Partidos y municipios acabaron con la autogestión de las ollas comunes y el gobierno las vació con el IFE. La izquierda de la lucha clandestina por la toma del poder del estado tampoco puede permitir que el pueblo se sostenga mediante la autogestión de las huertas y las ollas y los lleva a “combatir” para expropiar alimentos y así reclutar a los buenos para el enfrentamiento. Es claro que viene otra crisis y muchos serán usados de carne de cañón. Las tres izquierdas, la concertacionista, la pequeña burguesía ilustrada en el gobierno y la izquierda confrontacional, tienen los mismos objetivos: dirigir el aparato del estado y para eso no les sirve un pueblo protagonista que avanza desde abajo a la autogestión generalizada, la democracia directa por barrios y los auto-gobiernos.