Primeramente fue el énfasis en los partidos para subordinar a sectores de la población con los cuales alcanzar una hegemonía que permitiese dirigir el aparato del estado. Todo sea por evitar que se desarmen los lazos convencionales del poder provocándose lo que los poderosos y sus intelectuales denominan “caos”, ausencia de orden. La Biblia en sus primeras líneas dice “Al principio era el caos, pero vino el Señor y puso orden”. De las comunidades libres se pasó al orden patriarcal, que dura todavía hasta hoy y las luchas sociales se reducen a ver quien dirige el aparato del poder, en vez de sacarse las camisas de fuerza y escapar saltando y agitando los brazos hacia los jardines de la libertad.
Es extraño, pero mientras más “conciente” o “liberador” es el discurso, el proyecto o el paradigma, los que se inflan con eso más se elevan en su auto-estima, se distancian de la gente común y se encierran en su propia jaula. Hay una especie de desesperanza o falta de confianza en que la gente y sus instintos puedan vivir en armonía entre ellos y con la naturaleza. Hay una discriminación de los “iluminados” hacia los “ignorantes”, los
no-concientes. No es posible, dicen, pues están todos viciados y maleados por el sistema capitalista, están mal, no saben nada, hay que llevarles educación popular, hay que atarlos a algo, nosotros tenemos la pomada que todo lo cura, que si los dejamos sueltos se van a atacar los unos a los otros, se van a robar y empujar en la fila, mientras los autoescogidos salvadores de la patria se sacuden el polvo del camino o limpian sus lustrosos zapatos con hebillas.
Pero la gente se fue dando cuenta y se empezaron a sacar las camisetas de los partidos mostrando el torso donde dice de nacimiento “autónomo”, marcados así a fuego desde los más lejanos ancestros. Ahí los pillastres inventaron camisetas que dicen eso: “autónomos” e inventaron el autonomismo. Parece mentira, pero según Maquiavelo y su siniestro seguidor Lenin, el fin justifica los medios, todo vale. A eso lo llaman “vocación de poder”. Dijeron “Fuera los partidos” después de que la gente los estaba echando, en el más puro oportunismo, que vengan los movimientos, y nosotros los “autonomistas” a la cabeza, eso es claro.
De esa manera los autonomistas se ponen a la cabeza del cuerpo social que se desbanda despacito desgranándose como un choclo por todos lados, los indignados en Europa, los occupy en Estados Unidos, los zapatistas en México, los mapuche en Chile y Argentina, los estudiantes en las asambleas, para meterlos a todos ordenadamente (no importa que usen capuchas, total una golondrina no hace verano) nuevamente en la camisa de fuerza de la institucionalidad del poder. Ellos, los elegidos de la vanguardia, elaboran las nuevas estructuras y se las meten a la gente con metodologías de educación “popular”, las comunidades vecinales, barriales, campesinas y originarias no existen, son sólo “movimientos” organizados o “ciudadanos” dispersos, pero comunidades que hagan sus propios procesos autónomos y autosostentables… ¡!! Por nada del mundo. Vengan todos a discutir y armar una nueva camisa de fuerza, digo una nueva constitución, que deberá tener partidos, eso es cierto, pero nosotros los movimentistas venceremos y mil alamedas habremos de tejer y blablabla.
Por favor no escuchen los que dicen al revés.
Y qué dicen esos?
No, no importa, no los escuchen, son al revés, quieren las cosas de abajo arriba, de las periferias al centro, de la base hacia la cúspide, mandando desde abajo, habrase visto?
No, los de abajo ejercen su soberanía y la democracia eligiendo a quienes van a administrar los asuntos públicos, que ya se encargarán los poderes de amarrar a los electos por el cuello cuando estén arriba, como hicieron con Lula y después con Evo Morales, dos grandes figuritas de esos intelectuales que se dicen de “izquierda” y que cuando se enchuecaron se quedaron calladitos, mutis por el foro.
