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Gobierno cubano e intelectuales de la Nomenklatura se niegan a reconocer existencia de nación afro, niegan la plurinacionalidad y multiculturalidad inventando la multicoloridad

14.10.11

(tomado de La Jornada, viernes, 14 de octubre de 2011
http://www.jornada.unam.mx/2011/10/14/mundo/024n3mun)

(el número de la revista Casa de las Americas son los artículos mencionados:
http://www.casadelasamericas.com/publicaciones/revistacasa/264/revistacasa264.php?pagina=revistacasa
http://www.casadelasamericas.com/publicaciones/revistacasa/264/africamerica.pdf (formato PDF)

Persiste sutil discriminación racial en Cuba, denuncia escritor

por Gerardo Arreola

La Habana, 13 de octubre. La discriminación racial en Cuba persiste
sutilmente, en casos como el acceso a un trabajo en el turismo o en
las empresas mixtas o cuando un actor quiere un papel en teatro, radio
o televisión, expuso el escritor Miguel Barnet, en un ensayo que
empezó a circular aquí.

El problema no radica en que, por el color de su piel, a una persona
se le impida recibir un servicio médico, estudiar en la universidad o
desarrollarse en la cultura, sino al tener que enfrentar trabas
discriminatorias solapadas, señaló el autor de Biografía de un
cimarrón, en la revista de la Casa de las Américas.

En el mismo número, el ensayista Fernando Martínez Heredia consideró
que el racismo está ligado a los efectos que ha tenido la crisis de
los 90 en los grupos menos favorecidos, pero también a la disgregación
social, el apoliticismo, a la conservatización de la vida social y
otros fenómenos de las últimas dos décadas.

La publicación está dedicada a la herencia africana en América y se
une al debate sobre el racismo en Cuba, que reabrió el presidente Raúl
Castro en 2009, cuando denunció el insuficiente avance para erradicarlo.

En forma simbólica, la presentación de la revista estuvo a cargo de
Esteban Morales, académico separado del Partido Comunista en junio de
2010 tras criticar la corrupción oficial. Un año más tarde, fue
readmitido en la organización y ésta fue su primera intervención
pública desde entonces.

Según el último censo (2002) realizado en el país, 65 por ciento de la
población cubana es blanca, 24 por ciento mulata o mestiza y 10 por
ciento negra.

Barnet y Martínez Heredia subrayaron que la revolución estableció un
marco legal sobre el cual surgió una política de equidad para la
población. Pero, entre otras causas de la pervivencia del racismo,
apuntaron a la línea oficial de unidad nacional ante a Estados Unidos,
que frenó la discusión de diversidades sociales.

Con el paso del tiempo, se hacen visibles sus efectos
contraproducentes, sobre todo en cuanto al creciente debilitamiento
del debate interno en temas de honda significación popular como este,
escribió Barnet. El poeta anotó entre los focos rojos la persistencia
de patrones discriminatorios hacia negros y mestizos en el radio y la
televisión; la falta de una agenda nacional y la informalidad o del
debate sobre este punto.

Martínez Heredia concluyó que en la identificación, el rechazo y la
lucha contra el racismo existen serias diferencias entre la posición
oficial y de la revolución y las ideas que manejamos nosotros, por una
parte, y lo que sucede en la práctica social, por la otra.

———————
http://estebanmoralesdominguez.blogspot.com/2011/09/notas-sobre-el-tem
a-racial-en-la.html

NOTAS SOBRE EL TEMA RACIAL EN LA REALIDAD CUBANA DE HOY

Por: Esteban Morales

UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba)

En la Cuba actual, el racismo está en la conciencia de las personas.
Pero lamentablemente también en la realidad. Conciencia y realidad se
retroalimentan. Produciendo una situación en que resulta indispensable
trabajar sobre los dos planos del fenómeno, para lograr comprenderlo
y eliminarlo. Por supuesto, lograr avances en la conciencia será
siempre mucho más difícil que en los marcos de la realidad objetiva.[1]

A ello se agrega, que durante muchos años, desde 1959, la realidad
que se vivía no contribuía a la persistencia de los estereotipos
raciales, discriminación y racismo. El ambiente social predominante
presentaba las características propias de una sociedad que avanzaba en
sus proyectos de crear un nuevo modo de producción y junto con él,
nuevas formas de vida y de convivencia social. El triunfo
revolucionario en 1959 había abierto esas posibilidades. El líder de
la revolución también había alertado sobre la existencia de la
discriminación racial y sus consecuencias. En momentos tan tempranos,
como marzo s de 1959, había abordado profundamente el problema
racial. Legado que hoy nos acompaña en la lucha re emergente.

