Análisis de la SIPONA del MIR
Aún siendo mirista autónomo y que he decidido no formar parte de ninguna orgánica partidaria, creo que este colectivo, uno de los grupos en que quedó fraccionado el MIR histórico a consecuencia de la acción de quinta columna de varios que optaron por quebrar el viejo partido y entrar en partidos que defienden el neoliberalismo, es una de las organizaciones más consecuentes que puede encontrarse en el abanico partidario chileno, por lo que gozan de toda mi simpatía personal y cariño de viejo militante de la década de los sesenta. Por eso este análisis aspira a contribuir a las reflexiones de todos. Veamos por partes:
SITUACIÓN POLÍTICA NACIONAL
“SE ABRE UNA NUEVA FASE DE LA LUCHA DE CLASES EN CHILE”
Comentamos:
La lucha de clases ya no es el motor de la historia, aún siendo una de las partes componentes del antagonismo entre capital y población en general. Es difícil que esa concepción pueda ser asumida por las comunidades originarias, comunidades campesinas, pescadores artesanales, grupos ecologistas consecuentes, cristianos de la liberación, pirquineros, asambleas y cabildos locales, vecinos de los barrios, cesantes, trabajadores por cuenta propia, mujeres, juventud, etc. cuya única posibilidad de aceptarlo es cediendo y subordinando su identidad , contradicciones y dinámicas propias a la conducción de un partido que se apoya en el concepto de la lucha de clases y que aspira a llevar al conjunto de sectores sociales al estado socialista para avanzar desde allí a la sociedad sin clases pasando por el control del poder central, es decir, el estado.
Esta concepción del MIR se asienta en la experiencia cubana, la que de ser una revolución exitosa, no fue una revolución proletaria, sino democrática, pues el Movimiento 26 de julio estaba formado por corrientes diversas, ninguna de las cuales adoptaba el marxismo-leninismo como paradigma, contándose entre ellos los demócratas-liberales de Huber Matus, los anarco-sindicalistas de Camilo Cienfuegos y los nacionalistas revolucionarios dirigidos por Fidel Castro y Frank País. A ellos se sumaron luego los miembros del Directorio 13 de Marzo, grupo estudiantil con cierta influencia marxista y troskista, pero la llegada del marxismo-leninismo se dio por medio del Partido Socialista Popular, el viejo partido comunista estalinista, que ingresó después de algunos años de la victoria popular a las ORI, Organizaciones Revolucionarias Integradas, como condición para recibir el “apoyo” de la Unión Soviética ante la amenaza de Estados Unidos. De ese modo la “revolución” cubana fue entregada al estalinismo soviético, con lo cual se hace complejo configurar un paradigma orientador para una revolución o cambio social donde no estén los burócratas que hacen del socialismo un estado rígido. El Che se opuso terminantemente al modelo soviético, insistiendo en que su economía no permitía la transisición al comunismo, por eso insistía tanto en el humanismo, la ternura, el socialismo cotidiano y la necesidad de invertir esfuerzos para avanzar al comunismo. Por la necesidad del apoyo cubano y por las tareas de expansión de la lucha revolucionaria en el continente, no fue posible en aquella época hincarle el diente a las verdaderas causas de la salida del Che de Cuba, país que se ha presentado ante las fuerzas revolucionarias como un faro, cuando en realidad se trataba de ir preparando más una capa dirigente para los futuros procesos que se vislumbraban. El Che creía que aún así, controlado por el reformismo burocrático, había que cuidar el proceso cubano, lo que compartimos plenamente hasta el día de hoy, pero de ahí a usar a Cuba como referente de partido revolucionario, hay que saber distinguir muy bien las dos etapas. Esa fue una de las diferencias de Clotario Blest con algunos dirigentes del MIR que traían aún muy arraigada la experiencia militante en partidos de izquierda tradicional. Miguel Enríquez no contaba con todos pensando semejante, sino que siempre hubo que estar dirimiendo situaciones diversas con permanentes pugnas. Más tarde, ante la ausencia de Miguel, Luciano y el Bauchi, algunos de ellos mostrarían su verdadera cara y sus debilidades. De allí que muchos confiábamos más en Miguel y don Clota que en otros. El MIR supo interpretar y realizar de forma adecuada las tareas de construcción por abajo. En aquella época los cordones industriales eran una muy pertinente estrategia obrera, ya que aún estábamos en el período de la ganancia extraída de la plusvalía, lo que llevaba algunos a confundir los propósitos del PC y del PS, que hablando de lo mismo, destinaban sus esfuerzos a la búsqueda de un estado burocrático donde los órganos de poder popular fuesen subordinados a la partidocracia. Notables fueron las experiencias en los campamentos de pobladores sin casa y consejos comunales campesinos, donde de inmediato se fue estableciendo una nueva forma de relaciones internas y una economía directa entre campo y ciudad por medio de los almacenes populares, con lo que no sólo se acumulaba “fuerza”, sino que se instalaban las bases de como debía ser una nueva forma de relaciones entre las personas, con una formidable visión de futuro. Mucho se ha hablado de autonomia, autogestión y nueva economía posteriormente, sin embargo poco se ha dicho que ello se desplegaba fuertemente en los campamentos. Creemos que es una insuficiencia del debate y del estudio histórico del MIR, muy oportuna para algunos, que aún hoy día hacen del estalinismo su principal politica de alianzas, como aquellos que creen que el Frente Manuel Rodríguez es “revolucionario” por el hecho de haber tomado las armas, lo que no cambia en nada sus afanes burocráticos y autoritarios. Dime con quien andas y te diré quien eres.
Hoy día ya no es la plusvalía la fuente de ganancia del capital, precisamente por la importante síntesis de Marx en los “Grundisse”, por lo que ya no es posible hablar de explotación del hombre por el hombre, lo que se reduce a una mínima expresión. Marx sostiene que existe la ley de tendencia decreciente de la tasa de ganancia, es decir que en cada mercancía hay menos proporción de trabajo vivo, el capital variable, lo que quiere decir que hay menos nuevo valor incorporado, por tanto menos plusvalía proporcional por la maquinización, la que expulsa al trabajador del empleo subordinando a unos pocos como esclavos de la maquina, ya no más su ejecutor, dedicado solamente a limpiarla, ponerle combustible, enchufar y apretar botones. Ahora es la máquina la que somete a la mano de obra, lo que aumentando con el desarrollo de la tecnología llega hasta la robotización y computación modernas, que siguen desplazando cada vez más a la mano de obra, siendo que antes una fábrica tenía miles de trabajadores y ahora se cuentan por decenas. Cada mercancía para aumentar la “masa” de ganancia, es decir la cantidad de ganancia, contiene mucho más capital constante que capital variable, es decir, más trabajo muerto o historico que trabajo vivo, lo que quiere decir que hay un aumento en las materias primas, energía, combustibles, agua y una enorme disminución del trabajo vivo creador de la plusvalía, así es que desciende la proporción de ganancia de cada mercancía, pues dicha ganancia se refiere a la parte no pagada del valor producido por el trabajo vivo. De esa manera, si el capitalista obtiene menos ganancia por cada mercancía, requiere colocar muchas más mercancías en el mercado, de alli que los procesos tradicionales de acumulación capitalista deben modificar el propio mercado para ampliarlo aún más, por eso viene en neoliberalismo y el libre mercado, que cierra miles de fábricas, fusiona otras, necesitando grandes volúmenes de mercancías circulando mediante un aumento del “consumismo” desenfrenado y el cambio de la función del estado, que de benefactor pasa a ser meramente subsidiario. De alli que el golpe militar permite la instalación de ese nuevo proceso y de modo alguno iban a permitir la continuidad del gobierno popular, que insistía en una capitalización centralizada, coartando así la ganancia.
