Clajadep :: Red de divulgación e intercambios sobre autonomía y poder popular

Imprimir

La ofensiva del capital contra los pueblos indígenas y campesinos es global

25.02.11

Autor: Oswaldo Sevá
Ingeniero y doctor en geografía, el profesor Oswaldo Sevá es uno de los principales aliados de los movimientos sociales en sus luchas contra los grandes proyectos de “desarrollo”.

Actualmente la lucha en la que está más involucrado Oswaldo Sevá es contra la usina de Belo Monte, en el río Xingú. El paraíso de la bio y de la socio diversidad en la Amazonia, ahora amenazado por ese proyecto de los tiempos de la dictadura militar que fue actualizado y sacado del archivo por el ex-presidente Luis Ignacio Lula da Silva. Desde los años 80, Sevá publica estudios críticos al proyecto, demostrando sus fallas e inconsistencias.

En la siguiente entrevista, Sevá apunta que el actual escenario de conflictos socio ambientales tiene en realidad una amplitud global, representando un desafío para los movimientos sociales de todo el mundo. Y advierte: “La amenaza también es muy grave cuando los intelectuales y políticos considerados de izquierda rezan el manual del capital, repiten los mantras ideológicos del capitalismo, y utilizan su capital político y cultural para disminuir las críticas de los que piensan de modo autónomo, con el fin de aislar a los que simplemente siguen resistiendo a la expropiación”.

La ofensiva en Latinoamérica de los proyectos de explotación de recursos naturales en tierras comunitarias, campesinas e indígenas

Es una ofensiva con gran preferencia por las Américas Central y del Sur, pero que también asola diversas regiones de África, Asia y Oceanía. Es una ofensiva global que involucra agentes económicos y políticos de muchos países, agentes que razonan y deciden con el “mapa mundi” abierto en una gran mesa o en una gran tela digital. Es una ofensiva capitalista, y no podemos omitir ni olvidar ese nombre, porque se trata de intentar superar una más de las grandes crisis estructurales del sistema capitalista. En este caso, dicen los estudiosos como Harvey e Arrighi, es una crisis de la super acumulación, una crisis financiera, una demostración exuberante de la famosa ley de la “baja tendenciosa de las tasas de interese”.

Por eso, los blancos preferidos de la ofensiva son las localidades y regiones con recursos naturales considerados estratégicos. Y ahí se crean proyectos de inversiones considerados capaces de generar altas tasas de retorno – lo que obviamente depende de costos económicos y de costos sociales, y depende de la posibilidad de concretar, nuevamente el “viejo” mecanismo da acumulación primitiva, que nunca dejó de actuar.

Los grandes oligopolios que controlan la electricidad y los equipamientos eléctricos, los minerales y la metalurgia, el agronegocio, el petróleo y el gas, la celulosa y el papel, desde hace algunas décadas estudian minuciosamente las posibilidades de nuevas fuentes para conseguir esos materiales y energías, y analizan con métodos sofisticados los nuevos territorios donde pueden producir dichas mercancías. Anuncian inversiones similares al mismo tiempo en todas las partes, por ejemplo, hidroeléctricas para contener los ríos que les pueden servir en muchos países, incluyendo algunos de los países más antiguos y más ricos, como los europeos. Por ejemplo, anuncian la apertura de nuevas minas de fierro, o de níquel, cobre, zinc, cromo, pero, principalmente, minas de oro, plata, platino y metales más raros como el niobio. Todo esto en diversas regiones del mundo al mismo tiempo.

El primer paso para lograr concretar cada una de esas inversiones – al revés de lo que muchos argumentan, no es el financiamiento, pues de algún modo al sistema global le sobra capacidad de invertir – es la conquista de los territorios que generalmente ya tienen ocupantes, dueños y usuarios anteriores, en algunos casos, muy antiguos, grupos humanos establecidos desde hace siglos. Sus tierras deben ser ahora “liberadas” para instalar presas, nuevas minerías, o grandes plantíos de eucaliptos o palmeras o soya, y carreteras y ferrovías que los conecten al mercado mundial. Ahí, los pobladores y los vecinos de esas localidades escogidas por el gran capital deben ser transformados en proletarios, una parte de ellos asalariados, que solamente conseguirán sobrevivir en el mercado y para el mercado. Esa es la ofensiva.

La amenaza a las conquistas democráticas y el desplazamiento forzado

El sistema capitalista una vez amenazado retoma sus orígenes autoritarios. Las empresas gastan cada vez más en la seguridad de su patrimonio, de los ejecutivos y de sus hombres que están en campo, utilizan cada vez más intermediarios para el acoso a los pueblos, informantes que en la práctica hacen la contra-información, rastreando a los movimientos legítimos y libertarios, y actuando por medio de escoltas para rastrear e intimidar a los disidentes y a los que resisten. El capital se recarga aún más de los puestos de gobierno en las tres esferas: ejecutiva, legislativa y principalmente en la judicial.

