EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
MÉXICO.
A la 41° Asamblea Nacional de la Red Nacional de Organismos Civiles “Todos los Derechos para Todas
y Todos”.
De: Subcomandante Insurgente Marcos.
Damas y caballeros:
Reciban nuestros saludos. Antes que nada queremos agradecer al Centro de Derechos Humanos Fray
Bartolomé de Las Casas AC la invitación que nos hicieron para mandar un pequeño mensaje a su Asamblea
Nacional.
A algún@s de ustedes tengo el privilegio de conocerlos personalmente, pero a la gran mayoría los conocemos
de una forma más gratificante, es decir, por su trabajo.
Por esto les voy a pedir que me permitan un tono coloquial para este mensaje-saludo. Si no me lo permiten,
basta saltarse todo lo que sigue a continuación y sólo decir “el EZLN manda un saludo” y ya. De todas
formas hay sentimientos que no encuentran aún un alfabeto que permita expresarlos.
Si ya están leyendo esta línea, significa que me han concedido el trato coloquial, ergo, procedo:
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Estoy seguro de que la mayoría de ustedes, si no es que todos, sabrán escuchar en estas líneas no los
pensamientos y sentimientos del SupMarcos, sino los de los hombres, mujeres, niños y ancianos del Ejército
Zapatista de Liberación Nacional.
De la misma forma en que nosotras las zapatistas, los zapatistas, supimos ver en las acciones de Don
Samuel no sólo las de un individuo sino las de un colectivo.
Por eso hoy les recordamos que, es cierto, ahora falta un caminante, pero el camino está ahí. Y sabemos que
quienes lo andan en colectivo lograrán convertir el dolor en bandera y decidirán no olvidar, pero tampoco
detenerse.
Nosotros pensamos que es así porque, como en la historia de esa ausencia física, su camino y su paso es su
convicción, su razón de ser, su vida.
Sé bien que algunos idiotas (sólo varones, hay que reconocerlo) aprovecharon el deceso de Don Samuel
para poner a competir al EZLN contra la Diócesis y a Don Samuel contra el SupMarcos respecto a lo que en
estas tierras aconteció aquel, para algún@s ahora olvidado Primero de Enero del año 1994 (–vaya, no son
pocos quienes, en el recuento de los aportes democráticos y sociales, se saltan de 1988 al 2006-), o por ver
quién había hecho o hace más por los pueblos originarios de Chiapas y de México.
Con argumentos del tipo “mi papá le gana a tu papá” o planteando la competencia machista de “a ver
quién la tiene más grande”, o “a ver quién la llega más lejos”, o “a ver quién hace más espuma”, estos
personajes quisieron enlodar la significativa ausencia de Don Samuel.22
Y sí, hubo quién compró boleto para ese juego de niños bobos o de políticos (es lo mismo). Y así editaron
la historia para cubrir su ignorancia, o para manipular nuestros conscientes y premeditados silencios. Ya
llegará el momento en que nuestra palabra aborde esas esquinas oscuras, que fueron y son aprovechadas por
quienes quieren ganar en esa competencia sin sentido.
Nosotros no. Los zapatistas, las zapatistas, no disputamos un crédito que en realidad pertenece a quienes
llevan más de 500 años tratando de salir de una pesadilla que cambia de régimen político o de partido en el
Poder, pero que sigue imponiendo su cuota de explotación, de despojo, de represión, de desprecio.
Ni siquiera aspiramos o suspiramos por un pie de nota en el abultado libro de la historia contemporánea
de este rincón del mundo.
El único crédito que nos reconocemos es el de nuestros errores y fallas que, es cierto, no son pocos ni
frugales, pero no contienen la inconsecuencia en ninguna de sus hipócritas vestiduras.
¿Qué quién ha hecho o hace más por las comunidades indígenas de este rincón de México?
En lo que al EZLN respecta, nosotros respondemos que poco o nada hemos hecho. Y, en cambio, agregaremos
sin titubeos que es mucho, y todo, lo que los pueblos indios de Chiapas y de México han hecho por nosotros.
Nada menos y nada más que darnos identidad, camino, rumbo, destino, razón de ser.
Y no sólo a nosotros, a nosotras. También a muchas personas distantes y distintas en los calendarios y las
geografías de México y del mundo.
