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El fin de la autonomía de los soviets en Rusia

03.12.10

EXPERIENCIAS DE LUCHA OBRERA REVOLUCIONARIA
(LOS SOVIETS EN RUSIA)
“Porque no son los obreros quienes escriben la historia, sino siempre «los
otros». Y esos «otros», quienesquiera que sean, sólo existen históricamente
porque las masas son pasivas, o activas únicamente para sostenerles, y ellos
mismos lo afirmarán en cualquier oportunidad; la mayor parte de las veces, ni
verán ni oirán los ademanes y las palabras que traducen esa actividad
autónoma.”
Paul CARDAN (Cornelius CASTORIADIS), “El papel de la ideología bolchevique
en la aparición de la burocracia”, Socialisme ou Barbarie, enero de 1964.
Insistimos en la necesidad de estudiar, analizar y aprender de las experiencias de otros
movimientos y militantes revolucionarios en el complejo camino al socialismo proletario
para entender qué sucedió entonces y evitar la renovada comisión de errores que han
costado ingentes sacrificios a pueblos enteros. Porque –ratificamos– no se trata de
abandonar la lucha bajo pretexto de “imposibilidad” de construir el socialismo ni
renunciar a los aportes que individualidades y colectivos revolucionarios han dado para
avanzar política y socialmente en la transformación de la sociedad.
De lo que se trata es entender cabalmente qué errores fueron cometidos, si hubo (y
cuáles fueron) acciones concientes dirigidas a privilegiar aparatos y anteponerlos a la
clase obrera; cómo se desarrollaron algunos acontecimientos que jalonan la historia del
proletariado. Y dilucidar también por qué esta clase ha sido señalada como la más capaz
para protagonizar los cambios revolucionarios contra el capital.
¿Es por mandato divino, o por determinismo histórico, o por caprichos de algún teórico o
grupo de teóricos?; porque si de una “misión” se trata no se explica cómo la “clase
obrera dominante” fue simplemente desplazada de su lugar por un organismo estatal
en los primeros años de la revolución soviética 1.
Sostenemos que la clave sigue siendo el concepto de autonomía política y
organizativa, presente ya en los Estatutos Generales de la Asociación Internacional de
Trabajadores de 1864, cuyo primer Considerando reza:
“la emancipación de la clase obrera debe ser obra de los obreros mismos; que la lucha
por la emancipación de la clase obrera no es una lucha por privilegios y monopolios de
clase, sino por el establecimiento de derechos y deberes iguales y por la abolición de
todo privilegio de clase;”
Y en esa búsqueda, tomando en cuenta circunstancias vividas en Venezuela, hace unos
seis años exponíamos la práctica de la política que busca dejar al movimiento popular sin
liderazgos naturales, materializada mediante aparatos estatales de control que, como
parte de la estrategia ideológica de dominación, trata de borrar todo vestigio de
autonomía en las masas que componen al Bloque Social Dominado.
_________________
1.
EL SOCIALISMO COMO TEMA http://www.soberania.org/Archivos/el_socialismo_como_tema.pdf
EXPERIENCIAS DE LUCHA OBRERA REVOLUCIONARIA (LOS SOVIETS EN RUSIA)
“Un ejemplo es el trabajador que sobresale convirtiéndose en dirigente natural de su
grupo e inmediatamente es reclutado por el sindicato, el partido, la organización
clandestina o cualquier otra instancia que lo aleja y separa de su medio, práctica que
paulatinamente va dejando al movimiento popular sin dirección ni voceros toda vez
que la regla general –aun cuando hay excepciones– es que el tronchado «cuadro» del
colectivo de que se trate llegue a convertirse en un burócrata más, y no pocas veces
termine siendo enemigo de la clase o colectivo de donde fue desarraigado.
Otra de las prácticas comunes consiste en la infiltración que los partidos aplican a las
organizaciones populares con el fin de convertirlas en apéndices suyos, convirtiendo a
luchadores sociales en militantes sectarios y de paso haciendo buenos negocios con
los dineros de los organismos municipales y regionales en la práctica conocida como
clientelismo electoral.
Y paralelamente a ese desmantelamiento de las estructuras organizativas existentes y
obstaculización de la construcción de otras, se desarrolla otro proceso: la atomización
de la memoria colectiva del pueblo fragmentando su conciencia, tarea en la cual los
medios de difusión masiva juegan un papel de primera línea pues en la medida en que
el movimiento popular olvide sus luchas, valores y símbolos tendrá menos capacidad
para convertirse en sujeto histórico que ponga en peligro la dominación y dirección
(recordemos que las clases y grupos no solo dominan sino que además dirigen,
estructuran consenso y por ello devienen hegemónicos) sobre él ejercida.” 2
I. PETROGRADO 1905: ¿ESPONTANEIDAD O CONCIENCIA?
Una de las organizaciones autonómicas
por excelencia fue el “soviet”, palabra
rusa que significa “consejo”, el cual hizo
su aparición en la revolución de 1905,
aparentemente de forma espontánea. En
Rusia no existía un partido revolucionario
y uno de los movimientos políticos más
cercano a los obreros era la organización
llamada
“Unión
de
lucha
por
la
emancipación de la clase obrera”, nacida
en Petersburgo por 1895, que para 1898
se convirtió en el Partido Obrero
Socialdemócrata de Rusia.
En junio de 1902, LENIN (V. I. ULIANOV
en la foto) escribe un folleto titulado “¿Qué Hacer?”, en cuyo texto polemiza con
representantes de dos publicaciones: “Rabóchaya Mysl” (“El Pensamiento Obrero”) y
“Rabócheie Dielo” (“La Causa Obrera”) y donde hallamos razonamientos según los cuales
la conciencia revolucionaria del proletariado debe ser impuesta desde fuera y el partido
socialdemócrata es el representante de los sectores sociales.
____________
2. SIN MOVIMIENTO POPULAR AUTÓNOMO NO HABRÁ CAMBIO, http://www.aporrea.org/imprime/a163.html
ÁNGEL C. COLMENARES E.
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Según LENIN, el marxismo pone a disposición de los socialdemócratas las fuerzas
poderosas de los millones que constituyen la clase obrera, y que “todo lo que fuera rendir
culto a la espontaneidad del movimiento obrero, todo lo que fuera aminorar el papel de
la socialdemocracia, significaba acrecentar la influencia de la ideología burguesa entre los
trabajadores”.
En esa línea de pensamiento no era reconocida la autonomía de la clase.
Y en cuanto a la pretendida “puesta a disposición” de las fuerzas proletarias a un partido
por parte del marxismo, nos basta con citar el “Manifiesto del Partido Comunista” de
1848: “Hasta ahora, todos los movimientos sociales habían sido movimientos desatados por una
minoría o en interés de una minoría. El movimiento proletario es el movimiento autónomo de una
inmensa mayoría en interés de una mayoría inmensa. El proletariado, la capa más baja y
oprimida de la sociedad actual, no puede levantarse, incorporarse, sin hacer saltar, hecho añicos
desde los cimientos hasta el remate, todo ese edificio que forma la sociedad oficial. (…) ¿Qué
relación guardan los comunistas con los proletarios en general? Los comunistas no forman un
partido aparte de los demás partidos obreros. No tienen intereses propios que se distingan de los
intereses generales del proletariado. No profesan principios especiales con los que aspiren a
modelar el movimiento proletario.
