CONGRESO NACIONAL DE COMUNIDADES Y PUEBLOS EN RESISTENCIA
DECLARACION
Reunidos en B´oqo´, territorio del Pueblo Maya K´aqchikel, miembros de organizaciones y pueblos en resistencia: Q´anjob´al, Chuj, Mam, Ixil, Poptí, K´iche´, K´aqchiquel, Ch’orti’, q´eqchi’, poqomchi’, Xincas, Mestizos, durante los días Kab’lajuj Imox, oxlajuj Iq´ y Jun Aq´aba´al (23, 24 y 25 de Noviembre de 2010) para desarrollar un proceso de discusión y consenso que nos permitieron contar con un análisis común, un conjunto de planteamientos que abonan nuestro camino de liberación convirtiéndonos en sujeto histórico para construir el futuro de nuestros pueblos y con plena convicción de la necesidad de nuestra articulación con otros sectores afines a nuestra lucha para la construcción de nuestro proyecto político estratégico para la transformación social.
Este objetivo nos ha permitido continuar con el proceso de consolidación y articulación entre comunidades y organizaciones por la defensa de la Madre tierra y del Territorio.
Hemos consensuado el análisis de correlación de fuerzas actual y sus efectos sobre nuestras comunidades y pueblos. La rearticulación de los sectores hegemónicos en el país, ante la nueva estrategia del capitalismo salvaje de posicionarse sobre nuestros territorios para saquear, una vez más, los bienes naturales de la Madre Tierra. Consideramos que las principales tendencias estructurales se resumen de la siguiente manera: a) el reacomodo del capital financiero alineado a los capitales internacionales, para asegurar el desarrollo del proyecto neoliberal a través de la redistribución del territorio para la expansión de monocultivos orientados a la agro-exportación, la explotación minera, petrolera y de los recursos hídricos, que arrebatan y concentran la tierra en pocas manos; b) la proliferación de partidos políticos y su estrategia de alianza para el próximo período electoral con gastos millonarios, que orienta a mantener el sistema actual, aunado a las acciones del narcotráfico y el crimen organizado, que determinan una campaña electoral anticipada y el uso de la violencia y el terror, desde la delincuencia común y particularmente del crimen organizado, que limitan la capacidad de análisis y la determinación del voto.
Dichas tendencias se profundizarán en los próximos años, si no fortalecemos una estrategia propia en defensa y promoción de nuestro territorio, vista y desarrollada de manera amplia y concertada, desde las comunidades, con diversos sectores, sujetos políticos, con un pensamiento ideológico – político propio, que parta de la diversidad cultural de los pueblos. Hemos reafirmado que para la construcción de la nueva nación, las comunidades y pueblos en resistencia son el Sujeto Político Histórico.
Esta situación igualmente nos demanda la construcción de un Proyecto Político que requiere inicialmente: la claridad de los objetivos políticos y estrategias del proyecto, la ruptura y superación de formas tradicionales de hacer política (caudillismos, protagonismos, verticalismo, desconfianza) y la dependencia económica condicionada.
Estamos plenamente convencidos que los pueblos originarios tenemos alternativa frente al sistema del capitalismo salvaje que impulsa el falso desarrollo: El Buen Vivir como nuevo y viejo paradigma que conducirá al horizonte de la humanidad y orientará las relaciones armónicas entre humanos, naturaleza y el cosmos.
En este contexto, nos han llevado a analizar nuestras experiencias de articulación como pueblos indígenas. Para ello hemos hecho un recorrido sobre nuestra historia reciente, analizando las lecciones aprendidas de los esfuerzos anteriores para comprenderlos y tomarlos en cuenta para esta nueva experiencia en la que nos enfrentamos a una nueva modalidad del proyecto neoliberal que se impulsa en nuestro país.
Afirmamos que nuestra resistencia se basa en nuestros principios cosmogónicos milenarios y nuestras propias formas de organización, particularmente en la toma de decisiones cuyo fundamento es el diálogo, consulta y consenso que difiere a la falsa democracia que se impulsa desde el Estado, funcional para los intereses de la oligarquía y las empresas transnacionales. Como una oportunidad histórica estamos demostrando al mundo que tenemos nuestras propias formas de alcanzar acuerdos y consensos, que surgen desde el corazón de nuestras comunidades, como es la realización de 47 consultas comunitarias que han rechazado rotundamente la intromisión de empresas nacionales y transnacionales. Estas consultas representan hoy nuevas alternativas de poderes y bases para una nueva sociedad, por ello es que son satanizadas y criminalizadas por el Estado, ya que atentan contra los intereses del grupo oligárquico y de las transnacionales, que se alimentan de la explotación y de los hijos e hijas de la Madre Tierra.
Estamos empezando a reconstruir nuestros territorios originarios, base para la creación y recreación de nuestra identidad, nuestros idiomas y la práctica de nuestra cosmovisión. En este proceso participan de manera destacada hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, que continúan con la lucha histórica que, generación tras generación, se han rebelado contra este sistema de opresión, que impulsa el racismo, la explotación, la represión y en los últimos años ha profundizado la pobreza y pobreza extrema, provocando e intensificando las migraciones.
Este nuevo proceso que se inicia con este Congreso, se caracteriza por cuestionar las estructuras de poder, que a través de sus operadores han mantenido a nuestros pueblos en la opresión y exclusión; cuestiona el sistema capitalista neoliberal como principal causante de los problemas que vive la madre naturaleza y la humanidad.
Este sistema es el que provoca la hambruna, las guerras, el genocidio, el exterminio, exaltando la propiedad privada y la acumulación de riqueza. Por ello, los y las participantes de este Congreso Nacional de Pueblos en Resistencia rechazamos contundentemente este sistema perverso y de muerte que impulsa una nueva invasión y recolonización a nuestros pueblos.