Dos semanas de batallas campales contra la policía en Nicaragua hacen temer que las protestas populares sobrepasen a los partidos. ¡Ojalá!

28.Abr.05    Análisis y Noticias

27-04-2005

El país lleva dos semanas de batallas campales entre policía y manifestantes
El parlamento nicaragüense, al igual que el ecuatoriano, pide que el presidente Bolaños resuelva el conflicto social o renuncie al cargo

Radio La Primerísima/Rebelión

El Poder Legislativo nicaragüense se unión este martes a la demanda de 143 alcaldes de igual número de Municipios, que pidieron al Presidente de la República que renuncie al cargo si es incapaz de resolver la grave crisis económica y social que vive el país

Una resolución de la Asamblea Nacional, aprobada con 58 votos, acusa al Gobierno de no asumir su responsabilidad ni de buscar soluciones concertadas con los distintos sectores de la población nicaragüense afectados por la crisis, lo que ha provocado “la natural reacción de protesta social”.
Agrega que lejos de contribuir a una solución, el Gobierno ha respondido a la protesta social con la represión policial violenta, generando caos y mayor violencia en las calles y en los recintos universitarios, con saldos negativos de personas lesionadas, encarceladas, violando los derechos humanos y la autonomía universitaria.

El pronunciamiento demanda del Gobierno y de los actores políticos y sociales, es poner fin a las causas que generan la justa protesta social, y se solidariza “con las justas demandas y protestas sociales de la población nicaragüense, que en ejercicio de sus derechos constitucionales, reclaman una urgente y justa respuesta del gobierno”.

Asimismo, el Legislativo resolvió abrir de inmediato las instancias del diálogo nacional, a fin de buscar soluciones a esta crisis, sin recargar todo el peso de la misma en la ya empobrecida población.

Varios diputados de los seis que votaron en contra, o de los quince que simplemente no se dieron por enterados, alegaron que el pronunciamiento está recargado contra el Gobierno y que no responsabiliza a los partidos mayoritarios (el FSLN y el PLC), como los que están instigando las protestas sociales callejeras.

La capital nicaragüense vivió este martes una tensa jornada, cuando varios miles de manifestantes se apostaron en las inmediaciones de casa presidencial, abuchearon y tiraron piedras al presidente Enrique Bolaños cerca de Casa Presidencial, quien respondió que no piensa renunciar.

Estudiantes, pobladores de barriadas marginales y buseros, se unieron en la marcha para reclamar una solución al problema de los combustibles que obligó a un incremento en las tarifas de los autobuses, lo que provocó la ira de los estudiantes universitarios.

Bolaños, acompañado por miembros de su gabinete, entre ellos al ministro de Gobernación Julio Vega, el canciller de la república Norman Caldera y el ministro de Educación Miguel Ángel García, fue atacado cuando salió a recibir en las inmediaciones de la presidencia a miles de manifestantes que le abuchearon, lanzaron piedras y dispararon al aire morteros artesanales.

Durante el alboroto que se armó, resultó herido en la cabeza el hijo del presidente, Enrique Bolaños Abaunza, quien tuvo que ser trasladado de inmediato al Hospital Militar Alejandro Dávila Bolaños de Managua. Efectivos antimotines de la Policía evacuaron al mandatario bajo una intensa lluvia de piedras lanzadas por los participantes de la protesta.

El vocero presidencial, Lindolfo Monjarrez, dijo que el mandatario quiso hablar con los dirigentes de la marcha, “pero son unos cobardes, nadie dio la cara y más bien el presidente fue atacado por delincuentes”.

“Fue algo que no lo esperábamos. El presidente iba a tratar de dialogar con los manifestantes cuando recibió piedras, bolsas de aguas, morteros y ahí resultó herido el hijo del presidente”, dijo Héctor Borgen, asistente del mandatario Enrique Bolaños Geyer.

La herida que presenta Bolaños Abuanza es en la parte posterior de la cabeza y mereció una sutura de 20 puntos y de un largo de pulgada y media. También presenta raspones en el rostro, fruto de la caída cuando cayó por la pedrada.