Las proposiciones teóricas de los comunistas no descansan ni mucho menos en las ideas, en los
principios forjados o descubiertos por ningún redentor de la humanidad. Son todas expresiones
generalizadas de las condiciones materiales de una lucha de clases real y vívida, de un
movimiento histórico que se está desarrollando a la vista de todos. (…)”
En su alegato privilegiando a la organización partidista, LENIN expresa:
“… Hemos dicho que los obreros no podían tener conciencia socialdemócrata. Esta sólo
podía ser traída desde fuera. La historia de todos los países demuestra que la clase
obrera está en condiciones de elaborar exclusivamente con sus propias fuerzas sólo
una conciencia tradeunionista, es decir, la convicción de que es necesario agruparse
en sindicatos, luchar contra los patronos, reclamar al gobierno la promulgación de
tales o cuales leyes necesarias para los obreros, etc. En cambio, la doctrina del
socialismo ha surgido de teorías filosóficas, históricas y económicas elaboradas por
intelectuales, por hombres instruidos de las clases poseedoras. Por su posición social,
los propios fundadores del socialismo científico moderno, Marx y Engels, pertenecían
la intelectualidad burguesa. De igual modo, la doctrina teórica de la socialdemocracia
ha surgido en Rusia independiente por completo del crecimiento espontáneo del
movimiento obrero, ha surgido como resultado natural e ineludible del desarrollo del
pensamiento entre los intelectuales revolucionarios socialistas” 3.
“… La socialdemocracia dirige la lucha de la clase obrera no sólo para conseguir
ventajosas condiciones de venta de la fuerza de trabajo, sino para destruir el régimen
social que obliga a los desposeídos a venderse a los ricos. La socialdemocracia
representa a la clase obrera en sus relaciones no sólo con un grupo determinado de
patronos, sino con todas las clases de la sociedad contemporánea, con el Estado como
fuerza política organizada. (…)” 4
____________
3. V. I. LENIN, “¿QUÉ HACER?”, 1902, Capítulo II, punto
http://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1900s/quehacer/qh2.htm#1
4. Obra y fuente citadas, Capítulo III, punto “a”.
ÁNGEL C. COLMENARES E.
“a”
de
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tomada
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“… La participación de la clase obrera en la lucha política, e incluso en la revolución
política, en modo alguno convierte aún su política en una política socialdemócrata. ¿Se
le ocurrirá a R. Dielo negar esto?…” 5
Tres años después no es una publicación la que niega las aseveraciones de LENIN sino la
propia clase obrera rusa con su acción revolucionaria.
Por esa época el jefe de la Sección Especial del Ministerio de Asuntos Internos
(Ministerstvo Vnutrennikh Del - MVD), Sergei Vasilyevich ZUBÁTOV, organizó sindicatos
legales controlados por su despacho represivo, en los cuales eran electos comités que
podían desarrollar actividades puramente económicas pero tenían estricta prohibición de
actuar políticamente; esos sindicatos eran, además, medios de reclutamiento de
militantes revolucionarios como agentes policiales. Ese sindicalismo era denominado
“socialismo policial” o “zubatovchina”.
Destacó también la actividad del cura ortodoxo Georgy GAPÓN, quien organizó en San
Petersburgo la “Asamblea de Trabajadores Rusos de Fábrica y Talleres”, con autorización
de la policía y probablemente con similares objetivos políticos a los perseguidos por
ZUBÁTOV.
En 1905 la confrontación de clases antagónicas en la sociedad rusa alcanza niveles de
extrema agudeza y se desencadena una serie de huelgas obreras creando una situación
que desemboca en la llamada revolución de 1905, uno de cuyos principales dirigentes fue
Lev Davidovich BRONSTEIN [más conocido por su seudónimo León TROTSKI], quien
escribió:
“El soviet organizaba a las masas obreras, dirigía huelgas y manifestaciones, armaba
a los obreros y protegía a la población contra los pogromos. Sin embargo, hubo otras
organizaciones revolucionarias que hicieron lo mismo antes, al mismo tiempo y
después de él, y nunca tuvieron la misma importancia. El secreto de esta importancia
radica en que esta asamblea surgió orgánicamente del proletariado durante una lucha
directa, determinada en cierto modo por los acontecimientos, que libró el mundo
obrero «por la conquista del poder».
Si los proletarios, por su parte, y la prensa reaccionaria por la suya dieron al soviet el
título de «gobierno proletario» fue porque, de hecho, esta organización no era otra
cosa que el embrión de un gobierno revolucionario. El soviet detentaba el poder en la
medida en que la potencia revolucionaria de los barrios obreros se lo garantizaba;
luchaba directamente por la conquista del poder, en la medida en que éste
permanecía aún en manos de una monarquía militar y policíaca.
Antes de la aparición del soviet encontramos entre los obreros de la industria
numerosas
organizaciones
revolucionarias,
dirigidas
sobre
todo
por
la
socialdemocracia. Pero eran formaciones «dentro del proletariado», y su fin inmediato
era luchar «por adquirir influencia sobre las masas». El soviet, por el contrario, se
transformó inmediatamente en «la organización misma del proletariado»; su fin era
luchar por «la conquista del poder revolucionario»
____________
5. Obra y fuente citadas, Capítulo III, punto “f”.
ÁNGEL C. COLMENARES E.
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Al ser el punto de concentración de todas las fuerzas revolucionarias del país, el soviet
no se disolvía en la democracia revolucionaria; era y continuaba siendo la expresión
organizada de la voluntad de clase del proletariado. En su lucha por el poder, aplicaba
métodos que procedían, naturalmente, del carácter del proletariado considerado como
clase: estos métodos se refieren al papel del proletariado en la producción, a la
importancia de sus efectivos y a su homogeneidad social.” 6
Hay cuatro elementos que consideramos de importancia para tomar el hilo del análisis
propuesto, a saber:
1. el soviet organiza, dirige, arma, lucha y protege a la población [actúa como un gobierno
revolucionario];
2. surge orgánicamente del proletariado en el desarrollo de sus luchas y conquista
posiciones “en la medida en que la potencia revolucionaria de los barrios obreros se lo
garantizaba” [ejerce un poder paralelo al del régimen dominante sobre las bases de las
luchas obreras];
3. se manifiesta como parte del proletariado, consustanciado con sus objetivos y no como
apéndice de fuerzas externas a él [es autónomo política y organizativamente], y
4. expresa su intención de cambio social revolucionario, tiene visión de su posición en
el proceso de producción y de su homogeneidad social [se reconoce como clase social
revolucionaria]
¿Cómo y de dónde surge un organismo de esas características en un país cuya mayoría
de trabajadores era campesina y buena parte de los obreros sindicalizados estaba
controlada y dirigida por la policía y el clero?
“El primer soviet apareció en Ivanovo-Voznessensk, llamado el «Manchester ruso»;
tuvo su origen en un comité de huelga y en las asambleas que celebraban diariamente
los obreros durante los 72 días que duró el conflicto. La forma de consejo electo de
delegados, sometidos al control directo de sus electores y a la revocabilidad de sus
cargos, hizo así su aparición en Rusia; en adelante iba a ser adoptada en todos los
centros obreros. Parece ser que el soviet de San Petersburgo surgió de la iniciativa de
los impresores, empezando en seguida a ampliar su campo, captándose a los
delegados de fábrica que representan a todos los obreros de la capital, a los
representantes de los sindicatos no obreros y a las diferentes fracciones de la social-
democracia. Este es el centro que dirige la huelga general, asumiendo, al mismo
tiempo, la responsabilidad de asegurar el orden, regulando lo transportes y otros
servicios públicos cuyo funcionamiento es imprescindible para su propio éxito;
después de la vuelta al trabajo, el soviet impone igualmente la jornada de ocho horas
en las fábricas. También toma la iniciativa de publicar un periódico diario, Izvestia
(Las Noticias), organiza la lucha contra el impuesto, publica el célebre manifiesto en el
que se advierte a los prestamistas extranjeros que la revolución no pagará los réditos
de los préstamos rusos y, por último, impone, para hacer frente a la inflación
creciente, el pago de los salarios en moneda convertible en oro” 7.