Pero, a partir de la segunda mitad de los años ochenta, las cosas
empezaron a cambiar, trayendo un conjunto de problemas que comenzaron
a afectar seriamente el curso del desarrollo de la nación.
No se trataba de la contrarrevolución, ésa había comenzado a
afectarnos desde el propio año 1959, pero lejos de desmembrar el
proyecto revolucionario, sirvió para cohesionar al pueblo alrededor de
la Revolución y su liderazgo político. La contrarrevolución, en
esos años, sirvió para radicalizar el proceso, elevar la conciencia
antiimperialista, cohesionar al pueblo alrededor de las tareas
principales, elevar la capacidad de respuesta ante los intentos por
destruir a la revolución, comprender la capacidad del
internacionalismo como arma de defensa y contraataque.

Los proyectos sociales desplegados, con profundo sentido de justicia,
sirvieron para formar a un pueblo que se núcleo más profundamente que
nunca alrededor de una identidad nacional rescatada y de una identidad
cultural fortalecida e inclusiva. Que elevo a planos insospechados la
instrucción y el nivel cultural del pueblo. Que hizo de la
solidaridad un principio básico de la convivencia social. Que logro
hacer creer, sobre una base de realizaciones objetivas, que las
lacras del pasado desaparecerían. No todo fue bueno, en términos de
experiencias acumuladas. Se cometieron errores, hubo fallas y
desaciertos de todo tipo, que ahora nos laceran y obstaculizan las
rectificaciones y los avances pero avanzamos mucho y con rapidez.
Ahora, nos percatamos de que muchas cosas deben ser cambiadas,
rectificadas, incluso desplazadas de nuestra realidad. Pero se avanzo
y la sociedad cubana comenzó a ser diferente, mejor, más solida.
Dentro de ello, aunque las preocupaciones sobre la cuestión racial
permanecieron en muchas personas, reclamar el tratamiento de los
asuntos negativos que aun sobrevivían no parecía tener la prioridad,
que tal vez si ameritaba darles. Porque en medio de los avances que se
iban obteniendo, no parecía legitimo ni prudente reclamar sobre un
problema que al parecer se iba solucionando .Y que siempre había
encerrado el peligro de dividirnos. Por eso, negros blancos y
mestizos, todo el pueblo dio su voto de confianza a la altura de 1962,
cuando se declaro que el problema racial estaba resuelto.

Algunas cosas, que al parecer estaban muy bien, más adelante, no lo
estaban en realidad. Entre ellas:

-Casi nadie se cuestionaba de que las cosas podían hacerse de otro
modo y los pocos que se atrevían a manifestar sus discrepancias,
terminaban aplastados por el pensamiento social único, que casi todos
apoyaban.

-Creíamos que el proceso que llevábamos adelante era irreversible y
todo lo que parecía cuestionárselo terminaba “demonizado”.

-De los Países Socialistas parecía venir todo lo mejor. Reproducíamos
sus errores y modelos casi con religiosa disciplina.
Particularmente en el trabajo científico de las Ciencias Sociales
Cubanas, así como en el campo de la economía y no poco en los métodos
de trabajo.

-Nuestro socialismo vestía un uniforme que no podía diferenciarse ni
en el detalle del uniforme que vestían los llamados Países Hermanos. A
alguien debíamos parecernos y al principio no seleccionamos mal.

-Comenzamos a tener conciencia de nuestras diferencias, solo cuando
asumir estas últimas se convirtió en mecanismo de defensa. “La
revolución a Cuba no vino con las tropas del Ejército Rojo”. El
llamado campo Socialista comenzaba a desmoronarse y nos negábamos
casi intuitivamente a caer como fichas de domino. Entonces, como
mecanismo de defensa, comenzamos a insistir más en lo que teníamos de
diferente y con ello, a saber que debíamos apoyarnos más en nuestros
propios valores nacionales.

-Así emerge el llamado “Periodo de Rectificación de Errores y
Tendencias Negativas”, que hacia mediados de los ochenta, comenzó a
diferenciarnos definitivamente, porque se apartaba de un camino por
donde comenzaban a moverse los ex países socialistas europeos y que
nosotros teníamos la idea bien clara que se trataba de un camino que
no debíamos seguir. Ganando así la conciencia de no copiar, de la que
antes casi carecíamos. Ya habíamos copiado demasiado y por ese
camino, sobre todo, con Estados Unidos al lado y sin los aliados
socialistas, llegaríamos al laberinto que ya conocíamos y que no
queríamos repetir. Pues volveríamos a ser, como antes de 1959, una
neo colonia de Estados Unidos.

-Ese mismo liderazgo político, bajo el cual se construyeron los
importantes avances, aunque también los errores, fue el que en
definitiva nos salvo. Porque Fidel Castro, “con su foco de visión de
al doblar de la esquina”, intuyo el derrumbe, lo vio venir con
meridiana claridad y comenzó a prepararnos y a prepararse él mismo
para lo que se avecinaba.[2]

-Pero lo que más nos afecto fue el derrumbe económico. Con el perdimos
casi todas las seguridades. Nuestro PIB cayó un 35% en tres años y
se esfumo el 85% de nuestro mercado. El golpe fue brutal, pero aunque
“chocamos con la terapia”, no usamos “la terapia de choque”, pues el
estado absorbió el costo de la crisis y el pueblo sufrió bastante,
pero mucho menos de lo imaginable bajo aquellas condiciones. Aunque
se derrocharon recursos y sobre todo petróleo, de todos modos se puso
de manifiesto que también se crearon capacidades técnicas, materiales
y sobre todo humanas, que desempeñaron un papel clave para detener
la crisis económica en 1994 y comenzar a crecer nuevamente.

