Invasores invadidos o la recuperación de la tierra

31.Mar.06    Análisis y Noticias

Cuando llegaron los invasores ingleses y franceses a la zona norte de Abya Yala, mientras los castellanos y portugueses atacaban la región central y sur, las comunidades que habitaban y cuidaban la tierra y el territorio fueron empujadas hacia el oeste y cientos de miles fueron pasados a cuchillo por los carapálidas.

Los jovencitos del “far west”, el lejano oeste, con sus colts y smith & wesson, que hacen las delicias de los racistas que se ponen largas capuchas blancas para salir a crucificar y quemar negros, inventaron hacer películas donde los “indios” eran los malos y ellos los buenos y bonitos. Luego, envalentonados y borrachos de sangre, fueron para el sur y se apropiaron de la mitad de los territorios controlados por el estado mexicano.

Indígenas en el oeste, indígenas en el sur. Fea estaba la cosa.

Luego las emprendieron con los cubanos, que eran comunistas, que eran un peligro para occidente, tan malos como los indios y los negros, y partieron hacia allá a cortarle la cabeza a Fidel Castro, pero tuvieron que volver con el rabo entre las piernas lamiéndose las heridas tras la derrota de Playa Girón. Cientos de miles de la isla saltaron el charco y llegaron a las tierras de la estatua de la libertad, que cumple las mismas funciones de la Esfinge egipcia, o sea, tener una estatua gigante para ostentación de los poderosos y además que nadie pueda explicarse que diablos significa eso, en definitiva … el non plus ultra simbólico de la sociedad del espectáculo.

Los castellanos y portugueses más al sur fueron limpiando de indios por aquí, indios por allá. Las masacres eran cotidianas y millones fueron pasados por las armas, acribillados por resistir a la civilización. Llegaba la maldición de Malinche estableciendo el predominio del capital y montando los estados, lo mismo que quiere hacer Chávez desmantelando las comunidades de las 8 regiones indígenas de los territorios controlados por el estado venezolano para establecer ahí su modelo de socialismo por arriba.

En la cuna del capitalismo, Europa, las cosas continuaron igual, es decir, hordas de soldados obligados a hacer el servicio militar, o el “servicio” de matar a cuanto ser vivo se les ponga por delante, arrasaron con África y Asia. Desde allí mismo vinieron millones de inmigrantes que se encuentran con las naciones y pueblos controlados por los estados europeos: vascos, catalanes, sardos, corsos, gallegos, flamencos, irlandeses, andaluces, extremeños, macedonios, chipriotas, checos, eslovacos, croatas, servios, albaneses, escoceses, valencianos, asturianos, levantinos, aragoneses, bretones, lapones, saboyanos, alsacianos, lorenos, occitanos, frisios, gitanos, friulanos, además de las comunidades mayoritarias.

Los inmigrantes incendiaron París y hoy muchos se suman a las batallas estudiantiles y sindicales. Los vascos se encuentran en un momento histórico donde la lucha por la autodeterminación ha conseguido grandes avances, que sumados a los logros en Irlanda, pueden influir notablemente en el aumento de la lucha social desde abajo trascendiendo las fronteras y los estados. La Europa fortaleza del capital y los estados se atrinchera para resistir a la avalancha de inmigrantes del tercer mundo que, junto a las nacionalidades, pobres, juventud, trabajadores, discriminados, desempleados, mujeres y otros sectores sociales, podrán reformular gérmenes de nuevas formas de vida basada en las comunidades locales, asentadas en pueblos y barrios de las ciudades mayores.

Mal haríamos en nuestro continente de Abya Yala, llamado América, en dejarnos llevar por las estrategias etapistas de alianzas con el capital europeo para “aislar” o “disputar terreno” al capital norteamericano. El capitalismo es uno solo, un sistema de relaciones que atraviesa el planeta y las fronteras por encima de los estados y llega a los cuerpos de las personas. Otra cosa sería justificar las corrientes del capitalismo regional instaladas por Lula y la llamada “integración regional”, que no considera a los pueblos.

Nuestra lucha es contra el capital, venga de donde venga o aún esté instalado aquí, y la lucha no es solamente de resistencia o de oposición, sino fundamentalmente de construcción de la nueva sociedad aquí y ahora, en las comunidades y localidades.

Que los pueblos en los territorios controlados internamente por los estados europeos hagan su lucha. Que va muy bien.
Que los pueblos controlados internamente por el estado yanqui hagan la suya. Que también va muy bien.
Que los pueblos controlados por los estados asiáticos, africanos y oceánicos puedan acrecentar sus luchas.
Que nuestros pueblos de Abya Yala hagan la suya. Que va bastante bien.