____________
6. León TROTSKI, “CONCLUSIONES DE 1905”, tomado de
http://www.marxists.org/espanol/trotsky/ceip/permanente/Conclusionesde19051.htm
7.
Pierre
BROUÉ,
“EL
PARTIDO
BOLCHEVIQUE”,
página
60
de
la
http://marx.org/espanol/broue/1960s/1962/bolchevique/04.htm
ÁNGEL C. COLMENARES E.
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“Todo demuestra que los soviets aparecen en la revolución rusa sin que existiera la más
mínima relación conciente entre ellos y un modelo histórico cualquiera”. 8
Respecto a esos “modelos históricos”, ANWEILER comenta que aun cuando Rosenberg
[A. ROSENBERG, “Histoire du bolchevisme”, trad. A. PIERHAL, Paris, 1936] “establece
una relación de equivalencia entre «las comunas de las ciudades de la Edad Media, los
cantones campesinos de Suiza, las primeras repúblicas de América del Norte, luego la
Comuna parisién de 1871 y los soviets rusos», otro autor presenta la ley Hortensia (287
antes de nuestra era) que, erigiendo el plebiscito al rango de institución, dio a la plebe
romana los medios de acción sobre la conducta del Estado, como la primera expresión
histórica de la idea de los consejos. (…)” 9
El intento revolucionario ruso de 1905 tiene su base principal en el conflicto huelgario
que se radicaliza con la incorporación de los obreros de la fábrica “Putilov” en enero, con
el que se totalizan ciento cuarenta mil trabajadores en lucha.
El 9 de ese mes el cura GAPÓN encabeza una marcha hasta el Palacio del zar y la
multitud es atacada por el ejército en lo que se conoce luego como “el domingo
sangriento”, lo que motiva una extensión de la huelga a más de cien ciudades y
combates de diversos tipos, sin que la mayoría campesina se incorporara masivamente a
la lucha pues las contradicciones del movimiento no permitían una clara definición
revolucionaria y tanto en sectores obreros como en campesinos había la ilusión de que la
situación se resolvería por vías pacíficas sin el derrocamiento de la monarquía.
En junio se subleva la tripulación del acorazado “Potemkin” y para
fines del año 1905 el país se halla prácticamente paralizado por la
incorporación de los trabajadores ferroviarios a la lucha,
desarrollada sobre la base de un crecimiento y desarrollo
impresionante de los soviets, hasta que el zar Nicolás ROMANOV II
acepta la realidad del conflicto y nombra Ministro de Gobierno a
Sergei YULIÉVICH, conde WITTE, quien introduce algunos cambios
formales, entre ellos elección de una Duma (Asamblea), logrando
así la finalización de la huelga y la desarticulación del intento
revolucionario, no sin que los participantes en los combates fueran
aplastados por el ejército, compuesto en su mayoría por soldados
de origen campesino.
“… Los soviets tenían pues por definición una doble función: de una parte, se
colocaron como órganos de autogestión y de defensa de los intereses obreros; de la
otra, actuaron directamente sobre el plano político en función de derribar al régimen.
Se trataba en realidad de dos aspectos complementarios que reflejaban la mescolanza
inextricable de lucha económica contra la patronal y de lucha política contra el orden
establecido que, en su esencia, caracteriza a la revolución obrera de 1905.” 10
___________
8. OSKAR ANWEILER, “LES SOVIETS EN RUSSIE 1905-1921”, Editions Gallimard, 1972, traducido de página 3.
9. OSKAR ANWEILER, Ob., cit., traducido de página 1.
10. OSKAR ANWEILER, Ob., cit., traducido de página 68.
ÁNGEL C. COLMENARES E.
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En 1871 los obreros de la Comuna de París adoptaron medidas que sirvieron de ejemplo
para el proletariado en su lucha contra el capital, como:
a. abolición del servicio militar obligatorio y del ejército regular permanente con excepción de
la Guardia Nacional;
b. armamento de todo el pueblo;
c. separación de la Iglesia del Estado, suprimiendo la subvención al culto y declarando
propiedad nacional todos los bienes de la Iglesia;
d. eliminación de todos los símbolos religiosos en las escuelas dando carácter estrictamente
laico a la instrucción pública, con lo que asestó un fuerte golpe a los gendarmes de sotana;
e. prohibición del trabajo nocturno en las panaderías;
f.
abolición del sistema de multas y supresión de las oficinas de colocación, transferidas a las
alcaldías de los veinte distritos de París;
g. promulgación de un decreto ordenando apertura de registro estadístico de todas las
fábricas y talleres abandonados o clausurados por los patronos, reanudando su explotación
con los obreros que antes trabajaban en ellas mediante sociedades cooperativas;
h. clausura de las casas de empeño y condonación de pagos por alquiler de viviendas desde
octubre de 1870 hasta abril de 1871, tomando en cuenta para futuro pago de alquileres las
cantidades ya abonadas, e
i.
fijación de una tasa de remuneración de todos los funcionarios que no debía ser superior al
salario normal de un obrero, en ningún caso superior a los seis mil francos anuales.
“La importancia de los soviets de 1905 puede compararse a la de la Comuna parisién
de 1871. Tanto una formación histórica como la otra se distinguieron sobre todo por
sus repercusiones históricas: la Comuna de París en razón del lugar que debía tomar
en la teoría del Estado, primero en Marx y luego en Lenin: los soviets de 1905 en la
medida en que prefiguraron los consejos de 1917. Ese es el punto de conexión de la
una con los otros, de la interpretación de la Comuna y de los Soviets, que es el
resultado, en teoría y práctica, del sistema bolchevista de los consejos”. 11
En noviembre son detenidos y sometidos a
juicio los miembros del Soviet de Petrogrado,
sindicados de ser los dirigentes de la
revolución. Dato curioso: dos de los abogados
defensores serán, en 1917, Fiscales del Estado
contra sus defendidos de 1905.
Y como en 1848, y como en 1871, la clase
obrera pagó un precio muy alto en sangre,
prisiones y exilios por haberse atrevido una
vez más a intentar “el asalto al cielo”.
___________
11. OSKAR ANWEILER, Ob., cit., traducido de página 79.
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II. ¿PARTIDO VS AUTONOMÍA CLASISTA?
«Nous redoutons l ́activité autonome des masses. Nous avons peur de laisser le champ
libre à leur esprit créateur. Nous craignons la critique. Nous avons cessé de faire
confiance aux masses. (…) Telle est la cause de notre bureaucratisme. L ́initiative
s ́affaiblit, la volonté d ́action disparait : ”puisque c ́est comme ça, que les cadres se
cassent la tête à notre place !“ C ́est ainsi qu ́apparaît une division très nocive : nous,
— c ́est-à-dire les travailleurs ; et eux, — c ́est-à-dire les fonctionnaires des soviets de
qui tout dépend. Le mal n ́a pas de autre origine».
