02-01-2012
Entrevista á Gilberto López y Rivas, antropólogo y ensayista
“La guerra contra el narcotráfico ha servido para el despliegue del ejército en todo el territorio nacional”
Christiane Schulz
Quetzal
¿Cómo se desarrolla la estrategia de la izquierda mexicana con perspectiva a las elecciones del año entrante?
La estrategia ha seguido un curso muy similar al que se siguió en el proceso de 2006; no hay una diferencia notable. (…) AMLO (Andrés Manuel López Obrador) es la persona que se vislumbra como el candidato natural después de casi cinco años continuos de campaña; es decir, él está haciendo campaña electoral desde el momento en que denunció el fraude del 2006. Estoy hablando de la izquierda institucionalizada, porque básicamente es la única que está haciendo campaña. No veo un acompañamiento de la izquierda social en las elecciones. El tema de las elecciones está causando mucho “ruido” en los espacios de la izquierda social, en las ONG (Organizaciones No Gubernamentales) y en los movimientos indígenas; es decir, está ocurriendo un proceso muy similar al del 2006, a partir del cual la cuestión electoral fracciona, fragmenta y repercute mucho en el accionar diario de la izquierda social; además es la única actividad que está llevando a cabo esa izquierda institucionalizada.
Entonces ellos van integrándose a partir del fenómeno de MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional) en torno a AMLO, pero evidentemente que hay otros candidatos; el más fuerte es el actual jefe de gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard. (…) Ebrard ha hecho muchas declaraciones de que la izquierda institucional tiene que “ir unida” y de que “aceptará los resultados de una encuesta que se haga en su momento”, pero claro que lo más probable es que haya una ruptura alrededor de quién va a ser el candidato.
Es decir, si no hay una ruptura abierta, si habrá una solapada. De hecho la ruptura ya se dio dentro del PRD: la forma como han estado actuando particularmente los senadores y una fracción importante de los diputados es en oposición a la candidatura de AMLO. Han estado coqueteando con el poder, con el PAN, con el presidente Calderón, de tal manera que se vislumbra una lucha para ver quién va a ser el candidato.
Claro, lo mismo está ocurriendo en el PAN (Partido Acción Nacional) con el “delfín” de Calderón, que es su antiguo Secretario de Hacienda. En el PRI (Partido de la Revolución Institucional) está más consolidada la candidatura de Peña Nieto, aunque Beltrones como decimos aquí va hacer “pagar caro su amor”, pero lo más probable es que tengamos, por el lado del PRI, a Peña Nieto, quien está muy consolidado por las dos principales televisora del país y por todo el grupo gobernante en el PAN. (…) Por el lado de la izquierda institucionalizada, lo más probable es que si se da un fractura habrá dos candidatos, Andrés Manuel, que ira amarrado a MORENA y el PT (Partido del Trabajo), si hay una ruptura con el PRD, y Ebrard que irá con el PRD. Si no se da esa ruptura lo más probable es que sea AMLO el candidato de la izquierda institucionalizada. Eso es en cuanto a quién va a ser el candidato.