Todos los electos en esa asamblea constituyente van a ser de los partidos y de los “movimientos” dirigidos por partidos, que van a negociar una constitución para mantener el orden. Nosotros proponemos al revés, que se construyen capacidades efectivas de poner y controlar dirigentes electos primero en las localidades y los municipios, que al principio van a ser sólo unos pocos pero luego se irán ampliando uno tras el otro de tal manera que una nueva constitución va a ser el resultado práctico de la multiplicación y expansión horizontal de los municipios alternativos, democráticos y comunitarios dirigidos por los vecinos. Veamos por partes el texto de la propuesta movimientista:
Dice el texto:
Movimientos Sociales, Ciudadanía y los Pueblos de Chile
en la Vía Popular y de los Pueblos a la Constituyente Social
Valparaíso, 20 de noviembre de 2011.
El pasado 19 y 20 de noviembre en Valparaíso se reunieron 200 delegados de fuerzas estudiantiles –secundarios y universitarios-, movimiento de pobladores, sindicatos de trabajadores, agrupaciones ecologistas y organizaciones indígenas, de 7 regiones del país, con el objetivo de dar rienda suelta al proceso constituyente en Chile. En las líneas a continuación se comparten los avances de la deliberación y los acuerdos logrados. No representan resoluciones ni conclusiones definitivas, sino más bien un primer esfuerzo por dibujar juntas y juntos un proyecto de liberación nacional.
Comentamos:
Participaron Fuerzas, movimiento, sindicatos, agrupaciones y organizaciones, puras estructuras, de lucha, de reivindicación, lo que se quiera, pero estructuras al fin y al cabo. El cambio de las estructuras por otras estructuras. Vaya a saber uno en cuantas de esas orgánicas sociales fue discutido el asunto y elegidos representantes, siendo lo más seguro que vinieron dirigentes nominados a dedo.
Sigue el texto:
Presentación
Para nuestro pueblo, trabajadores, pobladores, estudiantes, mujeres y hombres del campo y la ciudad, el camino hacia un esfuerzo constituyente representa la tarea de los últimos 200 años. Para nuestros pueblos, mapuches, aimaras, quechuas, pascuenses, alacalufes, onas, diaguitas y atacameños, es la tarea de los últimos 500. Para ambos la Vía es un ejercicio de encuentro, construcción y de baile.
Comentamos:
Resulta simpático como utilizan los tiempos para legitimar y reforzar el estado chileno, el centro de la dominación, que si bien nace como república hace 200 años, se continúa la dominación que ejercían los poderosos contra las comunidades, los afrodescendientes, los mestizos, los pobres, las mujeres, los soldados de tropa, la juventud, etc. Y nuestro esfuerzo no ha sido por una u otra constituyente sino de resistencia de 500 años también contra la institucionalidad del poder del estado colonial, luego del estado republicano, de las iglesias, ejército y demás. Pero quien quiere administrar el estado lo defiende, criticando sólo que lo gobiernen los malos y no ellos, los buenos.
Se nombran “nuestros” pueblos entre ellos los mapuche, aimaras y otros, sin embargo no se dice quien es el nosotros de aquel ”nuestros”. Nosotros somos los chilenos y los mapuche no son “nuestros” sino de “ellos”. Si se mira bien, este texto está lleno de debilidades ideológicas bastante potentes. No somos un pueblo, sino varios pueblos y pretender hablar en nombre de varios pueblos con ese “nuestro” es una ignorancia y falta de respeto muy grande o, lo que es peor denota una voluntad de unicidad de su estado inaceptable. Veremos como caracterizan al estado más adelante.
Sigue:
Encuentro entre territorios, sexos, edades y pueblos que se pensaban distintos, pero que a la luz de la esperanza por una vida y un mundo distinto no parecen distantes. Una construcción, ya que Chile hay que refundarlo, desde abajo, por cada damnificado por el terremoto y por cada damnificado por estos malos gobiernos y su mal desarrollo. Un baile, por la alegría de la construcción colectiva que recupera confianzas y teje vínculos.