“Tememos a la actividad autónoma de las masas. Tenemos miedo a dejar el
campo libre a su espíritu creador. Recelamos de la crítica. Hemos dejado de
tener confianza en las masas. (…) Esa es la causa de nuestro burocratismo.
La iniciativa se debilita, la voluntad de acción desaparece: « ¡Pues si es así,
que los cuadros se rompan la cabeza en nuestro lugar!» Es de esa manera
como aparece una división muy nociva: nosotros, —es decir, los trabajadores;
y ellos, —o sea los funcionarios de los soviets de quienes todo depende. El
mal no tiene otro origen”.
Alexandra KOLLONTAI, «L ́Opposition ouvrière» (1921)
In Socialisme et Barbarie, VI, janv.-mars 1964, p. 90 sq.
Antes de (y durante) la revolución de 1905, las dos principales fracciones del Partido
Obrero Socialdemócrata de Rusia [bolcheviques o “mayoría” y mencheviques o “minoría”]
coincidían en que el carácter de ella era democrático, es decir, era una “revolución
burguesa” que debía ser apoyada por la clase obrera y MARTÍNOV sostenía que “El
proletariado no puede obtener todo el poder en el seno del Estado, ni siquiera una parte
de ese poder, en tanto la revolución social no sea completada (…)” 12.
LENIN, por su parte, sostenía en junio-julio de 1905:
“Anotemos, por último, que, al fijar como tarea del gobierno provisional revolucionario
la aplicación del programa mínimo, la resolución elimina con ello las absurdas ideas
semianárquicas sobre la realización inmediata del programa máximo, sobre la
conquista del poder para llevar a cabo la revolución socialista. El grado de desarrollo
económico de Rusia (condición objetiva) y el grado de conciencia y de organización de
las grandes masas del proletariado (condición subjetiva, indisolublemente ligada a la
objetiva) hacen imposible la absoluta liberación inmediata de la clase obrera. Sólo la
gente más ignorante puede no tomar en consideración el carácter burgués de la
revolución democrática que se está desarrollando; sólo los optimistas más cándidos
pueden olvidar cuán poco conocen aún las masas obreras los fines del socialismo y los
procedimientos para realizarlo. Pero todos nosotros estamos persuadidos de que la
emancipación de los obreros puede ser obra sólo de los obreros mismos; sin la
conciencia y la organización de las masas, sin su preparación y su educación por
medio de la lucha de clases abierta contra toda la burguesía, no se puede ni hablar de
revolución socialista. Y como contestación a las objeciones anárquicas de que
aplazamos la revolución socialista, diremos: no la aplazamos, sino que damos el
primer paso hacia la misma por el único procedimiento posible, por la única senda
certera, a saber: por la senda de la república democrática.
___________
12. OSKAR ANWEILER, Ob., cit., traducido de página 81.
ÁNGEL C. COLMENARES E.
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Quien quiera ir al socialismo por otro camino que no sea el de la democracia política,
llegará infaliblemente a conclusiones absurdas y reaccionarias, tanto en el sentido
económico como en el político. Si en un momento determinado tales o cuales obreros
nos preguntan por qué no realizamos nuestro programa máximo, les contestaremos
indicándoles cuán ajenas son aún al socialismo las masas del pueblo, impregnadas de
espíritu democrático, cuán poco desarrolladas se hallan aún las contradicciones de
clase, cuán inorganizados están aún los proletarios”. 13
Las acciones desarrolladas por trabajadores, soldados y un sector campesino minoritario,
sin embargo, demostraron cuán lejos estaban los dirigentes de conocer las verdaderas
razones de la clase, vista por ellos como simple masa de maniobra:
“… Nosotros somos el Partido de la clase, y, por ello, casi toda la clase (y en tiempo de
guerra, en época de guerra civil, la clase entera) debe actuar bajo la dirección de
nuestro Partido, debe tener con nuestro Partido la ligazón más estrecha posible; pero
sería manilovismo y «seguidismo» creer que casi toda la clase o la clase entera pueda
algún día, bajo el capitalismo, elevarse hasta el punto de alcanzar el grado de
conciencia y de actividad de su destacamento de vanguardia, de su Partido
socialdemócrata. Ningún socialdemócrata juicioso ha puesto nunca en duda que, bajo
el capitalismo, ni aun la organización sindical (más rudimentaria, más asequible al
grado de conciencia de las capas menos desarrolladas) esté en condiciones de
englobar a toda o casi toda la clase obrera”. 14
Luego de la derrota de 1905 se incrementan las discusiones y agrupamientos,
privilegiándose la estructuración de un partido centralizado y compuesto por cuadros
profesionales, muchos de ellos reclutados de los soviets, a su vez prácticamente
abandonados.
“… Un agitador obrero que tenga algún talento y «prometa» no debe trabajar once
horas en la fábrica. Debemos arreglarlo de manera que viva de los fondos del partido,
que pueda pasar a la clandestinidad en el momento preciso, que cambie de lugar de
acción, pues de otro modo no adquirirá gran experiencia, no ampliará su horizonte, no
podrá sostenerse siquiera varios años en la lucha contra los gendarmes. Cuanto más
amplio y profundo es el movimiento espontáneo de las masas obreras, tantos más
agitadores de talento descuellan, y no sólo agitadores, sino organizadores,
propagandistas y militantes «prácticos» de talento, (…)”. 15
A partir de la disolución de la Segunda Duma en junio de 1907, los partidos
revolucionarios se deben replegar a la clandestinidad o al camuflaje de sus actividades
bajo cobertura de cooperativas, sindicatos y otras organizaciones. La clase obrera se ve
así cercada entre dos extremos que la golpean y debilitan: la represión estatal y el
reclutamiento de sus dirigentes naturales por los partidos y otras organizaciones. Para
1910, las actividades huelguísticas comprometen a 46.625 obreros mientras en 1909
participaron 64.166; en 1908 fueron 176.101 y en 1907 habían sido 740.074. 16
_________
13. V. I. LENIN, “DOS TÁCTICAS DE LA SOCIALDEMOCRACIA EN LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA”, Obras Escogidas en un tomo, Editorial
“Progreso”, Moscú, 1969, página 55.
14. V. I. LENIN,
“UN PASO ADELANTE, DOS ATRÁS”, mayo de 1904,
tomado de versión electrónica en el portal
http://www.marx2mao.com/M2M(SP)/Lenin(SP)/OSF04s.html, páginas 71 y 72.
15. V. I. LENIN, ¿QUÉ HACER?, versión citada, Capítulo IV, punto “d”.
16. OSKAR ANWEILER, Ob., cit., traducido de la página 119.
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Ahora bien, el movimiento consejista ruso de 1905, en cierta forma disminuido
por tener un origen “espontáneo”, también fue rechazado por hacer sombra a la
importancia de los partidos.