De esa manera el rol “político” de los trabajadores decae enormemente, sus partidos y sindicatos caen en todo el mundo, disminuyen o se cambian a la socialdemocracia, pues continúan intentando representar la ideología proletaria cuando están siendo reducidos cada vez a una menor expresión, hoy día el capital necesita más materia prima, petróleo, energía y agua en la misma proporción que necesita cada vez menos mano de obra, por eso el capitalismo en los últimos años se ha arrojado sin piedad contra la naturaleza destruyendo y depredando mediante el extractivismo las montañas, bosques, ríos, mares y tierras en general, envenenando por todos lados, desparramando tóxicos, transgénicos y clonación a diestra y siniestra.
De esa manera ya no es necesario llevar la cada vez menor “lucha de clases” al campesinado en forma de “alianzas subordinadas”, a los pueblos originarios y el resto de las categorías sociales, pues ha sido el propio capitalismo globalizado el que ha llevado sus redes a todas las esferas de la vida, aún en la llamada biopolítica o biopoder, haciéndose cargo de los cuerpos, expulsando o aniquilando comunidades, destruyendo todo a su paso, así ya no es más necesario estar contra el capital ni contra el estado, ya no es necesario ser anticapitalista ni antiestado, pues está claro que el capital y el estado son anti-nosotros, anti todos. Se ha instalado el antagonismo de fondo y forma entre el capital y todas las categoría sociales, comunitarias y territoriales, de allí que en cada lugar se está produciendo el levantamiento de resistencia y sobrevivencia bajo sus propias modalidades, en lo que se llama la diversidad de identidades. Muchos hoy día siguen levantando la lucha de clases y la conducción “obrera” como una forma de integración, es decir, para ser ellos los que administren el capital, siendo ahí donde se encuentran las corrientes reformistas con las socialdemócratas, siendo difícil establecer fronteras. También allí se encuentran reformistas con sectores revolucionarios. Es inaudito ver en comunas chilenas como el PC atrae ex miristas y otros sectores de izquierda independiente con el pretexto de que son “compañeros” para formar bloques electorales para las elecciones municipales. Francamente inaudito, pues representa la subordinación.
El topo de la historia ya no es el obrero, el sindicato y el partido, que insiste en ser “vanguardia” siguiendo la vieja biblia del “marxismo” tergiversado por Engels y su discípulo Lenin. Hoy día todos somos topos y la resistencia no es sólo oponerse al capital, sino construir desde ahora las nuevas fuerzas productivas y las nuevas relaciones de producción directa vinculada a la naturaleza y la comunidad, pues si todos somos topos ya no necesitamos la vieja ideología, sino organizarnos en todas partes para establecer de hecho una contra-hegemonía popular desde todas las esferas de la vida. Tal vez sea prudente releer el capítulo 3 de “La guerra civil en Francia”, donde Marx sostiene que no se necesita un programa acabado para “el vago anhelo de la república social”, sino dar rienda suelta al antagonismo, que hoy es generalizado y el propio capitalismo ha creado y sigue creando a sus propios sepulteros. Vaya a ver ese libro, no haga caso de las palabras del Profesor J, vea con sus propios ojos y vea como Engels cambia las palabras de Marx descaradamente en la introducción que hizo posteriormente cercenando las principales ideas de Marx. Donde Marx dice que la comuna cumple las funciones del estado (léase soviet por comuna, para el caso histórico de lo sucedido posteriormente en Rusia, donde se sentaron encima de los soviets para instaurar el autoritarismo del “soviet supremo”), dejando para ese aparato centralizado “sólo algunas tareas”, es decir, la dirección de los asuntos públicos se debe dar desde las comunas y no “desde un centro”, Engels dice que no, que la comuna “es la forma del estado”. Donde Marx dice que no se requiere un ejército profesional, sino el pueblo en armas, Engels lo contradice sosteniendo la necesidad del “ejército profesional”. Eso es textual, sin embargo la Nomenklatura y los textos que nos hacen estudiar esconden esa polémica, al igual que esconden la afirmación de Marx sobre la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia. De esa manera se explica por que algunos compas inisisten en “aliarse” con grupos estalinistas, cuando los zapatistas y ELN de Colombia, que son guevaristas no priorizan esa unidad, sino con las organizaciones sociales y las prácticas autónomas y comunitarias. ¿Será muy difícil conseguir que los partidos abandonen su vocación de “conducción” y acepten la dirección desde las comunidades autónomas donde se expresa la democracia directa y la llamada soberanía popular? Tendrán que hacerlo, a menos que deseen someter al campo social a la fuerza.
De allí que muchos partidos rebeldes quieren ser los portadores de la vieja lucha de clases y la fenecida ideología del proletariado, insistiendo en reunir gente y grupos tras de si para avanzar a la disputa por el poder central, en vez de dirigir esfuerzos a la organización local y corporal del inconformismo, con lo cual no vacilan en unirse a esos sectores estalinistas que usan métodos que parecen revolucionarios, como las Farc, viejo grupo estalinista que se ha unido con el ELN, de raíz guevarista, pero acabaron al poco tiempo agarrandose a tiros entre ellos por el sempiterno hegemonismo de los burócratas que sólo ansían “dirigir” el poder y ser los salvadores de la patria.
Por ello no se abre una nueva fase de la lucha de clases, sino que se abre una nueva fase de luchas sociales, sectoriales y territoriales, donde cada sector o localidad puede cumplir un papel de organización y empoderamiento construyendo las bases de nuevas relaciones y de otra economía que permita liberarse de las redes ideológicas y materiales del estado y del mercado. Es decir “dar rienda suelta a las propias contradicciones que hoy día presenta el capital”. Si la mayoría de la población está excluída y sometida a la marginalidad, poco vamos a conseguir organizándolos para “seguir” a los obreros o esperar que sea el partido proletario quien dirija el estado. Es hora que los grupos y partidos rebeldes hagan declaración pública de su disposición a subordinarse a los órganos de la democracia directa, como hicieron los zapatistas pasando a depender del mandar obedeciendo desde las comunidades. Al pueblo no le sirve que las armas revolucionarias sean dirigidas por un grupo de líderes, pues aunque se haga lo mejor, siempre estaremos sometidos a los avatares de la dirigencia, y si hay fraccionamiento, unas armas van para acá y otras armas van para allá. Sólo quedará cruzar los dedos y confiar que no lo apunten a uno. Así no vamos a ninguna parte. La propia ETA declaró un alto el fuego y se ha subordinado al desarrollo de formas políticas y pacíficas en el país vasco, vea las noticias de como la izquierda independentista ha acrecentado su presencia y dirige muchos municipios reformulando la interracción entre ellos y los vecinos. Insisto: son guevaristas, ellos son contrarios al estalinismo. Hoy día encerrarnos en viajas consignas no va a hacer ningún bien al desarrollo de las potencialidades del cambio efectivo.