Ahora, un punto de vista muy personal es que creo que han estado cometiendo los mismos errores que cometieron en el 2006; no obstante que la figura de AMLO ha ido a todos los rincones del país, han estado insistiendo en una estructura ligada a lo electoral con poca presencia social y con poca presencia en las realidades que está habiendo en el país, que es la realidad de una guerra. La consistencia de la estructura que se está levantando, particularmente en el caso de AMLO con MORENA, es una estructura poco confiable en cuanto a la posibilidad de responder al fraude que ya se está preparando, a la carga de las televisoras que ya está en marcha desde hace mucho tiempo (que nunca ha cesado), a los poderes fácticos, el narcotráfico, los empresarios legales. Yo distingo entre los empresarios clandestinos del narcotráfico y los empresarios abiertos del empresariado nacional, que son una y la misma cosa. Todo nos muestra que de ser hoy las elecciones, lo más probable es que Peña Nieto se haga con la presidencia de la República, con el apoyo, también, del aparato más delincuencial, del propio Partido Acción Nacional, o sea en realidad, podríamos hablar de que Calderón tiene dos candidatos: el candidato formal y el candidato informal, con el cual podría arreglarse perfectamente: Peña Nieto, es decir, aquí básicamente vemos dos contendientes: por un lado Peña Nieto y por el otro AMLO. (…)
La izquierda social tampoco vislumbra alguna posibilidad de cambio real en el 2012, y por lo tanto no hay una convicción de que ir a las elecciones nos traiga algún resultado posible o plausible, de tal forma que cada vez que surge el tema electoral, la gente se empieza a mover en los asientos inquieta, porque esto está enturbiando todos los movimientos. Las ONG y los movimientos sociales, como el de Javier Sicilia, por ejemplo, de pronto ven la presencia de la izquierda institucionalizada en las reuniones, y esto empieza a causar algún ruido, empieza a haber molestias, porque se pretenda utilizar a estos movimientos desde la perspectiva electorera. Todo esto nos hace ver que la cuestión electoral va a enfrentarse a un escenario a veces más grave y difícil que lo que se enfrentó en el 2006, cuando todavía había la posibilidad de la sorpresa que dio Andrés Manuel ganando las elecciones, como lo hizo Cuauhtémoc Cárdenas en su momento, pero con la gran diferencia de que estamos en medio de una guerra social de grandes profundidades, que hace que el acontecimiento electoral ocurra con el ejército en las calles, con el ejército posesionado de grandes extensiones del territorio, con el otro ejército que es el ejército de los narcos, que están muy al servicio del candidato que les de la posibilidad de seguir lucrando con sus mercancías, que no son sólo la cuestión de las drogas, sino las armas, la trata de personas, la extorsión, el secuestro, el juego legal o ilegal, o sea, en otras palabras, que si nosotros vemos el poderío de los poderes fácticos actuales que son: los grandes medios de comunicación y todas las estructuras del narco (financieras, militares, entre comillas, pero militares finalmente) pues la izquierda institucionalizada se va a enfrentar a un escenario de gran violencia.
Yo me pregunto cómo va a ser la elección en el norte de la república o en estados como Guerrero, como Morelos, como Veracruz donde las plazas están absolutamente, totalmente en pugna de un grupo por el otro, y donde hay decenas de muertos diarios y en donde… yo me pregunto si van a poder instalarse casillas en esos territorios, si va a haber posibilidades para las campañas, si van a haber campañas que no tengan ¡el financiamiento del narco!, es decir que… lo cual es verdaderamente algo, ¿vamos a presenciar la “narcoelección” del 2012? Que no fue la del 2006, cuando el narco no jugó un papel importante, ahora por su presencia, por su actividad, por el nivel de la acumulación de capital de lo que representa el negocio del crimen organizado, pues ellos van a decidir en cada distrito al personaje más cercano a sus intereses.
(…) En nuestro caso, son elecciones marcadas por una situación de guerra social de amplias proporciones, por lo que será muy difícil vislumbrar elecciones limpias en donde haya posibilidades de un triunfo de la izquierda institucionalizada que a su vez está fragmentada en su aparato partidista, y que evidentemente, si hubo pocas posibilidades de defender el triunfo ante el gran fraude electoral de 2006, pocas posibilidades van a haber de realmente, primero triunfar en las elecciones, y en el caso remoto de que nuevamente volviera a ganar las elecciones AMLO, de defender su triunfo con todos estos elementos en contra.
¿Qué opina de la propuesta de Sicilia de que también personas particulares deberían tener la posibilidad de irse a las candidaturas presidenciales?
Todos los partidos están pensando en eso, no solamente la gente de la izquierda institucionalizada, todos los partidos están pensando en eso ¿por qué? Porque es tal el descrédito de la clase política de todos los colores, rojo, amarillo, azul o verde, es tal el descrédito que todos están pensando en la fórmula de poner a un actriz, de poner a un académico a alguien distinto a ellos, como si eso pudiera suplir la falta de credibilidad que tiene la clase política en su conjunto. Va a haber una guerra terrible para evitar las candidaturas externas.
¿Qué postura tiene en cuanto a la política de Calderón frente a la guerra contra el narco?