“La discusión que se desarrollaba en las columnas de su diario, la Novaja Zizn ́,
trataba esencialmente acerca del tipo de relaciones a establecer entre el Soviet
«organización apolítica», y el Partido social-demócrata. Los bolcheviques reprochaban
sobre todo al Consejo de diputados obreros de buscar presentarse como una
institución colocada por encima de los partidos. Ellos se decían convencidos de que
«solo un partido rigurosamente de clase es capaz de dirigir el movimiento político del
proletariado y de velar por la pureza de sus consignas, y no ese fárrago político
confuso y vacilante, que el Consejo obrero representa y no puede dejar de
representar»”. 17
En cuanto a la espontaneidad, leamos:
“De la expresión «espontaneidad» se pueden dar varias definiciones, porque el
fenómeno al que se refiere es multilateral. Por lo pronto es necesario señalar que no
existe en la historia espontaneidad «pura»: coincidiría con la mecanicidad «pura». En
el movimiento «más espontáneo» los elementos de «dirección conciente» son
simplemente incontrolables, no han dejado documentos comprobables. Se puede decir
que el elemento de la espontaneidad es por eso característico «de la historia de las
clases subalternas», y es también de los elementos más marginales y periféricos de
esas clases, que no han alcanzado la conciencia de clase «para sí» y por eso ni
siquiera sospechan que su historia puede tener importancia alguna ni que tenga
ningún valor dejar restos documentales”. 18
Lo históricamente comprobable es que la clase obrera rusa retomó consignas y prácticas
de revoluciones anteriores, particularmente de la Comuna, y más allá de grupos,
personalidades y partidos, atacó las posiciones clave del capital dejando [¡esta vez bien
documentado!] los elementos de dirección conciente de un movimiento con claros y
nítidamente definidos modos de organización, métodos de dirección y fijación de
objetivos.
La “historia oficial” invierte los hechos y colocando a la carreta delante de los bueyes
cuenta:
“Lenin, con gran perspicacia, vio en los Soviets órganos de lucha por la victoria de la
revolución, por el socialismo, órganos de la dictadura del pueblo. Apreció altamente su
importancia y les dio una base teórica. De este modo, la fusión en la práctica de la
iniciativa creadora revolucionaria de la clase obrera, que dio vida a los Soviets, y de la
fundamentación teórica de éstos por Lenin, por el Partido, proporcionó una magnífica
forma de organización política de la clase obrera y del campesinado trabajador que
desempeñó un papel de importancia histórica universal en la lucha por la victoria de la
revolución, por el socialismo. Los soviets de 1905, magna conquista histórica de la
clase obrera, fueron el prototipo del Poder soviético implantado en 1917”. 19
_________
17. OSKAR ANWEILER, Ob., cit., referencia a P. N. GVODZEV, artículo «Social ́ demokratija i Sovet rabočikh deputatov», Novaja Žizn ́, 7,
7 novembre 1905, traducido de la página 95.
18. ANTONIO GRAMSCI, “ESPONTANEIDAD Y ACCIÓN CONCIENTE”, en PASADO Y PRESENTE, Granica Editor, 1974, páginas 73-74.
19. HISTORIA DEL PARTIDO COMUNISTA DE LA UNIÓN SOVIÉTICA, Ed., en Lenguas Extranjeras, Moscú, 1960, p. 119.
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ANWEILER refiere que en 1906, una fracción de extrema izquierda ya organizada al
interior del Partido, se escindió y constituyó en “Unión de Socialistas-Revolucionarios
Maximalistas”.
Ellos profesaban, junto con los anarquistas, los puntos de vista
correspondientes, casi palabra por palabra, a las concepciones de LENIN en sus Tesis de
abril de 1917. Rechazando todos los “programas mínimos” de los partidos socialistas, los
maximalistas se pronunciaron por el establecimiento de una “República de Trabajadores”
fundada sobre la igualdad económica. La revolución social, decía en diciembre de 1905
su revista Kommuna, “nos traerá a una situación cercana a la igualdad gracias a la
expropiación forzada del suelo, de las fábricas y de los talleres. Subrayemos que existe
en la vida rusa contemporánea una tendencia elemental que impulsa hacia ese
sentimiento”. En caso de una revolución victoriosa, los campesinos se repartirán las
tierras y las cultivarán en común, mientras los obreros dirigirán ellos mismos las fábricas.
Como consecuencia de los estrechos vínculos que ataban a los obreros a las ciudades, la
idea de solidaridad, deliberación y toma colectiva de decisiones, lo mismo que en materia
de procesos económicos, seguía siendo tan persistente en el seno de las masas
laboriosas que podíamos aplicarla sin dificultad a la gestión de las empresas industriales.
Rusia no tenía necesidad alguna de repetir la mortal experiencia del capitalismo a la
occidental; lejos de ello, “la proclamación de la República de los Trabajadores (trudovaja
respublika) en un país provocará la insurrección mundial del Trabajo contra el Capital.
Los obreros de Occidente esperan de nosotros la palabra de adhesión histórica que no es
otra que: la República de los Trabajadores”. 20
El zar Nicolás II había encargado la jefatura del Gobierno, en junio de 1906, a Peter
STOLYPIN, de la pequeña nobleza terrateniente, quien comienza la aplicación de algunas
reformas en educación primaria y secundaria, mejoras en las Fuerzas Armadas,
institución de Consejos de Ministros, sistema de seguros de enfermedad para los
trabajadores, extensión del sistema ferroviario y una reforma agraria que favoreció a
terratenientes y propietarios medios pues a más de dos millones de campesinos pobres
les fue entregado derecho de propiedad sobre tierras pero sin recursos y con métodos
muy anticuados de siembra y recolección. Para 1914, la población había crecido en un
40%; la producción de trigo, centeno y cebada se incrementó, de menos de 40 Tm., en
1895, a unas setenta y cuatro millones. La producción de carbón y acero se cuadruplicó
y la de petróleo aumentó en un 60%. Las reservas de oro del Estado, de 648 millones de
rublos en 1894, a 1.604 millones y los depósitos en bancos de ahorro ascendieron de 300
millones a 2 billones de rublos. Y las inversiones extranjeras, sempiternas acompañantes
de la miseria y explotación de los trabajadores de los países dependientes, habían
crecido como muestra el cuadro (ver http://html.rincondelvago.com/rusia-zarista.html):
Inversiones extranjeras en Rusia 1900 1915
(en millones de rublos)
Francia 261,1 687,9
Gran Bretaña 136,8 535,4
Alemania 219,3 436,1
Bélgica 296,5 318,7
Otros 32,3 227,7
_________
20. OSKAR ANWEILER, Ob., cit., traducido de la página 115.
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Las clases dominadas, creadoras de todos esos índices de riqueza pero expropiadas de
sus beneficios, no dejan de luchar contra la explotación y el 4 de abril de 1912 son
asesinados ciento cincuenta trabajadores huelguistas de las minas de oro de Lena por el
ejército imperial y heridos doscientos cincuenta, de los cuales morirán veinte más por
falta de asistencia médica, mientras la policía y los tribunales no cesan de llevar a la
cárcel, al exilio o a la ejecución a centenares de militantes obreros y de partidos
revolucionarios. En 1914 hubo 3.574 huelgas con 1.337.458 de trabajadores implicados
en ellas.
“Encareció la vida y empeoró la
situación de los obreros. Una encuesta
oficial llevada a cabo en las fábricas
mostró que cada obrero percibía al año
un salario medio de 246 rublos y
proporcionaba
al
capitalista
una
ganancia de 252 rublos. (…) La vida y la
salud del obrero eran poco apreciadas
en la Rusia zarista, en la Rusia burguesa
y terrateniente. Como testimonio elocuente de ello puede servir la «Tabla de
indemnizaciones por lesiones en el organismo del obrero» que regía en la fábrica de
Obújov. Según esta tabla, la ceguera se indemnizaba con 100 rublos; la pérdida de la
vista en un ojo, con 35 rublos; la sordera total, con 50 rublos, y la pérdida del habla,
con 40 rublos”. 21
El capital impone su poder sobre el trabajo y el 18 de marzo de 1914, LENIN sostiene:
“El capitalismo no puede permanecer parado ni un solo instante. Debe avanzar y
avanzar. La competencia, que se agudiza sobre todo en las épocas de crisis, como la
que estamos sufriendo, le obliga a inventar nuevos y nuevos medios de abaratar la
producción. Pero la dominación del capital convierte todos esos medios en
instrumentos de opresión, cada vez mayor, del obrero.