Sigue:
1-. LA CONSTITUCIÓN DE UN NUEVO BLOQUE HISTÓRICO
Hacia mediados de los 80’s la dictadura en Chile vivía un momento de crisis política, de
una gran connotación histórica, las fuerzas populares habían logrado desarrollar un
alto poder de convocatoria, movilización, organización y conciencia, a la par que iban
desarrollando un cada vez más poderoso control territorial, y una incipiente fuerza
militar propia representada por el MIR y el FPMR (entre otras fuerzas), nuestro pueblo
avanzaba por segunda vez en su historia hacia una situación pre-revolucionaria. El
capitalismo entraba en nuestro país en una situación de equilibrio inestable, las
fuerzas populares si bien se fortalecían y no podían ser derrotadas políticamente, en lo
militar no tuvieron la capacidad de desplegar un gran poder de fuego, excepto el
sabotaje mayor y las acciones de propaganda armada y de milicias acompañando las
movilizaciones territoriales callejeras. Si bien es cierto el MDP constituía el referente
político-social de la oposición obrera y popular a la dictadura, este por diferencias
tácticas entre los partidos que lo conformaban, no logró perfilarse como un mando
político-militar de la clase dominada. Aún cuando el MDP dio conducción a formas
ofensivas y rupturistas de las masas, y efectivamente amenazó la estabilidad del
régimen político; como instrumento conductor no fue capaz de articular bajo una sola
concepción teórica una lucha democrática independiente y procurar tras un programa
mínimo dar una salida popular a la crisis. La unidad de la izquierda no representaba del
todo una unidad revolucionaria, en tanto subsistan al interior del PC y del PS. Sectores
reformistas y centristas socialdemócratas, que contaban con un gran peso en sus
direcciones, esto hacía de la unidad de la izquierda un vínculo feble y tornaba aún
sectaria y frágil la unidad por a base. Estos son finalmente los factores que restan
homogeneidad al proyecto popular, desperfilan su arista revolucionaria y
comprometen al referente político-social con los lineamientos tácticos de la oposición
burguesa en la “Mesa Política Privada”. La izquierda entra en una profunda crisis, que
se manifestará abiertamente después (año 87-88) y queda subordinada a las posturas
políticas de la naciente “Alianza Democrática”. La clase obrera y el pueblo, derrotados
en su opción comienzan su segundo reflujo ante el fracaso del alzamiento popular, que
los sectores vacilantes y capitulacionistas de la izquierda no se atrevieron a levantar
incluyendo entre estos al Equipo de Alianzas del MIR.
Frente a las masivas y radicalizadas protestas, que ganaron extensión social y nacional,
y que hacían posible una derrota política, la dictadura, no tuvo otra alternativa que
buscar una salida pactada con la oposición burguesa, aglutinada en la Alianza Democrática, coalición liderada por la DC, y que a partir del 86 lograría aglutinar tras
de sí a los partidos que el 88 darían vida ala Concertación. Estas negociaciones inter-
burguesas expresadas en el “Acuerdo Nacional” convocado por la Iglesia Católica,
logran acuerdos básicos en torno a la transición del régimen autoritario a un régimen
de democracia restringida y consensuando la continuidad del modelo económico. Este
viraje político precipita la crisis al interior de la izquierda, se produce la disolución del
MDP, el PC rompe con el FPMR y retorna a sus posiciones reformistas tradicionales, y
por el lado de nuestra organización, se produce la ruptura de la unidad partidaria
azuzada por una minoría fraccionaria que abandonando la estrategia revolucionaria da
un viraje y opta por servir de furgón de cola a la negociación con la derecha y las FFAA.
Las negociaciones por un lado y las rupturas por otro, agotan las posibilidades de una
salida radical frente al régimen dictatorial y dan paso a un periodo de relativa
estabilización de la lucha de clases, caracterizado por la supremacía de la dominación
ideológica y las nuevas formas de dominación política que la burguesía impone sobre
el pueblo y los trabajadores.
La situación y los acuerdos iniciados en 1986 determinaron la constitución de un nuevo
bloque histórico, compuesto por diferentes facciones de la clase dominante, que
tienen en común el estar completamente de acuerdo con el régimen de dominación
(democracia restringida) y el patrón de acumulación (modelo económico),
estableciendo entre ellos un pacto de dominación-explotación contra el pueblo y los
trabajadores, sin el cual, no podría haber existido la gobernabilidad que el sistema
necesita para funcionar.
2-. LA CRISIS ECONÓMICA MUNDIAL Y LA DEBACLE DE LA CONCERTACIÓN
Dentro del nuevo bloque dominante, la Concertación se convirtió en el agente político
hegemónico, jugando un papel central en la expropiación de los contenidos políticos y
las demandas sociales del pueblo y los trabajadores, cooptando también a una parte
importante de la izquierda al revitalizado proyecto histórico de las clases dominantes.
La existencia de una Concertación, con una capacidad casi ilimitada de conducción
sobre el pueblo, permitió los grados de perfeccionamiento y profundización del
modelo económico y del régimen político, necesarios para alcanzar los niveles de
crecimiento superiores al 6% que se mantuvieron hasta la segunda mitad del gobierno
de Frei, cuando se desata la Crisis Asiática, la que también golpeo a nuestro país.
La crisis económica mundial, demuestra por primera vez, luego de la caída dela URSS y
la instalación de la hegemonía ideológica, política y militar unipolar de EEUU, que el
modelo económico no era infalible, idea que puede parecer irrisoria, pero que pese a
ello había penetrado con bastante fuerza en muchos círculos intelectuales y políticos
de la izquierda mundial. La crisis asiática, junto con demostrar (nuevamente) que el
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capitalismo posee fallas estructurales que lo llevan inevitablemente a crisis cíclicas,
desata una ola mundial de protestas sociales y políticas, que se trasforman en una
profunda y ampliada crisis de representatividad. Esta situación, de crisis generalizada,
se manifiesta en América Latina por medio de grandes protestas sociales, y en algunos
casos con insurrecciones populares (como en Ecuador y Bolivia) que sacan del poder a
los viejos gobierno pro-imperialistas, los cuales, en muchos casos, habían dado
continuidad civil a los regímenes dictatoriales, como resultado de esto y luego de
varias décadas de hegemonía capitalista (civil y militar), se instalan en el poder
gobiernos progresistas que cuestionan, de alguna manera, el modelo económico y
político imperante, y que sin tener una posición de exaltada confrontación contra el
modelo económico o el régimen político, si representan un retroceso importante para
los intereses geoestratégicos y geopolíticos del imperialismo yanqui sobre América
Latina, transformándose en símbolos del nuevo periodo de luchas populares que se
abre en pleno cambio de siglo.