Mientras el poderío de la grandes empresas siga creciendo, las duras conquistas democráticas serán corroídas y derrumbadas, dejando a la sociedad una intoxicación de propaganda institucional, pues las empresas se auto elogian, alardean “responsabilidad social” y “sustentabilidad”. Las mismas corporaciones que dependen de la expropiación y de la violencia utilizan el dinero público, exención de impuestos, para ejercer el apoyo financiero, patrocinar y usufructuar con la promoción de su imagen en las actividades culturales, deportivas, musicales, cinematográficas, etcétera.

Considerar situaciones sociales más o menos graves depende mucho del acceso a la información sobre lo que ocurre, lo que se dificulta por la ofensiva ya mencionada, y depende, claro, de escalas de valor ético. Creo que son más graves los casos en los que las personas están siendo desplazadas por la fuerza, en donde los antiguos moradores, indígenas o afro descendientes, o familias rurales y hasta pequeños propietarios, son removidos contra su voluntad y llevados a la diáspora, para formar “asentamientos” que son casi prisiones. Migran para las nuevas favelas de las ciudades.

Son muy graves también los casos en que el abastecimiento de agua de la población, o el “riego” compartido entre vecinos desde hace siglos, quedó o quedará comprometido en cantidad y calidad. Es lo que fatalmente acaba de pasar en la región donde son abiertas minerías de oro, pues para la minería y la concentración del metal utilizan mucha agua, secan los mantos friáticos, contaminan el suelo , el subsuelo y destruyen o envenenan los cursos del agua, disminuyendo o acabando con la pesca. Y son igualmente graves los casos en que habrá hambre por que se perdió la tierra de sembradío, o el bosque y la caza y el río donde se pesca.

La insistencia en los grandes proyectos hidroeléctrico no es de los gobiernos, sino por medio de los gobiernos

La insistencia de los gobiernos en los grandes proyectos hidroeléctricos existe, pero no es de los gobiernos, y sí por medio de los gobiernos. Es una insistencia que tiene su origen en la gran dependencia que algunos sectores industriales tienen en relación al uso de la electricidad en sus procesos productivos, como es el caso del aluminio, del cobre, del níquel, y de los metales en general, de la celulosa y sus productos, y de algunos ramos de la química, como cloro-soda. Y más que esto, en la insistencia de las empresas de estos sectores para reducir su planilla de costos, está el gran peso que tiene la energía eléctrica, y en razón de eso buscan nuevas fuentes que les resulten “baratas”. Estas empresas buscan principalmente condiciones propicias a la celebración de contractos lesivos a los países “anfitriones” de esos proyectos. Fue lo que ocurrió hace casi treinta años con la electricidad de Tucuruí, en Brasil, y que ahora mismo está en proceso con la electricidad del río Madeira.

¿Energía limpia?

Soy profesor en el área de Energía desde hace más de 20 años, graduado en Ingeniería Mecánica. Estoy apto para contestar de modo sencillo, fundamentado apenas en la ciencia de la Termodinámica, que es una rama importante de la Física que estudia el calor y el frío, las máquinas que transforman las energías naturales en trabajo útil. Según la Termodinámica, la energía no se crea, no es “generada” como dicen los economistas, los políticos y los periodistas no informados. La energía es apenas transformada de un tipo a otro, sucesivamente. El monto total se conserva y en cada transformación una considerable parte se pierde, se degrada, pues no puede ser nuevamente obtenida del mismo total de trabajo útil. Por lo tanto, no existen energías “renovables”.

De modo similar, existe la ley de la conservación de la masa y de los flujos de masa, de las evasiones: todo lo que entra en un sistema tiene que salir, de un modo o de otro; si sale menos es porque se acumuló allá adentro, si salir más es porque había un estoque que fue utilizado.

Por lo tanto, no hay cómo producir nada de forma “limpia”; toda operación productiva produce residuos sólidos, líquidos o gaseosos. Una hidroeléctrica construida encima de un suelo estéril emitirá vapor de agua por cuenta de la insolación y de la evaporación y gases de fermentación de la materia orgánica que el río trae. Si la presa de una hidroeléctrica tiene vegetación en el área anegada, producirá muchos gases de fermentación, de la descomposición de esa vegetación, incluso el gas metano, que es uno de los gases que desequilibra el efecto-estufa natural del planeta.

Insisto en la respuesta: no hay nada renovable, nada limpio.

