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La crisis en que se encuentra el viejo continente ha tumbado gobiernos y derechizado otros, ya que la población se ha movido electoralmente hacia quienes aseguren cierta estabilidad ante los inciertos vaivenes económicos que amenazan el Vivir Bien europeo, contrario al Buen Vivir de las comunidades originarias. Eso explica la debacle del PS español y el fuerte respaldo electoral al partido franquista, cuya diferencia con el caso chileno es que el electorado castigó a la Concertación más que confiar o necesitar a la Alianza de los conservadores y liberales de Renovación Nacional con el fascismo de la Unión Demócrata Independiente UDI. El voto chileno no buscó colocar a Piñera, sino sacarse de encima a la Concertación.
Sin embargo en los territorios controlados por el estado español hay dos piedras en el zapato: Catalunya y Euskal Herria. Son territorios de naciones que se reivindican como tales y luchan por mayor autonomía y aún por la independencia. Se trata de identidades afectadas por el estado-nación, aunque algunos de sus voceros defienden otro estado-nación, destacando el hecho de que la izquierda vasca aspira al socialismo, pero con una de las más fuertes críticas al estalinismo que conocemos. Ellos no aspiran al capitalismo de estado totalitario, sino a formas participativas y democráticas de base, con modalidades de empoderamiento asentadas en la identidad, en este caso identidad nacional.
Frente a la ofensiva derechista que toma vuelo en medio de la crisis, esta identidad vasca ha encontrado un camino propio de soluciones y se han apartado del estado español para buscar permanentemente sus propias vías y respuestas. Para eso se relacionan más entre ellos en términos de historia, cultura, identidad y territorios, que en términos finalísticos o escatológicos, es decir, no es el objetivo o la meta lo que unifica las conciencias, sino la raíz, lo que hay de común, que son más bien puntos de partidas diferentes y por lo tanto de análisis e interpretaciones diferentes, distancia de las reglas del juego impuestas por el poder y elaboración de encaminamientos propios. Ello ha permitido resistir las permanentes ofensivas del estado y del capital, desarrollando un estilo de protagonismo que, lejos de las batallas paradigmáticas destinadas a atraer voluntades por vía del “convencimiento” o la afinidad ideológica, han desplegado innumerables iniciativas llenas de creatividad y audacia que han ido sumando y sumando colectivos, partidos y votos, lo que les llevó a participar y ganar una gran cantidad de municipios que de inmediato pusieron a disposición del empoderamiento local, lo que no es una interpretación, sino una cantidad de datos, declaraciones y medidas que se han ido tomando y que se han ido reuniendo en una base de datos que nos permite acompañar el estudio del avance de esa experiencia.
Luego, desde ahí, de esas capacidades acumuladas, se han planteado la participación condicionada en los organismos estatales, por lo que se presentaron a las elecciones generales del domingo pasado, sorprendiendo a todo el mundo por sus notables resultados, así los nacionalistas e independentistas vascos tienen hoy día 13 parlamentarios, en tanto los partidos españolistas (PSOE y PP) sólo obtuvieron 10, La aplanadora derechista que arrasó en el país, no consiguió mover ni una pluma en territorio vasco, muy por el contrario, hay un crecimiento sostenido de la organización, participación y conciencia del protagonismo territorial en espacios sociales que no se subordinan a la lógica estatal, sino que tienen sus propias lógicas y motivaciones, que ha sido el terreno donde las corrientes ideológicas llegan a machacar para atraer al camino correcto, lo que en Argentina terminó destruyendo la autonomía y aún la existencia de las asambleas vecinales, de las que quedan funcionando unas pocas.
Los zapatistas han podido desarrollar los municipios autónomos y otras colectividades no zapatistas han hecho los suyos en casi todos los estados mexicanos. La expansión horizontal y entrecruzamiento de esas dinámicas entre si y otras más, están siendo el tejido desde abajo que se vislumbra como lo nuevo y que atrae cada día a más personas a incorporarse, lo que ha llevado al estado mexicano, ante la imposibilidad de contener ese avance, a militarizar el país con el pretexto de la violencia de la droga. Bajo esa misma lógica es que está resultando posible entrar a los municipios institucionales desde el protagonismo vecinal y subordinarlos a las asambleas locales que reúnen cuando se requiere a la población que va desarrollando otras formas de economía y solidaridad. Esa modalidad vasca está resultando en una especie de contrapoder que alimenta el protagonismo y la participación generando un activismo que va más allá de las elecciones y llega al deporte, cultura, universidades, etc. En fin, que llega a todos los ámbitos del quehacer cotidiano. Eso mismo es posible hoy día desplegarlo en otros países europeos, la conquista de territorios en resistencia y de despliegue de la Otra Economía y modos de interacción democrática entre vecinos. Los indignados en España así lo han entendido y se han trasladado del centro a los barrios, en algunos casos con resultados muy interesantes en esta nueva dirección estratégica de acumulación de fuerzas sociales y autoorganización territorial. Hay que prestar atención al desarrollo de estos procesos locales de empoderamiento, pues algunos de ellos ya están desarrollando redes de economía alternativa hacia y desde el campo, tratándose de una buena escuela de experiencias. Los jóvenes y colectivos autónomos italianos y griegos están también materializando algunos de estos elementos de nueva estrategia, por lo tanto es bastante probable que en los próximos meses veamos surgir otras experiencias de empoderamiento territorial.
Es interesante observar que las dos experiencias que están sirviendo para este análisis y servirán para las reflexiones que se estarán dando con mucha fuerza en los próximos días debido al agravamiento de la situación en Europa, países árabes y de todas partes: los zapatistas y los vascos, provienen de la experiencia guevarista de la lucha armada (no de la maoísta, leninista, troskista y otras, sólo dedicadas a instalar un nuevo poder, sino del socialismo cotidiano del Che, no es sano olvidar que el Che viene conociendo lecturas de Lenin después de la construcción de la otra economía en la Sierra Maestra) que ambos abandonaron para asumir tareas de construcción local y subordinarse al protagonismo de comunidades y vecinos en dinámicas de rescate y construcción de formas de vida más compartida e independiente de los lazos materiales e ideológicos del estado y del mercado. Ese es el fin de las vanguardias y el reconocimiento público de que es la población organizada en los territorios la que va haciendo rumbos.
Aquí en Chile podemos acumular pequeñas fuerzas sociales en las comunas y presentar candidaturas independientes a las elecciones municipales que puedan practicar el empoderamiento paulatino de sus espacios, su economía y los asuntos públicos locales. En eso estamos varios autónomos, personas y grupos, dinámicas y actividades, en algunos municipios, sin estructurarnos ni coordinarnos, pues no queremos dirigir ni orientar procesos, sino participar en la construcción del protagonismo local que defina los pasos a seguir. Serán esas comunidades y barrios actuantes los que se comunicarán unos con los otros mediante la Otra Economía e irán decidiendo objetivos mayores. Dibujar el mono entre los arquitectos inteligentes e iluminados para que se sumen los demás ya no funciona.
Abrazos
Jaime Yovanovic Prieto
Comuna de Tiltil
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