- Los resultados sociales de aquella crisis económica, con atisbos
de crisis social, nunca política, nos sirvieron para percatarnos de
que nuestro patio era particular “pero que en el llovía y nos
mojábamos como en los demás”. Se agudizaron las diferencias sociales,
apareció la prostitución, hizo su emergencia algo de droga,
corrupción, creció la delincuencia, bajo el nivel de vida y en ese
contexto, los grupos raciales negros y mestizos, comenzaron
evidenciar, que a pesar de lo que habían avanzado, no habían logrado
todavía un proyecto de vida equilibrado y sostenible, a la par con
mucha de la población blanca.[3]Aunque la pobreza no dejaba de
afectar también a esta última. Aunque siempre más a negros y mestizos.[4]

De ese contexto social y sobre todo económico de la crisis de finales
de los años ochenta y principios de los noventa, re emergió el
racismo. Nos percatamos de que no había desaparecido, o de que no
estaba desapareciendo al ritmo que habíamos presupuesto, sino que lo
ocurrido, era que se había “escondido, esperando situaciones propicias
para su re emergencia. Como las que entonces se presentaban.

Cuba, en la cuestión racial, devenía así en un paradigma. Ningún país
del hemisferio había cambiado tanto como Cuba, En ningún lugar como en
la Isla se había desplegado una política de justicia social, que
persiguiera la desigualdad hasta los mismos bordes del igualitarismo.
En ninguna nación del hemisferio en que vivimos se había logrado hacer
retroceder el racismo y la discriminación de todo tipo como en Cuba. Y
sin embargo, se ponía claramente de manifiesto que no había sido
suficiente. Mostrando fehacientemente, que 50 años de revolución,
aunque muy radical, no eran suficientes para borrar más de 400 años
de esclavitud y neocolonialismo.

Hoy, a nivel de los años transcurridos del 2000, las estadísticas
recogidas muestran claramente, que no solo fueron negros y mestizos
los más golpeados por la crisis, sino que esas diferencias se
mantienen y que en los años más recientes, incluso se han agravado.

No solo los puntos de partida que han caracterizado la situación de
blancos, negros y mestizos, continúan siendo diferentes, sino que las
desigualdades existentes continúan constituyendo el parámetro
fundamental, que como punto de partida debe ser tomado en
consideración para la política social y que dentro de esa política,
hay que tener en cuenta el color, pues continua siendo una fuerte
variable de diferenciación social.[5]
Hoy los cubanos somos más que nunca antes iguales ante la ley, pero
continuamos siendo desiguales, en términos raciales, para alcanzar
las oportunidades que la propia política social pone a nuestra disposición.[6]

Negros y mestizos son los que peor viven, los que menos remesas
reciben, los más representados en la población penal, los que menos
tienen a su alcance un empleo en la llamada economía emergente ( del
dólar y las corporaciones), los que menos representados estuvieron
hasta hace muy poco en las estructuras del poder político y administrativo.[7]

Sin embargo, continúan existiendo problemas y deficiencias que afecta
más a los grupos negros y mestizos que al resto de la población y que
impacta negativamente en el trabajo a realizar para solucionar la
situación, especialmente en nuestros jóvenes: ellos son:

1- El racismo y la discriminación racial aun existente provienen
también de la limitada atención, que de manera específica, le dimos
a este problema durante muchos años, hasta que a la altura de
mediados de los años ochenta el Liderazgo Político de la Revolución
se percato de que había que hacer serios ajustes en la política
social seguida hasta esos momentos. Tomando en consideración el color
de la piel, como lo que es, una variable de diferenciación social.[8]

2- Que es necesario fortalecer la identidad cultural y racial,
dentro de la identidad nacional. Priorizada esta ultima dentro del
enfrentamiento político, pero un tanto descuidadas las otras

3- Que son necesarios ajustes en la educación a todos los niveles,
entre ellos, fortalecer la enseñanza de la historia. Articulándola mas
como sistema, en el que entra no solo la escuela, sino también los
medios, la familia, la cultura y sus manifestacones.

4- Que es necesario que el color y los estudios raciales entren en
la escuela a todos los niveles. Fortaleciendo los estudios
etnoraciales en las universidades. Los estudios sobre África, Asia y
Medio Oriente. Desterrando el occidentalismo, ese fenómeno de
absolutización de un componente ideológico y cultural que nos induce a
una forma maniquea, “hegemónicamente blanca” y racista de asimilar la
cultura occidental, la universal y nuestra propia cultura.

