Argentina: Discuten el papel de las Fuerzas Armadas

17.Abr.03    Análisis y Noticias

Mientras yanquis e ingleses recorren las arrasadas tierras de Irak buscando resistentes para matarlos como conejos, en otras palabras lo mismo hacen los milicos y los gobiernos civiles en todas partes.

En la península ibérica, las legiones cierran periódicos, desalojan okupas, detienen jóvenes y manifestantes, ilegalizan partidos y torturan, abiertamente torturan, y quien denuncie es clasificado como activista de Eta, por lo que Garzón tendrá ahora que agarrar a Amnesty International. Las fotos de los policías rodeando casas o golpeando manifestantes, muestran a los legionarios casi como invasores extragaláxticos con sus aparatosos trajes y artefactos anti-disturbios, chalecos antibalas, esponjas protectoras, escudos, casco, bolsas con bombas de humo y de las que sueltan el esfínter, garrotes, spray, esposas, pistola, metralletas, walkie talkie, linterna a laser, lanzagranadas, máscaras antigases, cantimplora, abrelatas y botiquín de primeros auxilios. En fin que las legiones romanas han quedado como blancas palomas ante la eficiencia represiva de sus descendientes, grotescos robocops.

Los modernos mercenarios de las legiones son sometidos a tratamientos psicológicos de acondicionamiento para su miserable labor de aporrear a los que estiran la mano para alimentarse o a los que gritan por la libertad. Les meten en la cabeza que son fuertes e invencibles como Rambo, Popeye, Joe Palooka, Schwartzeneger, James Bond, Van Dame, Segal, el hombre lobo, Godzilla, King Kong, Batman, etc. Y más aún. Los entrenan como animales de circo a subir cuerdas y saltar de helicópteros. Sus poderosos músculos revientan camisetas y se admiran de las hazañas simpáticas de los héroes rompiendo quijadas de vietnamitas, árabes, negros, orientales y sudacas o haciendo saltar cinco de una vez con una granada.

Los convierten en seres superiores, mejores que el resto. Y los muy idiotas se lo creen, sin percibir que ese sentimiento es inculcado planificadamente por la oficialidad al servicio del capital. Algunas mamás colocan al hijo en el ejército ‘para que se haga hombre’, o sea que aprenda a salvar los huevos sabiendo como reventar primero a los demás. El poder, para confundir y evitar que se vea como el instrumento de muerte de los poderosos, introduce algunos negros o chinos que además son simpáticos y muy buenos amigos de los carapálidas, pero que también saben matar, cortar una yugular, triturar huesos y otras artes típicas de esos seres superiores.

En Chile, los rambos locales las emprenden contra las comunidades originarias mapuche. Llegan valientemente a las viviendas en el campo empujando mujeres, niños y ancianos, golpeando y torturando también. A Víctor Ancalaf lo agarraron en la calle alrededor de una docena de sujetos disfrazados de civil y lo trataron como puching ball lanzándolo al suelo y agarrándolo a patadas y golpes de karate, quizás con miedo a que se sacase la camisa como Clark Kent o tomase espinaca como Popeye y se dedicara a defenderse a mamporro limpio. Su delito: ser uno de los principales líderes de la resistencia mapuche que lucha por la autonomía y porque se vayan las transnacionales que controlan los bosques. Los helicópteros, patrullas y retenes policiales en toda la región garantizan el orden social de la sumisión mientras dentro de los cuarteles y casas secretas los super héroes hacen kalistenia ansiosos de salir a romper quijadas o hacer volar cinco por los aires con una granada. Y no se crea que eso sólo pasa en las regiones del sur, pues en Santiago pocos días atrás los legionarios del poder hicieron lujo de exibición de contrainsurgencia callejera agarrando y aporreando jóvenes y mapuche que marchaban pacificamente. Obvio, pues si no lo hacen la gente se acostumbra hasta que al final todos saldrían a la calle a derribar gobiernos.

En Colombia ya la situación es un tanto exagerada, la militarización está en todas partes, tropas debidamente entrenadas para arrasar aldeas se divierten en todo el país expulsando campesinos y comunidades originarias de sus tierras, matando dirigentes, estableciendo el orden marcial en las ciudades o simplemente masacrando comunidades a veces vestidos de civil como que fuesen paramilitares, lo que no es más otro de los instrumentos armados del poder donde reclutan mercenarios bien pagados y con 00 o sea, con licencia para matar.

