Clajadep :: Red de divulgación e intercambios sobre autonomía y poder popular

Imprimir

Humala y Fujimori: buenos vínculos militares

13.04.11

Humala y Fujimori: buenos vínculos militares

Ollanta Humala es hijo de uno de los principales dirigentes históricos del etnocacerismo en Perú. Cáceres fue un general de ejército nacionalista en grado superlativo, o sea, mucho. Los caceristas imaginaron que con tanto indio era prudente asociarse a ellos sumándolos a un proyecto peruano nacional que evadiera el perfil de las naciones que habitan esos territorios, que son muchas, las andinas quechuas y aymaras, y las amazónicas, donde destaca la nación asháninka, con miles y miles de miembros y notables elementos histórico-culturales, sin embargo son varias decenas de naciones diferentes con elevado grado de organización y autonomía que había sido pisoteada por la guerrilla de Sendero Luminoso, pero consiguió desplegarse a pesar de los tiros desde los dos bandos, el ejército estatal y la guerrilla pro estado socialista que se disputaban los territorios y el reclutamiento forzado de miembros de las comunidades.

De allí que el cacerismo devino en “etnocacerismo”, o sea un nacionalismo que usa a las naciones indígenas sin reconocerles el derecho a nación y mucho menos a la autodeterminación, como hacen los gobiernos chilenos respecto a las naciones originarias que viven en los territorios controlados por el estado, son chilenos y punto.

De esa manera el etnocacerismo es adversario de la autonomía de las naciones originarias del país vecino. Por otra parte Ollanta Humala, así como su hermano, han sido altos mandos militares que se destacaron bajo el gobierno de Fujimori en un ejército que se caracterizó por la represión genocida contra las comunidades y contra las guerrillas, sin haber ninguna noticia de que se hayan opuesto a los asesinatos y masacres, más bien al contrario, circulan rumores de que habrían sido bastante sanguinarios respecto a las víctimas de la guerra.

Nacionalista y militar, asesino y burócrata, todo ello huele a fascismo. Sin ir más lejos Ollanta ha declarado que va a comprar Arica, ciudad que era peruana, aunque instalada en territorio aymara, y fue ocupada por el guerrerismo chileno. También ha dicho que va a tratar a los chilenos como ellos tratan a los peruanos residentes en Chile, asunto que es bastante conocido, ya que el chileno medio es bastante racista por la formación ideológica militarista que lleva a que en las escuelas se enseñe a los niños que los chilenos son superiores a peruanos y bolivianos. Un absurdo e idiotez que tiene por objetivo no sólo generar cohesión patriótica detrás del estado, sino llamar a que los países vecinos hagan declaraciones o tomen iniciativas que permitan a los chilenos justificar sus inventos contra territorios vecinos y Humala ha pisado el palito, ha metido el pie en la trampa, para sumar conciencias chauvinistas anti chilenas detrás de su candidatura, lo que lleva a los militares y clases dominantes chilenas a apretar el nudo del nacionalismo antiperuano desviando la atención respecto a los problemas internos, así cada gobernante gana votos en sus países atacando al país vecino, o sea, gano yo al mismo tiempo que ayudo al vecino a asegurarse arriba del caballo. Entre toros no hay cornadas.

Humala aumentó su caudal electoral dorando la píldora a las directivas de organizaciones del sur peruano, donde existe una enorme fuerza de izquierda ligada tradicionalmente al movimiento originario andino, donde destacan sectores maoistas provenientes del grupo Bandera Roja (de donde había salido la fracción senderista de Abimael Guzmán, el Presidente Gonzalo), que tienen gran fuerza en el magisterio, sindicatos y universidades. También en esa región hay una fuerte tradición guevarista del antiguo Movimiento Revolucionario Tupac Amaru, que aún goza de simpatías en diferentes sectores.

En esa región está enclavado el territorio de Ilave, donde la comunidad, casi 100% aymara, había incendiado la municipalidad reivindicando autonomía indígena y sancionando al alcalde desde su autodeterminación. Existen múltiples puentes y contactos entre ellos con la región de Achacachi en Bolivia, ya que ambas regiones están junto al Lago Titicaca, donde las comunidades aymaras habían resistido a los tanques, que finalmente no lograron entrar. O sea, en esos lados hay una gran tradición y arraigo de la identidad originaria que no podrá ser trastocada.

El discurso indigenista de Humala le permitió encontrar puntos de acuerdo conceptual y político con los dirigentes del sur, provenientes en su gran mayoría de la vieja izquierda destruida y ansiosos de aumentar las “masas” que les siguen. Como buenos estrategas políticos por arriba, estos líderes izquierdistas no encontraron nada mejor que acercarse de manera oportunista a Humala, quien de seguro les ha ofrecido alguna migaja a cambio de vender y promover allí su imagen como “indigenista”, tal como las organizaciones indígenas del norte argentino dirigidas en buena parte por izquierdistas, que declararon hace algunas semanas atrás su apoyo a la candidatura Kirchner, tal como el MST brasileño declaró su apoyo a Lula para luego ser destruido, tal como la Conaie había declarado apoyo a Gutiérrez que luego les clavó el puñal en las espaldas, tal como Correa que engatuzó a las comunidades y ahora están como el perro y el gato aplicando el gobierno ecuatoriano el más descarado extractivismo contra las comunidades.