¿Cómo es posible que en una nación multicolor, como Cuba, con una
herencia neocolonial tan cercana, no haya un tratamiento científico de
esos problemas en nuestra educación superior?[9]
¿De qué desarrollo de la ciencia podemos hablar en nuestras
universidades, si el núcleo de ese desarrollo, que es, en primer
lugar, auto reconocernos como pueblo y como nación, se presenta
incompleto, apenas se aborda o se les da un tratamiento
prejuiciado, a esta parte esencial de la identidad nacional?
¿De qué cultura general e integral podemos hablar hoy en Cuba, con
esos lastres neocoloniales en nuestra enseñanza?

Se trata de que un abordaje científico de los problemas de la
llamada “raza” y el color, aspectos esenciales de la identidad,
deben entrar en la escuela cubana, a todos los niveles, para que
puedan pasar definitivamente a la cultura, lográndose así combatir a
fondo las aristas negativas, que aun permiten espacio al
racismo, los estereotipos raciales, la tendencia al blanqueamiento
y la discriminación racial existente en nuestro país. No se trata
simplemente de dar a nuestro estudiantes una formación cultural,
sino de una formación cultural antidiscriminatoria y antirracista.

5- - Nuestro sistema estadístico debe aun mejorar
considerablemente, para que el color, pueda quedar recogido en las
mediciones socioeconómicas que generamos. No basta que contemos a
nuestra población, esta también tiene que ser registrada en todos
sus rasgos, siendo particularmente el color una variable de
diferenciación social muy importante en un país como Cuba .No tomar en
consideración esta variable mencionada, deja fuera del análisis de la
población un conjunto importante de indicadores de diferenciación
social, que impiden caracterizar de manera real la situación
socioeconómica de la gente, introduciéndose entonces sesgos
inadmisibles, que afectan a la política social y a la dirección
de la sociedad en su conjunto.[10]

Categorías económicas y socioeconómicas como, desempleo, calidad del
empleo, niveles de ingreso, salario, estado y calidad de la
vivienda, marginalidad, violencia familiar, remesas, acceso a los
niveles de educación superior, migración interna, migración externa,
promedio de vida, mortalidad infantil, mortalidad materna, mortalidad
general, niveles de la jubilación, acceso a la recreación,
equipamiento domestico y otros, deben ser estadísticamente
cuantificados tomando en consideración el color de la piel.[11]

No toda la población cubana disfruta, al mismo nivel, de las
ventajas que la política social pone a su disposición. Porque la
distribución social, durante muchos años, fue igualitaria, pero la
población no es homogénea, por lo que debido a razones, que también
puede ser también de orden racial, no todos los ciudadanos han
estado en similares condiciones para alcanzar las oportunidades
puestas a su disposición. Lo cual en la educación se observa con
claridad. Pues, no es lo mismo provenir de una familia de
universitarios, que de una familia obrera o campesina sin
antecedentes de contacto con la vida intelectual. Lamentablemente,
aun, no es lo mismo vivir en Nuevo Vedado que en Parraga o Pogolotti.[12]
Aquello de que “todos somos iguales” fue un slogan de la demagogia
republicana. No, todos los cubanos no somos iguales. Hay que
reconocer, que por término medio, según seamos blancos, mestizos o
negros, aunque iguales ante la ley y frente a una política social
extraordinariamente humanitaria, hemos tenido puntos de partida
históricos diferentes, que se trasladan de generación en generación
y que aun arrastramos de una historia colonial y neocolonial de 500
años. Por lo que, el único modo de borrar esa compleja realidad, es
fundamentar la política social en las desigualdades aun
existentes. Por lo tanto, hay que tener caracterizadas, cuantificadas
y bien localizadas esas desigualdades. Para lograr atacarlas allí
donde se estén produciendo.[13]
Nuestras estadísticas, de todos tipos, tanto demográficas como
socioeconómicas, deben recoger el color. Pues ellas tienen que ser
el reflejo de la nación, que no es otra cosa que al pueblo que la
compone. Cuba no es Suecia ni Holanda .Estamos en el Caribe. Con
una historia muy peculiar. No se trata de un simple deseo; no, es
que cuando no reflejamos el color, estamos echando al cesto del
olvido siglos de historia. Por lo que estamos de hecho ignorando la
reproducible herencia del colonialismo que aun padecemos todos.[14]

Me pregunto ¿cómo entender y dirigir científicamente a la
sociedad cubana actual sin tomar en consideración el color? ¿De qué
pueblo estamos hablando? ¿A qué nación nos estamos refiriendo, cuando
no tomamos en consideración el color?[15]Pongamos un ejemplo que nos
ilustra un poco.
En los Estados Unidos, la nación económicamente más desarrollada del
planeta, cuando a nivel federal la tasa de desempleo es un 7 %, entre
los hispanos es de un 10 o 12 % y entre los negros de un 15 a un
20%.¿ A qué se deben esas diferencias? Incluso en la nación más rica
del mundo. Si introducimos al estado, en el análisis, la comparación
se hace aun más compleja.