Como decíamos anteriormente, la Concertación hasta la época en que estalla la crisis,
era el agente político hegemónico dentro de la alianza estratégica entre las facciones
políticas que adhieren al proyecto histórico de las clases dominantes, y es por ese
motivo que ganan una gran capacidad de influencia sobre el conjunto de la sociedad y
las clases populares, y es también una de las razones por las cuales la Concertación no
se enfrentó como conglomerado a ninguna rebelión contra el modelo económico y el
régimen político. No obstante ello, la crisis económica provoca importantes factores de
des-legitimidad en el agente político e importantes grietas en el patrón de
acumulación. Cae el PIB, aumenta el desempleo y crece sustancialmente la brecha
entre los más ricos y los más pobres, la respuesta del pueblo fue el inicio de un ciclo de
movilización social, que se reflejará en las protestas de los subcontratistas, de los
trabajadores forestales, de los estudiantes secundarios, de los deudores habitacionales
y la radicalización del movimiento de liberación nacional mapuche, entre muchos más
ejemplos.
El bloque dominante reaccionó intentando dar un segundo aire al régimen político. El
gobierno de Lagos promueve el denominado “pacto social” con la derecha, aprobó una
serie de reformas constitucionales, acabando, por ejemplo, con los senadores
designados, los senadores vitalicios, rebajando la edad necesaria para ser miembros de
alguna de las dos cámaras, entre otras reformas estéticas mas. Todo con el objetivo de
“ampliar” el sistema de participación democrática y acabar con aquellos elementos
que aparecían aún como “enclaves autoritarios” de la dictadura militar. Las reformas
constitucionales también son acompañadas de reformas a las instituciones públicas,
que habían sido ampliamente cuestionadas por casos de corrupción como MOP-Gate,
ChileDeportes, Sobresueldos, etc., se crean nuevas superintendencias, se reforma la
gestión pública y se fortalece la Contraloría General de la Republica, incluso se redujo
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el sueldo de los senadores, diputados y del presidente, para dar una “señal” de
honestidad y transparencia hacia la sociedad que cuestionaba la corrupción de los
sectores políticos institucionales. Por otro lado, aumenta la represión, se perfecciona
la Ley de Control de Armas y se comienza a aplicarla Ley Antiterrorista por primera vez
desde el fin de la dictadura. La pequeña apertura del régimen democrático, pretendió
encauzar el creciente descontento popular dentro de los marcos de la legalidad y la
institucionalidad diseñada por y para las clases dominantes.
Comenzando el gobierno de Bachelet, la movilización social y popular inicia un nuevo
ciclo, la lucha por reivindicaciones económicas que habían caracterizado a las
movilizaciones bajo el gobierno de Frei, dan paso a protestas que cuestionan
directamente el modelo económico, como la movilización de los secundarios, el año
2006, que pone sobre la mesa la necesidad de reformas estructurales al sistema
educacional, y que pese a la derrota política, siembra la semilla de la rebeldía en
muchos estudiantes que el día de hoy ponen nuevamente sobre la mesa la necesidad
de cambios estructurales del modelo económico en la estructura educacional. Por otro
lado, también se produjo una mayor radicalización de las movilizaciones populares, de
hecho las protestas contra el Transantiago se caracterizaron por un alto nivel de
violencia espontánea, al igual que las protestas de los subcontratistas del cobre
quienes implementan el sabotaje menor a sus huelgas, quemando camiones para
detener la producción minera. También el movimiento mapuche logra un desarrollo
extraordinario durante este periodo, la CAM, organización revolucionaria, logra
posicionarse como organización política de vanguardia dentro del movimiento
mapuche, poniendo en primer orden la lucha por la recuperación de las tierras
ancestrales; por la vía de la acción directa, el desarrollo de la autodefensa sobre los
territorios ocupados, la producción efectiva de los zonas bajo control mapuche y el
posicionamiento estratégico del Estado chileno y al capitalismo nacional y trasnacional
como enemigos centrales, lo cual expresa la comprensión de un conflicto de clases y
no tan solo étnico en la lucha mapuche por la liberación nacional. Estas situaciones
representan un gran avance, en cuanto al desarrollo de la organización, conciencia y
formas de lucha, que acompañados de un creciente apoyo social y popular, que
solidariza activamente con la causa. El gobierno de Lagos reacciona militarizando aún
más la zona de la Araucanía, aplicando a destajo la Ley Antiterrorista y asesinando a
mansalva a militantes y activistas mapuches.
Comentamos:
Llama la atención que no se haga mención a la la Alianza Territorial Mapuche, que si bien la CAM sigue golpeando, no es posible llamarla organización politica de vanguardia, lo que sería traspasar al pueblo mapuche categorías politicas que no le corresponden. La ATM es la red horizontal de los lof, es decir la organización natural identitaria de los mapuche, que agrupa una enorme cantidad y calidad de comunidades y levantan el mismo programa de la CAM, lo que no es casual, pues se trata de la reivindicación general del pueblo mapuche, recuperación de tierras, acción directa y autodefensa, con la única diferencia que no realizan atentados ni quieren portar armas. La ATM levanta claramente la autonomía, autogobierno y liberación nacional como objetivos estratégicos, sin necesidad de presentarse como “vanguardia politica”. Para la ATM la conducción la dan las autoridades tradicionales, es decir los logkos y werkenes, o sea, la comunidad mandándose a si misma, sin un factor externo o por encima que les dirija. Su semejanza con los zapatistas es tan grande que más de uno puede confundirse e imaginar que ahí hay aprendizaje, lo que sería un grave error, pues la autonomía no se trasmite por lógicas, sino que es sólo “dar rienda suelta” a las propias contradicciones acumuladas. Ellos tienen sus raíces históricas y son el mejor maestro que tenemos en la actualidad. Solicite el dossier de las declaraciones y noticias que ha difundido la ATM desde su surgimiento a la Red Abya Yala de Reflexión y Acción Comunitaria en rayarac@gmail.com
Sigue:
Terminando ya el periodo de gobierno de Bachelet, se produce la debacle definitiva del
agente político hegemónico. Ante la caída del crecimiento económico, la cesantía
estructural y la desigualdad endógena del sistema, la Concertación entra en una
profunda crisis de legitimidad política, las primeras expresiones internas de esta
situación, son el fraccionamiento interno de la coalición, el surgimiento de los
“díscolos” y la separación de grupos y personeros que conformarían más tarde nuevos
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partido políticos fuera de la coalición. La situación de dispersión lleva ala Concertación
a presentarse, en la elecciones presidenciales, dividida entre sectores que apoyaban la
candidatura de MEO y los que apoyaban la candidatura de Frei. La situación de crisis
de legitimidad y fraccionamiento interno de la Concertación, permite a la derecha
ganar la elección con un estrecho margen.
Comentamos:
Hay que decir que no es la Concertación dividida la que se expresa en la votación de Frei y MEO, pues muchos que no votaban lo hicieron por MEO y muchos sueltos también lo hicieron, quedando claro que muchos votantes MEO apoyaron a Piñera, por lo que no parece que sea tan matemática la relación entre votos y conciencias, sino más bien que muchos votantes buscaron acabar con la Concertación cansados del modelo y su ineficiencia. Pareciera que esta Sipona mostrara ciertos grados de adscripción ciudadana a la Concertación y que unos tomaron un camino mientras otros tomaban otro camino. No es tan así, hay una importante crisis de todos los partidos y todas las formas de conducción, lo que llevó a la gente a votar Piñera para luego aprender que tampoco sirve. No es gente de izquierda, centro o derecha, es simplemente gente y como tal debe ser considerada. Es un grave error clasificar a la población por posturas ideológicas, ya que ni tan siquiera los sovieticos consiguieron mantener la cohesión en el campo de las ideas, a pesar de que todos se sabían el manifiesto comunista de memoria y cuando cayeron no quedó casi nada, apenas cuatro viejos marchando en la plaza roja de Moscú con los retratos de Stalin….