La solidaridad y el apoyo mutuo entre todos parte de la base de la lucha en cada uno de los espacios concretos de autoorganización social. Sin asentamientos locales de comunidad autoorganizada que se empodere de sus vidas y sus territorios el apoyo será únicamente de opiniones, declaraciones y denuncias. Se necesita desarrollar más las redes de comunicación horizontal entre experiencias sociales, para ir pasando del intercambio de ideas, aprendizaje de los avances de los otros, apoyos coyunturales, etc. al establecimiento del intercambio económico directo, de grupos que de un lado vayan a visitar a los otros y convivir unos días al menos, intercambios culturales entre comunidades, etc. que permitan irse desprendiendo de la dependencia del estado y del mercado. Hace falta profundizar en la autogestión de los recursos de cada barrio y localidad, que las fábricas ocupadas pasen a ser dirigidas por la asamblea de la población del barrio circundante, que la salud sea atendida por la población y se desarrollen sistemas que permitan salirse de las redes estatales y comerciales, donde la tecnología y el profesionalismo estén vinculados a cada localidad. Hace falta desarrollar fuentes de energía alternativa para que los barrios y localidades salgan de las redes eléctricas con que el estado y el mercado aseguran el control y dependencia de la población. Hace falta practicar de manera más masiva el trueque para sustituir el mercado, pero al mismo tiempo hay que buscar las maneras de producir excedentes que puedan ser entregados sin cambio a otras comunidades.

La insistencia de algunos en priorizar el apoyo a los estados o gobiernos progresistas por sobre la autoorganización y la autonomía de las localidades, debilita la acción de fortalecimiento territorial y dificulta el encuentro de la gente que salga de sus casas a construir la nueva vida basada en el asambleismo, la horizontalidad y la democracia directa. Ese es el poder popular, no sólo la capacidad de combate de los colectivos, que está muy bien, pero no a costa de sustituir el protagonismo social que puede asegurar la continuidad estratégica hacia la sociedad sin clases. La lucha militar es la continuación de la lucha política, pero el sujeto político ya no es más el partido ni la vanguardia, sino la autoorganización social de las comunas libres.

Por eso el capital no teme a los gobiernos progresistas, más bien opera con ellos, por eso a Europa le basta con estrechar filas detrás de su fortaleza y en USA levantan un muro para evitar que circulen los inmigrantes. En Los Ángeles pusieron de alcalde al Terminator, que nunca pudo hacer una película de cow boy por su cara de caballo, para asustar a los latinos y chicanos que llegaban en masa a recuperar la vida en los territorios arrebatados al estado mexicano.

Pero la lucha se acrecienta, basada en la organización por abajo: cientos de miles de inmigrantes copan las calles de las grandes ciudades yanquis, los vascos abren enormes perspectivas de avances con la última declaración de cese el fuego de ETA, la crisis política se hace más fuerte en el estado de Israel, los mapuche se movilizan en todos los terrenos, la otra campaña sigue incorporando multitudes y sectores de izquierda a construir desde abajo, la CONAIE y otras organizaciones se preparan para nuevas jornadas, las comunidades guatemaltecas no dan respiro al sistema, Gualeguaychú se ha transformado en una batalla emblemática para las comunidades que defienden sus territorios de la depredación capitalista, en los territorios controlados por el estado colombiano se perfila cada vez más el protagonismo social como manera de superar la guerra y avanzar en la construcción de capacidades territoriales de empoderamiento.

De las invasiones y control territorial de los estados estamos pasando progresiva y sólidamente a la autoorganización social y a la recuperación de territorios.

Invierta ahí sus esfuerzos, no se deje llevar por las luminarias, cargos, prebendas y cantos de sirena de los gobiernos, por muy progresistas que sean. Si vienen las tropas yanquis, europeas, brasileñas o chilenas, ya nos organizaremos en su momento, por ahora no pierda el tiempo jugando al cuento de que viene el lobo, súbase las mangas, deje de pasarse en reuniones de elaboración de estrategia y ponga los pies en la tierra, es decir, en el barrio y la localidad, que ahí se hacen los cambios sociales.

De más está decir que no es más que una opinión. Si tiene otra, pues hágala, no la discuta más, que va a tardar cien años en reunir voluntades para aplicar su vía, sea usted marxista o anarquista o lo que sea. Pruebe su teoría en la organización y el protagonismo social.

Abrazos

Profesor J