La multicoloridad, rasgo que caracteriza a nuestra nación, tiene que
estar presente en todos los escenarios en que el pueblo se
desenvuelve. Y cuando no este, debemos exigirla, todos los que
tengamos conciencia de su importancia: blancos, mestizos y negros
.Pues se trata de que nuestra sociedad no sería definitivamente
democrática, culta ni para todos, sin considerar ese ingrediente.
Democracia, justicia social, derechos humanos y equilibrio racial,
son inseparables.[16]De lo contario, aunque no lo queramos,
contribuimos a perpetuar el desequilibrio, que no es solo de color,
sino clasista, que subyace como herencia del colonialismo. Pues clase
y color se dieron siempre la mano en la historia de nuestro país.
Donde decir blanco, era decir hegemonía cultural, riqueza, cultura;
mientras que negro y mestizo era decir esclavitud, pobreza,
deculturacion, cultura sojuzgada.

Entonces, la llamada Acción Afirmativa debe tener su espacio entre
nosotros .De lo contrario va a ser imposible que, dentro de un
periodo de tiempo medianamente aceptable, podamos equilibrar los
diferentes puntos de partida histórico de los grupos raciales que
componen hoy nuestra sociedad.[17]

Un problema social, que aun no esté resuelto, adopta siempre
expresiones concretas, que no pocas veces son directamente políticas.
Vivimos hoy momentos muy difíciles y complejos. Estos se caracterizan
porque los problemas tienden a institucionalizarse. Razón por la
cual, la sociedad civil cubana actual está hoy generando,
paulatinamente, respecto a la cuestión racial, una institucionalidad
propia, al margen del estado, sus dispositivos y aparatos. También
al margen del gobierno y las organizaciones políticas y de masas. Lo
cual quiere decir, que existen sectores de la sociedad,
especialmente afectados por la cuestión racial, blancos, negros o
mestizos, que no encuentran en ella la institucionalidad que
termine de dar respuestas a sus nuevas necesidades, inquietudes y
preocupaciones.[18]
Entonces, particularmente los afectados directamente o aquellos para
los cuales el tema racial es un objeto de preocupación, con
independencia del grupo racial al que pertenezcan, no encuentran
todavía una respuesta política en las instituciones existentes.
Siendo este uno de los retos a que hoy se tiene que enfrentar la
sociedad cubana y que no puede dejar de formar parte del debate para
su perfeccionamiento.

El debate racial aun no es promovido desde esos niveles. El tema
racial no está en las agendas de ninguna de las organizaciones
políticas y de masas, ni en la de la Asamblea Nacional del Poder
Popular. El tema racial no aparece en ninguno de los documentos
puestos a debate público recientemente. No se debatió en el Congreso
de la Unión de Jóvenes Comunistas, aunque Raúl Castro lo menciono; ni
en los Comités de Defensa de la Revolución. Tampoco aparece en el
trabajo del Movimiento Sindical.[19]Salió al calor de las críticas
realizadas por Raúl Castro a la política de cuadros en el VI Congreso
del Partido y continuara emergiendo cuando se discutan los problemas
sociales y políticos en la próxima Conferencia del partido.[20]

Salvo para un número muy limitado de instituciones, como el
Ministerio de Cultura, la UNEAC y la Fundación Fernando Ortiz, junto
a otras fundaciones, Proyectos Comunitarios y grupos informales, el
tema racial no tiene una presencia explicita amplia en la vida
nacional. Los medios de información lo reflejan muy limitadamente y
sin ninguna sistematicidad, así como tampoco son muy divulgadas
aun las actividades que se realizan sobre el tema.[21]

Sin embargo, el marco de las preocupaciones respecto al tema racial
se está ampliando y sus expresiones en el trabajo cultural van
ocupando cada vez mayor espacio.
Se ha venido formando un consenso alrededor del tema, su importancia
y necesidad de su tratamiento, sobre todo, en medio de la compleja
situación económica actual. Se van acumulando expresiones de los
líderes principales del país, en los discursos de Fidel y Raúl; la
institucionalidad gubernamental y política, están reaccionando.
Existiendo múltiples señales de que se están generando medidas y
potenciales políticas que tienen que ver directa o colateralmente
con el tema racial, dando continuidad a las ya existentes.[22]

Entonces, se ha comenzado a trabajar fuertemente para
institucionalizar el tema y sus posibles soluciones, desde una
perspectiva que contribuya y forme parte del conjunto de políticas que
el país está debatiendo para hacer avanzar el socialismo. Sobre todo,
porque también hay que brindar batalla a ciertos grupos, que lo
están enfocando como un problema de ausencia de democracia, derechos
humanos y libertades civiles para los negros, en nuestro ambiente
social actual.[23]Con posiciones que están vinculadas a un manejo
contrarrevolucionario del tema. Aprovechando las consecuencias del
debate recientemente abierto en la Comisión de Derechos Humanos y
Raza, celebrada en Ginebra. Se está produciendo aquello sobre lo
que tantas veces han alertado varios intelectuales revolucionarios
en Cuba: tema de nuestra realidad, que nosotros mismos no abordemos,
otros lo toman en sus manos y no siempre con las mejores intenciones.
Tratándose, sobre todo, de un asunto en el que existen diferentes
posiciones ideológicas y puntos de vista políticamente contrapuestos.
Que vinculan ya el asunto racial con la actual política de
subversión de Estados Unidos hacia Cuba. Por lo que pensamos que hay
que trabajar fuertemente en las direcciones siguientes:[24]

