13-01-2012
!Vamos a ocupar nuestras casas!
Blair Ellis y Laura Durkay
Viento Sur
Ya está en marcha la campaña electoral en los Estados Unidos. El movimiento Occupy que, como es lógico, tiene un desarrollo desigual, va a tener que hacer frente a iniciativas que impulsara el ala “izquierda” del Partido Demócrata; sobre todo, teniendo en cuanta la virulencia anti-Obama que va a caracterizar al candidato republicano. No se trata de sobrevalorar del movimiento Occupy, pero sí de otorgar la importancia que tienen a las iniciativas y los objetivos sociales, políticos, que impulsa. Ese es el objetivo de los artículos publicados en este sitio. Por eso, después de haber recogido las acciones que el mismo venía desarrollando en la costa Oeste, en esta ocasión consideramos importante informar de una acción que, si bien limitada, hace frente al embargo de viviendas. (Redacción de La Breche/À l’encontre).
El 6 de diciembre, en el marco de una campaña nacional contra los desahucios, el movimiento Occupy desarrolló iniciativas de ocupación de viviendas embargadas en más de 25 ciudades. Para muchos activistas del movimiento estas iniciativas no se limitan a acciones de un día sino que constituyen un nuevo área de actividad para el movimiento. Un manifestante de Nueva York lo explicaba así a través del people’s microphone /1 en el andén de la línea 2-3 del metro aéreo de Brooklyn: “Hoy el movimiento Occupy va a los barrios y los pueblos que más demandan su presencia. Occupy Wall Street va a ocupar viviendas”
Para impulsar la iniciativa, los activistas de Occupy se juntaron con los grupos de activistas de los barrios del Este de Nueva York, un área mayoritariamente latino-negra de Brooklyn, donde la tasa de embargo de viviendas es cinco veces superior a la media del Estado. La jornada comenzó con una especie de “visita urbana alternativa”, poniendo la atención en las viviendas vacías o las que habían sido embargadas por los bancos y que, potencialmente, podían ser recuperadas. La marcha se detuvo frente a cuatro viviendas del barrio pero, según los panfletos distribuidos, a lo largo de los 10 bloques por los que había pasado había 45 viviendas vacías. En cada parada los habitantes del barrio explicaban el sentido de su acción y las razones que les habían llevado a impulsarla.
Un antiguo “sin techo”, actualmente activista del Picture the Homeless que defiende a los “sin techo”, comentó que “pasaron muchos años antes de que encontrase una vivienda. En Nueva York hay más viviendas vacías que personas sin techo. Hoy estamos recuperando nuestras casas. No vamos a parar hasta ocupar todos los barrios de Nueva York”.
Hubo marchas similares en más de una docena de ciudades. En Los Ángeles, los manifestantes se dirigieron hacia una mansión en la que Wells Fargo (grupo financiero americano, cuarto banco americano en activos) trata de expulsar de su vivienda a una persona que padece parálisis cerebral (Ana Casas Wilson), a su marido, a su hijo y a su madre de 72 años. La madre, Becky Casas, declaró que su hija le había dicho: “Ten esperanza, mamá”
En la bahía de San Francisco, cerca de 1.000 manifestantes se dirigieron a una casa del Oeste de Oakland y reinstalaron a Gayla Newsome, una madre soltera con tres hijas. Esta casa lleva vacía seis meses. Con esta acción, Gayla “espera dar publicidad a esta situación y lograr que el banco se avenga a negociar”.
En Atlanta, las y los manifestantes de Occupy se concentraron ante el Palacio de Justicia intentado perturbar la venta en subasta de viviendas. Estas manifestaciones, hayan sido pequeñas o grandes, han mostrado que el movimiento Occupy tiene capacidad para desafiar a los bancos que hacen estragos en la vida del 99% de la gente. Una de las modalidades más evidente es denunciar el frenesí de los desahucios actuales. Según el informe del banco Merrill Lynch, desde 2007 son más de 6 millones las viviendas embargadas por los bancos. Está previsto que en los próximos cuatro años se embarguen otros ocho millones.
La manifestación de Nueva York tuvo un impacto importante entre la población. Durante una parada de la marcha, un habitante del barrio Quincy anunció que iba a ser expulsado a primera hora de la tarde. Esto hizo que 100 participantes de la marcha se quedaran ocupando la vivienda, logrando resistir con éxito al primer intento de la policía por desalojarlos. A pesar de la persistente lluvia, el número de participantes en la marcha pasó rápidamente de 200 a 1000, siendo una marcha muy activa y multirracial. Ocupaba la calle frente a los bloques de viviendas y la gente del barrio salía a las ventanas para saludarles y mostrarles su apoyo.