Y voy adelante: Si técnicamente fuera posible, esos valores nunca orientaran el capitalismo. Se así fuera, nunca hubieran existido con la proporción de hoy los depósitos urbanos de basura, el lanzamiento del drenaje bruto en los ríos y litorales, la contaminación del aire, la contaminación del suelo con residuos peligrosos.

Los intereses ocultos de las hidroeléctricas al decir que son fuente de energía limpia

Transformar el interés de los oligopolios y de la lucha de ellos por su permanencia y crecimiento en un valor general de intereses de toda la sociedad. La meta privada convertida en objetivo público. No explicitar el vínculo intimo entre los “políticos” y los “empresarios”, entre la política y la economía. Así vamos en este período histórico que más parece una “Edad Media” oscurantista: el Estado queda en el foco todo el tiempo, mientras las empresas quedan “fuera del blanco”. En el caso brasileño, la electricidad, la minería, la siderurgia, el petróleo, entre otros, son los sectores civiles donde la dictadura militar sigue, se perfecciona, renueva los cuadros y la mentalidad dominadora anti democrática.

El discurso del “interés nacional” frente a “la resistencia de una minoría que no puede perjudicar el desarrollo para una mayoría”.

Es un intento obsesivo de simulación: acusar los demás de hacer aquello que las propias corporaciones hacen. Numéricamente son, sí, minorías que habitan en los territorios escogidos para los proyectos de inversión; pero los beneficiarios no son la mayoría del país, y sí las minorías más ricas, los grandes propietarios, el sistema financiero. Porque el sistema no acaba con la concentración por medio de esas inversiones, al revés, concentra más las tierras, patrimonios, riqueza, todo.

Aquí, en Brasil, conocemos ese tipo maligno de discurso: es el discurso de los dirigentes de nuestra Agencia Nacional de Energía Eléctrica, de nuestro Ministerio de Minas y Energía, la policía anti motines de la “dam industry”. Siguen difundiendo esa idea de “inversiones de estructura”, “plan estratégico”; hablan de “seguridad energética”, expresión que viene de los Estados Unidos, con su dependencia del petróleo importado. Y de ahí preparan el terreno para deshacer la reglamentación total, para el permiso acelerado y garantizado de cualquier obra, o mejor aún, para que se pueda hacer cualquier cosa sin licencia.

El “componente xenófobo” creo que es la hipocresía al extremo, una maniobra retórica inteligente a corto plazo. Funciona para la opinión pública de tendencia derechista y una parte de los patriotas de la propia izquierda. En el caso de la Amazonia brasileña, los territorios ya están siendo internacionalizados por el capital y por las Fuerzas Armadas y de inteligencia de los países más fuertes, que todo monitorean. Y también por los bio piratas, por los compradores de tierras y de forestas. Pero no se puede negar que actúen también ONG’s y misioneros de Iglesias que en los hechos hacen el juego a las multinacionales.

El futuro

La situación futura será más grave donde la población esté hoy más desinformada, desmovilizada, manipulada por coroneles a la moda antigua, o amedrentada por un pasado de represión. Pero la amenaza también es muy grave cuando los intelectuales y políticos considerados de izquierda rezan el manual del capital, repiten los mantras ideológicos del capitalismo, y utilizan su capital político y cultural para aminorar las críticas de los que piensan de modo autónomo, con el fin de aislar a aquellos que simplemente siguen resistiendo a la expropiación.

En este caso, el Brasil de la década de 2010 será un anti ejemplo: El Brasil que presidió durante ocho años un ex-sindicalista, electo por la izquierda, aunque no haya hecho un gobierno de izquierda, un país que ahora eligió como presidenta – a pesar de una gran suma de abstenciones, del voto nulo y blanco – a la “madre del Plan de Aceleración del Crecimiento”, la señora-propaganda de la “Aceleración del Crecimiento”.

Es increíble el realismo del lenguaje, pues no se coloca más el desarrollo como concepto-clave, y sí el crecimiento. Crecer solamente no basta, como si el 3 o 4 por ciento de crecimiento al año no fuera ya una victoria en un mundo en crisis, eso tiene que darse “acelerado”. La idea de la aceleración es exactamente lo que el sistema busca con desesperación – contrariar la baja de la tasa de interés, obtener retornos, lucros extraordinarios.

Regresamos así a la primera respuesta: la ofensiva es para intentar desahogar el exceso del capital. Por causa de la desigualdad, del dogma anti distribución, del costo creciente del propio acto de comandar y preservar privilegios, el capital se encuentra cada vez más imposibilitado de concretarse cerrando el ciclo de la acumulación.


https://clajadep.lahaine.org