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Concepción y práctica de la autonomía yaqui: una lucha constante

02.06.11

Por Enriqueta Lerma Rodríguez

Ubicados al sur del Estado de Sonora, los yaquis son reconocidos
por su carácter combativo. Su templanza se sustenta en una fuerte
identidad ancestral indígena y, al mismo tiempo, en su capacidad
para adaptarse a los cambios que les ha permitido sobrevivir como
etnia. La Tribu Yaqui —así ellos se autodenominan como grupo—
ha tenido una larga historia de lucha no sólo centrada en la defensa
de su territorio, sino también en la obtención de su autonomía
gubernamental y su autogestión económica. Aunque a la larga han
dado buenos frutos, estas demandas todavía están en proceso de
construcción y fortalecimiento.
Para los yaquis, la autonomía es un proceso en marcha que se finca
en tres aspectos: la forma tradicional de gobierno, el territorio y la
identidad cultural. Asimismo, los retos que enfrentan se encuentran
10. Al pie de la Sierra del Bacatete, Sonora, los gobernadores de los ocho pueblos
yaquis con los funcionarios del gobierno, con quienes se firmó el acuerdo de restitución
del territorio yaqui en 1937.
Foto: Colección personal del señor Xicoténcatl Félix.100
Otras Geografías
precisamente en lo tocante a la definición
legal y definitiva de los límites del territorio
y la construcción de una economía
autogestiva. La interferencia constante del
gobierno estatal, interesado en desarticular
su forma tradicional de gobierno, es una de
las constantes a la que los yaquis tienen que
hacer frente para resguardar su autonomía.
Forma de gobierno autonómico
“Lo que entendemos nosotros y tratamos de interpretar es cómo
debe actuar la Autoridad Tradicional y su gente, su pueblo, con base
en un concepto que se llama libre autodeterminación. Es decir, que
nosotros podamos definir nuestra forma de gobierno y de desarrollo.
Evidentemente, la idea es no depender de ninguna manera de los
niveles de gobierno federal o estatal. Entendemos como autonomía,
pues, el libre derecho de dirigir y de hacer las cosas por nuestros
propios medios. Sin embargo, esa autonomía que defendemos está
un poco distante porque no tenemos una economía tan sólida para
ser independientes en ese sentido”.
Desde el acuerdo de restitución del territorio firmado por Lázaro
Cárdenas en 1939, los yaquis mantienen el autogobierno de sus ocho
pueblos. Estos son organizados en una estructura tradicional que
conjuga elementos políticos, militares y religiosos.
1
Según sus asesores:
“El discurso tradicional de los gobernadores siempre hace énfasis
en que la máxima autoridad aquí son los yaquis. Sobre quien descansa
esa autoridad, año con año, son los gobernadores. Son ellos los únicos
facultados para hablar en nombre de la sociedad y para defender los
intereses de nuestro pueblo. Todo ese poder de la sociedad yaqui
1
Para una mayor profundidad en la forma de gobierno ver: Hilario Molina, “Autonomías
históricas. Autonomía yaqui” en México: Experiencias Autonomía Indígena, Guatemala,
Grupo Internacional de Trabajo Sobre Asuntos Indígenas, 1999.
para los yaquis, la
autonomía es un
proceso en marcha
que se finca en
tres aspectos: la
forma tradicional de
gobierno, el territorio
y la identidad cultural101
viejas y nuevas Luchas hacia La autonoMía
se manifiesta culturalmente en la estructura
de gobierno, donde el gobernador es la
cabeza principal; lo siguen el pueblo mayor,
donde descansa la palabra, la voz de todos
los miembros de la comunidad yaqui (el
consejo de ancianos); el comandante, quien
es el encargado de resguardar el territorio; el
capitán, en quien descansa la cuestión judicial, y el secretario, quien
es el intermediario, el intérprete o traductor, el enlace hacia afuera,
con los externos, con el gobierno federal, estatal y con los particulares
también. Y esta misma estructura se manifiesta en cualquier Guardia
Tradicional”.
En lo que concierne a la región yaqui, se reconocen formalmente
dos instancias que congregan a los ocho gobiernos tradicionales:
una representada por Pótam, cabecera de los cuatro pueblos del
norte, y Vícam Pueblo, cabecera de los cuatro pueblos del sur. Las
dos cabeceras funcionan como instancias de discusión y decisión
para solucionar problemas que atañen a la etnia en su conjunto.
Asimismo, que existan dos cabeceras hace posible que interfiera
un juez imparcial en caso de que Potám o Vícam Pueblo estén
involucrados en la discusión, de este modo la cabecera no implicada
puede dar una opinión neutral.