Sigue:
3-. EL RECAMBIO POLÍTICO EN EL PODER DEL BLOQUE DOMINANTE, PERO SIN
AGENTE POLÍTICO HEGEMÓNICO
En enero del 2010, la derecha se sitúa como el nuevo agente político en el poder. El
gobierno de la Alianza llega a instalarse en la dirección del Estado con dos claros
objetivos:
a) Recuperar el ritmo de crecimiento perdido en la segunda mitad del
gobierno de Frei (al menos sobre el 6%); para lo cual debe profundizar
(necesariamente) en la flexibilización laboral y precarización del trabajo (aumento y
perfeccionamiento de la explotación).
b) Recomponer el régimen político de dominación ya desgastado y
deslegitimado, el cual es necesario para poder mantener las tasas de explotación que
exige la burguesía monopólico–financiera nacional. Sin dominación, no puede haber
explotación.
Entre los dos objetivos mencionados anteriormente, se produce una contradicción
antagónica insalvable dentro del bloque dominante; por un lado, la burguesía
monopólica-financiera desea profundizar el modelo de explotación, para así poder
obtener aunque sea una tasa media de ganancia, pero para ello, el bloque dominante
necesita mantener un régimen político basado en la exclusión política del pueblo y sus
organizaciones, que les permita profundizar en la explotación. La contradicción está en
que en este preciso momento el conjunto de la sociedad está exigiendo reformas
políticas y económicas, por tanto, el aumento o la profundización del modelo
económico, generará más resistencia y por ende mayores niveles de movilización, lo
cual se traduce en ingobernabilidad, como es la situación que se vive hoy día por las
movilizaciones estudiantiles y medioambientales, que actúan como contención social a
la profundización del movimiento. Por lo tanto, para encauzar y contener la creciente
movilización social dentro de los marcos de la institucionalidad, el régimen necesita
abrirse a reformas al sistema político, lo cual se convertiría necesariamente en
reformas políticas y económicas en la estructura de explotación, reduciendo
drásticamente las tasas de ganancia de la burguesía monopólica nacional y de los
capitales invertidos en Chile por el capitalismo trasnacional, además de inyectar
reformas democráticas al estático sistema de dominación, lo cual se podría traducir
(potencialmente) en una penetración de algunos sectores populares dentro de la
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institucionalidad democrática, lo cual podría ser un factor desestabilizador del régimen
político de dominación y los intereses de la clases dominantes, bajo un creciente
contexto de movilización social a nivel nacional.
Comentamos:
También parece un tanto matemático el método de interpretación en este caso: el régimen necesita abrirse, reducir las tasas de ganancia, penetración de sectores populares, desestabilización, etc.
Es imposible reducir las tasas de ganancia, a lo más pueden reducirse las masas de ganancia, pues las tasas se refieren a proporciones, porcentajes y no a cantidades. La salida del régimen ante la creciente insatisfacción y movilización popular no va a ser ni la represión ni la incorporación de sectores populares, pues bastaría que la DC se aliara al gobierno para producir una nueva gobernabilidad. Este partido sólo se unifica con el PC para que ayude a contener y encauzar las movilizaciones, pero si el PC pierde hegemonía, eso ya no sería necesario, siendo esa una importante amenaza proveniente de la Confech, donde el PC perdió la conducción, así el PC lucha por la hegemonía para mantener a la DC en la oposición preparando el “nuevo gobierno”. (Vea el análisis de las últimas declaraciones de Teillier en http://clajadep.lahaine.org). Sólo no se podido contener el movimiento por la nueva correlación interna de la Confech y la fuerte presencia de la Aces entre los secundarios, de otro modo ya los hubieran planchado, como hizo la Concertación aliada al PC respecto de los pingüinos años atrás. Todos los partidos están dirigiendo sus acciones a la contención y amortiguación del movimiento para posicionarse o reposicionarse en las elecciones municipales, de modo que cada movida, acuerdo, medida o decisión del gobierno, parlamento y partidos, incluyendo al PC, va en esa dirección, apretando torniquetes, mordiendo patas de ovejas, empujando un poco, reteniendo otro poco, girando el timón, etc. para mantener el movimiento para acá y para allá en función de resultados, pero la mayoría de la Confech y la Aces no ceden, lo que abre perspectivas de continuidad que no tiene destino en si mismo, es decir el movimiento no tiene como fructificar o cristalizar en resultados concretos respecto de modificaciones o cambios reales, por lo que deberá producirse una especie de variante interna por parte de los sectores rebeldes, democráticos, autónomos y de base, que sin quebrar la unidad y dinámicas conjuntas, dirijan parte importante de su potencial hacia los barrios, como hicieron los indignados españoles, que desde el centro se han abierto hacia muchos barrios de diferentes ciudades contribuyendo a que la gente salga de sus casas a conversar y realizar actividades conjuntas, aunque la discusión actual se presenta entre sectores de izquierda tradicional que buscan dirigir ese movimiento barrial hacia las instituciones centrales de forma estratégica (como hicieron los partidos argentinos reventando buena parte de las asambleas vecinales, que fueron un gran logro histórico del pueblo de ese país) y la mayoría que procura instituir formas locales autónomas de autogobierno o tal vez accediendo al control de municipios desde abajo. El partido comunista ha entendido en parte esa necesidad, en especial porque le conviene para las elecciones municipales y está maleando la iniciativa convocando en algunos barrios solamente a actos, shows y similares, evitando la autoorganización permanente de los vecinos y el debate sobre los problemas locales.
Sigue:
En la práctica, la derecha conduce el gobierno, sin embargo no se logró constituir en
un agente político hegemónico, es decir, no logra subordinar social, política e
ideológicamente al pueblo y sus organizaciones, al proyecto histórico de las clases
dominantes, a su vez la Concertación al dejar de ser el agente político hegemónico
dentro del bloque dominante, abre la puerta a una nueva fase de la lucha de clases en
Chile, con una dinámica instalada de movilización social y política que exige y lucha
por reformas al sistema de dominación y al modelo económico, poniendo en jaque a
las estructuras de poder y en crisis a la representatividad de los partidos. Esta nueva
fase abre la posibilidad concreta de constituir un nuevo bloque histórico, una nueva
fuerza antagónica a la del bloque en el poder, que dispute a las clases dominantes y a
las organizaciones políticas que no son parte de las clases dominantes pero si
funcionales a ellas, la hegemonía política e ideológica sobre la clase obrera y el pueblo,
y que vaya avanzando en la profundización de la crisis de representatividad política,
construyendo y acumulando fuerza social revolucionaria, que dentro del aún presente
periodo de estabilización de lucha de clases, vaya erosionando el sistema de
dominación-explotación y aumentando la polarización política entre explotadores y
explotados.
