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Las protestas han llegado a Jordania, Yemen, Siria, Libia, Oman, Mauritania, Arabia Saudita y Argelia. Podran continuar? Malembe, malembe

31.01.11

Crisis en el mundo árabe / El impacto en el resto del mundo
Protestas en Jordania y más tensión en Túnez
En Amman pidieron la reuncia del premier

AMMAN.- Mientras las protestas dominaban las calles de Egipto, las movilizaciones ayer también alcanzaron, como en un dominó, a Jordania, Arabia Saudita y volvieron a Túnez, donde se originaron, hace poco menos de un mes, las revueltas populares que tienen en vilo al mundo árabe.

Tras las oraciones musulmanas de los viernes, miles de jordanos salieron a las calles de la capital, Ammán, y otras ciudades del país para pedir al rey Abdullah II la destitución del primer ministro, Samir Rifai, y la adopción de reformas económicas y políticas.

La manifestación más importante partió desde la plaza de la gran mezquita al-Hussein, en Ammán, con eslóganes a favor de las revueltas en Túnez y en Egipto.

Representantes del gobierno iniciaron un diálogo con dirigentes de la oposición y de asociaciones profesionales para intentar apaciguar la situación.

El gobierno aprobó recientemente un paquete de 225 millones de dólares para poner bajo control los precios de productos de primera necesidad y redujo el costo de los combustibles.

Por su parte, la oposición se mostró lista para mantener bajo presión a las autoridades y lograr las reformas, que anteayer el rey Abdullah II pidió acelerar para recuperar “la confianza del pueblo”.

En tanto, los disturbios luego del derrocamiento del régimen de Zine el-Abidine Ben Alí no se apaciguan en Túnez. Ayer, las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos para dispersar a cientos de manifestantes reunidos frente a la sede del gobierno nacional, que pedían ser recibidos por el primer ministro, Mohammed Ghannouchi.

Ghannouchi, premier de Túnez desde hace 11 años, es el único miembro del gobierno del derrocado Ben Alí que permanece en el ejecutivo anunciado anteayer, lo que motivó nuevas protestas.

En sólo pocas horas, el centro histórico de la ciudad de Túnez se convirtió en escenario de enfrentamientos, detenciones y persecuciones a los opositores por parte de la policía.

En Arabia Saudita, decenas de personas fueron arrestadas ayer mientras protestaban contra la falta de infraestructura adecuada en la ciudad de Jedda, afectada en los últimos días por una fuerte inundación que causó varias víctimas y daños materiales.

Además, sindicatos autónomos y asociaciones de derechos humanos de Argelia, reunidos en la Coordinación por la Democracia y el Cambio, convocaron a una movilización el próximo 12 de febrero para reclamar “el fin del régimen y la revocación del estado de emergencia”.

Desde principios de este mes, los choques entre manifestantes y la policía dejaron un saldo de cinco muertos y más de 800 heridos. La semana pasada, el gobierno argelino ordenó una reducción de precios de productos de primera necesidad para aplacar las protestas.

Revueltas en el mundo árabe -
Artículo publicado Lunes 31 Enero 2011

La ola de protestas hace tambalearse a los sátrapas árabes
Reuters
Por Jesús Moreno Abad

Túnez, Egipto, Arabia Saudita, Jordania, Yemen… las calles de Oriente Próximo se alzan contra Gobiernos que llevan decenas de años en el poder. Los creían inamovibles, ya no. El ejemplo de la revolución de Túnez cunde estos días en el mundo árabe.

Cuando el 14 de enero el régimen tunecino de Zine el Abidine Ben Alí se desmoronó bajo el peso de las protestas de la Revolución de los jazmines, millones de árabes soñaron por primera vez con la posibilidad real de escaparse del yugo de las dictaduras que les atrapan. Se podía ver por televisión y por Internet. Era real. Túnez era como sus países y ha triunfado un arma que hasta entonces desconocían: la protesta colectiva en las calles.

Las llamas del cuerpo de aquel joven tunecino que encendió la chispa de la revolución en su país han corrido como una voraz pólvora por Oriente Próximo. Los motivos que le llevaron a inmolarse eran los mismos que aquejaban a sus compatriotas. Y a su vez, son los mismos que asolan al resto del mundo árabe.

El descontento y la rabia acumuladas durante décadas de falta de libertad y de abundante corrupción, desempleo y pésima calidad de vida, es el denominador común que empuja a las calles a los árabes estos días, haciendo tambalearse a regímenes que jamás se han tenido que enfrentar a ninguna palabra que fuera más alta que el tono susurrante de unos ciudadanos sometidos por la tiranía y las autocracias. Oriente Próximo está ahora en la calle.

Que la revolución esté a punto de tener éxito en Egipto es un ejemplo para los árabes. Egipto es el país con mayor poder de la región. El más influyente. Que el poder acumulado durante tres décadas por Hosni Mubarak se tambalee dice mucho de las posibilidades de esta ola de indignación en el mundo árabe. El mismo día que cayó el Gobierno de Túnez, el ministro de Exteriores de Egipto, Ahmad Abul Gheit, aseguró que la posibilidad de que eso sucediese alguna vez en su país era “sencillamente absurda”. Quizá hoy no opinaría lo mismo.

La intranquilidad también debe correr como un impulso eléctrico la espina dorsal del Gobierno de Yemen. Unas 16.000 personas salieron el jueves a las calles del país más pobre del mundo árabe para exigir el fin del régimen de su presidente, Alí Abdalá Saleh, que llegó al poder un año antes que Mubarak, en 1980. El ministro de Interior, Mutahar Rashad al Masri, también compareció para descartar que en su país ocurra lo mismo que sucedió en Túnez. Una segunda llama de inspiración en Egipto, puede remover esa tranquilidad que dice tener su Gobierno.

Los focos de la revuelta no se paran ahí. En cada páis con distinta intensidad, la inspiración tunecina ha llegado a otros sitios. En Jordania, el sábado, unas 200 personas se manifestaron frente a las oficinas del primer ministro, Samir Rifai, para exigir el fin del Gobierno: “No a la pobreza, no al hambre, nuestro Gobierno son un puñado de ladrones”, decían los manifestantes. El viernes, otras 3.000 personas –islamistas junto izquierdistas y sindicalistas- marcharon en Ammán con la misma reivindicación. El rey Abdalá heredó el trono en 1999.

También hubo movilizaciones el fin de semana en Siria. La policía impidió que decenas de jóvenes se manifestaran en solidaridad con sus compañeros egipcios. Esta semana hay convocada una manifestación contra Bachar el Asad, presidente desde el año 2000, cuando heredó el poder de su padre tras 30 años de Gobierno.

Argelia fue el primer país donde los ciudadanos trataron de emular a los tunecinos. Sus protestas se saldaron con más de 20 muertos bajo el fuego de las balas de la policía. Cuatro personas se inmolaron esta semana. Su presidente, Abdelaziz Buterflika, lleva en el poder desde 1999.

También se han producido conatos de movilización en Arabia Saudita, Omán, Mauritania y Libia. Cada Gobierno niega que su poder está en peligro, pero maniobran nerviosos. En Libia, Gadafi ha abolido algunos impuestos sobre alimentos para evitar el contagio de protesta y el rey de Abdalá de Arabia, cuya dinastía gobierna el país desde 1932, ha ordenado detener a los manifestantes que ya tiene en las calles. Los acontecimientos en el mundo árabe, inmóviles durante decenas de años, se suceden ahora a una velocidad de vértigo. Todavía no se sabe el alcance de estas movilizaciones. El tiempo lo dirá. En Túnez y en Egipto han sido semanas.


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