Perú-6º aniv de la fundación y re-institución del gobierno de ayllus y markas de Qullasuyu

30.Abr.03    Análisis y Noticias

Publicado originalmente en Aymara Net.

Por Guido Lozano Apaza
31 de marzo de 2003

Parafraseando a los participantes en la fundación del Consejo de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ) se puede decir que el 22 de marzo de 1997 culminó un largo período de sometimiento sindical, e inició un nuevo período de gobierno propio de los pueblos indígenas. Sin embargo la re-institución del gobierno de los ayllus y markas, no podría ser entendido sin ver el pasado histórico de los caciques-apoderados, quienes contra la expansión de la hacienda y el sometimiento del blanco emprendieron una estrategia de lucha basada en la validez jurídica de los títulos de composición de tierras, otorgados por la corona de España (nayra titulu); propusieron la revisión de límites de toda la república; articularon una red de caciques-apoderados a lo largo de los actuales espacios territoriales en el que se sustenta el CONAMAQ; lucharon por una educación escolar en los ayllus, así sucesivamente se puede ir enumerando varias propuestas.

Aparentemente para la experiencia latinoamericana como la CONAIE de Ecuador, CONIVE de Venezuela, ONIC de Colombia, los Mayas de Guatemala, los indígenas de México, incluso el mismo CIDOB de Bolivia, la constitución del CONAMAQ como movimiento social indígena podría ser reciente o tardío (6 años), aunque en el caso del Perú todavía se encuentra en proceso preparatorio. Lo que hay que tomar en cuenta es que las organizaciones indígenas de otros países empezaron casi de nuevo, por el proceso de desestructuración sufrida; mientras en el caso nuestro los ayllus resistieron al dominio colonial y republicano conservando sus propias instituciones. Es esta nuestra ventaja respecto a otras organizaciones que no siempre tienen ese condimento de “lo propio”.

Un aspecto que hay que rescatar de las lecciones que nos han dejado los caciques-apoderados es la desconfianza que tiene que estar siempre presente hacia los blancos. En un primer momento los caciques-apoderados fueron asesorados por los tinterillos blancos, los hermanos Monroy, y fueron traicionados; después buscaron el asesoramiento de Bautista Saavedra y su equipo, fueron utilizando políticamente; finalmente optaron por asesores indígenas (denominados qelqeris, como Leandro Nina Qhispi), salieron victoriosos. Entonces estos hechos nos están mostrando que los caciques-apoderados nos han dejado un camino en construcción, lo que nos toca -ahora- es actualizarla; por ejemplo la demanda de TCO’s de los ayllus guarda estrecha relación con los territorios compuestos por caciques, la revisión de límites también tiene relación con la reconfiguración o redefinición de las unidades políticas administrativas (demandadas por los ayllus), la articulación de una red de caciques-apoderados puede estar relacionado con la constitución de CONAMAQ.

Dicho de otro modo, la reciente constitución del Consejo de Ayllus y Markas del Qullasuyu es, a la vez, una continuidad a la ruptura sufrida por la red de caciques-apoderados (1914-1939) y la re-emergencia autónoma de un nuevo actor social cuyas voces habían sido soterrados casi por más de medio siglo por el dominio de la ideología homogeneizador de la izquierda sindical y del nacionalismo del Estado iniciado en la década de cincuenta.

En los tiempos actuales el desafío del movimiento de los ayllus tiene que apuntar por el debate político, por definir la agenda pública y por el diseño de una estrategia por la participación de los pueblos indígenas en la toma de decisiones y el ejercicio del poder a nivel nacional. Podrían haber varias posibilidades de llegar a estos objetivos, una de ellas podría ser la propuesta que están desarrollando Evo Morales y Felipe Quispe, vía elecciones a través de partidos políticos indígenas (un poco al estilo liberal), la otra sería destrozar de una vez las estructuras del Estado colonial republicano para luego construir sobre esas ruinas, el Estado plurinacional en donde se reconozca la elección de parlamentarios elegidos por suyus (turno y rotación); donde los Mallkus, T’allas y Jilaqatas reemplacen a los alcaldes y concejales; el gobierno sea paritario (indígenas y blancos) como signo de diálogo pluricultural. En mi criterio esto requiere de dos estrategias simultáneas, por un lado tiene que haber un proyecto nacional encauzado por el CONAMAQ, por el otro, se tiene que trabajar a nivel de ayllus y markas en la destrucción de los aparatos del Estado y en un afán de desaparición de las Alcaldías, Subprefectos, Corregidores, Concejales.

Sin embargo un problema con el que a menudo hemos tropezando es el sentimiento del nacionalismo y de bolivianidad presentes en los indígenas y en gente no indígena de izquierda, o la admiración del indígena hacia el blanco. Tengamos presente que la bolivianidad es de blancos y el Qullasuyu de indígenas. Entonces dejemos de admirar en los blancos, en esas caras maquilladas, en los ternos y corbatas, en los vestidos de señoritas; más bien mostremos nuestro rostro indígena, tal cual somos; paremos el fenómeno de chotificación aguda iniciada al interior de nuestros ayllus en los últimos diez o quince años; frenemos la presencia oportunista de gente no indígena en nuestras organizaciones; construyamos un Estado plurinacional sobre la base de la identidad indígena. Y, si los mestizos y blancos quieren estar con nosotros, tendrán que indianizarse. Este es uno de los desafíos que tiene que enfrentar el CONAMAQ y las organizaciones de ayllus y markas.

Finalmente, quiero compartir con ustedes algunas interrogantes: ¿qué hacer cuando el Estado boliviano unitario está en crisis, la democracia liberal no funciona (hay que democratizar a la democracia), la corrupción se ha vuelto cotidiano, los gobiernos están cada vez más alejados del pueblo, buena parte de los bolivianos están empobrecidos, la presencia masiva de indígenas en el parlamento está resultando improductivo?.

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