Si bien a este modelo de organización política se le conoce como
el sistema de gobierno tradicional yaqui, algunas variaciones se han
hecho presentes en las comunidades, lo que ha llevado a sus dirigentes
a discutir el modo como debe trazarse el camino para seguir
construyendo la autonomía. Las modificaciones tienen su origen en
la década de 1980, periodo en que inició la planificación del modelo
autonómico de manera más sistematizada con el despegue del
Proyecto Integral de Desarrollo de la Tribu Yaqui, cuyos resultados
trajeron serias transformaciones en el modelo de gobierno yaqui y en
sus proyectos de desarrollo autónomo.
todo el poder de
la sociedad yaqui
se manifiesta
culturalmente en
la estructura de
gobierno102
Otras Geografías
Autonomía relativa
“La autonomía yaqui, por otro lado, se ve empantanada por la
ausencia de un documento oficial que dé reconocimiento legal a
los límites de su territorio y por la falta de recursos económicos,
además de padecer la sujeción a los intereses políticos locales, que
ven a los grupos indígenas como sujetos clientelares en los procesos
de elección estatal.
“En la actualidad somos relativamente autónomos porque
nuestra forma de gobierno se dirige por consenso y se establece por
mecanismos propios de los usos y costumbres internos que nos dan
fortaleza y cohesión. Digo que dependemos relativamente porque
de alguna manera sí estamos dependiendo del exterior. Para ser
totalmente autónomos deberíamos de serlo también en la economía.
En nuestra política interna, en nuestro desarrollo social y cultural
debemos ser autónomos. Que nosotros mismos digamos y definamos
los rumbos del futuro de nuestros pueblos y de nuestras vidas.
“Para el pueblo yaqui, el carácter autonómico nos lo da tener
nuestro territorio.
“Los gobiernos federal y estatal solo nos ofrecen reconocimiento
de manera mediática, demagógica. En los hechos ni se instrumentan
las políticas del gobierno, ni se adecuan a la forma tradicional, ni
dan solución al crecimiento y el desarrollo. Se usa el reconocimiento
de interés político de frente a la autoridad cuando se quiere
utilizar a los líderes de nuestra sociedad como clientela política. Y
desafortunadamente hay ciertos sectores de nuestro pueblo que se
van con la finta. Y allí es donde buscan ellos su minita para poder
ir formando a los personajes políticos que, finalmente, cuando
son incorporados a la institucionalidad, integran a la vida política
nacional. Entonces se llevan muy poquito de los que tienen o de lo
que lograron percibir de nuestro pueblo”.
Los partidos políticos no influyen directamente en las decisiones
del gobierno tradicional, sin embargo, a través de militantes 103
viejas y nuevas Luchas hacia La autonoMía
particulares han procurado filtrar sus propuestas, aspecto refutado
por los miembros de las guardias tradicionales, quienes afirman:
“Puede haber individuos que tengan acceso a los partidos políticos
y que de una u otra forma, al no entender cabalmente la estructura
tradicional, cometen errores en cómo conducir ese interés. Las
autoridades no son tan férreas en ese sentido, dan libertad a cada
individuo para desarrollarse políticamente, siempre y cuando se
mueva bajo las normas y disciplina de la autoridad tradicional.
“Ahora, al interior de las autoridades tradicionales como máximo
órgano de gobierno, se dice que quien tiene el poder y la autoridad
sobre el territorio es la Tribu Yaqui, desde el más niño hasta el
más anciano; es una herencia de generaciones antiguas. También
se maneja lo que ha costado mantener
legalmente intacta la propiedad: bosque, mar,
litoral, valles y el propio río. Este discurso
da sustento a nuestra autonomía. Si nos
comparamos con los mayos, ellos todavía
tienen su autoridad tradicional, pero en su
territorio hay diferentes tipos de propiedad.
Y los mayos finalmente se han convertido en
ejidatarios”.
Otro aspecto que los asesores yaquis observan con respecto a
la dependencia de los programas de gobierno federal tiene que ver
principalmente con la seguridad social. Dicen:
“Dependemos del Estado en varias cosas. Con algunos subsidios,
por ejemplo el programa de Oportunidades: mucha gente de
nuestras comunidades son beneficiarios. Mientras dependamos del
gobierno vamos a hacer lo que las instancias, las dependencias y las
instituciones normen. Entonces ellos dicen: ‘bueno, yo te voy a apoyar
con Oportunidades, pero bajo estas condicionantes’. Nos dicen cómo
debemos cooperar en el sector educación y en el sector salud con esas
instancias. Otro mecanismo de apoyo es el Procampo. Son apoyos que
vienen del exterior y se aprovechan al máximo, pero la mayor parte de
la autonomía yaqui
se ve empantanada
por la ausencia de
reconocimiento
legal a los límites de
su territorio y por
la falta de recursos
económicos104
Otras Geografías
los terrenos los tenemos en arrendamiento. Ya con ese carácter somos
dependientes de la inversión externa de los arrendadores”.
