Ejército Zapatista de Liberación Nacional
México.
20 de julio de 2003.
A la prensa nacional e internacional.
Damas y caballeros:
No os hagáis los occisos. Sé que me extrañabais y
añorabais mis chistes malos. Pero no sufráis más:
heme aquí de nuevo. Y puesto que os supongo
aburridos por la tragicomedia de la vida política
nacional retomaré ése mi estilo vivaracho y
retozón que ha sido, antaño, la delicia de chicos
y grandes.
Sabedor soy de que vuestros jefes de redacción se
hayan desconcertados. Y se comprende: uno no sabe
dónde poner las notas sobre la Gordillo y el
“nuevo PRI”, el “autosuicidio” de Digna Ochoa,
los apuros de Blair, el “autosuicidio” de Kelly
(o sea que ya es epidemia) y el reparto del botín
que significan las designaciones de los “jefes de
bancada”. ¿Dónde van estas noticias? ¿En la nota
roja? ¿En sociales? ¿En la tira cómica? En fin,
que no la tienen fácil. Por eso, en un acto
supremo de magnanimidad, aquí les paso unas
“filtraciones”, pero no revelen la fuente porque
si no luego me dan de baja al estilo británico.
No, no hay por qué darlas. Sale.
Uno. Que los zapatistas le mandaron decir a Luis
Ernesto Derbez, secretario de Relaciones
Exteriores, que lo de “relanzar” el Plan
Puebla-Panamá debe ser al abismo, porque en
tierras rebeldes no se va a permitir el mentado
plan. Que, dicen, los zapatones cuentan con los
medios y la organización necesarios y suficientes
para impedir la concreción de dicho plan. Que no
es una amenaza, sino una profecía.
Dos. Que la Comandancia General del EZLN le mandó
un mensaje a las bandas paramilitares que pululan
en Chiapas. Que el mensaje dice, palabras más,
palabras menos: “Según la ley del Talión es ojo
por ojo y diente por diente”, pero nosotros
estamos en oferta y ofrecemos “dos ojos por cada
ojo y toda la dentadura por cada diente”, así que
ustedes dicen si se animan.
Tres. Que la famosa (en las montañas del sureste
mexicano) y escurridiza (en el dial) “Radio
Insurgente. Voz del EZLN” iniciará próximamente
sus operaciones en onda corta, en su emisión
intergaláctica. Que el Sup tendrá un programa
musical especial de una hora y se transmitirá,
como es ley, de madrugada. Que no, que el Sup no
cantará, sino que presentará rolas musicales
acompañadas de cuentos y relatos. Que el programa
de “Durito DJ” está en veremos, porque el
escarabajo se está poniendo sus moños y no firma
contrato (quiere un programa de 24 horas
diarias).
Cuatro. Que sería bueno que la sociedad civil
nacional e internacional no haga compromisos para
los días 8, 9 y 10 de agosto. No sabemos por qué.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
SupMarcos.
México, julio del 2003.
—
Comunicado del Comité Clandestino Revolucionario
Indígena-Comandancia General del Ejército
Zapatista de Liberación Nacional.
México.
20 de julio de 2003.
Al pueblo de México.
A los pueblos del mundo.
Hermanos y hermanas:
Hace unos meses denunciamos las ligas y acuerdos
que existieron entre los gobiernos de México y
del Estado español para reprimir las luchas de
los indígenas mexicanos, a cambio de la
extradición de ciudadanos vascos residentes en
nuestro país. La matanza de Acteal, Chiapas, en
diciembre de 1997, y las deportaciones ilegales e
ilegítimas de ciudadanos vascos por parte del
gobierno mexicano a finales de los años 90
sellaron entonces el modelo de globalización que
desde el poder se promueve.
En fechas recientes el autodenominado “gobierno
del cambio” del señor Fox ha continuado con esta
liga vergonzante, al detener arbitrariamente y
expulsar de México a vascos acusados de hechos
criminales en el Estado español. Los vascos
deportados son torturados primero por la policía
mexicana y luego, a su llegada a España, por la
guardia civil, como se ha documentado en el caso
del señor José Miguel Etxeandia Meabe, sin que
ese supuesto “prócer” de los derechos humanos,
Baltasar Garzón, diga una palabra. El caso del
señor Lorenzo Llona Olalde, actualmente preso en
la ciudad de México, es el colmo de la
arbitrariedad, pues está acusado de delitos
perpetrados en tiempos en que ni siquiera se
encontraba en territorio ibérico y además tiene
la nacionalidad mexicana.
Hace unos días varios ciudadanos vascos fueron
detenidos y desaparecidos por la policía
mexicana, para luego ser presentados bajo la
acusación de colaborar con la organización
político-militar vasca ETA. Las pruebas que los
gobiernos mexicano y español aducen para estas
detenciones tienen la misma solidez que las
presentadas por Bush y Blair para justificar el
ataque contra Irak, es decir, son falsas.
De manera simultánea a estas detenciones y
expulsiones se ha incrementado la actividad de
las bandas paramilitares en el suroriental estado
mexicano de Chiapas. Particularmente en la zona
de los Altos de Chiapas, en los municipios de
Chenalhó, Pantelhó y Cancuc, los paramilitares se
encuentran en una actividad febril que habla de
planes de agresión inminente.
Los paramilitares han señalado como objetivos
prioritarios de sus futuros ataques los
campamentos de desplazados de San Pedro Polhó, el
llamado “Campamento Ocho” y Acteal, y desde hace
algunas noches se reúnen para emborracharse y
hacer disparos al aire para darse valor de manera
simultánea. Las guarniciones del ejército y
policía estatal ubicadas en esa zona se
encerraron a cal y canto, seguramente para luego
alegar que “no escuchamos nada”.
Así, el “ambiente” es ahora muy semejante al que
se vivía en los días previos a la matanza de
Acteal, Chenalhó, Chiapas, en la que 45 hombres,
mujeres y niños fueron asesinados con lujo de
crueldad por los paramilitares.
El EZLN ha advertido ya a los jefes de esos
paramilitares que esta vez no quedarán impunes.
Hacemos un llamado a la sociedad civil de México
y del mundo para que exijan a los gobiernos de
México y el Estado español el fin de ese
contubernio que amenaza de nuevo con teñir de
sangre inocente los suelos de los Altos de
Chiapas.
¡Democracia!
¡Libertad!
¡Justicia!
Por el Comité Clandestino Revolucionario
Indígena-Comandancia General del Ejército
Zapatista de Liberación Nacional.
Por los Consejos Autónomos de los Municipios
Autónomos Rebeldes Zapatistas.
Subcomandante Insurgente Marcos.
México, julio de 2003.