A lo largo de estos años he sistematizado lo que fue primero una hipótesis, que cada vez se confirma más, sobre el aspecto instrumental de la guerra contra el narcotráfico como una estrategia estadounidense y, digamos, oligárquica a nivel global para posesionarse de los países y establecer un dominio y un control absoluto de esos países; es decir, no se trata de una hipótesis de carácter conspirativo, sino de una razón estructural. Yo creo que a nivel mundial, la economía, el capitalismo sufre tal nivel de crisis que cada vez las estructuras delincuenciales tienen una presencia mayor en todo el sector financiero, y cada vez el narcotráfico y las actividades económicas relacionadas con el mismo ocupan un lugar más importante en las estructuras del capitalismo mundial. De tal manera que la ocupación militar o no militar de los países –que también la no militar es militar, por lo que voy a explicar más tarde- es inherente a la actual forma de desarrollo del capitalismo; es decir, el capitalismo requiere no sólo de lo que es el comercio ilegal de estupefacientes, requiere del comercio legal e ilegal de armas, que es el negocio más redituable en el planeta. Está comprobado que el ingreso en efectivo a todo el sector financiero de los bancos es, en primer lugar, la venta de armas, en segundo lugar el petróleo y en tercer lugar los estupefacientes. Cada zona de influencia del capitalismo tiene su centro de acumulación, que controla militarmente, para poder garantizar que sigan llegando los grandes flujos de dinero del crimen organizado, ya no vamos a hablar del narcotráfico.
(…) La distribución por todos los canales controlados, evidentemente, por las mismas mafias gubernamentales y de carácter mafioso-clandestino, nos señalan que el papel que ha jugado, por ejemplo, Afganistán y muchas de las repúblicas asiáticas en la economía europea, por un lado, y el papel que juega México, Colombia, Centroamérica… como abastecedores de todas las mercancías que requiere el capital europeo, por un lado, y el capital estadounidense, por el otro, para funcionar. (…) De tal manera que los cárteles son administrados por estas fuerzas político-militares que controlan la economía mundial. De tal manera que la “lucha contra el narcotráfico” es una guerra que se despliega con un objetivo preciso de carácter económico, pero también de carácter político y militar.
Si uno analiza a quién beneficia el narcotráfico uno encontrará quién es el más interesado en que el narcotráfico siga en su carácter ilegal y que la guerra siga. Se calcula que de los 800 000 millones de dólares que anualmente significan el narcotráfico, el 1 % va a los productores. Sin embargo la guerra contra el narcotráfico se despliega mucho contra los productores, contra los pequeños distribuidores y en todo el aparato del sicariato en esos niveles, pero nunca toca los estratos financieros y de lavado del dinero de “arriba”, tanto en Europa como en Estados Unidos; es decir, no hay redadas de banqueros, no hay investigaciones de bancos. Mientras Europa y EU reciben cuantiosas cantidades de este negocio, encubren también, al nivel ideológico y en los grandes medios de comunicación, lo que representa el negocio de las armas, donde el principal comerciante, productor y beneficiado del negocio de las armas es Estados Unidos, Israel, Rusia, Alemania… de tal manera que las armas van, las armas vienen, y este es el principal negocio, más lucrativo que el otro. Entonces le venden a unos y a otros: arman a los ejércitos locales para que hagan la guerra contra el narcotráfico, y , al mismo tiempo, venden las armas a los narcotraficantes: casi el 90 % de las armas en México son estadounidenses: es un negocio redondo; es decir, crece el consumo, nunca se hace ninguna campaña efectiva para que el consumo decrezca. Además, el consumo se induce de manera clara en sectores potencialmente peligrosos para el status quo: jóvenes, universitarios, negros, minorías, chicanos… a quienes no solamente se les controla a través de incrementar el uso de los narcóticos, sino también a partir de la criminalización de sus barrios. Se introducen como fuerza para controlar ese supuesto crimen inducido, más policías y más dinero para armas y para todos los aparatos de seguridad. Entonces cuanto más se analizan los beneficiarios de todo este comercio ilegal o legal de armas, el narcotráfico, trata de personas, prostitución, trabajadores indocumentados, etc. más llegamos a la conclusión de que la “guerra del narcotráfico” es una guerra impuesta por Estados Unidos. (…) Entonces México se ve ocupado, literalmente, por todos estos aparatos militares y de inteligencia, que a su vez son controlados por la misma mafia.