Los yaquis aseguran que la demanda de la delimitación legal
del territorio, el derecho a resguardar su cultura y la autonomía
gubernamental, no significan una separación de la nación mexicana,
sino al contrario, un reconocimiento como sujetos de derecho en la
Constitución Mexicana. Según ellos:
“La autonomía se entiende como la capacidad que tiene cualquier
grupo indígena para poder decidir cómo se gobierna, cómo se
conduce y cuál es el interés general de ese grupo (y que obedezca a
ese grupo). Pero ser autónomo no significa dejar de ser mexicano.
No. Hemos participado de México, desde el momento en que
nuestros antepasados participaron en las Guerras de Independencia,
de Reforma, en la Revolución. Hay un slogan del Consejo Nacional
Indígena que dice: Nunca más un México sin nosotros y eso nos
reivindica como mexicanos porque vivimos en el Estado mexicano.
“Eso de la separación es uno de los mitos del gobierno, pero es
mexicano quien respeta las leyes de la nación mexicana. Nosotros
las respetamos, pero vivimos también bajo nuestras leyes y normas
internas, y esto nos da el carácter de yaquis.
“En la Constitución vienen las características de ser mexicano.
¿Pero los grupos indígenas qué opinan? Que se vayan creando
nuevas leyes que nos den las condiciones para que podamos
desarrollarnos. Se están pidiendo reformas
constitucionales donde se garanticen la
existencia, la permanencia y el desarrollo
de los pueblos indígenas como tales.
Porque los grupos indígenas no tenemos
ninguna garantía constitucional. Por eso
dicen que andamos fuera de la ley porque
no están incorporados ni están reconocidos
nuestros derechos. Es más, se dice que se
nos reconoce como objeto de derecho a
es mexicano quien
respeta las leyes de
la nación mexicana.
Nosotros las
respetamos, pero
vivimos también
bajo nuestras leyes
y normas internas,
y esto nos da el
carácter de yaquis105
viejas y nuevas Luchas hacia La autonoMía
partir de la Reforma Constitucional del artículo cuarto. Ese nada más
tiene el carácter como objeto. No como sujeto, porque como sujeto
de derecho tengo ciertas características, ciertos deberes que no se
nos reconocen plenamente. Lo que reclamamos es la incorporación
como grupos indígenas a la Constitución Mexicana respetando
nuestras particularidades. No estamos por la balcanización del país”.
Retos de la autonomía territorial
Las principales amenazas a la autonomía yaqui se originan en la falta
de un reconocimiento legal del territorio, en la ausencia de apoyo
para proyectos productivos y en la carencia de voluntad política para
dotarlos del agua que por derecho les corresponde. El Distrito de
Riego número 18, que atraviesa su territorio, no ha pasado a manos de
los yaquis, sino que sigue bajo la dirección de la Comisión Nacional
del Agua. Esta limitante impide la apertura de nuevos campos de
cultivo para la tribu. Como ellos mismos lo establecen:
“De alguna manera, seguimos dependiendo del Estado. Para
nosotros, de momento, es muy difícil ser autónomos en la economía,
en la cultura, en la política. Los recursos naturales, —marinos,
agrícolas, ganaderos, agostaderos— los tenemos, son nuestros,
están a nuestro nombre, pues. Pero no tenemos ni los medios, ni
los recursos económicos para explotarlos directamente, para
hacerlos productivos. En ese sentido no somos tan autónomos, pero
sí tratamos de practicar nuestra libre determinación, hasta donde
nuestros usos, costumbres, tradiciones y hasta donde nuestras fuerzas
y nuestras convicciones nos lo permiten. Tratamos lo menos posible
de depender del exterior, y tratamos de ser lo más autónomos en
nuestras decisiones, en nuestras estrategias, en nuestra vida comunal.
Pero ahorita no estamos en esas condiciones.

Arrendamos la tierra.
“En algún momento tenemos que buscarle la manera de
cómo darle vuelta a esta página para poder ser nosotros mismos
quienes controlamos estos recursos naturales. Para solucionar ese
problema hasta ahora se puede ver cómo el Gobierno Tradicional 106
Otras Geografías
se va adecuando a las circunstancias históricas de toda la nación
mexicana. Y, básicamente, las políticas del desarrollo comunitario
están diseñadas por las políticas del gobierno tradicional en turno.
La Autoridad tiene ese poder de negociación, no es algo rígido sino
algo flexible, dependiendo de las políticas que se van presentando
por los gobiernos estatal y federal”.