Akhenaton Burgess no había oído hablar de esta jornada de acción hasta que la manifestación se detuvo delante de una casa embargada frente a la suya. Tras escuchar las intervenciones dijo: “¡Es genial, excelente! Espero que continuéis con acciones como esta. Alguien debe intentar encontrar una vivienda para quienes la necesitan en lugar de expulsar a la gente de ellas.” En la última parada de la marcha, una mujer se dirigió a Jamie Dimon, responsable del banco JPMorgan Chase, el banco que le embargó su casa: “Eh! Jamie Dimon, sal de la oficina y ven a marchar con nosotros. Así podrás ver las casas embargadas, las casas de las que tú has echado a la calle a los niños. Así pues, Jamie Dimon, ven con nosotros a Queens, a Brooklyn, a Bronx, a Harlem, a State Island.”
Las y los manifestantes llevaban pancartas en las que se podía leer: “¡Casas asequibles ya!, ¡Embarguemos a los bancos, no a la gente!” Charles Barron, miembro del Consejo Municipal de Nueva York, antiguo militante de Black Panther y activista del barrio que representa el Este de Nueva York, estaba presente en la marcha junto con otro consejero municipal de la ciudad, Ydanis Rodriguez, que fue golpeado y arrestado por la policía la noche de Parc Zuccotti. Cuando la manifestación se detuvo frente al Instituto Jefferson fue aclamada por el alumnado que hacía signos de apoyo a través de las ventanas del último piso en el que se juntaron bajo el slogan: “Somos el 99%”.
En la medida que nadie, salvo el reducido equipo que la había preparado, conocía el lugar exacto en el que debía finalizar la marcha todo el mundo pensaba que ésta concluiría con una fiesta barrial para festejar la ocupación de una casa vacía por una familia sin techo que la había habilitado con la ayuda de militantes. Cuando llegamos a la avenida Vermont y vimos que el nº 702 estaba decorado con globos y una enorme pancarta colgada del techo en la que se leía: “¡Embarguemos a los bancos, no a la gente!” estallaron los aplausos. Informaron que la casa ocupada del nº 702 de la Avenida Vermont era el nuevo domicilio de una madre soltera, Tasha Glasgow, y de sus dos hijos. El padre de los niños, Alfredo Carrasquillo, también estaba presente y se arriesgó a ser arrestado por permanecer en la casa. Estaba emocionado, lloraba, cuando se dirigió, desde una escalera, a los cientos de personas presente a través del people’s microphone
Mientras se desarrollaba la fiesta un equipo de limpieza se puso manos a la obra para hacer que la casa que llevaba vacía desde hace tres años, fuera habitable. Se puso en marcha un generador y se alumbraron las luces de Noel instaladas en la puerta de la entrada. La cocina de Occupy Wall Street (OWS) distribuyó la comida y voluntarios de la biblioteca popular de OWS aportaron cajas de libros para los niños. Y, para defender la casa de una posible intervención policial, se puso en pie un equipo de gente con escudos en los que estaban pegadas las fotos de la familia. Durante el tiempo que la gente y los media permanecieron allí, la policía no intervino, se mantuvo a distancia. En cualquier caso, una docena de militantes decidieron quedarse a dormir en la vivienda junto a Alfredo para defenderla. Los militantes se comprometieron a garantizar una apoyo permanente a la familia en tanto los abogados les ayudan con los trámites legales para lograr que la casa pase a sus manos.
La jornada del 6 de diciembre ha constituido todo un éxito. Ha permitido ensamblar la voluntad y la energía del movimiento Occupy con los grupos de barrio que desde hace años, y a veces sin mucha visibilidad, trabajan sobre la cuestión de la vivienda y resisten a los desahucios en Brooklyn.
Por otra parte, para planificar y llevar a cabo esta acción, militantes de New York Communities for Change, Organizing for Occupation, VOCAL New York, Make the Road New York y de FUREE (familias unidad en pro de la igualdad racial y económica) se sumaron al sub-comité del grupo de trabajo de “acciones directas” de OWS, difundiendo panfletos para apoyarla y logrando, a lo largo de dos días, sumar más de 500 personas del barrio dispuestas a apoyar la ocupación de una manera u otra.
Todo el mundo espera que ésta iniciativa no sea sino la primera de otras ocupaciones, de “embargo” de casas, y de campañas contra los futuros desahucios en los barrios. Como decía un habitante del Este de Nueva York: “Somos el 99%. Hagamos retroceder al 1%. Váyanse, hemos venido aquí para quedarnos”.
Nota 1/ El people’s microphone es una forma de comunicación inventada por las y los militantes del movimiento Occupy. Como está prohibido utilizar los clásicos megáfonos, se utiliza la técnica de hacer correr la voz a cuenta de los que tengan una voz más potente. Esta nueva técnica se ha convertido en una nueva forma de expresión que obliga a quienes intervienen a realizar intervenciones cortas y sintéticas. Se puede encontrar una descripción de esta técnica en inglés en: http://www.correntewire.com/the_peoples_microphone_in_zuccotti_park
Fuente: http://www.vientosur.info/articulosweb/noticia/?x=4745