Comentamos:
Si la conclusión para esta fase es la formación de un nuevo bloque histórico, dada la debilidad de la izquierda revolucionaria ello no va a ser posible, a menos que sea un bloque de algunos dirigentes y personeros con perspectivas de ir avanzando en el tiempo, por lo que si no se toman también otras medidas, será la entrega en bandeja del movimiento a la institucionalidad. Un bloque rebelde o un bloque reformista, ambos son factores externos a la lucha social que aspiran a dirigirla, con lo que se colocan como factores antagónicos al desarrollo de la autonomía comunitaria, pudiendo algunos ser factores contribuyentes. La opción no parece ser la más adecuada aquella de disputar bloques con bloques para ver quien asume la vanguardia y la hegemonía, sino debería ser la opción de construcciones concretas de incorporación y participación de la población en los barrios y localidades construyendo una hegemonía en los hechos concretos, con nuevas relaciones sociales y económicas, de otro modo estarían empantanados en la concepción gramsciana de la hegemonía politica y cultural, es decir, conducimos a los demás por medio de la identificación ideológica, cuando podría ser por medio de soluciones concretas a los problemas de la vida y del barrio, incorporando vecinos a una acción organizada cotidiana, lo que transformará en irreversibles los avances logrados, puesto que la simple identificación ideológica y disciplinada no asegura los avances, como quedó dicho más arriba sobre Rusia. Hay que implementar desde ahora y por abajo en cada territorio el socialismo cotidiano del Che. El movimiento cuenta con suficiente potencia para hacerlo. Ahí hay que invertir esfuerzos.
Sigue:
4-. LAS TACTICAS ESTÉRILES DE LA CONCERTACIÓN Y LA SUBORDINACIÓN DEL PC
La Concertación aún se encuentra empantanada en la derrota electoral pasada, y pese
a que ha intentado reactivarse como una oposición organizada, no lo ha logrado aún,
debido a las disputas internas que aún persisten y que ahora tienen en el centro de su
debate táctico la necesidad de constituir una oposición política capaz de golpear lo
suficiente a la derecha para no dejarla gobernar, pero no tanto como para desbaratar
irreversiblemente la institucionalidad, e ir contribuyendo también al clima de
inestabilidad social y política existente, y que les podría asegurar el triunfar en las
municipales del próximo año y recuperar el gobierno en las próximas elecciones
presidenciales.
La falta de una direccionalidad táctica única al interior de la Concertación, se
manifiesta en la persistencia de dos posiciones en cada uno de sus dos liderazgos
históricos: el democratacristiano y el socialista. Por lo general el PS y la DC habían
logrado mantener una lógica de acuerdos irrompibles, como la rotación de candidatos
presidenciales y la repartición de cupos senatoriales y de diputaciones, pero que ante
la imposibilidad de recomponer el apoyo social y político perdido durante los últimos
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veinte años, proyectan dos modos distintos para rearmar a la coalición y reconstruir su
apoyo social, pero que no han logrado encontrar aún un punto en común.
a) El PS apoyado por el PRSD y el PPD, intenta ampliarla Concertación hacia la
izquierda; MAS, PRO y PC, con el objetivo de poder transformar todo el potencial
movilizador del PC, que posee amplia representación dentro del movimiento social,
como FECH, Colegio de Profesores, ANEF y la CUT, en un colchón electoral para las dos
próximas elecciones, y a su vez, el PC que ve frente a esta posibilidad, la oportunidad
de poder “canjear” el movimiento social que representa y lidera, por una mayor
cantidad de cupos municipalidades que pueda cederles la Concertaciónen la elecciones
del próximo año, y además, dentro de un potencial nuevo gobierno concertacionista,
poder ocupar cargos menores como subsecretarias o algún ministerio de menor
relevancia, de hecho es en ese sentido que va la persistencia en las movilizaciones
actuales; en posicionar mediáticamente el partido, sus dirigentes y cuadros que
eventualmente podrían convertirse en candidatos o figuras de propaganda política
para candidaturas para las elecciones venideras y en ningún sentido en potenciar
reformas estructurales al sistema político o al modelo económico, es más, las reformas
emanadas por la FECH y el Colegio de Profesores (ambos liderados por el PC) han sido
bastante tibias respecto a las exigencias del movimiento de bases estudiantil, y la
capacidad de movilización nacional que refleja una voluntad de cambio real y profundo
al sistema educacional.
Comentamos:
Es la mejor definición que hemos visto sobre el papel mediático del PC con sus estrellas, la superstar Vallejo y el sempiterno estalinista de Gajardo. El PC ha priorizado por arriba sus conversaciones con la DC y por abajo con el PS, a sabiendas de que la DC es un partido que tiene gran influencia en los sectores empresariales y votos en capas medias y profesionales, por lo que su relación con ese partido deviene estrategica, no sólo para la coyuntura, sino para el nuevo gobierno y las perspectivas futuras, lo que le lleva a mayores transacciones ideológicas y programáticas. También así consigue mejor posicionamiento en sus negociaciones con el PS, con el que solamente le interesa la relación con sus dirigentes sociales en la CUT, Anef y sindicatos en general, así como en juntas vecinos y estudiantes, ya que más que alianza, le interesa disputar espacios y reclutamiento, bastándole acuerdos superestructurales. El problema es que el PS y la DC disputan la dirección del conglomerado neoliberal de la Concertación, por eso el PC camina como por sobre huevos, ya que a la DC particularmente no le interesa el bloque PS-PC. El PS astutamente se ha dedicado a hacerse fotografiar con dirigentes jóvenes y “guapos” para sembrar la imagen del “cambio” meramente cosmético, pues se saben el eje de las articulaciones entre la DC y los demás partidos, salvo el PC que mantiene la mencionada relación también directa con la DC. El PRO no va a ir a una alianza para el próximo gobierno, a menos que todos apoyen a Marco, pues de otro modo sería prácticamente el fin de su partido, que perdería lo ganado por su sometimiento a la Concertación, lo que aplaudiría el PR y el PPD y aún el MAS, pero sería un harakiri para el PS y aún para Navarro, que sigue soñando ser el hombre de Chávez para Chile. Una alternativa sería llevar a Vallejo a una alcaldía y según sus resultados negociar como hicieron con Neruda, al que retiraron para Allende a cambio de que el PS sueco otorgara el premio Nóbel al poeta. Bachelet, la blanca paloma, como siempre, fuera de la arena donde pelean los gallos, como hizo mandando a quemarse a los ministros en el conflicto mapuche mientras estaba rodeada de flores aromáticas en el sillón presidencial, sigue siendo una buena carta, pero los procesos en andamiento van desdibujando su imagen en la población, por lo que si no la hacen aparecer de vez en cuando, aunque sea con el puro nombre, va a desaparecer del mapa.