Con respecto a la falta de la apertura de nuevos campos de cultivo,
los asesores yaquis mencionan:
“En aquel tiempo (1940), el gobierno ofreció, como respuesta
a las solicitudes de la tribu, terrenos de cultivo. Eso es todo lo que
se ha podido abrir. Ahí también el factor que limita es el agua. En
ese tiempo la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) decía que
no se podían abrir más tierras para el cultivo, que no había agua
con que regar. Siempre que se trata de negociar con el gobierno
mayor apertura de terrenos, donde nos rebota el problema es en la
insuficiencia de agua. Nuestra presa no tiene la cantidad suficiente,
y la infraestructura que en aquel tiempo se hizo, la red de canales de
drenaje, fue muy pequeña. Fue nada más diseñada para poder irrigar
la parte que ya estaba abierta. Así es la política de la CONAGUA,
limita el uso del agua. Ciertamente, el decreto presidencial de Lázaro
Cárdenas indica y establece que el 50% de la presa de La Angostura
es para usufructo de los yaquis, pero en la práctica y en la realidad
ese 50% no es lo que nos otorgan. Es mucho menos, quizás un 5% o
un 10% del agua. Y todo el resto se va para los valles, para los grandes
productores. De por sí que ellos tienen unos canales bastante grandes,
una red suficiente, grande, y nos ganan el agua.
“Desde hace como tres, o cuatro años, se han venido realizando
reuniones con las Autoridades Tradicionales para la transferencia
del Distrito de Riego número 18. En otras partes del país, los
productores ya son dueños y administran ese recurso. En nuestro
caso, el recurso del agua no lo administramos directamente. Lo sigue
manejando la Comisión Nacional del Agua y nosotros estamos en
el proceso de transferencia del Distrito de Riego. Aparentemente 107
viejas y nuevas Luchas hacia La autonoMía
[la transferencia] no se ha realizado por los problemas internos
que tenemos los yaquis, que son de carácter político. Está atorada
en un proceso político interno y externo. Igual está el asunto de
la definición de los linderos del territorio yaqui. Está en pláticas,
ya tiene muchos años que está en pláticas. Se instrumentaron
diferentes comisiones técnicas y de seguimiento de linderos y no se
ha podido concretar. Ahí estriba el problema: problemas políticos,
internos y externos, con el gobierno del estado, con la Secretaría de
la Reforma Agraria y con la Federación.
“No se cuenta con el apoyo financiero, crediticio. El problema se
originó hace mucho tiempo, no se tenían los mecanismos de apoyo
y, de alguna manera, la gente tenía que seguir subsistiendo dando en
arrendamiento los terrenos, los recursos naturales, su infraestructura.
Drenes, canales, toda la infraestructura agrícola va junto con el
arrendamiento. Y no lo estamos aprovechando nosotros porque lo
estamos arrendando. Son terceros quienes vienen y usufructúan eso.
Y la raíz es que en un inicio no se tuvo el apoyo agrícola suficiente y si
lo hubo fue condicionado por Banrural porque estábamos en cartera
vencida. En la transición que hubo de Banrural a Financiera Rural,
nuestra cartera vencida pasó a ésta. Todavía está vigente, pero ahora
ante quien tenemos que negociar es con la Financiera Rural. Muchos
de los yaquis todavía no llegamos al nivel de negociar con Financiera
Rural. Con la Secretaría de Hacienda, está algo que hay que hacer
para cancelar estos adeudos de cartera vencida. Pero siempre hay que
pagar, para que quede libre… Mientras no se pague, no puede haber
financiamiento, hay que saldar la cartera vencida”.
Autogestión de proyectos productivos
De 1982 a 1997, los yaquis pudieron desarrollar y poner en marcha el
Proyecto Integral de Desarrollo de la Tribu Yaqui (PIDTY), el cual fue
avalado y financiado por la Secretaría de Desarrollo Social. Aunque
éste tuvo un impacto económico favorable para la tribu, al cierre del
Fideicomiso encargado de su negociación se canceló la posibilidad
de dar continuidad a un desarrollo económico autogestivo. 108
Otras Geografías
Sin embargo, de este proceso han sobrevivido algunos programas
como la cooperativa camaronera del pueblo de Guaymas y la
cooperativa ganadera del pueblo de Pitahaya, las cuales se organizan
de manera autogestiva.
En el caso de la cooperativa camaronera, este sector se ha visto
apoyado por los yaquis de la comunidad de Pascua, Arizona, quienes
compran y distribuyen el producto. No obstante, el problema que se
ha generado es la interferencia de compañías pesqueras que invaden
su litoral y cuentan con una flota mayor. Además, los tiempos de veda
se amplían, de modo que cuando los yaquis pretenden obtener el
camarón, éste se ha alejado de la costa, lo que favorece a las compañías
pesqueras que cuentan con una flota más apta para aprovechar el
producto mar adentro.
