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Los militares y los estudiantes

05.09.11

Los militares tienen sus propias escuelas, divididas en cuatro sectores, la primera para oficiales, ojala de apellido de alta alcurnia, pero es sano dejar pasar uno que otro Pérez o González, como para disimular; la segunda para suboficiales, donde estarán sometidos los subordinados que por su vez van a someter a los soldados y conscriptos, la tercera para esos soldados y conscriptos sometidos y la cuarta es la práctica permanente de dar tiros, poner explosivos, infiltrar territorios, correr para acá y correr para allá.

La educación militar de soldados y conscriptos es de Rambo, es decir, lo más tonto posible, pero efectivo a la hora de matar, en cambio la de oficiales es de ingenieros y estrategas, apegados a la propiedad y al poder, con enormes salarios y casas, hasta caballos, autos y perros, para parecer estrella de TV. La familia de la tropa, como vimos tras la muerte de personal de la Fach en Juan Fernández, vive en casitas miserables, con una humildad de pueblo que conmueve y hace sentir una enorme identidad y solidaridad con ellos, con esas familias, con esos soldados, con los conscriptos, que son de nosotros, como nosotros somos de ellos, no cabe duda. Podrían mostrar las casas y familias de los oficiales también, para que sus pares se conmuevan con ellos, no es justo. No espero irritación de los oficiales, sino comprensión, ya que escribo sobre una realidad y no de cosas inventadas por nadie. Las fuerzas armadas de todo tipo reproducen la estructura social: arriba los dominantes y abajo los dominados. Arriba deciden y abajo acatan. Arriba viven bien, abajo vivimos al tres y al cuatro.

El ejército mantiene una seguidilla constante de muertos en prácticas, además de los muertos en la escuela Santa María de Iquique, en Ranquil y en el golpe militar de Pinochet, que resultó un acaparador con fabulosas cuentas en el extranjero. Vamos, que no se tape el sol con un dedo, mientras los soldados y conscriptos debían disparar contra la población que juraron defender. Sin embargo hay que destacar que un número importante de oficiales fueron sumamente honestos y respetuosos, aún entregando su vida por el derecho a vivir en democracia, así como muchos en la tropa que se pasaron a las filas populares de la resistencia. Pero siguen cayendo conscriptos en las prácticas, como en Antuco, que murieron 40 soldados solamente porque un oficial empujaba y empujaba a sabiendas de que las condiciones del horno no estaban para bollos. Ese oficial fue preso y en estos días ha sido puesto en libertad ante el estupor de la población, que no ha reaccionado por estar concentrada en la movilización estudiantil, lo que ha resultado una inteligente oportunidad para intentar salvar la cara. También hace pocos días ha fallecido otro conscripto y el informe médico dice que fue por taquicardia o algo parecido, debo revisar la noticia, porque no aguantó la educación estilo Rambo. Las salidas del ejército a cumplir labores de asistencia social no consiguen hacer olvidar estos “pequeños detalles”, como la vida de un joven de la misma edad y procedencia que los estudiantes movilizados.

Carabineros se encuentra en una grave crisis, donde han tenido que echar una manada de funcionarios por el asesinato encubierto y luego descubierto del joven en Macul, llegando el tsunami hasta el propio general Gordon, que ha tenido el desparpajo de decir que sale por “tema de salud”. El asesino se instaló tranquilamente detrás de un parapeto y empezó a disparar su metralleta UZI de fabricación israelita directamente al cuerpo, tirando a matar, al más puro estilo Rambo, ya que el enemigo estaba allí delante, como tiro al blanco y que no vengan a decir que se arrancó con los tarros, pues esa es influencia de la formación y educación interna, la ideología del combate contra quien sea, ya que el hombre, que también es víctima de las circunstancias, sólo pudo disparar así imaginando que sería cubierto por sus superiores y que echen a los que sea, seguirán teniendo esa “impresión”, que los van a cubrir. La educación del palo y la lacrimógena lleva a eso. Basta ver la cara de los carabineros que apalean estudiantes, como disfrutan el acto y como se sienten enardecidos machacando cuerpos caídos, además de los insultos que sueltan contra ellos: “vai a ver conchetumadre”, “querís guerra?” “aquí tenís”. Están siendo educados como verdaderas jaurías de hienas o lobos que destrozan cuerpos. La política de derechos humanos dentro de la tropa ha quedado en nada, pero el general Cheire ni se inmuta en su alto cargo institucional y académico donde lo ha puesto la empresa privada, ya que debe ayudar a preservar la “institución”. También se ha echado tierra en los casos de carabineros descubiertos asaltando gasolineras, lo que indica que la sensación de impunidad campea como Pedro por su casa.