El lugar que tuvo y tiene Don Samuel en las comunidades indígenas es el que se ganó con su caminar.
No sólo ahí, es cierto, pero ahora sólo hablo de lo que conocí de primera mano. Y eso no depende de
las competencias infantiles que, en los aciagos días de su desaparición física, adornaron las pláticas de
sobremesa, artículos y entrevistas de quienes cubren con ocurrencias su mediocridad y oportunismo.
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Uno de los méritos de Don Samuel, lo dije ya alguna vez, es que pudiendo escoger ser Onésimo Cepeda,
eligió ser Don Samuel Ruiz García.
Justo como todas ustedes, todos ustedes pudieron escoger ser otra cosa que lo que ahora son, y sin
embargo eligieron ser, en sus calendarios y geografías particulares, defensores/promotores de los derechos
fundamentales del ser humano.
Y al elegir ser en esa identidad, al mismo tiempo común y diferenciada (común en su aliento, diferenciada
en su historia, lugar y tiempo,) no eligieron el camino más fácil, el más cómodo, el que tiene más privilegios
y mayores compensaciones, sino uno de los más difíciles, incómodos, ingratos.
Porque, ¿quién defiende los derechos humanos de l@s defensor@s de los derechos humanos?
En fin, ustedes pudieron escoger, por poner un ejemplo, ser Diego Fernández de Cevallos (pido disculpas
por decir malas palabras) y convertir el manejo perverso de las leyes en una fuente de riqueza y poder.
O pudieron escoger trabajar bajo las órdenes de quien viola los derechos humanos, es decir, con gobiernos
estatales o federales, y esconderse en la frágil coartada de “cambiar las cosas desde dentro” o “atenuar las
arbitrariedades de los gobernantes”.
Pero bueno, ustedes mejor que nadie conocen las mil y una formas, coartadas, pretextos y justificaciones
que hay para no hacer lo que ahora hacen, o para dejar de ser lo que ahora son (y que es lo que motiva esta
Asamblea y nuestro saludo), es decir, su identidad.
En resumen: ustedes pudieron escoger ser otras, ser otros, y sin embargo eligieron ser lo que ahora los
convoca y reúne.23
Cada quien tiene su historia particular y personal de cómo se construyó esa decisión, ese camino. Y el hecho
fundamental, el ser ahora caminantes necios por un mundo mejor, no depende de homenajes, líneas o segundos
en los medios, anécdotas en pláticas o tertulias, o en competencias que tasan el valor humano en centímetros.
Y el reconocimiento a esa decisión no sólo viene de quien los persigue, los acosa, los calumnia, los golpea,
los encarcela, los asesina o los trata de convencer de que se rindan, de que claudiquen, de que se vendan. Es
decir, no viene sólo de los distintos gobiernos con colores diversos.
El reconocimiento a eso que eligieron ser, también puede venir de quienes carecen de los derechos elementales
o los ven pisoteados por quien tiene la fuerza porque carece de la razón. De quienes encontraron en los
proyectos de ustedes, en sus pasos de ustedes, el acompañamiento en la demanda del derecho fundamental:
el derecho a tener todos derechos y ejercerlos.
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A nosotros, nosotras las zapatistas, siempre nos han provocado admiración y respeto las personas que,
pudiendo escoger estar arriba, eligen ser abajo y con los de abajo.
Noten que no estoy hablando de filiación política o de tendencia ideológica, sino de una posición, de unas
respuestas sencillas y claras a la preguntas de “¿en dónde?”, “¿con quién?”, “¿frente a quien?”
Y noten también que, puestas esas preguntas así, convierten en ridículas las preguntas “¿quién es mejor?”,
“¿quién hace más?”, “¿quién gana?”
Tal vez para alguno por ahí lo importante sean las respuestas a las preguntas competitivas. No lo
cuestionamos. Cada quien hace uso de su ocio de acuerdo a sus posibilidades… y amistades.
Lo que trato de decir es que son las respuestas de ustedes a las preguntas que dan identidad, las que acá
abajo se reconocen: ¿dónde?, abajo; ¿con quién?, con quien lucha; ¿frente a quién?, frente al que oprime.
Ese reconocimiento que viene de abajo no se los puede disputar nadie, ni espera la certificación de
cualesquiera de las geografías políticas, de uno a otro extremo.