En su momento (1994-1997), el manejo de los recursos otorgados
por medio del PIDTY provocó luchas intestinas que dividieron a los
Gobiernos Tradicionales de algunos pueblos en distintas guardias,
dependiendo de su posición ante el Proyecto. Como algunos de
los gobernadores se negaron a seguir firmando los acuerdos que se
establecían con el gobierno federal y estatal a través del fideicomiso,
y esto implicaba la falta de reconocimiento de los ocho pueblos en
las negociaciones, los nuevos líderes crearon Gobiernos alternos
para cumplir los requisitos y dar legitimidad al PIDTY. Así se
formaron los Gobiernos alternos de las Guardias Tradicionales que
se instalaron en la Colonia Yaqui de Vícam Estación y en “El Pinito”
en el pueblo de Pótam.
El PIDTY en la actualidad es sólo un trago amargo para la historia
reciente de los yaquis, quienes evitan tocar el tema dado que suscitó
episodios de asesinatos, encarcelamientos y enfrentamientos al
interior de las comunidades. El resultado es que actualmente no hay
sólo ocho gobiernos que representan a ocho pueblos, sino diez, doce
o más, dependiendo de la movilidad de las fuerzas sociales y de las
coyunturas políticas. Este proceso repercutió de manera estructural en
la composición política y tradicional de las comunidades yaquis, sobre 109
viejas y nuevas Luchas hacia La autonoMía
todo porque las más divididas fueron Vícam y Pótam, las cabeceras de
los ocho pueblos.
Actualmente, los miembros de algunos gobiernos tradicionales
están gestionando el Proyecto Estratégico de Desarrollo, parecido a
lo que en su momento fue el PIDTY. No obstante, los oídos sordos de
las instancias gubernamentales no han dado cabida al proyecto para
su financiamiento. Éste se está negociando con el gobierno estatal a
través de la Comisión de Apoyo a los Pueblos Indígenas del Estado
de Sonora (CAPIS).
Autonomía e identidad indígena
“Cuando nuestro pueblo yaqui, a través de todas las guerras, fue
deportado a Valle Nacional, a Veracruz, a Yucatán, un tema que
se manifestaba para mantener la cohesión era la cuestión cultural,
principalmente el sentimiento, el corazón en sí, que reclamaba que [los
yaquis] eran originales de cierta parte y que ahí tenían su territorio:
su tierra, su monte. Y que de ahí eran. Era lo que los impulsaba y
que, aún cuando estuvieran lejos, los mantenía cohesionados. Es la
identidad cultural.
“Pero, ¿qué es la identidad cultural? La identidad te la da el
territorio, la lengua, las prácticas culturales, te la da el gobierno
tradicional, son los elementos de la cultura los que dan la identidad.
Por ejemplo, si las leyes estuvieran a favor de los derechos de los
indígenas, lo que se requiere es que se mantenga, que se reproduzca y
se expanda. Desafortunadamente eso no se puede hacer ahorita. ¿Por
qué? Porque los instrumentos de mediatización son más fuertes: la
radio, la televisión, la propia educación. Entonces eso, quiérase o no,
ha ido cambiando la mentalidad de las generaciones actuales.
“¿Qué es lo que propone la autoridad tradicional para esto? Un
modelo educativo acorde a la visión de nuestras sociedades. Ese
modelo ha estado ahí, patinando. Mantener una base cultural mediante
la difusión constante y permanente de nuestros valores culturales
y de nuestra historia, no se ha podido hacer porque no tenemos ni 110
Otras Geografías
una radio ni una televisora indígena, pero desde el momento en que
nosotros queremos reclamar la creación de una radiodifusora donde
permanentemente se esté bombardeando así como otros canales,
no nos dan ese derecho. Porqué no tenemos carácter para poder ser
usuarios de las bandas, de las frecuencias. Esa es una cuestión que se
plantea como un problema. Las leyes no lo permiten”.
Relaciones interétnicas por la autonomía
Los yaquis mantienen alianzas políticas con otras etnias,
principalmente del norte del país, como los kikapas y los kumiai de
Baja California, los rarámuris de Chihuahua, los seris, ópatas y mayos
de Sonora y Sinaloa; con la intención de estructurar una base de apoyo
para la solución de problemas en común. Dicen los asesores:
“Queremos que se nos reconozca como indígenas, luchar por
nuestro territorio, por nuestros usos y costumbres, por nuestros
recursos naturales, como el agua, la sierra, los bosques, las selvas,
que de alguna manera son objetos de interés de la gente que tiene los
medios, los recursos suficientes para quererlo explotar”.
Ellos son parte del Congreso Nacional Indígena y de la Otra
Campaña, impulsada por el Ejército Zapatista de Liberación
Nacional, y reivindican los Acuerdos de San Andrés. Afirman:
“Los Acuerdos de San Andrés que se formularon allí, en Chiapas,
van en torno a eso, a que en nuestra Constitución Mexicana se
enclaven las políticas indígenas de reconocimiento, que se nos dé
ese valor y ese derecho histórico. Lo que hemos escuchado de otros
grupos indígenas del centro y del sur del país es que esa parte se
agotó. En el gobierno de Fox la ley de la COCOPA, esos [acuerdos]
propuestos en San Andrés por los indígenas, fueron rechazados. Ahí
es que los indígenas queríamos ser reconocidos en la Constitución
Mexicana; con nuestros territorios, recursos naturales, usos y
costumbres, y que se nos diera ese derecho. Pues nosotros los tenemos
y nos reconocemos como indígenas, pero el gobierno del estado, el
gobierno de la federación, muchas veces no nos valora. Entonces en 111
viejas y nuevas Luchas hacia La autonoMía
el gobierno de Fox se dio una reforma que indica que somos objetos
de interés público. Estamos investigando esa parte de la reforma que
se aprobó en el Senado”.
