Imprimir
El Movimiento Sin Tierra (MST) de la región Chané-Peta Grande (zona ubicada en la tercera sección de la provincia Obispo Santistevan), decidió ayer en un gran ampliado que se realizó en Sagrado Corazón, volver a tomar las tierras de San Cayetano, de la que fueron desalojados la semana pasada.
Los Sin Tierra exigen la inmediata expulsión de todos los terratenientes brasileños asentados en la zona. Ponen en duda la transparencia y legalidad de los derechos propietarios que tienen sobre las tierras que ocupan en la producción de soya.
Durante el ampliado, la dirigencia del MST solicitó la intervención del Instituto Nacional de Reforma Agraria y el cambio de sus directivos, por demostrar, según ellos, un trabajo parcializado con los terratenientes, especialmente con los extranjeros.
De igual forma, repudian la carta de apoyo de la Asociación Nacional de Productores a los grandes terratenientes de la región y exigen la inmediata devolución de sus pertenencias (machetes, hachas, motosierras, bicicletas, motocicletas y armas de cacería), decomisados en el operativo de desalojo que sufrieron el pasado 17 de julio.
Esta determinación fue asumida en una asamblea extraordinaria que sostuvieron ayer en Sagrado Corazón, con la participación de más de 400 campesinos afiliados al MST de Chané-Peta Grande, dijo el subalcalde de Sagrado Corazón, Freddy Colque.
Al mismo tiempo, los aproximadamente 1.500 afiliados al referido movimiento social, están decididos a ingresar nuevamente a las tierras de San Cayetano en cualquier momento, independientemente de que el gobierno les cumpla o no sus demandas.
“Los campesinos acordaron elaborar un voto resolutivo donde exigen el cumplimiento a los puntos mencionados, especialmente el desalojo del súbdito brasileño Francisco Marchet que figura como supuesto dueño de las tierras en conflicto”, dijo Colque.
Uno de los dirigentes del referido grupo, identificado como Celso Huaylla López, dijo que aún no definieron una fecha para su reingreso a los terrenos. Sin embargo no descartó que esto ocurra en cualquier momento. “Estamos molestos por el desalojo que sufrieron 350 compañeros nuestros el pasado 17 de julio. Eso lo hemos tomado como un acto de injusticia, porque mientras las autoridades respaldan a un terrateniente extranjero que se adueñó indebidamente de esas tierras, a nosotros nos mandan la fuerza pública para obligarnos a desocupar lo poco que necesitamos para hacerla producir y mantener a nuestra familia.
“Tenemos duda del trabajo que realizan tanto el INRA como los dirigentes de Anapo, porque sin ningún disimulo se parcializan con los adinerados”, enfatizó Huaylla. A este encuentro de Sagrado Corazón participaron autoridades comunitarias como los subalcaldes, corregidores, dirigentes cívicos y representantes vecinales de varias comunidades.
“Tenemos que estar al lado de esta gente que está luchando por conseguir algo que necesitan para sustentar el presente y futuro de su familia”, añadió el subalcalde sagradeño.