El taylorismo es uno de esos medios.
(…) El capital organiza y ordena el trabajo dentro de la fábrica para oprimir todavía
más al obrero y para aumentar sus ganancias. Pero en toda la producción social
continúa y aumenta el caos, que lleva a la crisis, cuando las riquezas acumuladas no
encuentran compradores y millones de obreros perecen y pasan hambre, sin poder
hallar trabajo.” 22
Se plantea por entonces un nuevo reparto del mundo y Alemania reclama el puesto que
cree merecer pues además de sus resquemores por los resultados de la alianza suscrita
en 1879 con el imperio austro-húngaro e Italia contra Rusia y Francia, ha superado a
Inglaterra en desarrollo industrial [véase que en el cuadro de la página anterior las
inversiones inglesas en Rusia representan un 62,38% de las alemanas] y como solución
a las contradicciones surge un acuerdo (“Entente” en francés) entre Inglaterra y Francia,
al cual está encadenada Rusia por un pacto que había suscrito con Inglaterra en 1907.
_________
21. HISTORIA DEL PARTIDO COMUNISTA DE LA UNIÓN SOVIÉTICA, ed., cit., p. 151.
22.
V. I. LENIN, “EL TAYLORISMO ES LA ESCLAVIZACIÓN DEL HOMBRE POR LA MÁQUINA”, en “EL CONTROL OBRERO Y LA
NACIONALIZACIÓN DE LA INDUSTRIA”, Editorial “Progreso”, Moscú, s/f, páginas 11 y 12.
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Parte de las contradicciones entre capitalistas era la lucha de la burguesía rusa por el
control de su propio mercado interno, invadido por productos alemanes; y en el nuevo
reparto mundial aspiraba además controlar Armenia, Constantinopla y las vías entre los
mares Negro y Mediterráneo. También les preocupaba, a todos los capitalistas de todos
los países, las acciones de lucha que tomaban los colectivos de trabajadores en sus
respectivas localidades.
En Rusia se incrementan las huelgas y los enfrentamientos entre trabajadores en
conflicto y fuerzas represivas. En junio de 1915 son abaleados obreros huelguistas en
Kostromá con saldo de cuatro muertos, y en agosto los huelguistas de Ivánovo-
Voznesensk son igualmente agredidos muriendo dieciséis de ellos. Ese mismo año son
organizados unos Comités Industriales para la guerra, mediante los cuales el gobierno se
aseguraba el apoyo de los empresarios y éstos hacían productivos negocios con los
pedidos militares. En los centros fabriles se acelera la organización de células del Partido
bolchevique y de otras agrupaciones políticas pero no hay referencias a la estructuración
y consolidación de los soviets, denominación que volverá a ser escuchada en 1917. Miles
de obreros son movilizados a los frentes de batalla y otros a las empresas de producción
bélica, con lo que la mitad de la producción total y las tres cuartas partes de la textil son
destinadas a cubrir necesidades del Ejército. Al trabajo fabril se incorporan obreros
jóvenes, sin experiencia técnica ni política, y a finales de 1916 hay situación de carestía
de bienes de consumo, incremento en precios, crisis de servicios como el de transporte y
una creciente ola de protestas que incluyen a soldados y marineros.
El 16 de febrero de 1917 el gobierno implanta en Petrogrado
unos bonos de pan, cuando era sabido que los especuladores
habían consumido las reservas de trigo de dos años
vendiéndolo en el mercado negro y exportándolo de
contrabando a Suecia, con cuyas ganancias hacían gala de
derroche en fiestas y comilonas, otro insulto a la mayoría que
no tenía ni para cubrir el consumo mínimo de subsistencia. El
19 la multitud, especialmente mujeres, se agolpa delante de los
establecimientos de víveres exigiendo pan y el 20 son
saqueadas panaderías en diversos sitios.
En el Palacio real había una situación bastante oscura luego del
asesinato del “asesor” RASPUTÍN, y en la familia imperial como
en sus más cercanos colaboradores privaba un sentimiento de
profunda desconfianza que se traducía en desorganización y rumores de traiciones (la
zarina fue señalada de dar información al Estado Mayor alemán en detrimento de sus
propias tropas) y buscaban resolver el problema mediante un golpe de mano que
obviamente no lograron concretar.
Y con el país virtualmente al rojo vivo, la zarina escribía a su esposo: “Hay que decirles,
sin ambages, a los obreros que se dejen de huelgas, y si siguen organizándolas,
mandarles al frente como castigo. No hay para qué disparar; lo único que hace falta es
orden y no dejarles que atraviesen los puentes”.
Pero ya los obreros habían dejado sus barriadas y cruzaban los puentes hacia otro orden.
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El Estado zarista tenía detalladamente organizado un plan represivo para ponerlo en
práctica si el cuadro de conflicto tomaba características similares a las de 1905 y al
efecto Petrogrado fue dividida en seis zonas, cada una de ellas subdividida en distritos y
al frente del Comando de las fuerzas militares fue puesto el jefe de la reserva de la
Guardia, un general de apellido THEBENIKIN, quien para “poner el orden” debía mover
primero a la policía (los odiados “dragones”), y si ésta era sobrepasada actuaría el
regimiento de cosacos, famosos por sus látigos. En última instancia el ejército con todos
sus arreos de guerra.
Todo el personal subalterno en las seis zonas pasaba al mando de los oficiales del Estado
Mayor. El jefe de la región militar era un general de apellido JABALOV.
“Como la revolución de 1905, la de febrero de 1917 comienza por una huelga en las
empresas Putilov que, iniciada el 18 de febrero, afectó a otras fábricas a partir del 22.
Ese día se contaba doscientos mil huelguistas y al día siguiente la huelga era casi
general. Ese mismo día, la tropa dispara por primera vez sobre un grupo de
manifestantes. Un cambio decisivo de situación se produce el 27, cuando algunos
cuerpos de tropa se ponen del lado de la masa revolucionaria y penetran con ella en
otros regimientos, privando así al gobierno de sus elementos de fuerza.
El movimiento, que en pocas horas atraviesa todas las etapas de una revolución, de la
huelga a la insurrección pasando por las manifestaciones de calle, «brota» de las
masas mismas, sin ser dirigido desde arriba. Ningún comité central de partido,
ninguna personalidad conocida asume la dirección ni la organización. Algunas
reuniones clandestinas de representantes de los partidos socialistas y de
parlamentarios de izquierda tuvieron lugar entre el 23 y el 25 de febrero, pero ellas no
tuvieron efecto sobre el curso de las cosas. Los bolcheviques de Petersburgo, también,
jugaron sólo un papel accesorio en los acontecimientos. Sin duda, obreros y
estudiantes bolcheviques participaron en las manifestaciones y combates de calle, a
semejanza de militantes de otros partidos y de la masa apolítica, pero su partido en
cuanto tal no dirigió la insurrección, contrariamente a lo que debía pasar en octubre
siguiente, y contrariamente también a la leyenda oficial”. 23
Acerca de las circunstancias del estallido de la rebelión, TROTSKY relata que el 23 de
febrero era el Día Internacional de la Mujer y los socialdemócratas se disponían a
festejarlo en la forma tradicional: con asambleas, discursos, manifiestos, etc., y a nadie
se le había ocurrido que tal fecha pudiera convertirse en el primer día de la revolución.