Añoranza de la autonomía ancestral
“La autonomía es algo que anhelamos, que añoramos, pues. Antes de
que existiera el mestizo aquí en nuestro territorio, había puro yaqui.
¿Quiénes son los primeros en llegar aquí? Fueron los yaquis, hablo
de los 1500, 1600 cuando no había ningún yori, ningún extranjero.
¿Quiénes fueron los primeros habitantes de estas regiones? Fueron los
indígenas: yaquis, mayos, seris, pápagos. ¿Cómo nos manteníamos
antes, cuál era nuestra organización tribal? Pues esta, la de las
Autoridades Tradicionales. Esta nos la han venido heredando año tras
año, siglo tras siglo. Entonces en aquellos años sí éramos autónomos,
creo yo, porque no dependíamos del dinero de los yoris, no
dependíamos del dinero del gobierno, de la Corona en aquel tiempo,
de los españoles. Vivíamos de la caza, de la recolección de frutos.
“Nadie tiene que decirnos cómo vamos a vivir y esa es la lucha
ahora. La lucha de los yaquis, la lucha de los indígenas, por esa
autonomía que hace muchos siglos tuvimos y que ahora no tenemos,
y somos dependientes del exterior. Entonces en algún momento
tenemos que volver a esa autonomía. Pero
esta autonomía, para que sea realmente,
debemos practicarla en los hechos”.
Autonomía Yaqui en recomposición
No es una casualidad que la comandancia del Ejército Zapatista
de Liberación Nacional haya realizado el Encuentro de Pueblos
Indígenas de América en octubre de 2007 en el territorio yaqui.
Éste se organizó con el interés de crear un frente indígena amplio
en defensa de los recursos naturales de los territorios étnicos.
2
Esta
2
La Jornada, jueves 16 de agosto de 2007.
nadie tiene que
decirnos cómo
vamos a vivir y esa es
la lucha ahora112
Otras Geografías
coyuntura, sin embargo, se contextualiza tras un largo proceso de
aceleración del capitalismo, en el que los grupos indígenas han visto
con justa preocupación la intervención de la economía global en sus
territorios, sobre todo, porque ello significa el desplazamiento de sus
culturas.
La tribu yaqui, no exenta de este proceso,
ha continuado una lucha ya ancestral por
mantener su territorio, aunque eso no los ha
eximido de experimentar las modificaciones
de su territorio y la intervención del Estado
en sus proyectos autonómicos y en su
territorio.
La autonomía de la tribu yaqui ha atraído a los sectores que se
erigen como la vanguardia del movimiento indígena para fortalecer
las demandas. En este contexto, los distintos sectores de la sociedad
yaqui se encuentran en un proceso de adaptación a las modificaciones
que se presentan en sus formas de gobierno y están en una discusión
álgida acerca de los proyectos productivos y culturales necesarios
y capaces de permitirles el mantenimiento de su territorio y de su
autonomía.
Sin obviar la trascendencia de la cosmovisión indígena, es
necesario recalcar la importancia que el factor económico imprime
en el proceso histórico de las comunidades indígenas y la relevancia
que toma este aspecto para el desempeño del autogobierno.
El caso de los yaquis no ha sido la excepción: por el contrario, los
planes de desarrollo nacionales promovidos en diferentes períodos
históricos han condicionado muchas de las prácticas del pueblo yaqui
y han influido de manera determinante en la composición actual de
su organización y las condiciones de dominio de su territorio.
Actualmente, dentro de las comunidades yaquis se encuentran
al menos dos sectores con posiciones distintas respecto a la forma
como se debe ordenar el territorio, la economía de la tribu y cómo
se debe dar continuidad a la autonomía yaqui. Una más apegada a la
esta autonomía,
para que sea
realmente,
debemos practicarla
en los hechos113
viejas y nuevas Luchas hacia La autonoMía
forma de organización política tradicional, y otra más cercana a las
estrategias políticas de la hegemonía nacional. No obstante, ninguna
de las dos rechaza su integración productiva a la economía nacional.
Lo que se cuestiona y está en debate son los mecanismos por los
cuales se puede desarrollar la economía del pueblo yaqui. Además,
coinciden, al menos discursivamente, en la necesidad de seguir
manteniendo el territorio de manera autónoma y en promover la
definición de los linderos.
