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Entrevista a Naomi Klein sobre los occupy y otras yerbas

07.12.11

Naomi Klein, autora del exitoso libro “La doctrina del shock: el auge del capitalismo del desastre”.
Klein también escribió “No Logo”, un libro que se ha convertido en un manifiesto cultural para los detractores del capitalismo desenfrenado de todo el mundo. Klein nos acompaña para analizar el movimiento A ocupar Wall Street y por qué el mismo no tiene repercusión en los medios corporativos. “Mi mayor temor era que la presidencia de Obama llevara a esta generación de jóvenes al cinismo político y a la apatía política”, dice Klein. “Pero en cambio, los jóvenes van adonde está el poder. Se están dando cuenta de que el cambio no va a venir desde Washington, porque los políticos están muy controlados por los intereses corporativos, y de que esa es la crisis fundamental en este país”.

AMY GOODMAN: Escuchábamos la canción “Shock” de Ana Tijoux que acaba de llegar de Chile esta semana. La canción habla de las protestas estudiantiles que hay en ese país y se inspira en parte en el libro “La doctrina del shock” escrito por nuestra próxima invitada, Naomi Klein. Este es el programa Democracy Now!, www.democracynow.org, El informe de guerra y paz. Mi nombre es Amy Goodman y me acompaña Juan González.

JUAN GONZÁLEZ: Entre las miles de personas que participaron en la marcha de anoche organizada por el movimiento “A ocupar Wall Street” aquí en Nueva York, encontrase encontraba la reconocida periodista y escritora Naomi Klein, autora del exitoso libro “La doctrina del shock: el auge del capitalismo del desastre”. Klein también es autora de “No Logo. El poder de las marcas”, libro que se ha convertido en un manifiesto cultural para los detractores del capitalismo desenfrenado de todo el mundo. Esta noche Klein —que viajó desde Canadá para participar en la protesta— hablará en el campamento del movimiento “A ocupar Wall Street”.

AMY GOODMAN: El mes pasado, Naomi Klein estuvo en Washington D.C., donde fue detenida junto a más de 1.200 personas cuando participaba en una campaña de desobediencia civil que duró dos semanas, frente a la Casa Blanca. Dicha campaña se organizó para manifestarse contra el proyecto de construcción del oleoducto Keystone XL, que transportará petróleo desde los campos de arena alquitranada en Canadá hasta las refinerías ubicadas en la costa del Golfo de México. Vamos a hablar de eso en un minuto. Naomi, tú viniste a Nueva York a participar del movimiento “A ocupar Wall Street”, ¿qué encontraste allí?

NAOMI KLEIN: Fue sencillamente extraordinario. Quiero decir, antes que nada, lo importante que fue este programa. Evidentemente ustedes —o al menos los productores— se pasaron toda la noche editando esa increíble cantidad de voces y material grabado. Pero, lo que más me impactó fue lo difícil que debe ser para algunos medios de comunicación corporativos encontrar gente con dificultad para expresarse, porque hay mucha gente en la protesta que se expresa muy bien. Lo que quiero decir es que cualquier persona con la que te pares a conversar, realmente puede darte un discurso sobre lo que está mal en esta economía y tiene todo tipo de soluciones.

AMY GOODMAN: Un activista sindical se acercó a mí en la concentración que se hizo en Foley Square y me preguntó “¿Cómo hacemos para dar a conocer nuestro mensaje? Los medios de comunicación no quieren hablar con nosotros”. Yo le respondí “No puedo creer que todavía no hayan resuelto ese problema”. Él me dijo “¿qué?” y yo le respondí “Ve a comprar una nariz roja de payaso, acércate a un periodista, dile pi, pi, pi, pi y verás que te harán una entrevista”.

NAOMI KLEIN: Realmente se trata de una costumbre cultural enferma la que se pone en práctica cada vez que surge una nueva generación de jóvenes politizada y comprometida. Existe la costumbre de ridiculizarlos; es un tipo de burla, una manera muy mal intencionada y baja de recibir a una nueva generación a la política. Por supuesto este tratamiento tiene sus orígenes en la cultura de los medios de comunicación que hizo tanto para empobrecer intelectualmente a esta sociedad. Por lo tanto, es enormemente irónico que los medios de comunicación se burlen de personas que son sumamente cultas y están muy bien informadas.

AMY GOODMAN: Bueno, pero no eres tú, Naomi, quien debe contarnos esto. Escuchemos las cadenas propiamente dichas y a la ex periodista de la cadena CNBC, Erin Burnett, quien cubrió —algunos dirían que se burló— del movimiento el primer día en su nuevo programa que se emite por el canal CNN, el lunes por la noche. El programa se llama Out Front [Al frente]. El segmento fue titulado Seriously?! [¿En serio?]. Escuchamos un fragmento.