Ninguna organización hizo un llamamiento a la huelga para ese día, y el Comité de la
barriada obrera de Viborg, entonces la representación bolchevique más combativa de
todas, aconsejó que no se fuese a la huelga. Las masas –atestigua KAJUROV, militante
obrero de la barriada– estaban excitadísimas; cada movimiento huelgario amenazaba
convertirse en choque abierto. Y el Comité entendía que no era el momento de la acción
pues el Partido no era lo suficientemente fuerte ni estaba debidamente asegurado el
contacto de los obreros con los soldados, razones de su decisión de no ir a la huelga, sino
prepararse para la acción revolucionaria en un vago futuro, posición al parecer
unánimemente aceptada en vísperas del 23 de febrero.
_________
23. OSKAR ANWEILER, Ob., cit., traducido de las páginas 124-125.
[En el texto hay tres (3) citas bibliográficas que refieren a: 1. Das
Jahr 1917, de F. Borkenau, número especial de la revista Der Monat, 37, 1952, p. 13; 2. Smilg-Bernario, p. 137 - L. Trotsky, Histoire de la
révolution russe (trad. Maurice-Perijanine), 4 vol., Paris, 1933-34, t. I, p. 177 sqq., y 3., ejemplo del tratamiento de la revolución de febrero
por la historiografía soviética en E. D. Čermenskij, “Fevral ́skaja buržuazno-demokratičeskaja revoljucija 1917 goda”, Voprosy Istorii, 1957,
2, pp. 3-18.]
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Pero al día siguiente, haciendo caso omiso de las instrucciones, las obreras de algunas
fábricas textiles se declararon en huelga y enviaron delegadas a los metalúrgicos,
pidiéndoles que secundaran el movimiento. Los bolcheviques –dice KAJUROV– fueron a
la huelga a regañadientes, secundados por los obreros mencheviques y social
revolucionarios. Ante una huelga de masas no había más remedio que echar a la gente a
la calle y ponerse al frente del movimiento. Tal fue la decisión de KAJUROV, que el
Comité de Viborg hubo de aceptar. 24
La huelga se extiende y para el sábado 25 de febrero hay varias barriadas totalmente
controladas por los manifestantes, quienes saquean y destruyen comisarías atacando con
piedras, trozos de metal y pedazos de hielo, tomando luego algunas armas (en su
mayoría revólveres) que los gendarmes abandonaban en su presurosa retirada. Ese día
se subleva la Cuarta Compañía del Regimiento Imperial de Pavlovski y en su contra es
movilizado el regimiento de Preobrajenski, que logra detener a la mayoría de los
sublevados pero no puede impedir que algunos soldados escapen con su armamento y se
unan a los obreros huelguistas en rebelión.
“… El estado mayor central bolchevique, compuesto por Schliapnikov, Salutski y
Molotov, reveló en aquellos días una impotencia y una falta de iniciativa asombrosas.
De hecho, las barriadas obreras y los cuarteles estaban abandonados a sí mismos.
Hasta el día 26, no apareció el primer manifiesto a los soldados, lanzado por una de
las organizaciones socialdemócratas afín a los bolcheviques. Este manifiesto, que tenía
un carácter muy indeciso y ni siquiera hacía un llamamiento a los soldados para que
se pusieran al lado del pueblo, empezó a repartirse por todos los barrios el día 27 por
la mañana. «Sin embargo –atestigua Fureniev, uno de los dirigentes de la
organización–, los acontecimientos revolucionarios se desarrollaban con tal rapidez,
que nuestras consignas llegaban ya con retraso. En el momento en que las hojas
llegaban a manos de los soldados éstos entraban ya en acción»”. 25
Para el lunes 27 de febrero, los obreros y soldados revolucionarios han tomado por asalto
cuarteles y cárceles poniendo en libertad a los presos, luego de lo cual es ocupado el
Palacio de Táuride, sede de la Duma, donde los diputados mencheviques CHJEIDSE y
SKOVELEB, con otros representantes de partidos, sindicatos y cooperativas no partidarios
de la revolución, constituyeron un “Comité Ejecutivo provisional del Consejo de
Diputados Obreros”, el cual incluye a bolcheviques y algunos parlamentarios socialistas, y
de allí sale la proposición de invitar a unirse a los militares rebeldes, lo cual es rechazado
(pero no impedido) por los sectores no revolucionarios. Los obreros fueron invitados a
elegir sus diputados en proporción de uno por mil, y los soldados a razón de uno por
Compañía, y lo curioso es que tanto los partidarios del orden como los
revolucionarios coincidieron en que el organismo idóneo era el soviet.
El Comité organizó la defensa nombrando un Estado Mayor compuesto por soldados y
oficiales revolucionarios que procedió a ocupar los sitios estratégicos de la capital ante un
eventual ataque de tropas monárquicas, movilizadas desde las provincias. También
fueron designados comisarios políticos para organizar comités de barrio y milicias obreras
armadas. Y ocupados los bancos y otros institutos financieros.
_________
24. LEÓN TROTSKY, “HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN RUSA” en dos tomos, Editora Nacional Quimantú, 1972, t. I., páginas 131-132.
25. Ibid., página 151.
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“El 28 de febrero en la mañana aparece el primer
número de las Izvestija Petrogradskogo Soveta rabočikh
i soldatskikh deputatov [ ́Noticias del Soviet de
Diputados Obreros y Soldados de Petrogrado ́, N. de
ACCE] Ellas incluían un llamado a la población de la
capital y del país entero en el que se leían estas líneas:
«Con el fin de que la lucha por la democracia sea
victoriosamente llevada a su término, es necesario que el
pueblo cree por sí mismo sus propios órganos de poder.
Ayer, 27 de febrero, se instituyó en la capital el Soviet
de diputados obreros, compuesto por representantes
elegidos en las fábricas y empresas, de los cuerpos de
tropa insurgente así como de grupos y partidos
democráticos y socialistas. El Soviet de diputados
obreros (…) considera como su tarea fundamental: la
organización de las fuerzas populares y la lucha por el
definitivo establecimiento de las libertades políticas y de la soberanía del pueblo en
Rusia (…). Proponemos combatir juntos, en unir nuestras fuerzas, para la completa
liquidación del viejo régimen y la convocatoria de una Asamblea Nacional
Constituyente que será elegida en sufragio universal, igual, directo y secreto»”. 26
Los representantes de la Duma organizaron a su vez un Comité Provisional de miembros
de ese organismo, cuyo objetivo declarado era restablecer el orden y las relaciones con
instituciones y personas. No es difícil entender a qué orden, instituciones y personas se
refería tal objetivo.
Una vez electo el soviet y reunido en sesión plenaria con ciento veinte delegados, las
decisiones sin embargo siguen siendo tomadas por el Comité Ejecutivo y en los días 1 y 2
de marzo se pronuncia por 13 votos contra 8 en la negativa de participación en el
Gobierno Provisional propuesto luego de la abdicación del zar
Nicolás y su hijo Alexei a favor de Miguel, hermano del zar.
En la sesión plenaria del 2, el Soviet aprueba con solo 19 votos
en contra un acuerdo entre su Comité Ejecutivo y el Comité
Provisional de la Duma, el cual se erige como “órgano de
control de la democracia revolucionaria”, en una dualidad de
poderes que caracterizará al período hasta octubre.