Si hay gobierno Humala, al ser semejante al de Gutiérrez de Ecuador, va a intentar dividir y cooptar al movimiento indígena para transformarlos en simples ciudadanos del estado peruano, sin embargo es bueno por dos motivos correr ese riesgo:

Primero, porque de alguna manera se legitima lo indígena, pero el papel activo lo deben llevar los movimientos. Nosotros creemos que si gana Humala va a acrecentar el apoyo a dirigentes izquierdistas que burocraticen esos movimientos aniquilándolos así de partida. Junto con ello va a promover desde el estado el más descarado divisionismo en las comunidades. Es decir: “lo indígena es bueno, pero con correa al cuello”.
Segundo, porque sus contradicciones con los otros partidos peruanos son tan grandes que va a ser imposible alcanzar una estabilidad y gobernabilidad aceptable para el capital, lo que favorece el avance sostenido de la autonomía e iniciativas de las comunidades, barrios, resistencia contra la minería y otros.

De esa manera el terreno concreto sigue siendo la disputa de la izquierda estatista y burocrática por hacerle el juego al poder esforzándose por aniquilar la autonomía comunitaria y sumar dirigentes de comunidades en sus programas, organizaciones y candidaturas, por lo que ya no se consigue ver claramente donde está el principal obstáculo al desarrollo de la autonomía comunitaria y de la lucha por la autodeterminación. Eso lo seguirán haciendo con Humala o con Fujimori, con la diferencia que Humala les va a regalar caramelos y Fujimori les va a lanzar las legiones de inmediato, a menos, claro, que para ganar la segunda vuelta incorpore “lo indígena” en su programa.

Los militares están en buenas relaciones con ambos, cada uno satisface sus objetivos de cohesión estatal, militarismo, patria y chauvinismo. Una con la vara en alto, el otro con preservativo y vaselina para que no duela tanto. Una con imagen dulce y educada, el otro un patán agresivo. El juego electoral de imágenes decidirá si se aplica la mano dura con la legitimación de ese apoyo en urnas o si se aplica un programa que parece irreverente por el discurso y saltos que da el candidato que en el fondo no ofrece más que garantías estratégicas de continuidad sistémica.

Fujimori también tiene chances de ganar el balotaje, ya que va a concitar el apoyo de las organizaciones anti Humala, pero deberá enfrentar la gran antipatía que existe a nivel popular hacia su padre que dirigió el genocidio y la masacre contra la población. Ademas no tiene discurso ni programa para acabar con la expansión de la organización, conciencia y dinámicas autonomas de las comunidades, a no ser el palo, mientras Humala, a pesar de sus gruñidos y ladridos, trae en su mano una zanahoria para amansar conejos. Ello llevará inevitablemente a Fujimori a levantar un programa de aproximación al movimiento originario, que duda cabe. Para disputar el sillón presidencial una debe “indigenizar” su discurso y el otro debe jurar respetar todo lo que existe, firmando cualquier papel y aceptando cualquier acuerdo con quien sea.

De allí entonces que los demás partidos y candidatos puedan extender su mano a Humala confiando en que será un buen obstáculo a la expansión comunitaria desde abajo, pero no pueden hacerlo con un gorila ramplón, así que van a esperar que siga haciendo declaraciones de buenas intenciones, rompiendo más con Chávez, abriendo las piernas a Estados Unidos, firmando que no va a cambiar el modelo, que será un niño bueno y va a arrojar constantemente piedras al tejado chileno para la cohesión patriótica de los “indios”, los “etnicos”.

De ese modo los programas llegarán a ser tan parecidos que será casi imposible diferenciarlos, como en Chile, que el gobierno Piñera no es más que la continuación de los anteriores, sin ninguna modificación de fondo, lo que ha impedido diseñar un perfil de oposición.

Así, va a dar lo mismo si es Humala o Fujimori, ambos van a gobernar para el extractivismo, la cohesión estatal y el aniquilamiento de la autonomía del movimiento de los pueblos originarios, campesinos, barrios, anti minerías y dinámicas populares en general.

De esa manera votar o no votar da en lo mismo, aunque las sanciones allá son sumamente severas, y que salga el uno o la otra también da en lo mismo, por lo que es esperable una elevación de la abstención, pues la base de los votos ahora deberá ser la descalificación del otro. Y vaya si tienen mucho que decirse. Vamos a asistir a la campaña más entretenida y diversificada que haya visto la política regional, de farándula al más alto nivel, chismes, dimes y diretes,

Un bello balde lleno de excremento que las clases dominantes peruanas arrojan sobre la población tratando de borrar el lento y potente andar que viene de lo atávico bajando desde los Andes y llegando desde el Amazonas. Se entiende su desesperación. Y de la izquierda, que corre para acá y para allá babando detrás de uno y de otro para obtener algún espacio en el aparato del poder, igual que el Partido Comunista chileno, que hizo indecibles malabarismos para recibir votos de otros partidos sistémicos que le permitieran colocar tres gatos en el tejado con la confianza que desde arriba pueden moverse hilos. Gladys Marín debe estar revolviéndose en su tumba asqueada de esa “política”.

El fin justifica los medios?
No, pensamos que es hora de reivindicar junto a la lucha social autónoma y la construcción de formas de vida comunitaria que den respuestas ahora a los requerimientos y necesidades populares, la ética en la administración pública. Ello permitirá un puente de afinidad de sectores populares y comunitarios con sectores medios que están siendo empobrecidos, además desenmascarar a los que hablan de progresismo mientras estimulan el extractivismo que destruye la naturaleza, así como la valorización de la democracia cotidiana en los barrios, villas y comunidades desde donde salgan nuevos candidatos desde abajo dispuestos a aplicar y respetar el mandar obedeciendo, esto es, el rescate de la soberanía popular para ejercerla con los cuerpos junto a los vecinos y vecinas y no sólo con los votos para ver si alguien la respeta o no haciéndonos rechinar los dientes de rabia esperando la próxima elección para sacar al maldito.

Abrazos
Jaime Yovanovic Prieto
Profesor J
profesor_j@yahoo.com
http://clajadep.lahaine.org


https://clajadep.lahaine.org