- Hay que terminar de abrir fuertemente el debate público
del tema y prepararse para los impactos que en este periodo nos
puede traer.

- Hay que llevar el tema racial a los debates de la
Conferencia del Partido.[25]

- Hay que tratar los asuntos del tema a través de los
mecanismos de trabajo de la Asamblea Nacional del Poder Popular a
todos los niveles.[26]

- El tema tiene que terminar de formar parte de la agenda
en las organizaciones políticas y de masas y dentro del Movimiento
Sindical en particular.

- Hay que continuar trabajando para adoptar medidas
inmediatas que nos permitan avanzar de manera integral en el marco de
la educación a todos los niveles, en su divulgación y el trabajo cultural.

- Hay que tratar de crear un dispositivo específico, a
nivel estatal del gobierno o de ambos, para atender el tema racial.
Dándole también un carácter institucional a la atención del tema. [27]

Finalmente, los cubanos tampoco podemos limitarnos a ser meros
espectadores, del llamado Movimiento Afro descendiente, bajo el
pretexto, sobre todo, de que en Cuba no hay pueblos originarios o
de que en Cuba todos somos afro descendiente.

En cada uno de los tres encuentros continentales de la campaña “500
años de resistencia indígena, negra y popular “, y en otras
conferencias Internacionales sobre los Afro descendientes, se han
producido declaraciones de solidaridad con Cuba. Porque un
movimiento que tiene como eje la reivindicación del derecho de
autodeterminación de los pueblos indígenas y afrodescendientes,
perciben al pueblo cubano como un símbolo de la resistencia
continental en la defensa de la soberanía y la dignidad. Entonces,
¿Cómo podría Cuba no identificarse con este movimiento?, ¿Cómo podría
no considerarlo un aliado importante en la lucha antiimperialista, es
decir, en la lucha liberadora del continente?

La Habana, Septiembre del 2011.

Esteban Morales es Economista, politólogo y ensayista. Nacido en
Cárdenas, Provincia de Matanzas el 26 de Agosto de 1942. Dr. en
Ciencias (Universidad de la Habana) y Dr. en Ciencias Económicas.
Miembro de la Academia de Ciencias de Cuba. Miembro de la UNEAC.