Bolaños se digirió a la nación y acusó a Daniel Ortega, Dionisio Marenco, y al presidente del Consejo Nacional de Universidades (CNU), a dirigentes del transporte y a estudiantes sandinistas de azuzar al pueblo y que esconden delincuentes en las distintas universidades con la intención de desestabilizar al gobierno y mantener en zozobra al país.

En una posterior rueda de prensa, Bolaños aseguró que no piensa renunciar a su cargo, pese a un pedido que le hicieron el lunes 96 de los 152 alcaldes del país, liderados por el edil de Managua, Dionisio Marenco, del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

“¿Cuándo me han visto colgando los guantes?, estuve aquí en toda la década de los 80 -durante la revolución sandinista-, me calumniaron, me hicieron groserías y sigo hoy tan campante como el Johnnie Walker”, declaró Bolaños. “Nicho (Dionisio) Marenco no sabe quién soy yo”, dijo el mandatario sobre el alcalde de Managua, uno de sus principales adversarios.

Bolaños también anunció que suspendió un viaje que tenía previsto realizar a México esta semana, debido a la situación que afronta el país. El mandatario dijo que él está dispuesto a un diálogo, pero que los manifestantes no lo desean.

“¿Cómo podés hablar solito? Ellos no quieren diálogo, ellos no quiere solución; quieren crear caos, y crear crisis, porque en esas aguas putrefactas es donde a ellos les gusta nadar”, dijo Bolaños.

Sin embargo, el presidente fue enfático en que no rebajará el precio del servicio de transportes de 3 córdobas a 2,50 córdobas (15 centavos) como lo demandan los estudiantes, porque los precios se rigen “por las leyes del mercado”

Al referirse al incidente en que fue abucheado el mandatario relató: “yo los fui a buscar: ‘¿Ustedes que quieren hablar conmigo?’ pero los líderes de los manifestantes se esconden bajo las naguas de los que están detrás”, añadió en una implícita referencia al FSLN, al que culpa de las protestas.

Bolaños se dirigió a Marenco a través de la prensa: “Vení, hombre, hablemos, encontremos soluciones de verdad, no te metas debajo de las naguas (enaguas)”.

Los transportistas del servicio urbano colectivo optaron este martes por guardar los autobuses y unirse a la protesta.

La jornada de batallas campales entre manifestantes y policías, que lleva dos semanas, dejó un saldo de 22 heridos y 68 personas detenidas, y el temor general de la población de que la crisis se profundice.

Escuelas y colegios suspendieron sus lecciones este martes, mientras que la policía aumentó la vigilancia en puntos estratégicos.

Miles de ciudadanos tuvieron que caminar para llegar a sus centros de trabajo, y otros optaron por quedarse en sus casas para evitar quedar atrapados en eventuales enfrentamientos.

El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) criticó la falta de respuesta del gobierno a los reclamos de población y la represión indiscriminada de parte de la policía que ha causado estragos en la población al lanzar bombas lacrimógenas cerca de los barrios.

“Esta situación ha incentivado los ánimos de la población que ya empieza a salir a las calles, espontáneamente o instigada por algunos sectores, en respaldo a la lucha y en contra de la represión policial”, señaló el organismo en un comunicado.

Pese a considerar que los que protestan “son unos pocos estudiantes”, Bolaños reconoció que “las cosas se pueden complicar aún más”.

Las violentas protestas que han sacudido en los últimos días a la capital nicaragüense tendrían como objetivo presionar al presidente Enrique Bolaños para que ceda ante la oposición de izquierda y de derecha, pero algunos temen que el movimiento se les vaya de las manos y termine como en Ecuador.

Las manifestaciones son dirigidas por organizaciones estudiantiles, gremios de transportistas y sindicatos ligados en su mayoría al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que resienten la falta de estrategias del gobierno para enfrentar las alzas de los precios del combustible.

Las protestas empezaron hace tres semanas en la capital, con paros escalonados del transporte público en demanda de un subsidio estatal, después se sumaron estudiantes universitarios y sindicatos; y el lunes se unieron pobladores de la capital que están disconformes con el gobierno.

El movimiento se extendía este martes al norte y este del país, donde las autoridades reportaban cierres de carreteras y manifestaciones de protestas que son dirigidas por grupos ligados al FSLN.

