Comenzaron los talleres de la Universidad Libre
Con bemoles y altibajos rompieron la cáscara los talleres alternativos de autogestión y motivación de formas de vida comunitaria, que tristemente según algunos no ayudan a concientizar, por lo que no pueden atraer adeptos, de modo que no sirven.
Cuando algunos militantes y activistas aprenden métodos pedagógicos, no están siendo sinceros, pues igual haría que estudiasen marketing y técnicas de ventas, pues su objetivo es vender la pescá, como decimos en los cerros de Valparaíso y se dice en los barrios santiaguinos. Son los pastores y vendedores de pomadas que sacan la culebra de la maleta y se la enrroscan en el cuello como una corbata, llamando la atención del respetable público para que abran sus corazones y compren la píldora anticapitalista que acabará con ese mal, ya que Jesús es el único camino, no que no es, el mío es el bueno, sale pallá, ese no es, vengan conmigo, yo soy la salvación, mentira, yo soy más gallo, vean mis músculos y como practico karate para darles duro a los pacos y etcétera. Unos toman el retrato de Marx y con él golpean las cabezas duras de los anarquistas, quienes por su lado levantan las figuras de Bakunin, Makno o Malatesta y con ellas sacuden la testa cuadrada de los marxistas, y así van.
Nosotros no somos ni mejores ni peores que ellos, simplemente nos hemos apartado de la lluvia de golpes con retratos de unos en la cabeza de los otros para tomar aire y preguntarnos a donde nos lleva tanta algarabía y bochinche, a dónde vamos a llegar con tanta arrogancia, pero esas preguntas no nos van a hacer que nos sentemos a meditar, sino que metiendo las manos en el barro junto a vecinos y vecinas vamos a preguntarle al viento, a la tierra y al agua qué ha pasado, a pedir disculpas por habernos distanciado y pedir que nos acoja nuevamente la madre tierra.
Si cuestionamos este sistema civilizatorio destructivo de la naturaleza, vamos a organizarnos con la gente del campo al lado de Santiago para descubrir como hacer para el abrazo entre los barrios y las villas. Ya que cada vez más están militarizando los barrios y quizá dentro de poco levanten alambres de púa para encerrarnos en verdaderos campos de concentración, como el muro que están levantando en las favelas de Río de Janeiro, una aberración.
Vamos a descubrir junto a los habitantes de las villas próximas cuál es el secreto de la madre tierra, dónde está el newén para alimentarnos de la energía de la naturaleza, ver si quieren salir de sus casas a trabajar una huerta junto a los niños y niñas del lugar, o si les interesa aprender juntos a producir energía eléctrica mediante el ejercicio en una bicicleta y el aprovechamiento del viento, el agua y el sol, o a reciclar la basura para hacer compostaje y emprendimientos productivos autogestionarios, preocuparnos juntos de la salud comunitaria plantando y aprendiendo sobre el lawén, las yerbas y plantas medicinales, hacer construcción con barro y una escuela propia, de los vecinos, para trabajar el reforzamientlo escolar y educación de adultos.
Estos talleres han sorprendido algo a los participantes, ya que no van a aprender de un discurso ni de la experiencia de un sabedor, sino que cada uno tiene que poner de su cosecha y salir a proveerse de información para traer a la mesa común del aprendizaje de todos, a su pinta, de su cosecha, para construir instrumentos de conceptos y lenguajes que nos permitan mirar la realidad desde la subjetividad del grupo de vecinos que se reune a actuar las diferentes disciplinas que estamos trabajando.
Decimos mirar desde la subjetividad reivindicando el sujeto, ya que hemos dejado de creer en la “objetividad” científica que nos quieren imponer como nuevos dioses que determinan nuestros caminos desde fuera, aniquilando nuestra autonomía de mirar y sentir. Nada es objetivo, nada está fuera de nosotros, somos parte del fenómeno estudiado en cada disciplina, somos integrantes interactivos de la naturaleza y del cosmos. El acto de pensar no es independiente de la más profunda vinculación con la madre tierra, que nos dio el ser, por lo tanto por nosotros y a través de nosotros cuando aprendemos, interpretamos, analizamos y pensamos, es la naturaleza que piensa, es el cosmos que asume conciencia de si mismo y se piensa y se habla, ya que no somos figuras de cera puestas en un escenario por alguien que tira los hilos, sino actores vivos de cada fenómeno o disciplina que queremos estudiarnos.
Así al estudiar y aprender cada taller junto a los vecinos y vecinas, nos estudiamos a nosotros mismos interactuando entre nuestros cuerpos y miradas, así como con la naturaleza construyendo objetos y sembrando para obtener alimentos, reciclando el agua y la basura para retroalimentarnos con la mapu, nuestra madre.
Como se trata de rearmar una mirada, observar e interactuar con el medio circundante en procura de un acto epistemológico de nuevo tipo, mediante un sujeto plural y no un conjuntos de sujetos singulares, o sea, al tanto que se ejecuta una mirada conjunta descubriendo el ser y con ello a nosotros mismos, no sólo hay un resultado, sino un efecto de construcción de nuevo sujeto, o sea, hay un proceso simultáneo de construcción de subjetividad y de sujeto, donde la tangibilidad de uno es condición, causa y efecto de la tangibilidad del otro.
