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Como ya hemos analizado en textos anteriores, a Piñera le interesa integrar al Partido Comunista como eje de las negociaciones, por lo que redujo la invitación a la conversación del sábado de 8 a 5 miembros de la directiva de la Confech. Habrá que ver si la Confech acepta esa movida, tendiente a disminuir la presencia de la izquierda independiente, ya que obligadamente asistirían los dos representantes del PC, Vallejo de la Fech y el presidente de la Federación de Estudiantes de la Usach, y el de la Universidad Católica, Jackson, con lo que los representantes de estudiantes de base quedarían con sólo dos en la conversación, a menos que cierren el paso del comunista de la Usach y coloquen a uno de los independientes, con lo que habrían tres independientes y dos de la alianza Concertación-PC.
Por otra parte, de forma más siniestra aún, Piñera invita de los secundarios solamente a la Cones, organización dirigida por el PC, dejando sin invitar a la Aces, poderoso gremio secundario que cuenta con 150 colegios en Santiago y alrededor de 400 a nivel nacional, que ha jugado un importante papel en las movilizaciones pingüinas y que tiene como característica el desarrollar mayor proximidad hacia los dirigentes de la Confech no comprometidos con el PC, con lo que se han ganado el odio de los dirigentes del partido comunista. Piñera, sabiendo eso, ha cerrado las puertas de este sector juvenil y abierto el cerco solamente para el grupo dirigido por la juventud comunista, lo que ha llevado a la Aces a convocar para el viernes una movilización en la Plaza Italia, con lo que ahora se trata de medir fuerzas entre los reformistas y los rebeldes, una división que favorece los planes gobiernistas y permite al PC, aliado a los partidos neoliberales de la Concertación acusar de divisionistas a los que llama “ultrones”.
Está claro que ante la pérdida de conducción del PC, Piñera empuja para agudizar las contradicciones y conseguir un interlocutor más conversable, que es la principal característica de los comunistas chilenos, expertos en colocar diputados con votos neoliberales mediante al pacto de omisión.
Por otra parte, Piñera rechaza las condiciones de la Confech para conversar, determinando que no acepta que la reunión sea televisada, lo que para la Confech es importante para mostrar abiertamente el desarrollo de las conversaciones a toda la población.
De esa manera, sólo cabe a la Confech rechazar la invitación de gobierno, hasta que se acepten los 8 miembros en la reunión, se acepte a la Aces y sea la reunión televisada.
Jaime Yovanovic Prieto (Profesor J)
profesor_j@yahoo.com