“La madre tierra, el año nuevo o el sol son parte de nosotros y nosotros de ellos”
Pedro Moreira es fundador de la Biblioteca Popular Inti Huasi, y del Movimiento en Defensa de la Pacha, una agrupación de pueblos originarios que defiende de proyectos inmobiliarios un sector de tierras en Dique Lújan, partido de Tigre, donde se encontró un yacimiento arqueológico y un enterratorio étnico. En esta nota recuerda el nacimiento de las entidades, y explica que la defensa del lugar no es solo por cuestiones culturales sino para defender la naturaleza.
-¿Cómo nació el movimiento?
-A fines de los ochenta cuando fueron los saqueos (gobierno de Raúl Alfonsín) me pasó algo que fue una vuelta de hoja en mi vida. Falleció mi madre. La llevé a Jujuy, porque era deseo de ella volver. Allí nací de padres bolivianos, Esa dualidad de nacionalidad me enriqueció, me hizo ver que en toda esa zona pertenecemos al coya sur del imperio incaico. Me di cuenta de que las nacionalidades son circunstanciales, pertenecemos a una zona mucho más amplia. Cuando volví me preguntaba cómo continuaba y me di la mejor respuesta: por qué no continuar lo que ella hacía, las ceremonias de la Pachamama (madre tierra), del Inti Raimi (año nuevo); y lo hacia con la familia, en el barrio, con algún amigo o conocido.
-Allí también empezó a defender las raíces…
-Con la fiesta de la Pachamama empieza mi despertar, descubrimiento mío de las raíces culturales, no solo de las que yo pertenezco. Empecé a leer y a estudiar para explicarles a chicos, que no tienen prejuicios, y grandes. A medida que me fui interiorizando de las culturas me encontré con una enorme riqueza que hay en cualquier grupo étnico. Se me abrió un abanico que me dio la posibilidad de hablar de distintos temas y con cualquier tipo de hermano, siempre desde un punto de coincidencia. Pasaron mucha gente de distintos colores políticos, credos religiosos, niveles sociales.
-¿Cuál es el principal reclamo?
-Principalmente la tierra. Todo el mundo sabe: cada día somos más expulsados, pero hay pequeños avances. En las escuelas, mismo, empiezan a cuestionar la fecha (el 12 de octubre) como festejo. Para nosotros no tiene mucho sentido ni valor que se le cambie el nombre.
-¿Cómo va lo de Punta Canal, en Tigre?
-Es Punta Canal porque ese canal, Villanueva, terminaba ahí. Ahora nosotros lo rebautizamos Punta Querandíes, porque está el yacimiento arqueológico que rescata este antropólogo (se refiere a Daniel Loponte, del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano) que debiera cuidar esa zona (remarca la frase) y como tantos otros se prestan para el manoseo y están al servicio de las empresas inmobiliarias, en este caso Eidico. Él ratifica en reportajes y notas que rescató arriba de mil y pico de piezas de cerámica y utensilios de piedra o de hueso: Además, en esos humedales tenían pesca, animales, plantas, alimentos. Posiblementeeran punto de encuentro y de intercambio de grupos étnicos. Los querandíes que andaban con los guaraníes y los chamas eran semi nómades. Para esos hermanos era una zona riquísima para su supervivencia. Pero quiero aclarar que defendemos algo que sobrepasa los intereses de los pueblos originarios, que es el destrozo de los humedales. Siguen pavimentando los espacios donde se recicla la biodiversidad, con la fauna, los insectos.
-¿Empresa, niveles del Estado, nadie los escucha?
-No somos un grupo que quiere confrontar ciegamente. El empresario, o empresa Eidico, lo que le interesa es hacer su negocio. No tiene sentido ir a verlos, está escrito en la Constitución de 1994 nuestro derecho de pre existencia. Intendencia, gobernación, tienen que preocuparse ya no por la coyuntura o el presente, un Intendente, un gobernador, tienen que tener una mirada hacia el futuro. Todos sabemos que esos terrenos residuales son del Estado nacional, y Onabe que ahora es Adif, no cumple con su obligación. Si el Estado necesita venderlos, que no sea de esta manera tan oscura y espuria. Tenemos que respetar aunque más no sea, nuestra soberanía de ciudadanos, porque son terrenos nacionales que pertenecen a ustedes, amí, a nosotros e incluso a quienes los destrozan.
-¿Qué sienten por esa tierra?
-No es cuestión de sentimientos. En este caso yo respeto lo que decía mi madre. Después de leer empecé a darme cuenta la enorme importancia que se da a estos lugares sagrados, mucho más cuando hay enterratorios. Además de eso, algo que tal vez la cultura occidental no lo entiende, pero es de atención para nosotros: la muerte no tiene ese sentido fatalista ni terminal; con la muerte comienza otra etapa de la vida. Cuando alguien deja su cuerpo material quedan los espíritus dando vuelta. No es una forma de resurrección ni nada por el estilo, están dando vuelta para volver a tomar vida de otra forma. La tierra, la Pachamama, una planta, una piedra; son seres vivos, entonces que allí estén nuestros abuelos tiene una profunda importancia espiritual.
-¿Importancia religiosa?
-Nuestros pueblos no tienen religión, todo está relacionado con la naturaleza, la más fuerte es la ceremonia a la madre tierra o el año nuevo Inti Raymi, el sol, no son dioses, ellos son parte de nosotros y nosotros somos producto de ellos, llevamos algo de ellos. No adoramos, es un encuentro espiritual entre el hombre y la tierra, el sol o el tiempo, de eso se trata. Los que vamos, marcamos ese espacio con un montículo de piedras, la Apacheta, ya han sido tres apachetas que fueron destruidas, tapadas, aplastadas. Esta ultima fueron caminando representantes de la empresa destruyeron el montículo que con el tiempo crece porque cada uno que va hace su aporte, con un deseo, un problema, es un lugar para descargarnos de nuestros dramas y problemas. Es allí donde se depositan las piedras. Nosotros creemos que los espíritus también cumplen una función, todo está interrelacionado, plantas, animales, sol, energía, espíritus, todos somos parte de este mundo. Para nosotros es una afrenta que la pateen y la destruyan.
-¿Qué quieren conseguir con la tierra?
-No la queremos para nosotros, yo sé que hay hermanos de los pueblos originarios y muchos ciudadanos que no tienen dónde caerse muertos. Esos terrenos no queremos recuperarlos para hacer un barrio, lo que sea. Sería una inconciencia porque criticamos a las empresas que rellenan los humedales donde a la larga, el agua volverá a buscar su lugar. No hay otra. No tienen firmeza para la construcción, la pierden al rellenarlos. También nos dijeron “alguien tiene que ser el titular de eso”. Nosotros tenemos un profundo concepto por eso rechazamos eso. Tenemos una actitud profundamente comunitaria. Todo es de todos y nada es de alguien en particular. Pedimos que sea un lugar libre para todos, para pescar, para pasear un rato. Nos interesa que -y sabemos que está muy destrozado- vuelva a ser lo que fue naturalmente.
*Fuente: http://www.sprensalibre.com.ar/index.php?id=3164