ERIN BERNETT: Y ahora, una noticia que nos lleva a preguntarnos “¿en serio?”. Hoy, el movimiento de protesta “A ocupar Wall Street” entró en su tercera semana. Lo que empezó con menos de una decena de estudiantes universitarios acampados en un parque cerca a la Bolsa de Valores de Nueva York, ahora tiene cientos de manifestantes y se ha extendido a otras ciudades. Pero, ¿por qué están protestando? Nadie parece saberlo. Por esta razón, fuimos a Wall Street esta tarde para averiguarlo y, a pesar de lo que oyó, esto es lo que vi. En la protesta no solo participan hippies que están bailando. Escuchemos a Dan, un desarrollador de software desocupado.

ERIN BERNETT: ¿A qué te dedicas?

DAN: Soy desarrollador de software.

ERIN BERNETT: Desarrollador de software.

DAN: Sí.

ERIN BERNETT: Y en este momento, ¿tienes trabajo o no?

DAN: Estoy desempleado.

ERIN BERNETT: Estás desempleado.

DAN: Nos gusta llamarlo desempleo divertido.

ERIN BERNETT: Desempleo divertido.

DAN: Se llama “A ocupar Wall Street”.

ERIN BERNETT: ¿sabías que, en realidad, los contribuyentes ganaron dinero con el rescate financiero a Wall Street?

DAN: No sabía eso.

ERIN BERNETT: Es así. No con el rescate a General Motors, pero sí con el rescate de Wall Street.

DAN: Bueno.

ERIN BERNETT: ¿Eso te hace cambiar un poco de opinión?

DAN: Bueno, tendría que averiguar más al respecto, pero es posible.

ERIN BERNETT: Si estuviera en lo correcto, ¿podría ser?

DAN: Ah, claro.

ERIN BERNETT: ¿En serio? Eso es lo único que se necesita para acabar con el malestar. Como prometimos, revisamos de nuevo las cifras del rescate financiero y esto es lo que encontramos: los rescates financieros les hicieron ganar dinero a los contribuyentes estadounidenses. Hasta este momento, los contribuyentes estadounidenses ganaron la suma de 10 mil millones de dólares y se espera que llegue a 20 mil millones de dólares. Esas son las cifras, en serio.

AMY GOODMAN: Escuchábamos a la nueva presentadora de CNN, Erin Burnett, después de ir al campamento del movimiento “A ocupar Wall Street”, en la primera noche de su nuevo programa, Out Front [Al frente]. Naomi Klein, ¿qué opinas?

NAOMI KLEIN: Creo que esto dice mucho de lo que podemos esperar de su programa. Su sarcasmo y malicia son muy sorprendentes porque ella es una de los muchos periodistas económicos que trabajan para los medios de comunicación dominantes que alentaron el boom inmobiliario y todas las burbujas previas a ésta. A estos periodistas económicos se les pasó completamente por alto toda señal de que la economía estaba a punto de estallar. Así que, no creo que Bernett esté en condiciones de ser tan maliciosa. Pero no creo que ésa sea la razón por cual la gente está protestando; no están protestando porque piensen que perdieron dinero en el rescate financiero, sino por la naturaleza misma del rescate; la naturaleza misma del mecanismo por el cual los bancos reciben miles de millones de dólares, cientos de miles de millones de dólares de los contribuyentes sin ninguna condición, y en cambio los propietarios de viviendas y los trabajadores son sacrificados.

JUAN GONZÁLEZ: Que los millones de personas que perdieron su casa, sin duda se alegrarían si supieran la ganancia que se logró con el rescate, ¿no?

NAOMI KLEIN: Exactamente. La decisión fue rescatar a los bancos sin condiciones, en lugar de rescatar a los trabajadores o a los dueños de casa. Luego, pasarle la factura de la crisis que se creó en los principales centros y el colapso de la economía mundial a la esfera pública. Y ahora pasar los costos de esa crisis al nivel federal y al nivel municipal en forma de recortes, de los que ya hablaron todos los representantes sindicales, los trabajadores del sistema de salud y de educación. Esta es la gente que está pagando el costo de la crisis. El slogan “Nosotros no pagaremos la crisis de ustedes” comenzó en Italia hace dos años y se extendió a Grecia, Francia y realmente se ha globalizado. Para mí, eso –y el slogan “somos el 99%”- es realmente lo que hace que la gente salga a la calle. Es la desigualdad, pero más que la desigualdad, la injusticia de que la gente más vulnerable tenga que pagar el costo de la crisis de los ricos. Y naturalmente Bernett no comprendió en absoluto el origen de esa rabia y lo deformó.

AMY GOODMAN: Esta semana, la cadena CNBC habló con William Gross, cofundador de PIMCO, uno de los mayores fondos de inversión a nivel global que maneja 1,3 millón de billones de dólares. Gross maneja el mayor fondo mutual del mundo, con casi un cuarto de millón de billones de dólares invertidos. Escuchemos un fragmento.

BRIAN SULLIVAN: Usted advirtió que la mano de obra no está participando en la generación de riqueza y que esa es una amenaza mundial muy grande.

