricacha llegue al centro poblado y cumpla con desembolsar el presupuesto de 150 mil soles.

En tanto, las autoridades (el subprefecto, fiscal y policía) se comprometieron a canalizar el pedido para cuando el burgomaestre regrese de Lima. Esta acción, según prometieron, iba a ser realizada lo más pronto posible.

Mientras tanto, los dos funcionarios ediles iban a seguir en calidad de rehenes, lo cual, en efecto, ocurrió al menos hasta el cierre de esta edición.

Sobre su estado de salud, los lugareños aseguraron que ambos se hallaban en buenas condiciones y que estaban siendo alimentados y abrigados por la población de Progreso.