Imprimir
Centroamérica, donde lo ancestral es actualidad
Lo maravilloso de Centroamérica es que ofrece la posibilidad de sumergirse entre diferentes etnias. Culturas y lenguas conviven en armonía, rodeadas de paisajes exuberantes llenos de color, música, historia y leyendas. Acompáñenos y haremos una ruta por sus numerosas y variadas culturas y tradiciones ancestrales.
Comenzaremos subiendo al cerro de Pascual Abaj, en el pueblo de Chichicastenango (Guatemala), para presenciar un ritual religioso donde un chamán con fotografía en mano, solicita la salud y el casamiento de su hija mientras encienden incienso y velas como ofrenda a los dioses.
Los mayas es la población indígena más grande del territorio centroamericano y a pesar de tener más de 4.000 años de historia, hoy en día podemos sumergirnos en su cultura, conocer de primera mano sus tradiciones, su forma de vida, su gastronomía… porque los mayas siguen vivos.
En Guatemala, existen más de 23 grupos indígenas y cada uno de ellos se encuentra apegado a sus raíces ancestrales, diferenciándose entre sí por sus vestuarios y por sus lenguas. Es extraordinario pasear por la Antigua Guatemala y ver la mezcla de tiempos, donde un lugareño maya compra sus tortillas en un local de estilo colonial o presenciar el sincretismo de las religiones, pues es habitual que en las iglesias los mayas continúen haciendo sus ritos tradicionales. En la zona del Altiplano, visita obligatoria por la belleza espectacular de su naturaleza, convergen lagos y volcanes, existe un gran número de población maya que vive en la zona. Son 12 pueblos los que rodean al lago Atitlán y cada uno de ellos tiene sus propias fiestas, su propios mercados… pasearse en lancha y a pie por cada uno de ellos es una excelente oportunidad para conocer realmente el verdadero pensamiento de los mayas y la veneración por sus propios dioses, como el famoso Maximón, deidad sincrética de Guatemala.
Los garífunas, mezcla de los esclavos negros, los indígenas del Caribe y los indios de arahuaco, es otro de los grupos que también se encuentran en Guatemala, en este caso en la costa del Caribe, al igual que en Belice y en Honduras. Sus bailes, su extrovertida personalidad y el colorido de sus rituales, nos animan a descubrir su forma de vida.
En Belice, realizaremos un viaje al pasado y visitaremos a los Menonitas, que son descendientes de la más antigua de las iglesias evangélicas, a los que reconoceremos fácilmente por su vestimenta y por su permanencia “en la Edad Media”, ya que no les gusta participar en el progreso. Sin duda, un paseo por las zonas donde residen, como Orange Walk y el Distrito Cayo, no deja de ser una experiencia curiosa.
En Honduras, además de los Garífunas, que se encuentran en las costas del Caribe y en las islas, conoceremos a los descendientes directos de los mayas: los Lencas, que antes de la llegada de los españoles eran el pueblo más extendido del país. Hoy día, se puede escuchar algunas palabras en lenca que se han ido trasmitiendo de generación en generación. Para conocerles mejor, recorreremos la ruta lenca, haciendo un circuito por los pueblos que se encuentran cerca del Sitio Arqueológico de Copán como Comayagua, Copán Ruinas, Santa Rosa de Copán y Gracias, que además tienen una significativa arquitectura colonial.
Danzas de Sula (Honduras)
Al acercarnos a El Salvador vemos que también existe un legado de los Lencas al visita lugares como el Sitio Arqueológico de Quelepa. En esta ocasión viajaremos a la Ruta de la Flores, ya que es una manera de conocer a fondo las distintas etnias que conforman la población salvadoreña. Partiendo del pueblo de Nahuizalco, en donde disfrutaremos de la artesanía local realizada con fibras naturales como el mimbre, o de la comida criolla en su mercado nocturno, continuaremos por Salvoatitan, Juayúa y Átaco, comunidades en las que podremos admirar sus pueblos de colores, disfrutar de la música y bailes típicos, y por qué no, de un relajante baño en sus aguas termales naturales.
Nuestro viaje continuará por Costa Rica, donde además de deleitarnos con su exuberante naturaleza, podremos visitar de la mano del albergue Casa de Mujeres o de las Asociaciones Indígenas la comunidad indígena de los Bri-Bri, que nos explicarán el significado de su religión, por qué ellos creen que tenemos ocho almas.
Fiestas de San Sebastián, Diriamba (Nicaragua).
En Nicaragua pasearemos entre su población, mezcla de numerosas culturas y acabaremos en Panamá, donde residen una gran variedad de grupos indígenas que se extienden por comunidades a lo largo de todo el país. Aunque la economía panameña ha incrementado mucho el modelo capitalista, todavía existen diversas comunidades que mantienen sus tradiciones, incluso algunas de ellas con sus propias leyes diferentes a las del Estado, ofreciendo una maravillosa y espectacular mezcla de lo moderno y tradicional. Tal es el caso del grupo indígena matriarcal de los Kunas, que nos “obligará” a pasar unos días en las paradisíacas playas de las islas de San Blas, para convivir y descubrir una verdadera tribu ancestral.