En el caso de la PDI ha quedado claro como en el caso de la Academia, que no vacilan en disparar también contra la población y aún no se ha aclarado el caso del mercenario que mató agentes, lo que estaba haciendo en ese lugar y que no vengan a decir que no sabían de su existencia, ya que saben lo que hace cada estudiante y dirigente de entre los activistas estudiantiles y sindicales, pues aún no han dicho claramente lo que ha sucedido con los miles de agentes de la Dina-CNI que han hecho mutis por el foro y del sujeto o sujeta que disparó postones contra gente que caceroleaba. Tampoco ha llegado claramente a la luz pública la solución de los casos de extorsión y chantaje que hacían funcionarios de la PDI y que permanecieron por largo tiempo siendo denunciados por el comerciante de Av. Matta. Y otros casos más que siguen por ahí.

En el caso de la Armada, nada se sabe de los marinos que dispararon contra los pescadores artesanales de Mehuín, caso que se debe abrir y sancionar públicamente a los responsables, que caigan jefes también, de otro modo la impunidad e inmunidad seguirán siendo parte de la imagen que proyectan las fuerzas armadas, valga este escrito como denuncia pública de aquella situación y requerimiento de la aclaración debida, para originar una nueva escuela interna de las fuerzas armadas de que al conscripto y a la población no se le dispara ni se le deja morir, ni se le machaca el cuerpo. Los estudiantes que lanzan piedras son tan sólo unos pocos, por lo que no hay justificación, así como los partidarios de la guerra social son también un puñado, siendo la mayoría pacifista y autónoma, sin compromisos con grupos armados o que quisieran armarse. Dejen esa tarea para el propio debate estudiantil y juvenil, ya que las corrientes pacifistas y autónomas vienen creciendo en todos lados por el cambio social desde las personas y desde abajo. Ya no hace sentido todo el despliegue de guerra de las instituciones armadas, que deberían ir entendiendo que hoy día el cambio es desde las comunidades, así como en el territorio mapuche, donde deberían a esta altura del campeonato comprender que se trata de un pueblo que reivindica sus derechos históricos y son solamente algunos empresarios los que aspiran a ser “defendidos” por las armas institucionales. La patria no debe ser entendida como la vieja “unidad nacional”, ya que está claro el carácter plurinacional de la sociedad, es necesario avanzar hacia criterios progresistas y democráticos reales, no sólo formales y autoritarios.

En la Fach hoy día está la conmoción por sus muertos en Juan Fernández, pero nos parece muy delicado y poco pertinente que tengan que aparecer en bloque los jefes y altos oficiales haciendo uno de ellos declaraciones a la prensa, mientras los demás lo rodean como un conjunto, además mostrando caras duras y cortadas a cincel, cuando para otros casos aparece solamente el vocero o el comandante en jefe y en esta ocasión politicamente sutil por la gran movilización ciudadana por la educación y también contra las hidroeléctricas, de un despertar de la ciudadanía por la defensa de sus intereses como población, es como hacer sonar fuerte las botas en el piso, como haciendo notar que alli están, tal vez para mostrar “cohesión” después de la debacle en carabineros. No. La ocasión no estaba para eso, simplemente la aprovecharon.

Todo ello nos lleva a reflexionar sobre la educación, la juventud y los estudiantes, así como a la defensa de los recursos naturales, materias que tocan directamente a las fuerzas armadas en general y que deberían a esta altura estar estudiando en sus planteles de ingeniería el como extraer el cobre sin afectar a la naturaleza ni a las comunidades circundantes. Los conscriptos son parte de esa juventud estudiosa que lucha por cambios en el sistema educativo, por lo tanto la muerte de uno solo de ellos debe ser motivo para salir también a las calles a mostrar la indignación, pero el grave problema son los partidos, que al no tener interés en ello, lo esconden, podrán publicarlo en sus periódicos, pero que lo asuman los estudiantes, no, por favor, ya que la izquierda que lucha por el poder está también interesada en mantener la verticalidad y el autoritarismo férreo de las fuerzas armadas, bastando con ganar un alto oficial, como hicieron con Chávez en Venezuela y saz! ya está. Desde arriba seguir dirigiendo los procesos, lo que hace un flaco favor a la práctica democrática de la población en sus barrios y localidades. Los conscriptos deberían también reflexionar y hacer conocer sus ideas de como mejorar la educación en los planteles armados y sumarse a las propuestas de que haya una sola escuela militar en cada rama, que cualquier soldado en base a sus méritos y servicios sociales, pueda llegar a ser oficial y acceder hasta los altos mandos, sea conscripto o profesional. Acabar con el elitismo rabioso de los hijos de papá y democratizar internamente las fuerzas armadas partiendo de los criterios de selección y los criterios de ascenso en base a la opinión de sus colegas, que el ascenso de grado sea ratificado en asambleas de soldados que eligen a sus colegas para ocupar cargos de dirección y no más la autoselección desde los mismos oficiales que revisan los expedientes y cargan de actividades de inteligencia y contrainteligencia a sus subordinados, al punto de introducir el miedo al fusilamiento si se observa a alguien, ya no planteando la “subversión” como antes, sino solamente planteando la democratización. Es decir, reconocer también los derechos de todos al interior de las fuerzas armadas y de orden.
Que las escuelas internas enseñen como proteger la naturaleza y a la población, que tanto derecho legal tiene el empresario como los trabajadores, que se entienda que la precariedad del trabajo y el desempleo son factores que empujan a la población a lo que ellos llaman “delito”, que se sepa que los contenedores con drogas que ingresan al país solamente pueden hacerlo con la complicidad de altas autoridades civiles y militares, que es falso que el tráfico se hace mediante mulas que tragan las cápsulas con drogas, que eso no alcanza ni al uno por ciento de la droga que circula y además que no viene de Bolivia, sino de Colombia, pues en ese país se acostumbra a que los carteles del narco estén ligados a los paramilitares y aún a altos jefes militares o de la policía de ese país, lo que no es un secreto para nadie, ni aún para la DEA de Estados Unidos, ya que de ahí ellos mismos sacan fondos para educar y dirigir mercenarios, como formaron ellos mismos gran parte de la dirigencia de Al Qaeda desde que apoyaron la lucha en Afganistán contra los soviéticos. Cría cuervos y te sacarán los ojos.