Conclusión
La autonomía yaqui debe ser analizada a la luz de su historia reciente
y de las consecuencias que conforman la coyuntura actual. Sobre esto
expongo algunos puntos a manera de síntesis analítica:
• La autonomía yaqui se puede entender como la capacidad que
tiene el pueblo yoreme de autogobernarse de acuerdo con su sistema
tradicional.
Esta afirmación requiere una aclaración, una crítica y un análisis.
Respecto a la primera, es necesario mencionar que pese a que
se sigue manteniendo en el discurso (político, académico y étnico)
que la etnia yaqui está conformada por ocho pueblos tradicionales,
en el territorio se han presentado modificaciones sobre este punto.
Primeramente, dos de los pueblos actuales no son ancestrales: Loma
de Bácum y Loma de Guamuchil sustituyeron a los pueblos de Bacúm
y Cócorit, que quedaron fuera del acuerdo de restitución de Cárdenas;
actualmente habitados por no yaquis.
Podría señalarse, entonces, que son ocho pueblos reconocidos
como tradicionales debido a la necesidad de restituir el orden espacial
de las poblaciones fundadas por los jesuitas.
Segundo, a esta modificación se debe sumar otra; en la actualidad se
puede hablar no de ocho pueblos yaquis, sino de once: Loma de Bácum, 114
Otras Geografías
Loma de Guamuchil, Tórim, Vícam Estación, Pueblo Vícam, Huirivis,
Pótam, Rahum, Belem, Pitahaya y Las Guasimas.
Cada uno tiene su propio sistema de organización política
tradicional. Aunque Vícam Estación, Pitahaya y Las Guasimas
no están contemplados como parte de los pueblos tradicionales
ancestrales, ellos reproducen de manera exacta las características
de los que sí son reconocidos como tales. Cada uno cuenta con
su Guardia Tradicional siguiendo fielmente la distribución y
jerarquización de los cargos de gobierno. Su funcionamiento, sistema
de elección, proceso de toma de decisiones, rituales de investidura,
etcétera, siguen los lineamientos de la tradición yaqui. La guardia es
organizada, avalada y ejecutada por yaquis.
En este sentido, son gobiernos organizados según la tradición
yaqui, pero no son reconocidos por no haber sido fundados en el
siglo XVII y por haber emergido en un proceso de disputa política
en la coyuntura del PIDTY.
La crítica que quiero hacer va en el sentido de evidenciar la miopía,
sobre todo la académica, para no querer ver que los pueblos yaquis,
cualquiera que sea el proceso a través del que se han constituido,
se han reproducido. No reconocer la existencia de más de ocho
pueblos es negar la capacidad de una parte de la población yaqui de
organizarse y reproducir su cultura en nuevos espacios, distintos a
los de su trayectoria histórica. Empeñarse en considerar sólo ocho
pueblos es no reconocer los cambios que pueden producirse en una
sociedad ¡después de cuatro siglos!
Seguir diciendo que la sociedad yaqui está conformada por ocho
pueblos es tomar partido por una corriente política en detrimento de
otra y esto no ayuda a destrabar el problema porque se sedimentan
ideologías que descalifican a sectores de yaquis organizados.
¿Por qué se cuentan como pueblos yaquis aquellos que les han
sido expropiados y se evade a aquellos que se han constituido, sobre
todo si donde el gobierno autonómico yaqui se desarrolla es en los
nuevos pueblos? 115
viejas y nuevas Luchas hacia La autonoMía
Habría que problematizar en este sentido y acercarse a la situación
yaqui como es, no como quisiéramos que fuera.
Los gobiernos yaquis, tanto los originales como los alternos,
defienden su autogobierno, se mueven bajo su propia lógica
organizacional tradicional, evitan la intromisión de los no-yaquis
en sus asuntos. Definen su autonomía como un garante de su
continuidad cultural.
Aquí hago un paréntesis para señalar que justamente el problema
suscitado con la contrariedad expresada por una parte de los gobiernos
yaquis a la realización, en 2007, del Encuentro de los Pueblos
Indígenas de América en el pueblo de Vícam Estación, tiene que ver
con esa problemática: los gobiernos tradicionales, algunos originales,
descalifican las iniciativas de los nuevos gobiernos. ¿Pero quién puede
decir quiénes son o no son yaquis, si todos se identifican como tales y
reproducen los sistemas simbólicos de su cultura? Se corre el peligro de
que una reiteración de ideologías políticas y sectarismos académicos
puristas puedan suscitar, en el peor de los casos, un enfrentamiento
intraétnico por intereses sectoriales.
• Parte de la autonomía yaqui es contar con un territorio reconocido
como propio tanto al interior como al exterior de la comunidad, sobre
el cual la tribu tiene la injerencia total para su administración.