A juicio del político liberal Eliseo Núñez, los disturbios son promovidos por el FSLN y el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) que controlan el Congreso, para obligar a Bolaños a reconocer la legitimidad de una reforma constitucional que traslada varias facultades del gobierno al Poder Legislativo, y que entró en vigencia el pasado 8 de abril.

Sin embargo, las protestas populares tienden a aumentar en extensión e intensidad y podrían salirse del control de los partidos políticos opositores.

“Si el presidente no negocia y apuesta por la inercia que lo ha caracterizado en todo su gobierno, pienso que los dos partidos estarían dispuestos a promover su destitución en el Congreso”, declaró Núñez.

La Constitución nicaragüense establece que un mandatario puede ser separado del cargo por muerte, renuncia, incapacidad para ejercer el cargo o por ausentarse más de 15 días del país sin permiso, con el voto de dos tercios de los 91 diputados. El PLC y el FSLN disponen de 81 escaños.

Bolaños se niega a entregar el control de su gobierno al Congreso, al amparo de una sentencia de la Corte Centroamericana de Justicia (CCJ) que el pasado 29 de marzo declaró las reformas “inaplicables”, porque violan la independencia del Poder Ejecutivo.

El Parlamento nicaragüense desestimó la resolución de la Corte regional y cerró filas contra el gobierno, con el apoyo del Poder Judicial y otras instituciones estatales que son controladas por liberales y sandinistas.

En medio de las protestas sociales, que Bolaños calificó este martes de “politiquería barata”, 96 de 152 alcaldes del país -afines al FSLN y el PLC- pidieron el lunes la destitución del mandatario.

“Al gobierno no le interesa en lo más mínimo resolver la crisis a causa de las protestas, porque piensa que eso desgasta la imagen del FSLN” de cara a los comicios presidenciales del 2006, opinó el sociólogo y analista político René Vargas.

El presidente del Consejo Nacional de Universidades (CNU), Telémaco Talavera advirtió, sin embargo, que las protestas “se pueden salir de control” y urgió al gobierno a formar una mesa multisectorial para buscar una solución a los problemas económicos del país.

Según las encuestas, Bolaños -un empresario de 76 años- ha perdido popularidad entre los nicaragüenses debido a la insensibilidad con que su gobierno ha tratado los problemas de pobreza (del 80 por ciento) y desempleo (del 54 por ciento) que existen en el país.

Por su parte, el PLC, principal fuerza del Parlamento, decidió observar los acontecimientos “desde el palco”, porque no ha movilizado a sus bases contra el gobierno, pero tampoco han hecho nada para defenderlo, añadió Vargas.

Según Vargas, el PLC aprovechará la crisis para forzar al gobierno a negociar la liberación de Alemán, a través de una amnistía que sólo puede ser aprobada si el PLC logra el apoyo de los ocho diputados que Bolaños tiene en el Parlamento, debido a que los sandinistas se oponen a la iniciativa.

La Resolución de la Asamblea Nacional de Nicaragua dice lo siguiente: (Texto íntegro)
La Asamblea Nacional en uso de sus facultades constitucionales y legales ante la crisis económica y social que atraviesa el país,

CONSIDERANDO:
1) Que la crisis energética producto del alza constante de los precios del petróleo a nivel internacional, ha ocasionado un alza indiscriminada de los precios del combustible y de todos los productos de la canasta básica y de los servicios básicos a la población, agudizando aún más la ya precaria situación económico social de la mayoría de los nicaragüenses;
2) Que ante esta situación el Gobierno de la república de Nicaragua no ha asumido su responsabilidad de buscar soluciones concertadas con los distintos sectores de al población nicaragüense afectados por la crisis, provocando con ello la natural reacción de protesta social;
3) Que la respuesta del Gobierno a la protesta social legítima ha sido la represión policial violenta, generando caos y mayor violencia en las calles y recintos universitarios, con saldos negativos de personas lesionadas, encarceladas y violación de los derechos humanos y de la autonomía universitaria;
4) En las últimas dos semanas el gobierno se ha ausentado del diálogo nacional, donde participan las fuerzas políticas mayoritarias en búsqueda de soluciones a los problemas nacionales, generando una situación de vacío y de insensibilidad social ante los problemas que afectan a toda la población.
5) Que es urgente una respuesta responsable del gobierno y de los actores políticos y sociales, para poner fin a las causas que generan la justa protesta social;
POR TANTO RESUELVE:
1) Solidarizarse con el llamado de los 143 alcaldes que representan el 96 por ciento de las alcaldías del país y con las justas demandas y protestas sociales de la población nicaragüense, que en ejercicio de sus derechos constitucionales, reclaman una urgente y justa respuesta del Gobierno de la república;
2) Abrir las instancias del diálogo inmediato, a fin de buscar soluciones a esta crisis, sin recargar todo el peso de la misma en la ya empobrecida población nicaragüense;
3) Dar a conocer la disposición de la Asamblea Nacional de Nicaragua, de participar en la búsqueda de soluciones de consenso nacional ante la crisis económico social del país, agravada por la crisis energética internacional.
Dado en la sala de sesiones de la Asamblea Nacional de Nicaragua,