¿Para qué ha servido la guerra contra el narcotráfico en México durante estos cinco años? Para el despliegue del ejército en todo el territorio nacional, el control de la seguridad pública por los militares, la penetración de todas las agencias de espionaje estadounidense que controlan los aeropuertos, las aduanas y las entradas y salidas de personas en el país, la criminalización de todos los movimientos y la inclinación del país a la órbita de la estrategia de la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, que es el otro elemento que está presente, es el hermano gemelo de esta guerra. De tal manera que de pronto comienza a surgir el “narcoterrorismo”, y entonces ya está completo el cuadro. Si así todas las organizaciones pueden, de alguna manera, compaginar con esto pues mejor, porque así no sólo controlo todo el aparato contra los supuestos criminales que finalmente están al servicio del empresariado nacional, sino que al mismo tiempo golpeo todo movimiento social que se oponga a estas fuerzas del mercado.
Si a eso añadimos la otra invasión: la invasión minera; el 26 % del territorio mexicano está en manos de las mineras canadienses e inglesas, y si a eso añadimos la invasión maderera, la invasión hotelera-turística y si luego hacemos una proyección de cómo se están ligando, de cómo el dinero del narco está penetrando: hoteles en todas las cadenas del turismo internacional, ligadas también a la prostitución… ¿qué es lo que vemos nosotros?, que sería absurdo pensar en que la guerra contra el narcotráfico es contra el narcotráfico, y que sería absurdo pensar que de lo que se trata aquí es de una ocupación del país por Estados Unidos y la mafia local a través de la llamada lucha contra el narcotráfico. (…)
¿La izquierda social o los movimientos indígenas o el campesinado tienen procesos de organización, están tratando de resistir, de construir alternativas?
No es por deformación profesional, porque espero no ser injusto con otros movimientos, pero ante esta debacle la única perspectiva que me parece la más coherente, tal vez por sus antecedentes de organización colectiva; la única que se ve con algún tipo de resultados concretos son los pueblos indígenas. En este caso, las autonomías resultan muy efectivas o eficientes para combatir el narcotráfico y el crimen organizado; como tienen una base territorial y como existe una gran cohesión, entonces pues vemos que en los lugares donde la presencia de las autonomías es muy fuerte, como el caso de la zona Zapatista, el caso de la Policía Comunitaria en Guerrero, el caso en Michoacán con las rondas o guardias indígenas, el caso colombiano con los nasa, etc. se da la posibilidad de fortalecer esos lazos y de responder a la situación incluso haciendo experimentos tan notables en sectores actualmente en una crisis total, como la educación o la salud. El movimiento obrero no da pie con bola [1], no hay posibilidad de enfrentar lo que está pasando. Estamos al borde de una reforma laboral, completamente neoliberal, que va a desregularizar, precarizar, que va a quitar todo el vestigio de las conquistas sociales de épocas pasadas, si llega a aplicarse. Estamos ante la posibilidad de una ley de seguridad pública de carácter casi de Gestapo, la ley Gestapo; actualmente Calderón mandó unas reformas a los códigos penales que establecerían un estado terrorista, muy parecido a las reformas que hizo Estados Unidos, que de hecho, constituyen un Estado terrorista, en el que la constitución estadounidense no aplica…, con todas las reformas que se hicieron después del 11 de septiembre; han reducido las libertades ciudadanas al máximo. Estas son las grandes repercusiones de lo que estamos viviendo.
Nota:
[1] Expresión mexicana que quiere decir que se equivocan sistemáticamente.
Gilberto López y Rivas (1943) es profesor-investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Fuente: http://www.quetzal-leipzig.de/spanische-literatur/entrevista-a-gilberto-lopez-y-rivas-antropologo-y-ensayista-mexicano-primera-parte-19093.html
http://www.quetzal-leipzig.de/spanische-literatur/entrevista-a-gilberto-lopez-y-rivas-antropologo-y-ensayista-mexicano-%E2%80%93-segunda-parte-19093.html