Y como todo ello va a depender de los resultados municipales, es allí donde se coloca toda la carne en el asador. Todo indica que las municipales van a ser un separador de aguas muy importante y la campaña y sus efectos van a repercutir enormemente en la conciencia y disposición de la población, por más que sigue creciendo el descrédito hacia los partidos, ya que hay esperanzas de que el mero juego partidario electoral municipal y el circo extraordinario que se va a montar al respecto, reconstruya parte de la confianza perdida hacia los partidos y reconduzca a buena parte de la población a la cohesión institucional, lo que no deja de ser un serio riesgo, ya que el desprestigio de la partidocracia está siendo un factor muy importante en las movilizaciones en curso y abren grandes perspectivas para la autoorganización y autonomía de procesos barriales y locales. Mal haríamos si durante la campaña metemos la cabeza en el agujero como el avestruz y llamamos solamente a rechazar las elecciones, pues se abre un escenario distinto que aún no descalifica totalmente las instituciones o las elecciones, menos aún si sectores de izquierda llaman desesperadamente a un plebiscito, a una constituyente y demás, o sea, critican las instituciones, pero llaman a hacer otras, lo que no parece calentar a nadie, salvo dirigentes de partidos y colectivos. Como bien dice esta Sipona, se batalla, pero no a costa de la institucionalidad, se empuja desde la oposición, pero sin amenazar el sistema. Siendo así sería aislacionista y contraproducente no estar presentes en los municipios con programas alternativos, mostrando en todas partes que hay salidas distintas, en especial por fuera de la partidocracia, por lo que vemos con buenos ojos que en varias comunas se está discutiendo la posibilidad de levantar candidaturas independientes asentadas en la organización local y en experiencias de autoorganización, pequeñas o grandes, pero eso hoy día no importa, pues el sentimiento crítico está aumentando y sin duda hay una gran simpatía hacia la acción independiente en todos los planos, por lo que quedaría raro desaparecer en estos instantes. La gente está apoyando las consignas escritas y gritadas en las movilizaciones de que el pueblo unido avanza sin partido y poco conseguiremos si intentamos llevarlos hacia el under o hacia el “choque”, pues aún estamos en una fase inicial de una ruptura o quiebre de la cohesión institucional que permitiría mayores cambios, estamos en una fase donde es necesario combinar y entrelazar los diferentes espacios que convocan a la ciudadanía, sin abandonar el terreno dejándoselo en exclusiva a los partidos y por eso nuestra presencia en el debate municipal es hoy un imperativo, quebrando el hegemonismo de la burocracia que atrae muchos compañeros en diferentes comunas ante la ausencia de otras alternativas. He conversado con compas de diferentes municipios y algunos me han manifestado que van a trabajar con el PC ante la ausencia de otra salida, lo que convence que aquí estamos fallando todos, pues le estamos dejando gente al reformismo conciliador que criticamos, los cuestionamos y les entregamos gente en bandeja. Hay que estar presentes, por lo que apoyamos todas las iniciativas conducentes a levantar candidaturas a concejales y alcaldes independientes, no importa que se piense que van a salir pocos votos, pues lo importante es estar presentes y usar la campaña para aumentar los niveles de organización desde abajo con candidatos que respondan efectivamente a las asambleas vecinales. Reciba toda la información sobre legislación, trámites, metodologías y finanzas para presentar los independientes, así como la información de como va avanzando ese proceso en algunos municipios, escribiendo a municipiosindependientes@yahoo.cl
Sigue:
Otro ejemplo de la utilización electoral de la movilización social por parte del PS-PC, es
la declaración vertida por la dirigencia de la CUT en abril del presente, que categoriza a
este año como el “año de la movilización social”, con el objetivo de revitalizar a sus
dirigentes que atraviesan una crisis de legitimidad nunca antes vista en su historia y
que se cruza además con fuertes acusaciones de corrupción en su interior. Es por esa
razón que la burocracia dirigente dela CUT venia potenciando la idea de realizar un
paro nacional en octubre, pero que modificó su calendario adelantando la fecha para
el 24 y el 25 de agosto, para así poder “colgarse” de un movimiento social en alza, y
para que dé pasada “no se note pobreza” en la mermada capacidad de movilización de
su dirigencia. Queremos ser enfáticos en afirmar que Arturo Martínez y compañía
empujan un paro nacional, pero sin un plan de contingencia para la clase trabajadora,
ni tampoco alguna propuesta para generar reformas estructurales que combatan a la
flexibilización laboral, la precariedad del trabajo o la cesantía estructural.
Como decíamos, la propuesta del PS, PRSD y PPD, de ampliar la Concertación a la
izquierda, tiene la resistencia de la DC, la cual teme perder su capacidad conductora de
los sectores dentro del bloque frente al PS que se vería fortalecido por la inclusión
política del PC, del PRO y el MAS que son mucho más afines a la socialdemocracia
socialista (y especialmente al liderazgo de Andrade) que al conservadurismo ético-
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moral y al liberalismo económico de la DC. Esta postura podría amarrar con mayor
fuerza las posibilidades concretas de ganar las próximas contiendas electorales, pero
con un giro hacia una socialdemocracia redistributiva y moderadamente estatizante,
que la DC no está dispuesta a aceptar, no tan solo por el potenciamiento del liderazgo
del PS y la inclusión del PC sino que también por dar un giro (aunque moderado) hacia
posiciones que de alguna forma puedan introducir cambios en el modelo económico.
Esta posibilidad es impensable e intolerable para la DC debido al carácter burgués de
su proyecto y a los compromisos que en el periodo dictatorial asumió con la burguesía
monopólico-financiera y al hecho de representar políticamente a una facción de la
burguesía nacional no monopólica. Además, tanto el MAS como el PRO, se ven
demasiado alineados con gobiernos, que para la DC, son insoportables en América
Latina, como los Gobiernos de Chávez, Morales, Correa y Humala.
b) Por otro lado, la variable táctica de la DC es intentar mantener a los cuatro
partidos históricos de la coalición unidos y pretende subordinar al resto de los partidos
a un proyecto concertacionista revitalizado, que incluya también a partidos de centro y
centro derecha como Chile Primero y el Partido Regionalista Independiente, mucho
más afines a la DC, y que no representan un peligro para los intereses políticos y
económicos de la burguesía nacional, el problema de esta postura, es que mantendría
la misma división al interior de la Concertaciónque permitió el triunfo de Piñera en las
elecciones pasadas, porque de seguro, ni el MAS, ni el PRO subordinarían sus
proyectos a una Concertación que siga manteniendo el statu quo en su interior y que
por tanto no se abriría a las reformas políticas y económicas (moderadas) que el PRO y
el MAS proponen.
La inexistencia de un objetivo conjunto de la Concertación así como la permanencia de
sus figuras históricas ya profundamente deslegitimadas (salvo el caso de Bachelet),
solo agudizan la crisis de representatividad del régimen político, acelerando aún más
las puertas a la irreversible crisis política en la cual se encuentra sumergido el bloque
dominante.
Comentamos:
Pensamos que los sectores de burguesía ligados a la DC no son solamente sectores “nacionales”, lo que hoy día se encuentra poco a nivel planetario debido a la globalización del capital, sino que siempre van a estar interconectados. Por ejemplo el sector empresarial ligado a los liberales hondureños y a Zelaya especialmente, si consideramos que un sector del liberalismo se retiró del Frente de Resistencia ante la expansión de la autonomía en sectores de base, no hacen asco de trabajar con cierto distribucionismo social que permita mantener la estabilidad de la ganancia. En Venezuela si bien el socialcristianismo está en contra del modelo, un sector empresarial nacional se ha aliado a Chávez, que les asegura sus márgenes y cantidades de ganancias debido a la relación del petróleo y la burocracia con el capital internacional. La Concertación en sus años de gobierno mantuvo también con acuerdo de la DC un matiz distribucionista limitado, siempre va a ser limitado ya que el discurso socialdemócrata no se relaciona con su práctica restringida y la DC también tiene dirigentes en la Anef y en la CUTl, así como Jackson en la Confech.