A los 26 días del mes de abril del año 2005.

Alcaldes de todo el país piden renuncia de Bolaños
La Asociación de Municipios de Nicaragua, integrada por los 152 alcaldes del país, ha emitido un pronunciamiento en el cual le piden expresamente al presidente Enrique que «si no quiere o no puede asumir la responsabilidad para la que fue electo, con todo respeto y seriedad le solicitamos renuncie a su cargo».

El gobierno considera que la regulación del transporte urbano en la capital corresponde a la alcaldía de Managua. En tanto, Marenco aseguró que no puede establecer una tarifa porque “yo no regulo el precio del combustible” sino el gobierno central.

La factura petrolera de Nicaragua en el 2004 fue de 380 millones de dólares y de alcanzar el precio internacional del crudo los 60 dólares podría aumentar a los 600 millones, según estimaciones oficiales.

El comunicado leído por el Alcalde de Managua en representación de los 152 alcaldes del país dice que por unanimidad los alcaldes del país aglutinados en la Asociación de Municipios de Nicaragua (AMUNIC) pidieron la renuncia del Presidente de la república Enrique Bolaños, ante la ineptitud de Bolaños en no querer enfrentar la crisis que se vive en el país y que el pueblo trabajador no puede hacer frente por sí mismo a la naturales alzas de los costos en el transporte.

Otro de los puntos del comunicado dice que “los alcaldes tienen competencia para fijar las tarifas de operación en el sistema de transporte urbano pero carecen de la autoridad para fijar los precios de los combustible el cual es fijado por el Gobierno central”.

El Gobierno central ha aumentado el precio de las tarifas en el transporte interurbano de manera indiscriminada y sin el menor sentido de respeto con nuestro pueblo pobre y trabajador.

Nuestra población en extrema pobreza merece respeto y solidaridad. La crisis del transporte y energética debe ser tratada como una emergencia nacional por los medios que sean necesarios para evitar que se genere ese clima de violencia y caos donde los que sufren son los más humildes.

Ante la magnitud de la crisis exigimos al presidente de la república, ciudadano Enrique Bolaños que asuma la responsabilidad de conducir a la nación en estos momentos de extraordinaria emergencia.

No aceptamos que siga jugando con el país y desviando la atención de los problemas hacia los gobiernos municipales.

Ante la nación nicaragüense, ante todos nuestros ciudadanos a los que nos debemos, exigimos del presidente Bolaños y el Gobierno Central una actitud beligerante, urgente y responsable para solucionar el problema.

No aceptamos excusas y mucho menos trucos publicitarios para evadir las acciones necesarias ante la crisis.

Demandamos al Gobierno a impulsar todos los proyectos de generación de energía de fuentes renovables que permitan reducir la dependencia del petróleo. Asimismo nos comprometemos a tomar todas las medidas administrativas posibles para ahorrar energía en nuestros municipios.

Si el presidente Bolaños no quiere, o no puede asumir la responsabilidad para la que fue electo, con todo respeto y seriedad le solicitamos renuncie a su cargo, todo de acuerdo a todos los procedimientos que establece la constitución política del país y nos permita a la sociedad hacer frente a los extraordinarios problemas que enfrentamos y enfrentaremos en el futuro inmediato.

Dado a los 25 días del mes de abril del 2005.