Ese nuevo sujeto comunitario autónomo, productor de su propia subjetividad o recuperador de su cosmovisión tradicional, se hace a si mismo como nuevo sujeto al mismo tiempo que mira e interpreta el mundo redescubriéndolo desde la mirada conjunta. Ello significa una trilogía, un nuevo sujeto plural, una nueva mirada o forma de mirar y el resultado de ese acto de mirar o conocer. Sólo que ninguno es anterior al otro, sin el acto de mirar e interpretar de conjunto no hay construcción de ese nuevo sujeto conocedor. El resultado del acto de mirar y actuar de conjunto por parte de ese sujeto plural, o sea, el resultado del acto y del conocimiento, es la subjetividad, es producción de sujeto. Por ello aquí no funciona esa vieja racionalidad instrumental del Iluminismo de “organizarse para conseguir resultados”.
Esa subjetividad puede ser sistematizada de conjunto en lo que se llama autoconciencia, o sea, formación de conceptos de si mismo y de los resultados del hacer desde si mismos, eso es conocimientos, eso es subjetividad, y un buen ejemplo de ello es la cosmovisión mapuche: subjetividad tradicional de un sujeto plural, el pueblo nación de la gente de la tierra.
Esas ideas y otras más han formado parte de las primeras sesiones de los talleres, de modo que podemos sentirnos un poco más preparados y tal vez flexibles para llegar a la práctica con los vecinos desde el siguiente fin de semana. Tal vez muchas cosas cambien para nosotros, tal vez podamos poner en cuestión todo el saber acumulado hasta ahora por nuestros cuerpos y mentes ante la emergencia de nuevos saberes desde abajo y desde el mundo de la vida, ya no más a través de libros o discursos profesorales. Tal vez también dejemos de ser sujetos conocedores individuales para llegar a pasar deseando el nuevo encuentro para mirar, actuar y vivir. La idea es descubrir el sinsentido de vivir separado de la comunidad, conocer el desgarro que ello ha significado para el ser humano y que se expresa en constantes problemas sicológicos, miles de autistas, histéricos y neuróticos por todas partes, egoistas, ambiciosos, competidores, asesinos, torturadores, comerciantes, usureros, policías, etc. o sea, una sociedad de personas separadas y empujadas a competir y aún reprimirse unas contra las otras.
Llegar a comprender eso con el cuerpo más que con la mente, es ponerse a la altura de la extensa capa de marginados sociales del sistema, que son alrededor del 85% de la población mundial, que viven las atrocidades del sistema y la izquierda piensa que no entienden lo que pasa y distribuye información para despertar conciencias, cuando si les preguntamos a la gente de la pobla, nos dan conferencias sobre las iniquidades sistémicas, saben más que nosotros lo que es sufrir las consecuencias de esta porquería donde nos tienen “viviendo”.
El tema es que no quieren seguir las “propuestas” que se les hacen desde la izquierda, pues no “visualizan” soluciones, de ahí la necesidad de ampliar el discurso, tener radios, hacer periódicos, tener dirigentes, etc. para mostrar el camino, el único camino, el de la salvación. Pero tampoco funciona y decimos que es por el control informativo cultural que tienen los poderosos, lo que lleva a organizar aparatos alternativos que puedan contrarrestar esa hegemonía ideológica.
Cuesta imaginar y aceptar que la gente ya está cansada y no acepta más los discursos y promesas de una sociedad más justa. Por eso es necesario evadir el conjunto de los espacios y contenidos de reproducción cultural, para crear otros espacios donde pueda circular otro aire y renacer el ser desde sus raíces más profundas, comenzar de nuevo, partir de cero, librarse de los discursos, tácticas y estrategias que recorren el mundo para retomar la autonomía y libertad de sus cuerpos y ante el hecho de no tener tierra, trabajo, agua y libertad, no se pierdan en los laberintos de las promesas, legislaciones, valores, doctrinas, teorías y personajes, sino que puedan simplemente extender la mano y tomar el agua, sembrar la tierra y comer el alimento que da la madre tierra, pero no de a uno, sino miles. El empoderamiento de los cuerpos, las miradas, las relaciones interpersonales y el territorio, son la base de la reconstrucción de las formas de vida comunitaria del ser, que no podrá aceptar el parcelamiento de la vida y menos de la tierra.
Tal vez usted tenga algo que decir al respecto, dudas, reflexiones, en fin, venga a compartirlas con nosotros y con los vecinos y vecinas de las villas donde estamos haciendo los talleres, solicite la lista de disciplinas y dispóngase a venir un día de los fines de semana hasta el último día de junio, a la comuna de Tiltil, a 45 minutos de Santiago. Escriba a unlibre@gmail.com
Atte.
Jaime Yovanovic Prieto (Profesor J)
Coordinador ULibre
Asociados con la Red de Economía Popular y Ecología Social.