WILLIAM GROSS: Sí, eso creo. Ese es exactamente el problema más inmediato, la globalización. Los que diseñan las políticas podrían estar matando la gallina de los huevos de oro, en este caso el trabajador estadounidense, cuyo ingreso de $49.000 dólares al año, Brian, es el más bajo en más de una década. Y en la medida que los empleos vayan a China y a otros países en vez de quedarse en Estados Unidos, eso afecta el empleo, el nivel de desempleo y el crecimiento económico. Si no hay consumidores, si no hay asalariados, el potencial de crecimiento de los consumidores y de la economía es muy poco.

BRIAN SULLIVAN: Como Carmen Reinhart y Ken Rogoff señalan en su libro, esta vez es diferente; ellos saben que, históricamente, las crisis financieras se convierten en crisis bancarias y éstas se convierten en crisis políticas. Estamos presenciando los disturbios en Grecia y el movimiento de protesta “A Ocupar Wall Street” aquí. ¿Esto se va a transformar más en una crisis política, donde la gente haga manifestaciones y se levante y estos programas de austeridad tengan que pasar a segundo plano, dejando al país como Grecia que no puede pagar sus cuentas?

WILLIAM GROSS: No creo que lleguemos tan lejos en Estados Unidos. En alguna medida, el movimiento que vemos en Grecia en términos de huelgas y protestas, simplemente no ha tenido influencia aquí, y no creo que la tenga. Siempre nos fascinan los debates y las diferentes políticas por decirlo así, pero en gran medida las políticas son las mismas, en términos de que todas favorecen el capital por encima del trabajo. Y mientras la corriente dominante de opinión no crea que se necesiten políticas que favorezcan el empleo, no creo que vayamos a tener muchas protestas aquí.

AMY GOODMAN: Escuchábamos a William Gross, cofundador de PIMCO, uno de los mayores fondos de inversión a nivel global que maneja 1,3 millón de billones de dólares, hablando en CNBC. Naomi Klein, ¿qué opinas?

NAOMI KLEIN: Es un análisis muy interesante y creo que tiene mucho de verdad. Esta es una de las contradicciones del capitalismo: es muy destructivo, destruye su propia base, sea su base de consumidores capaces de comprar sus propios productos, motivo por el cual hay que darles créditos baratos, medida que luego se convierte en una burbuja que estalla y destruye la economía; o sea por la destrucción de la ecoesfera, quiero decir la destrucción de los sistemas naturales de los que dependemos. Pienso que la crisis económica y ecológica están absolutamente entrelazadas, si no es que se trata de la misma crisis, tienen sus orígenes en la codicia sin límites, en una incapacidad de decir basta y en la incapacidad de entender que existen límites, que existe algo como la escasez en el mundo natural. Hay un límite en lo que nuestra atmósfera puede absorber en términos de la contaminación que producimos.

Nuestra comprensión de los límites está muy distorsionada porque no los comprendemos. No comprendemos los límites reales que nos imponen la física y la química, pero imponemos límites absolutamente falsos cuando se trata de la economía. Este es uno de los temas que más me asombró ayer cuando estaba hablando con los manifestantes de “A Ocupar Wall Street”, el tema de la falsa escasez. Vivimos en una época en la que a todos les dicen que no hay suficiente dinero para un sistema de salud decente, una casa decente; que no hay suficiente espacio en el país para los inmigrantes. Todo el tiempo nos lo repiten. Vivimos con esa idea, por eso la decisión de participar en al movimiento “A ocupar Wall Street” es tan poderosa y simbólica; ir a este lugar de abundancia a exponer la mentira de la escasez. Pero al mismo tiempo a mostrar que en cambio somos una sociedad de abundancia, que lo que hay es una crisis de distribución. Tenemos una crisis de distribución en esta sociedad. Debemos reconocer también que hay límites reales, los límites de nuestros sistemas naturales de absorber la tremenda presión que ponemos en ellos, y que el cambio climático es sólo una parte de esa presión.

JUAN GONZÁLEZ: Naomi, hablando de la escasez, existe un argumento también de que el país no tiene suficiente energía; tú fuiste detenida en la protesta contra la construcción del oleoducto XL. Desafortunadamente, algunos de los sindicatos de la construcción están haciendo lobby a favor de este proyecto porque lo miran como un proyecto generador de empleo, como parte de una solución al desempleo.

NAOMI KLEIN: Marchar el día del trabajo hombro a hombro con TransCanada, la compañía que está impulsando el oleoducto, me parece un punto muy bajo en la historia de los trabajadores.

JUAN GONZÁLEZ: ¿Y en términos del oleoducto XL?

NAOMI KLEIN: Hay algunos sindicatos grandes que están apoyando las protestas, como el Sindicato de Trabajadores del Transporte Público.

Traducido por Kelly Kremco, Ter Garcia, Rosario Vega, Javier Pérez; editado por Gabriela Díaz Cortez


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