La droga es la que permite justificar el cerco militarizado en las poblaciones periféricas de las ciudades, por lo que se trata de una estrategia “contrainsurgente” de controlar los territorios donde pueda desplegarse la oposición armada y subversiva, lo que se ha desarrollado plenamente en el norte de México, donde se ha inventado un modelo copiado del Plan Río de uso de la droga y el tráfico para mantener el cerco a las periferias urbanas susceptibles de “levantarse”, cuando hoy día esa estrategia rebelde ha sido abandonado por la mayoría de la población en todo el continente, que organiza de forma pacífica sus propias modalidades autónomas de cambio social desde abajo, lo que debería ser respetado y asimilado por los sectores y personas de las fuerzas armadas que verdaderamente tengan vocación democrática, por eso es tan importante hoy día reconocer los elementos identitarios y de alianza entre los sectores de juventud de los barrios, los estudiantes, los conscriptos y los soldados profesionales, no sólo por la edad o necesidades educacionales, sino también la conciencia y práctica realmente democrática desde abajo. No es posible que las fuerzas armadas estén siendo constantemente cooptadas por arriba por la politica empresarial o por la politica del llamado socialismo del S.XXI, modo autoritario de imponer la ideología por sobre los intereses democráticos de la población, que es lo que sucede con el gobierno de Evo Morales en Bolivia, el de Correa en Ecuador, el de Chávez en Venezuela, de Ortega en Nicaragua y ahora el de Humala en Perú. Ya está claro que la politica de línea dura al estilo Pinochet no sirve, como quedó demostrado en Honduras, cuyo golpe hubo de ser efímero, con la oposición de todos los países, interesados en resolver las pugnas entre empresarios y socialistas del S.XXI solamente a nivel de cúpulas, manteniendo sectores privilegiados que se instalan por encima de la población, así como la partidocracia, el pretexto de los “partidos” para cubrir esa pugna que no es de real interés de la población, que poco a poco se va independizando de los partidos políticos para encontrar progresivamente fórmulas que les permitan cambiar y mejorar las formas de vida para todos mediante la democracia barrial y el empoderamiento de territorios para desarrollar otra economía que evite nuevos provilegios y nuevos autoritarismos.

Seguirán siendo las fuerzas armadas el instrumento del poder, cualquiera que sea su color, o podrán descubrir maneras de sumarse a los nuevos tiempos de búsqueda de una democracia efectiva desde abajo y con autonomía de las comunidades que realizan otra economía directamente intercambiando entre comunidades y territorios procurando un equilibrio que no puede mantener la constante lucha y repartija por el poder central?

Podrá la armada disparar contra los investigadores de Celco que van a envenenar las aguas en Mehuín?

Podrán los carabineros disparar contra los empresarios instalados en territorio mapuche para que se vayan y permitan la libre expresión de ese pueblo?

Podrá el ejército, carabineros y PDI desarticular los grupos de narcos en los barrios para permitir la libre expresión de otra economía que permita enfrentar el desempleo mediante iniciativas locales?

Podrá la Fach sumarse al mayor desarrollo de las regiones?

Todo ello es posible, sin embargo se hace más difícil con la actual estructura vertical y jerarquizada de las fuerzas armadas, por lo que ahora se trata de un imperativo histórico apoyar un proceso interno de democratización de las fuerzas armadas y de orden en general, evitando la mantención de burocracias separadas y contrarias a los intereses de sus bases y de la población en general.

Esperemos que el desarrollo de candidaturas independientes y vecinales en esta próxima elección municipal que desplace aunque sólo sea en la campaña a la partidocracia, pueda influir en las reflexiones al respecto.

Abrazos

Jaime Yovanovic Prieto (Profesor J)
municipiosindependientes@yahoo.cl


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