En México los canes de guerra rodean las selvas de Lacandona en Chiapas husmeando para descubrir por donde entrar a poner en práctica aquella noble preparación de destruir seres humanos, cortan las carreteras instalando retenes para registrar y humillar a los campesinos, montan también sus paramilitares. En la región de Guerrero el despliegue militar es intenso y en el sureste ya se ha denunciado que la tortura es práctica común.

En Bolivia los milicos se están preparando para nuevas ofensivas contra las reivindicaciones populares. Ya dieron una lección al mundo de como hay que tratar a esos desalmados de los pobres insatisfechos: subieron a los techos de los edificios y desde allí con fialdad y cálculo, paciencia y sangre fría, usando fusiles especiales de francotiradores con mira telescópica, se dedicaron a eliminar uno por uno a los que manifestaban en la calle, apuntando a lugares del cuerpo donde se pudiera producir la muerte inmediata.

En Palestina los israelitas son modelo de capacidad de exterminio entrando a las ciudades arrasando con la gente y las casas. Las legiones se dan el gusto y practican felices el tiro al blanco, o mejor el tiro al árabe, matando niños o lo que se ponga por delante, hasta le pasaron por encima a la activista estadounidense, mostrando al mundo que allí mandan ellos por el derecho de la fuerza. Allí comen espinaca a montones. En países árabes, africanos, asiáticos, las tropas se exiben olimpicamente, allanan barrios, atacan poblados.

En Chile, debido al avance popular que se dio en los barrios y centros de trabajo durante el gobierno de Allende, los milicos ardían de ganas de sacar a las legiones a la calle y acabar con tanta manifestación, ocupaciones de tierras y organización del poder popular, y para ello inventaron aprobar en el parlamente la Ley de Control de Armas, lo que fue hecho en cuestión de minutos y las jaurías se desplegaron babando su rabia contra las poblaciones y las fábricas donde se construía la capacidad de administración por parte de los propios trabajadores y pobladores. Entraron en las fábricas así, sin más, sin argumento ninguno, pretextando simplemente que lo hacían para buscar armas. Rodearon poblaciones con una impresionante demostración de fuerza allanando casa por casa entrando sin orden legal ninguna arrinconando a la gente contra los muros y llevándose papeles, materiales, carteles, libros, etc. Todo ello fue a parar a la inteligencia militar y se completaron los archivos de control para la preparación del golpe. En las fábricas sacaban a los obreros hacia afuera rodeando el recinto con vehículos desde los cuales las ametralladoras apuntaban ominosamente contra el pueblo.

Hoy en Argentina los milicos quieren hacer lo mismo.

Se está discutiendo en el parlamento una ley anti-terrorista que daría atribuciones para que las legiones salgan a la temporada de caza. Un estremecimiento recorre las vísceras y las vértebras de algunos argentinos, pues aún está fresca en la memoria la masacre del golpe militar y los desaparecidos, torturados, muertos, hijos robados, exilios, etc.

Sectores importantes del pueblo argentino han enfrentado la situación de crisis desarrollando la capacidad de autogestión de sus asuntos locales, en barrios periféricos, en asambleas de vecinos, en fábricas, en comunidades y hasta en regiones completas como se está produciendo en Esquel, por ejemplo.

Otros sectores han preferido legitimar las instituciones y se van a presentar a las elecciones, dando así el visto bueno, la aprobación a las instancias del poder, reconociendo y haciendo reconocer a todos que las cosas pueden decidirse por arriba, por más que algunos insisten en que desde allí apoyarán la auto-organización popular.

Mientras estos sectores de izquierda desvían la atención hacia las instituciones llamando a todo el mundo a hacer la fila de la legitimación, la fila del reconocimiento de las reglas del juego del poder emitiendo el miserable voto, las propias instituciones preparan la réplica, simplemente algunos izquierdistas entrarán en el parlamento y en las estructuras provinciales y por el otro lado las tropas entrarán en las fábricas y en los barrios. Un golpe maestro. Un enroque estratégico que hasta parece que sacrifica reina para jaquear al rey.

Con la participación en las elecciones se está legitimando la aprobación de la ley anti-terrorista, pues con qué cara se van a oponer a ella los que quieren ocupar cargos del poder? La lógica del poder es que si quieren venir aquí deben respetar lo que aquí se hace. Los que participen votando en las elecciones van a legitimar y autorizar esa ley anti-terrorista, pues una vez aprobada no habrá quien pueda oponerse a las legiones actuando con sus vehículos artillados y deseosos de subirse a los techos con fusiles con mira telescópica.

