Sergio hace en su texto sobre los estudiantes uno de los mejores análisis que pueden verse en la jungla de artículos y opiniones sobre el asunto, concluyendo que es necesario que el movimiento estudiantil se junte con otros movimientos, en especial el movimiento de trabajadores, a lo que tenemos dos consideraciones. La primera dice con el papel de los movimientos y la segunda con el papel de los trabajadores.
Los movimientos sociales tienen dos caminos o destinos, como se ha podido ver en el continente: subordinarse, sustituir o transformarse en partido para dirigir el estado, o transformarse territorialmente en comunidades empoderadas sin dejar de ser “movimiento”. Los cocaleros en Bolivia nacen como movimiento social y se organizan en sindicato, filiándose posteriormente a la Central Campesina fundando para ello la Federación y Confederación Campesina del Trópico de Cochabamba. Nunca llegaron a desarrollar formas de vida comunitaria y se mantienen organizados de forma sindicalista como pequeños propietarios, lo que facilitó su transformación en partido propio, el MAS, que, de paso, incorporó una multitud de cuadros de la vieja izquierda fenecida. Triste destino de un gobierno que se ha vuelto contra las comunidades, dejando a Harnecker rascándose perpleja la barbilla. La acción conjunta de los más variados movimientos en ese país consiguió colocar al MAS en el gobierno con la consiguiente práctica de distanciamiento que llevó a otros movimientos, en especial los de base territorial, como el poderoso bloque de la Cidob y del Conamaq, a distanciarse y criticar severamente el comportamiento institucional.
El MST de Brasil, habiendo sido el movimiento social más poderoso del continente hasta la aparición pública del zapatismo en México a mediados de los años 90, debido a que el 90% de su dirección está compuesta por cuadros del PT, se subordinó completamente al proyecto neoliberal de Lula, con lo que perdió imagen y eficacia, aún en sus propias bases, que de un millón de personas, ahora no alcanza la cifra de 300 mil, sin rumbo, desprestigiado y además contribuyente al aniquilamiento de los otros movimientos, quedando en pie solamente las estructuras institucionalizadas de la CUT y la CMP (Central de Movimientos Populares), ambas dirigidas también por el PT. Triste destino de los movimientos subordinados. Es falso que exista autonomía en los campamentos y asentamientos del MST y menos una economía alternativa, ya que están plegados al PT y a la economía mercantil tradicional.
Los piqueteros argentinos algunos (los que han seguido los cursos en los campamentos del MST brasileño) se han organizado en el movimiento de movimientos, el Frente Popular Darío Santillán, con los mismos vicios. El Frente Campesino Exequiel Zamora de Venezuela, que era autónomo, recibió durante los cuatro meses anteriores al Foro Social de Caracas, la visita y cursos de instrucción de cuadros del MST de Brasil, llegando al final de esos cuatro meses a solicitar su incorporación al Partido Socialista de Chávez. Un importante sector de indígenas y campesinos se ha autonomizado del Frente Nacional de Resistencia en Honduras cuando Zelaya propone transformarlo en partido y disputar las elecciones entes de que se cumplieran los acuerdos de luchar por una constituyente elaborada desde abajo. Y así siguen los ejemplos.
El movimiento zapatista, de base territorial y comunitaria, sigue como tal sin perder esa base, consolidando los municipios autónomos y, más aún, consiguiendo que distintos otros movimientos hagan los suyos en prácticamente todos los estados mexicanos. La Conaie en ecuador, también de asentamiento territorial, se ha autonomizado de Correa y ha convocado a fuertes movilizaciones a las que se han plegado otros sectores.
Pero esos son sólo algunos ejemplos, que indican que hay movimientos de base territorial, como el MST, que subordinan la base al centro, y otros, como los zapatistas y la Conaie, que hacen exactamente lo contrario. Cuál será el destino del movimiento estrudiantil chileno? Sergio no considera que dentro del movimiento estudiantil se ha constituído un movimiento democrático que pugna con los partidos el control y que hasta ahora lleva la conducción.
Respecto del movimiento de trabajadores, todos los sectores de izquierda tradicional insisten en ello, cada uno a su manera y con diferentes miradas sobre el control autoritario o no de los sindicatos, reducidos a su mínima expresión, por lo que una revitalización por fuera de la izquierda tradicional es impensable. Casi todos coinciden en que la CUT debe ser el eje, lo que les llevará a interminables luchas internas por el control de sindicatos, donde algunos de los más importantes son escenario de las pugnas fraticidas entre el PC y la Fuerza Social, que tarde o temprando tendrán que llegar a un acuerdo, pero no imagino a Sergio elogiando un movimiento sindical dirigido por la izquierda tradicional, a menos que piense en negociaciones y acuerdos que lo convertirán en una nueva cúpula.
Tal vez pudiera referirse a la población en general, ya que es en los barrios donde se está sembrando y están surgiendo brotes alternativos de nuevas propuestas que se aproximan más al movimiento democrático de base estudiantil que al movimiento estudiantil propiamente dicho, meramente reivindicativo, en tanto el movimiento democrático asambleario trasciende en mucho la simple reivindicación. Por lo tanto, desde nuestra perspectiva el futuro del movimiento estudiantil no está ligado a su alianza con el movimiento de trabajadores, sino a la profundización interna del movimiento democrático, al arrinconamiento de las tendencias burocráticas y a la alianza con sectores barriales donde pueda en plazos cortos crecer más aún la red de organizaciones y actividades autónomas y democráticas que diseñan progresivamente un nuevo perfil de las dinámicas sociales, para ir pasando de la reivindicación dirigida al estado o acumulación de fuerzas políticas estatistas al empoderamiento local y formas de vida comunitaria.
Jaime Yovanovic Prieto (Profesor J)
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