[1] Ver: Esteban Morales “Cuba: raza después de 1959”, Enciclopedia
sobre Cuba, en proceso de publicación, septiembre 2011.El tema está
tanto en la conciencia de la sociedad, casi del mismo modo en que
falta conciencia sobre el tema. Tratándose de algo sobre lo cual, no
pocas veces, las personas no desean hablar. El Cro. Raúl Castro lo
acaba de calificar como de “vergüenza” y estoy convencido que eso es
lo que siente mucha gente cuando se ve obligada a aceptar que el
problema existe. Otros, lamentablemente, siguen cerrando los ojos para
no verlo, como si quisieran exorcizarlo.
[2] Alguien dijo en una ocasión, y yo lo comparto, que “Fidel va al
futuro, regresa y nos lo cuenta”. Un ejemplo de ello lo tenemos muy
reciente. Ver: periódico Granma, jueves s 8 de septiembre del 2011,
“Tres preguntas de Fidel en 1999 a los Jefes de Estado de la OTAN que
no fueron respondidas “.p.5
[3] No sería justo ni cierto decir que la población blanca no sufrió
también; sino que negros y mestizos, masivamente sufrieron más.
[4] Ver: Reforma Económica y Población en Condiciones de Riesgo en
Ciudad de La habana, de Ángela Ferriol, Maribel Ramos y Lía Añes.,
INIES, La habana, 2004.
[5] ver Niurka Núñez González, Pablo Rodríguez Ruiz, María M. Pérez
Álvarez, Odalys Buscaron Ochoa, Lazara Y. carrazana Fuentes, Ana.J.
García dally, “Las Relaciones Raciales en Cuba: Estudios
Contemporáneos”, Colección Fuente Viva No. 35, editorial fundación
Fernando Ortiz, 2011, pp.13-84.
[6] Ver: esteban Morales. Frente a los Retos del Color en Medio del
Debate por el Socialismo.IPS.
[7] En la última asamblea nacional y el Congreso del partido, se ha
dado un salto considerable, incrementándose sustancialmente la
representación de negros y mestizos en las estructuras políticas y
administrativas. Ver: Revista Bohemia, 6 de mayo de 2011, donde
aparecen las cifras.
[8] La política social inaugurada en 1959 fue igualitaria, trato la
pobreza en general y a todos los pobres como iguales, con
independencia de su raza o color de la piel. Todos avanzaron, pero con
puntos de partida desiguales, según fueran blancos, negros o mestizos,
las brechas se mantuvieron. Solo que a más altos niveles.
[9] Lamentablemente existen muy pocos especialistas de estas materias
en nuestras universidades. Se cuentan con los dedos de una mano los
profesores que serian capaces de ofrecer una buena conferencia de
historia de África, Asía y Medio Oriente. Lamentablemente, quien fuera
nuestro mejor especialista de historia de África y Medio Oriente, el
Dr. Armando Entralgo, con una obra reconocida, falleció hace pocos
años .En la Escuela Secundaria y los preuniversitarios, no se les
presta suficiente atención a estas materias.
[10] Si el color de la piel, por término medio, diferencia a los
cubanos, en su status socioeconómico, dejarlo a un lado, significa no
estar en condiciones de reflejar en nuestras estadísticas las
diferencias sociales, u ocultarlas, que es aun peor.
[11] Es asombroso, la cantidad de estadísticas, que Cuba envía a
Naciones Unidas, en las que la población no es clasificada por el
color de la piel. Por lo cual, la verdadera obra social de la
revolución, pierde la oportunidad de ser mostrada. ¿Cuáles son las
razones que explican esa garrafal ausencia? Cuba es una sociedad
multicolor y ello no es simple asunto de pigmentación, sino de
historia. Ver del Autor, Cuba: color de la piel, nación, identidad y
cultura. ¿Un desafío Contemporáneo?, libro Contracorriente V,
editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2008, pp.163-189, nota 58.Se
trata además, de que nuestros censos no consideran para nada las
diferencias lingüísticas, la mezcla subyacente en nuestra población
entre cubanos y descendientes de antillanos (jamaicanos, haitianos
etc.).La población china, al representar menos de un 1% fue eliminada
del censo. No se toman en consideración los lugares de procedencia.
Por todo lo cual, el censo es aún muy deficiente culturalmente. Un
censo no es solo un asunto estadístico-cuantitativo, sino más que
ello, una problemática cultural.
[12] En el contexto de la Crisis de 1989-1994, el aun Presidente del
Consejo de Estado, Fidel Castro, se percato de esta situación y
oriento realizar varias investigaciones, buscando el trasfondo de
estas diferencias, lo que ha permitido hacer ajustes importantes
dentro de la política social. Y tener una mayor conciencia de las
diferencias que se ocultan tras la ausencia o la homogeneidad de las
estadísticas sociales, que aun recogemos y que no las aportan…
[13] Han pasado solo 51 años desde que una revolución radical decidió
atacar las desigualdades generadas por la sociedad cubana,
provenientes de un régimen colonial esclavista, primero y de una
república neocolonial después, que no impidieron que avanzar a la
modernidad, pero solo para un porciento muy bajo de la población. El
resto, la formaban un pequeño grupo de potentados, una exigua clase
media y una gran masa de trabajadores asalariados y campesinos pobres,
blancos, mestizos y negros, junto a una gran masa de negros y
mestizos, que salvo poquísimas excepciones, nunca tuvieron acceso a la
riqueza. La pobreza fue también masivamente blanca en la Cuba anterior
a 1959, pero la riqueza nunca fue negra. Negar esa realidad, aun no
superada, por demás, agravada entonces por la discriminación racial,
llevaría a una falta de realismo político, que terminaría afectando,
no solo el proyecto social de la revolución, sino incluso la
estabilidad política de toda la nación. Fidel castro se percato de
ello a tiempo y oriento actuar en consecuencia. (Nota del Autor).
[14] Hay que decir además que la historia de Cuba como parte del
Caribe tuvo sus peculiaridades. Para ampliar ver: Orbita de Moreno