Ello explica el porqué de la celeridad conque los diputados de la
Duma y dirigentes políticos y gremiales contrarios a los
cambios revolucionarios organizaron el Comité Provisional del
Soviet apenas se informaron de las acciones de combate que
los obreros y soldados revolucionarios libraban en las calles.
Demasiado cerca estaban las experiencias de 1905, cuando los
soviets fueron electos por votación directa de los obreros huelguistas.
Para finales de marzo de 1917 la correlación de fuerzas en el Comité Ejecutivo
del Soviet de Petrogrado daba a la gran y pequeña burguesía una influencia
determinante pues de cuarenta y dos miembros, sólo siete era obreros.
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26. OSKAR ANWEILER, Ob., cit., traducido de página 129.
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Como expone TROTSKY:
“… Los obreros elegían a los socialistas, esto es, a aquellos que estaban no sólo contra
el zarismo, sino también contra la burguesía, y, al obrar así, no establecían distinción
alguna entre los tres partidos socialistas. Como quiera que los mencheviques y los
socialrevolucionarios disponían de cuadros intelectuales incomparablemente más
considerables, que afluían a ellos de todos lados y les facilitaban un número enorme
de agitadores, las elecciones, inclusive en las fábricas, daban una superioridad
inmensa a estos grupos.
El Ejército ejercía su presión en el mismo sentido, pero con una fuerza
incomparablemente mayor. Al quinto día de la insurrección, la guarnición de
Petrogrado siguió a los obreros. Después del triunfo, fue llamada a participar en las
elecciones de los Soviets. Los soldados elegían confiadamente al que estaba por la
revolución, contra la oficialidad monárquica, y que sabía expresarlo bien; éstos
resultaban ser los escribientes, los médicos, los jóvenes oficiales de la época de la
guerra procedentes del campo intelectual, los pequeños funcionarios militares, es
decir, el estrato inferior de la «nueva clase media». Casi todos ellos se inscribieron, a
partir de marzo, en el partido de los socialrevolucionarios, que por su ideología vaga
era el que mejor respondía a la situación social intermedia y a la limitación política de
estos elementos. Resultado de ello fue que la guarnición se revelase
incomparablemente más moderada y burguesa que la masa de los soldados. Pero
estos últimos no se daban cuenta de la diferencia, que pronto habría de exteriorizarse
en la experiencia de los meses próximos. Los obreros, por su parte, tendían a fundirse
lo más estrechamente posible con los soldados, a fin de consolidar la alianza
conquistada con la sangre y armar de un modo más sólido a la revolución. Y como en
nombre del Ejército hablaban principalmente los socialrevolucionarios de nuevo cuño,
esto tenía que aumentar necesariamente a los ojos de los obreros el prestigio de dicho
partido, a la par que el de sus aliados, los mencheviques. (…)
Y he aquí cómo nació la paradoja de la Revolución de Febrero. El poder se halla en
manos de los socialdemócratas, que no se han adueñado de él por un golpe
blanquista, sino por cesión franca y generosa de las masas triunfantes. Estas masas,
no sólo niegan la confianza y el apoyo a la burguesía, sino que la colocan casi en el
mismo plano que a la nobleza y a la burocracia y sólo ponen sus armas a disposición
de los Soviets. Y la única preocupación de los socialistas, a quienes tan poco esfuerzo
ha costado ponerse al frente de los Soviets, está en saber si la burguesía,
políticamente aislada, odiada de las masas y hostil hasta la médula a la revolución,
accederá a hacerse cargo del poder.” 27
Para abril de 1917, el Soviet de Petrogrado ya no es el organismo “provisional” nacido en
febrero sino un aparato administrativo con centenares de empleados, gastos de gestión
por 800.000 rublos e ingresos de 3.512.000 rublos, pero con una creciente pérdida de
contacto con las masas, alimentada por medidas que buscaban sustraer al organismo de
la vigilancia contralora.
Y las casi diarias sesiones plenarias que tenían lugar durantes las primeras semanas de
su existencia, se vinieron espaciando y atrayendo a menudo a un pequeño número de
diputados.
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27. LEÓN TROSTKY, “HISTORIA DE LA… ”, Edición citada, t. I., páginas 206-207.
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“Así comenzaba una evolución que, en el cuadro del sistema bolchevista y en conjunto
con los métodos tradicionales del partido, debían desembocar más tarde en una
concentración de poder en reducidos comités en lo sucesivo sustraídos –y esa es la
diferencia capital con la originaria constitución del Soviet– a un verdadero control
democrático de la base”. 28
TROTSKY critica que en el Soviet fueron admitidas no pocas personas por invitación
personal y hasta por intrigas, y el organismo fue así minado por elementos de clase
media (abogados, médicos radicales, estudiantes, periodistas) movidos por ambiciones,
alterando notoriamente su carácter con la decidida anuencia de sus dirigentes, quienes
“solo deseaban rebajar la esencia excesivamente fuerte de las fábricas y cuarteles con el
agua tibia de la pequeña burguesía ilustrada.” 29
El comando bolchevique, recién llegado de la deportación, no significa mayor diferencia
en cuanto a entregar las posiciones de poder a la burguesía y apoyar la guerra contra
Alemania. Es por ello que el 2 de marzo la sesión del Soviet, con cuatrocientos diputados
en quórum (de los cuales cuarenta eran bolcheviques), aprueba con trescientos noventa
votos la entrega del poder a la burguesía sin que durante ni después de ese acto se
realizara propuesta alguna en contra ni críticas o desacuerdos en la prensa partidaria.
Así mismo, el 14 de marzo es aprobado por unanimidad un manifiesto A los Pueblos de
Todo el Mundo, con el cual se identificaba al movimiento revolucionario ruso con los
intereses del acuerdo capitalista internacional anglo-franco-ruso, calificado por el diario
“Pravda” (“La Verdad”) como compromiso conciente de las diferentes tendencias
representadas en el Soviet. Y según LENIN, “El proletariado no había tomado el poder en
febrero porque el partido de los bolcheviques no estuvo a la altura de su misión objetiva
y no pudo impedir que los conciliadores expropiaran políticamente a las masas del pueblo
en provecho de la burguesía”. 30
LENIN, quien se hallaba deportado en Suiza, tenía opiniones decididamente contrarias al
equipo que dirigía al partido en Rusia, y en telegrama dirigido a Petrogrado el 6 de marzo
exponía: “Nuestra táctica: desconfianza absoluta, negar todo apoyo al nuevo Gobierno;
recelamos especialmente de Kerensky; no hay más garantía que armar al proletariado;
elecciones inmediatas a la Duma de Petrogrado; mantenerse bien separados de los
demás partidos”. Como se observa, ni una referencia a los soviets, relegados a un
término secundario detrás de la Duma.
Pero la situación sufre un cambio radical luego que LENIN regresa, en los primeros días
de abril, y pasa a la ofensiva con las conocidas Tesis de abril, que el 8 de ese mes son
declaradas inaceptables por la dirección del partido (Pravda del 08-04-1917), poniendo
sobre el tapete unas diferencias que TROTSKY atribuye a que los dirigentes “…se
hallaban alejados del trabajo activo. Muchos se habían llevado consigo, a la cárcel y a la
deportación, la impresión agobiadora de los primeros meses de la guerra, y habían
sufrido el hundi


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