Pese a la falta de ejecución del decreto presidencial de Lázaro
Cárdenas, los yaquis han sabido mantener el dominio de su territorio.
Ellos mantienen actualmente una delimitación político-espacial
organizada en once pueblos.
Aún cuando, desde la restitución presidencial, no han faltado
invasiones de tierras, lo cierto es que el grueso de la población
sonorense reconoce los límites del territorio
yaqui y lo identifica como propiedad
de la etnia. Se podría decir que hay un
reconocimiento de la autonomía de ese
espacio como una región que no pertenece a
los gobiernos yaquis,
tanto los originales
como los alternos,
defienden su
autogobierno116
Otras Geografías
la sociedad mestiza y sobre el cual tienen
derecho a decidir sólo los yaquis.
En este sentido, la autonomía
del territorio yaqui cuenta con el
heterorreconocimiento de la sociedad
regional, el cual han ganado con el
ejercicio autonómico de su gobierno
tradicional y de sus prácticas culturales y políticas. Un camino que no
es llano, pero que a la larga se ha confirmado más en los hechos que
en las leyes.
Sin embargo, el problema del agua es uno de los grandes topes para
el desarrollo productivo de los yaquis, quienes siguen gestionando la
dotación de agua a la que tienen derecho.
Fuera de este punto, que no es mínimo, se puede afirmar que los
yaquis tienen el total control en la disposición y explotación del resto
de los recursos naturales.
Ellos consideran a su sistema de propiedad como comunal, dado
que todos los yaquis tienen por derecho la garantía de contar con
un solar donde vivir y la posibilidad de acceder a determinadas
hectáreas de cultivo. Aunque esto no implica que todos cuenten con
este beneficio, los yaquis comprenden que si no se les dota de tierra
no es por falta de voluntad política de las Guardias Tradicionales. La
causa principal por la que no se proporciona la tierra y por la que
tampoco se solicita es por la ausencia de agua.
Aunado al problema del líquido, uno de los grandes retos que
atraviesa la comunidad yaqui para fortalecer su autonomía es lo
referente a la ausencia de capital para promover proyectos agrícolas.
Desde la expulsión del Banrural y el quiebre del PIDTY, las tierras
de cultivo han tenido que ser alquiladas a empresarios agrícolas,
sin embargo esto no ha mermado la integridad yaqui por seguir
manteniendo el sistema de propiedad tradicional. Por el contrario,
la población
sonorense reconoce
los límites del
territorio yaqui y
lo identifica como
propiedad de la etnia117
viejas y nuevas Luchas hacia La autonoMía
se ha buscado que esta situación no
afecte los principios de defensa del
territorio. En la medida de lo posible,
se procura continuar con el impulso de
las cooperativas agrícolas y ganaderas
que permitan enraizar nuevamente los
proyectos de desarrollo autónomo.
Quizás uno de los puntos más importantes en este rubro es
que pese a que los yaquis no se benefician económicamente del
usufructo de la tierra, en muchas ocasiones intervienen decidiendo
qué tipo de cultivos pueden sembrarse y disponen de la libertad de
elegir a sus arrendatarios, buscando siempre que la calidad de la tierra
no se desgaste, en espera de una mejor época en la que ellos puedan
hacerse cargo de todo el sistema de producción.
De este modo, si las autoridades de los gobiernos tradicionales
consideran que el modo de cultivo no es el adecuado, pueden
expropiar a quien en ese momento goce de la posesión de la tierra.
• La tribu yaqui cuenta con proyectos productivos autónomos.
Pese al quiebre del PIDTY, los yaquis cuentan aún con cooperativas
ganaderas, agrícolas y pesqueras autónomas. Además, cuentan
con diferentes apoyos gubernamentales para el desarrollo de otros
proyectos.
• Los yaquis cuentan con un proyecto educativo autónomo.
A regañadientes de la Secretaría de Educación y Cultura del Estado
de Sonora y con muchas trabas por parte de la Dirección General de
Educación Indígena; los yaquis han logrado mantener vigente, desde
1994, el Proyecto Educativo de la Tribu Yaqui, que les ha dado la
posibilidad de diseñar sus propios libros de texto gratuitos para las
escuelas del sistema de educación bilingüe.
el problema del
agua es uno de los
grandes topes para el
desarrollo productivo
de los yaquis118
Otras Geografías
Aunque el proyecto sigue en proceso de consolidación, se prevé
hacer de éste un proyecto de planificación cultural que consolide la
autonomía yaqui desde las escuelas.
Como se observa, quedan muchas tareas por emprender para
dar una mayor integridad a la autonomía yaqui. Sin embargo, esto
no descalifica su existencia, ni los esfuerzos que la tribu, en su
conjunto, lleva a cabo para dar continuidad a los aspectos que ya
ha conquistado. Si bien es un proceso en constante movimiento, los
aspectos que le dan sustento no están en cuestionamiento.


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