Tribunales, jueces y carabineros muertos

14.Feb.08    Análisis y Noticias

Parece un tira y afloja.
Carabineros protesta porque la justicia suelta a los que el propio cuerpo uniformado califica de delincuentes. Ya lo han hecho varias veces, como cuestionando la mano blanda.

El jefe máximo de los antiguos portadores de carabinas, llamados por la población de “pacos”, un general de apellido Benavides, llama a los jueces a cumplir con su deber, pasándose de la raya, aunque luego se pone el parche antes de la herida agregando que por favor no se tome como una crítica…

Poco se conversa públicamente sobre tribunales, carabineros y etcétera, tal vez por miedo a que a uno le caiga la teja y lo pongan en la mira, ya que evidentemente los textos y artículos críticos van a parar a las respectivas fichas de cada uno y a los gabinetes de análisis de inteligencia para ver qué onda el que escribe.

Una jueza que había estudiado Derecho conmigo al saber en estos días que soy presidente de mi junta de vecinos me dijo que ahora soy un buen ciudadano, lo que me ofendió, ya que siempre me he considerado un buen ciudadano, en especial cuando hubo que tomar las armas para enfrentar a la dictadura militar. Otra cosa es ser borrego.

Los tribunales están compuestos de cuadros políticos del sistema capitalista, que han estudiado derecho para defender el estado, ya que según Kelsen para eso está. Los no kelsenianos, es decir los que no son positivistas se declaran iusnaturalistas, es decir, partidarios del derecho natural. Vaya a saber uno lo que ellos entienden por eso, siendo que algunos dicen que el derecho se orienta por valores, entre esos, la justicia.

La comprensión de la justicia que tienen estos señores es bastante flexible al parecer, ya que hacen fila y se empujan cuando se trata de castigar comunarios mapuche, desempleados, jóvenes, trabajadores y demás, sacando pareceres según conviene a la estabilidad del status quo. Por eso no es rara su aparente comprensión hacia los llamados delincuentes y su castigo hacia algunas figuras públicas, ya que van soltando o apretando según las necesidades del orden social, en especial para evitar que la sociedad se desborde y salga la gente a la calle a gritar que se vayan todos.

Así ellos dicen a los carabineros de ir para allá y de venir para acá, pues son ejecutores de la ley, ese engendro normativo elaborado en un parlamento poco creíble con buena parte de reglas dictatoriales.

Lo extraño es que los carabineros no se indignen por el tipo de trabajo que les toca ejecutar. Algunos dirigen el tránsito y otros tiran pinta en moto, pero a todos cabe la tarea de repartir palos y tiros cuando se les manda y muchas veces cuando les da la real gana. Estos servidores públicos salen de familias populares, gente pobre, mientras la oficialidad proviene de buena familia, tal vez no tanto como los jueces, pero andan cerca. Vaya a saber uno el tipo de entrenamiento que les hacen que parece que fueran desesperados por atrapar y apalear al que se les ponga por delante, que no lo digo por decir, sino que lo he visto con mis propios ojos desde antes del golpe militar, durante y ahora. No veo adelantos democráticos ni de derechos humanos en la acción represiva del estado, más bien veo violaciones de los derechos humanos de los oficiales y las instituciones hacia los soldados de tropas y de carabineros.

Los militares muertos en Antuco lo fueron por el tipo de trabajo que les toca hacer, por el tipo de estructura jerárquica que se les impone, en que no tienen derecho a pataleo ni a emitir opinión. Simplemente los llevaron a la muerte. Habrá que hablarles duro a los otros jefes para que no metan la pata otra vez, pero la estructura sigue siendo la misma.

Así como a esos militares, a los carabineros los mandan a la muerte, les ordenan meterse en medio de la población enardecida, insatisfecha, a sabiendas los oficiales de que la miseria y el hambre generan respuestas potentes de la población, que no se trata de un jefe de banda o luchador social aislado, sino que muchas veces la gente ha salido en masa a defender a sus vecinos, independientemente de que se gane la vida como pueda, ya que la compraventa en el tráfico de drogas aumenta en la misma proporción en que disminuye el trabajo. A mayor insatisfacción social mayor búsqueda de cualquiera manera de subsistencia. Ya la lucha social está aumentando, poco a poco la población toma conciencia y nada van a conseguir los empresarios y diarios culpando de todo al partido comunista para desviar la atención de la combatividad popular, pues ya no es como antes que llegaban los militantes y activistas para que la gente abra los ojos. Hoy día la autonomía y el protagonismo social son de verdad, no son de mentirita.

Distintas son las causas de las consecuencias. Seguir atacando las consecuencias del modelo económico capitalista no va contener la lucha social. Llenar de cámaras las esquinas y de carabineros idiotizados como Rambos ansiosos por quebrarle el espinazo a alguien para hacer una especie de muro de contención que detenga la inquietud e insatisfacción social no va a ayudar a nadie.

En vez de dirigir su furia hacia los tribunales, los carabineros, así como los soldados, marineros y aviadores, harían mejor en dirigir la vista hacia el tipo de economía que se nos está imponiendo y que va a terminar arrojando a todos contra todos, ya que de otra manera la única salida es aumentar la represión. Vean como se abusa de los pueblos que habitan los territorios controlados por el estado chileno. Perciban que se trata de un modelo económico que ustedes defienden contra la población.

El actual modelo chileno no va a ser eterno, luego se va a desplomar sin poder contener la fuerza de la nueva economía que comenzará a instalarse entre las filas de los pobres de donde saldrán miles de insatisfechos a reorganizar la vida en forma comunitaria. Está difícil, lo sabemos y ustedes también lo saben y hacen todos los esfuerzos para evitarlo, así como sus jefes y autoridades hacen también todos los esfuerzos posibles. Pero, ¿qué van a hacer ustedes, los de tropas y suboficialidad, carabineros, soldados, marineros y aviadores cuando las cosas empiecen a cambiar desde abajo?

Parece prudente comenzar una discusión abierta sobre la democratización de los tribunales y de las fuerzas armadas y carabineros, que los jueces puedan ser electos por la población de su localidad y de entre ellos salgan los magistrados superiores, que se acaben las escuelas militares especiales de hijitos de papá, que todos pasen por ser tropa y tragar tierra, que asciendan a la suboficialidad y a la oficialidad aquellos de abajo que tengan méritos reales para hacerlo, entre otros un real respeto hacia sus compañeros y hacia la comunidad, que sean sus propios compañeros de labores, y no los de arriba, los que elijan a quienes tendrán que dirigir las tropas en caso necesario de catástrofes y agresiones externas, pero que jamás puedan dar ni aceptar órdenes de disparar contra el pueblo.

Abrazos
Jaime Yovanovic Prieto, Profesor J
profesor_j@yahoo.com