Con la participacion en el juego electoral le estamos abriendo camino al uso legal de la fuerza militar para la represión al movimiento social. Los candidatos y los que hacen propaganda para llevar al pueblo a las urnas son cómplices de la aprobación de esa ley, involuntarios si no perciben el asunto, pero cuando ello se discute publicamente ya hay la información suficiente como para darse cuenta de por donde van las cosas.

Hay que recordar que en Chile sectores importantes de las tropas no se sentían en condiciones de salir a reprimir al pueblo, pero la ley de control de armas permitió salir poco a poco, entrar poco a poco en las fábricas, perder el respeto, crear las condiciones psicológicas e ideológicas entre la tropa para convencerlos de que los trabajadores son enemigos. Por más que hablemos encendidos discursos que inflamen los corazones de muchos, el choque cotidiano entre la tropa que era llevada constantemente a provocar a las masas, era astutamente trabajado dentro de los cuarteles.

Creemos necesario desarrollar las siguientes discusiones:

1. Levantar con más fuerza la discusión en asambleas, movimientos y medios de información sobre el peligro de las elecciones.
2. La necesidad de aumentar rapidamente la cantidad de asambleas autónomas, aunque sea saliendo algunas personas de la que hay para establecer otras menores en otros lugares que den comienzo a nuevos agrupamientos.
3. Apoyar las propuestas y actividades de asambleas y grupos que se oponen a las elecciones, participar en sus convocatorias.
4. Aumentar también las asambleas de estudiantes en facultades y colegios, organizar otras donde no las haya, aunque sean pequeñas inicialmente. Lo mismo en relación con los MTDs autónomos y otras organizaciones sociales de base, tratar de duplicarse, de hacer otros agrupamientos que consigan invitar al menos algunas pocas personas no participantes aún en otros lugares.
5. Consolidar cualitativamente las asambleas y agrupamientos autónomos existentes, dar pasos internos de avance en la auto-organización, la discusión y la distribución de tareas que involucren a las personas en las actividades.
6. Levantar la alternativa del voto contrario, o sea la validación de la suma de la abstención con los votos blancos y nulos, trabajar la idea de que la elevada abstención legitima entre el pueblo su camino de auto-organización. Ampliar la campaña abstencionista dándole un sentido positivo.
7. Discutir y emitir opiniones de diversos sectores sociales, no sólo de las figuras públicas, oponiéndose a la discusión de la participación de las tropas en tareas policiales. Trabajar el concepto de que eso podría ser un golpe blanco.
8. Trabajar la idea de que el sistema está haciendo una especie de trueque, un toma daca, permitiendo y aún estimulando que entren algunos izquierdistas a las estructuras del poder y al mismo tiempo preparando las condiciones para que las tropas entren en las dinámicas del antipoder o contrapoder o poder popular, como se le quiera llamar.

En fin que las elecciones del 27 tienen un carácter estratégico fundamental para las clases dominantes argentinas, y lo más importante para ellos es que se envuelvan los candidatos de izquierda y que consigan arrastrar la mayor cantidad posible de incautos a votar. Las detenciones de líderes piqueteros relacionados con grupos electorales de esa izquierda apuntan a neutralizar la capacidad popular de distinguir entre los proyectos, permitiendo así que la alternativa electoral entre con más simpatía por los ojos del público. Ese es un truco viejo que se puede revertir facilmente indicando los peligros de las instituciones y llamando en la lucha anti-represiva a fortalecer las organizaciones autónomas y el rechazo a las elecciones.

Será tarea del propio pueblo impedir la victoria de esa estrategia. Aunque la astucia de las clases dominantes está demostrando que su capacidad de maniobra es muy grande y habrá que tenerla en cuenta para los pasos posteriores. Habrá que tener cautela no sólo con los llamados a las elecciones, sino también con los llamados quasi insurreccionalistas que pueden sacrificar todo lo avanzado, que sólo puede ser considerado avance en la medida que sea un factor de mayores avances aún. Y ese avance no puede ser el repliegue y menos el repliegue a las instituciones estatales, tampoco puede ser una ofensiva, sino más bien el despliegue, la ampliación, la multiplicación, la diversificación que permitan la incorporación de otras personas a las tareas de la auto-organización y de la lucha por los derechos de todos.

Consolidar lo avanzado.
Ampliar las organizaciones autónomas de base.
Esas dos condiciones permitirán enfrentar las nuevas realidades que se vienen.

Abrazos.
Profesor J
profesor_j@yahoo.com