Fraginals, capitulo “Peculiaridades de la esclavitud en Cuba”, Edición
Alfredo Prieto, Ediciones UNION, UNEAC, La Habana, pp.154-167.
[15] Ver del Autor. Estadísticas y Color de la Piel. Jiribilla,
2010.No es tan importante que detrás de un color negro se esconda un
componente genético mayoritariamente blanco o a la inversa. Eso es
importante desde el punto de vista ético, moral, cultural,
antropológico, pero no se ve y es como sino existiera. Lo que se ve es
el color de afuera y la discriminación en Cuba no es un problema de
componente genético ni sanguíneo, sino de color Lo predominante en
Cuba es la llamada “línea del color” .Se discrimina por el color, a
simple observación. Ni siquiera por otros rasgos. En Cuaba se pueden
tener los ojos azules, pero si el color es negro o mestizo, ello basta
para ser discriminado.
[16] En el Informe al VI Congreso del PCC Raúl castro Ruz, dice: que
“… la dirección del Partido, a todos los niveles, debe hacerse una
severa autocritican Y adoptar las medidas necesarias para evitar la
reaparición de tales tendencias. Ello a su vez es aplicable a la
insuficiente sistematicidad y voluntad política para asegurar la
promoción a cargos decisorios de mujeres, negros, mestizos y jóvenes,
sobre la base del merito y las condiciones personales. No haber
resuelto este último problema en más de medio siglo es una verdadera
vergüenza que cargaremos sobre nuestras conciencias durante muchos
años, porque sencillamente no hemos sido consecuentes con las
incontables orientaciones que desde los primeros días del triunfo
revolucionario y a lo largo de los años nos impartió el compañero
Fidel… Porque además, la solución de esta desproporción formo parte de
los acuerdos adoptados por el Trascendental Primer Congreso del
Partido y los cuatro que le sucedieron no aseguramos su cumplimiento.
Asuntos como estos, que definen el futuro, jamás deberán volverse a
guiar por la espontaneidad, sino por la previsión y la más firme
intencionalidad política de preservar y perfeccionar el socialismo en Cuba”.
El propio Congreso y sus resultados, han sido una expresión clara, a
partir de una considerable presencia de negros, mestizos y jóvenes en
todos sus órganos de dirección al máximo nivel .Periódico Granma,
domingo 17 de abril del 2011, p. 6 del Informe Central al VI Congreso
del Partido.
[17] Ver del Autor: Cuba Acción Afirmativa: ¿Invitación al Debate? ,
Jiribilla, enero, 2011.
[18] La sociedad civil, tiene sus propios mecanismos de auto
movimiento, pudiera decirse de auto empoderamiento, al margen de las
instituciones establecidas y siempre está generando como expresar sus
necesidades, las que brotan de una dinámica propia que no
necesariamente esta siempre bajo el control de quienes la lideran. Esa
dinámica es permanente, por tratarse de un organismo vivo en continuo
movimiento. No hay cuerpo más vivo y dinámico que la sociedad. (El Autor).
[19] Aun y cuando nuestros principales líderes, Fidel y Raúl, lo han
mencionado en múltiples ocasiones. Ver, Discurso de Raúl, Clausura
VIII Congreso de la UJC, Periódico Granma, p.02.
[20] Ver Informe Central al VI Congreso del PCC, periódico Granma,
abril 17, p. 6.Recientemente el Cro, Ricardo Alarcón ofreció una
entrevista al Cro. Heriberto Feraudy, en la que expresa claramente que
el tema racial será objeto de debate por los mecanismos de trabajo de
la Asamblea Nacional. Ver: Periódico Cubarte, 23-8-2011.
[21] Recientemente, al calor del Año de los Afro descendientes, el
tema ha comenzado a tomar una fuerte presencia en los medios del País.
Existiendo todo un Programa Nacional para impulsarlo.
[22] Fidel Castro y Raúl Castro, se han referido abiertamente al tema
en múltiples ocasiones, habiendo mostrado su preocupación, por
impulsar las soluciones. Recientemente el Cro. Ricardo Alarcón,
presidente de la asamblea nacional dl Poder Popular, concedió una
entrevista al Presidente de la Comisión Aponte de la UNEAC, donde deja
establecido que el tema será objeto de trabajo del poder popular a
nivel nacional y que formara parte del debate en la próxima
Conferencia del Partido en enero del 2012.
[23] Ver: Declaración del CIR, posted, 24 de febrero del 2011, en
Negra Cubana tenía que ser. Donde aparecen documentos y
pronunciamientos en solidaridad con Orlando Zapata, Guillermo fariñas
y Oscar Elías Bicet, que al ser negros, se les trata de categorizar
como luchadores raciales y por los derechos humanos en Cuba.
Pretendiendo desviar la lucha verdadera por la solución del problema
racial, hacia una cuestión antigubernamental que está conectada a la
actual política subversiva de Estados Unidos contra Cuba.
[24] Ver: Esteban Morales, “Frente a los retos del Color en Medio del
Debate por el Socialismo”.IPS.
[25] Sin duda, el tema ha estado presente en los debates del congreso
y según las orientaciones que se desprenden del Informe Central al VI
Congreso del Partido, presentado por el Cro. Raúl castro Ruz, el 17 de
abril del 2011, este asunto será tema de seguimiento en cada chequeo
que se haga de la marcha del trabajo del partido en cada una de las
reuniones de su Comité Central. Como parte del chequeo de la Política
de Cuadros.
[26] Suponemos que lo orientado por el Cro. Raúl Castro, también es
válido para las sesiones de trabajo de la Asamblea Nacional del Poder
Popular. Recientemente, en entrevista paraperiódico Cubarte, el Cro.
Ricardo Alarcón se refirió ampliamente al tema, agosto 23 del 2011.
[27] Estas experiencias de institucionalización ya existen a nivel
gubernamental. En Brasil hay un ministro, en Caracas un instituto, así
como otras instituciones en varios países del hemisferio.


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