El PRI ya demostró que no quiere nada con la Concertación y se encuentra negociando con la alianza un pacto de omisión para las municipales, lo que es cierto que no es fácil debido a las potentes pugnas entre la UDI con RN, con el gobierno y con los “independientes” gobiernistas atados al populismo de Piñera, que disputa con Bachelet la imagen de blanca paloma. El problema no está en la ideología de cada conglomerado, pues en muchos países la derecha aplica programas de izquierda y la izquierda realiza prácticas de derecha, sino en como se van ajustando para mantener la cohesión y control de población. Los empresarios están preparando un documento que entregan al gobierno en estos días, por lo que podremos analizar en otro texto las preocupaciones reales y propuestas de la clase dominante, que apoya a ambos bandos, a la Alianza y a la Concerta, sin hacerse ningún problema en que el PC se una a la gobernanza, en tanto ayude a controlar a la población, cuestión que hoy día no está cunmpliendo, por lo que le van a tirar las orejas presionando para mayores concesiones de los camaradas y un aumento de su rol represivo y de soplonaje al interior del movimiento. Van a tocar temas como la criminalidad, que el gobierno prometió solucionar y ha empeorado, es decir, van a salir por la tangente intentando desviar la atención más hacia problemas de estabilidad que de soluciones democráticas.
Estamos de acuerdo que la crisis interna de la Concerta permite un aumento de las contradicciones y críticas de la población, así como del gobierno y de los partidos en general.
Creemos que no es tan así la opinión que tiene esta Sipona respecto del predominio del PC como representantes sociales, pues estamos en medio de una fuerte contradicción entre el aumento de la crítica a los partidos y de las movilizaciones por una parte y el fortalecimiento del papel mediático que el PC otorga sus líderes. Si bien con eso el PC consigue mejores posiciones en las negociaciones con el poder, ya que están en la midia, ello lo hace a costa de su propia presencia en el movimiento real. Por eso mientras más se mueve la gente y mientras se organiza de forma autónoma y disputa espacios en todos los terrenos, más aprietan al PC y más concesiones debe hacer este partido. De allí que el PC ha levantado la consiga de no permitir que vayan candidaturas independientes en los municipios (y si las hay, meterlas al Podemos) y hacer concesiones a sus aliados locales, sean de izquierda para apoyar a sus concejales, sean de derecha para que voten por sus alcaldes. Este partido aspira a reposicionarse históricamente en las municipales, por lo que van a combatir todo lo que sea alternativo en los barrios, así como a evitar que los estudiantes vayan a las localidades, lo que lleva necesariamente a que las candidaturas independientes configuren un frente común estrictamente horizontal y sin hegemonismos, para mostrar un referente a la población en general y para desarrollar la cooperación y apoyo mutuo, tanto en las candidaturas como en formas de vinculación directa entre sectores organizados de comuna a comuna, tales como intercambios económicos directos, visitas y actos conjuntos, etc, en especial comunas del norte de Santiago entre si y del sur de Santiago entre ellas, lo mismo en las otras ciudades y regiones del país.
Sigue:
5-. ESCENARIOS POSIBLES
Los escenarios posibles para la Alianza son bastante negativos, carecen de un apoyo
político suficientemente grande como para poder legitimar al malogrado gobierno,
además de ello, no poseen liderazgos en su interior que tengan la capacidad política de
ver alguna luz al final del cada vez más oscuro túnel. Algunos personeros de la derecha
son un poco más avanzados en su análisis, como Longueira, quien pese a que lleva
pocas semanas en el ministerio de economía, ha esbozado varias posibles salidas a la
crisis de representatividad del sistema político, y ha demostrado comprender también
el agotamiento del modelo económico y la necesidad de refundarlo antes de que ya
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sea tarde. Puntualmente, desde su ministerio, ha dado claras luces de apoyar una
reforma tributaria a los ricos de este país, esa posición no es antojadiza ni populista,
por el contrario, es una jugada bastante inteligente, ya que mayores recursos para el
Estado, los cuales no vendrían desde los bolsillos de los más pobres sino de los más
ricos, servirían para inflar la red social de apoyo a las familias más pobres, por medio
de bonos a los quintiles más pobres, más becas para la educación, etc., la derecha
podrían improvisar con una serie de beneficios sociales de carácter populista los cuales
serían muy bien recibidos por el pueblo siempre necesita recursos económicos
adicionales, además de ello sería también un golpe de timón contra la Concertación,
que teniendo durante muchos años mayoría parlamentaria, jamás se atrevió siquiera a
plantear la posibilidad lejana de una reforma tributaria. Pero en general, salvo por el
caso de Longueira que es bastante excepcional, la derecha no posee cuadros políticos
capaces de articular una estrategia de contención de la movilización social y que a la
par vaya acompañada por una profundización en el modelo económico, aunque en
última instancia, si se llevara adelante, de todas formas no solucionaría el problema
principal del régimen político en este momento; la crisis de representatividad, solo la
atenuaría brevemente.
Además el gobierno tiene otro problema, que es inherente al gobierno mismo: Piñera.
El personalismo, el gusto por la improvisación y una personalidad tremendamente
populista, le ha impedido no solo dirigir al gobierno y a su propia coalición, sino que
también ha provocado un rechazo creciente de los sectores sociales históricos de la
derecha dura, que en Chile no bajan del 30%, pero que las ultimas encuesta, como la
CEP, posicionan a Piñera cerca del 25% de apoyo, el más bajo de la historia desde que
se realizan encuestas y más bajo que el piso histórico de la derecha. Para la derecha
social, este gobierno ha comenzado a ser el quinto gobierno de la Concertación.
Incluso líderes de opinión importantes de la derecha chilena, han estado haciendo
presente su malestar de forma pública, el mismísimo Büchi señalo en una entrevista
que el gobierno se equivoca al seguir las demandas de quienes las formulan, o
Hermogenes Pérez de Arce que en su blog pide mano dura y mayor autoridad al
presidente. Esto sumando a las críticas permanentes de la UDI, que no aceptaba el
gabinete tecnocrático de Piñera, pero que con la inclusión de Mathei, Chadwick y
Longueira silenció un poco sus críticas, pero en general la derecha social, reclama tres
situaciones: a) que el gobierno no ha tenido la suficiente mano dura contra las
manifestaciones sociales; b) no ha llevado adelante el programa de gobierno por el
cual fue electo, y; c) ha sido demasiado receptivo a las demandas que han emanado
desde el movimiento social (populismo).
Continúa en la segunda parte: http://lahaine.org/clajadep/articulo.php?p=11033&more=1&c=1
Jaime Yovanovic Prieto (Profesor J)
Ex miembro suplente del Comité Central del MIR
profesor_j@yahoo.com