Y algunas veces ese reconocimiento toma la forma de un saludo, como lo es en este caso en el que, por mis
letras, las comunidades indígenas zapatistas les mandan un abrazo con el pretexto de esta Cuadragésima
Primera Asamblea Nacional.
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Cuarenta y una asambleas nacionales son muchas, es cierto, pero parece que la de este año se celebra en
tiempos particularmente delicados.
Delicados por una violencia extendida y profundizada en todo el territorio nacional, y delicados por
la violación/negación de los derechos humanos que es la consecuencia de esa violencia que se ejerce
fundamentalmente desde el Estado.
Difícilmente se podría encontrar otro calendario en donde la violación y negación de los derechos humanos
abarque toda la geografía nacional… y en donde la defensa de esos derechos sea tan peligrosa.
Porque los atentados a los derechos fundamentales (vida, libertad, bienes, verdad) ahora no sólo son
padecidos por los sectores sociales llamados “vulnerables”.
La violencia desbocada, con el gobierno federal encabezando la macabra cabalgata, no sólo se extiende por
todo el territorio nacional y asuela todos los rincones de la vida cotidiana. Ahora también “democratiza”
su arbitrariedad, haciendo víctimas en todos los estratos sociales.
Un agravio tan nacional y tan actual debiera provocar una reacción de igual extensión e idéntica
temporalidad, pero ya se ve que el calendario que de arriba se asigna, el electoral, impone otras prioridades.24
Por eso también éstos son tiempos delicados: porque allá arriba exigen tomar posición en la falsa disyuntiva
electoral. No necesito extenderme en los peligros que, para el camino y el paso que ustedes abrazan,
representan estos llamados a la urgencia.
Quienes trabajan en serio en la defensa de los derechos humanos saben bien que las diferentes marcas
políticas en el Poder sólo disputan en entusiasmo su sistemática violación de los derechos fundamentales.
Nosotros confiamos en quienes supieron escuchar y mirar, y en consecuencia han tratado de entender.
Porque así como su compromiso está fuera de toda duda para nosotros, también lo están su inteligencia y
su capacidad de análisis.
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Bueno, no los interrumpo más. He visto la agenda preliminar de su Asamblea y he constatado que tienen
mucho trabajo… y sólo una comida en 3 días (lo que es claramente una violación al derecho a atascarse).
Sale pues, con el abrazo que les damos, va también nuestro deseo de que todo salga bien en su asamblea.
Como todas las decisiones que realmente importan y hacen la diferencia, las que ustedes tomen en estos
días no tendrán eco ni consecuencias inmediatas, pero serán fundamentales para la geografía y el calendario
que su identidad elija.
Porque quienes caminan saben que cada paso cuenta, aunque el recorrido se haga visible sólo al llegar a
su destino.
Vale. Salud y que, sin importar los riesgos y maledicencias, su identidad se mantenga.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, Marzo del 2011.
P.D.- Lamento con pesar el que mi firma, y la fecha en la que la estampo, contradigan los rumores hechos
twitters, noticias y comunicados gubernamentales sobre mi estado de salud. Aunque, hay que decirlo, eso
del enfisema pulmonar y el cáncer provocó que ya no me manden tabaco, lo que sí es una clara maniobra
contrainsurgente. Así que es oficial: no tengo eso que dicen que tengo… o no todavía. Así que no tengan
pena y manden tabaco, que yo tendré cuidado de tachar la leyenda que reza: “Fumar es causa de cáncer y
enfisema pulmonar. Fumar durante el embarazo aumenta el riesgo de parto prematuro (una caja de puritos
decía “rapto prematuro”, me cae) y de bajo peso para el recién nacido (¿o sea que ya no voy a poder decir
“fat is beatifull”?) y otros riesgos reproductivos” (¿o sea que no voy a poder ganar en la competencia de
“a ver quién la tiene más grande”?, bah, de por sí yo ya estaba en las ligas muy menores). En todo caso,
manden tabaco para que ahora sí se les haga.
Ora sí: vale de nuez.
Desde las montañas… cof… cof… cof…. arghhh… cof… cof… ¡puaj!…
Oh, oh… ¿es eso un pedazo de pulmón o uno de calabaza mal digerida?
El Sup alentando rumores