El encuentro es la asamblea como voluntad soberana de la ciudadanía y los pueblos, la construcción está en las Constituyentes Sociales como espacio deliberativo donde nacerá una Nueva Constitución, el baile es y será todos los días en la lucha y organización para crear un poder popular constituyente que nos permita implementar este proyecto de vida digna para Chile y sus pueblos. Esto es La Vía Popular y de los Pueblos a la Constituyente Social.
Comentamos:
Los mapuche forman parte según ellos mismos de ese proceso de refundación de Chile? Siendo ellos un pueblo y territorio ocupado por el estado chileno, a santo de qué ahora deben ser ciudadanos chilenos y someterse a la construcción de un nuevo estado? Acaso su postura no es la autodeterminación y la independencia? O ustedes van a definir los ritmos y las tácticas que deben ejecutar los pueblos para su encaminamiento futuro? Bastante colonialista suena la llamada de los movimientistas.
Siguen:
¿Por qué comenzar esta experiencia?
Frente a la crisis del sistema político, económico, y social, surge una necesidad histórica: cambiar la constitución como primer paso en la transformación de la sociedad. Identificamos que el cambio es irremediable, y éste necesariamente debe emanar de una constituyente social, debe nacer desde abajo, impulsado por un movimiento político, social y cultural de liberación.
Comentamos:
Esa es una de las tantas propuestas emanadas de las filas de la resistencia y de las dinámicas sociales, a la cual irán desde diversas corrientes a cachar el ambiente y estar presentes por si las moscas, como ustedes van a las otras. Ustedes son como el arquitecto, que hace primero el mono y luego lo ejecuta siguiendo línea a línea el diseño orientador. Primer paso, cambiar la Constitución, donde la gente podrá intervenir solamente escuchando vuestros discursos y ojala votando por vuestros representantes. Luego los electos se reúnen entre ellos y negocian o se agarran a puñetazos el resultado que será sometido a votación popular. No hay nada de diferente en eso y los poderosos no permitirán muchos cambios, ya que la asamblea constituyente va a salir formada por un tercio de derecha, un tercio de centro y el resto repartido entre el PRO, el Podemos, el PI, el PRI, ustedes y algunos miembros de vuestros movimientos.
A quien pretenden engañar con ese cuento?
Una constituyente no genera cambios como segundo paso, no hay transformación de la sociedad a partir de una nueva constitución. Que se sepa es al contrario, cuando hay cambios en las dinámicas sociales o correlaciones de fuerzas o expresiones de contrapoder, de inmediato los representantes del pueblo corren a amarrar el movimiento en la camisa de fuerza de la nueva constitución, como ocurrió con la constitución nicaragüense, que se hizo después de ganar la guerra los sandinistas contra Somoza o las constituciónes de Bolivia y Ecuador, que se hicieron después de tumbar gobiernos y el pueblo en las calles paralizando el país, o la constitución rusa, después de la toma del poder por los bolcheviques, o la constitución francesa, después de cortar el cuello de los reyes, y así en adelante. Las constituciones en Chile no cambiaron ninguna cosa. Ustedes están queriendo que la gente crea que la convocatoria a una constituyente puede transformarse en un motor de centralidad de la movilización social pero siendo su fin último el estado, ya está viciada de antemano, lo que hizo el Forro Social de Porto Alegre al acabar con las dinámicas altermundistas y reorientarlas hacia la cohesión estatal.
Ustedes, teniendo tantos estudiantes y egresados de la facultad de derecho de la Universidad de Chile se han llegado a creer el cuento de la legalidad y que los cambios de normas mediante la racionalidad inducen a cambios de mentalidad. Por eso se han acercado tanto a la gente de la ONG Eco trabajando el concepto de hegemonía gramsciana que resultó cojo al no incorporar la hegemonía económica, el terror de quienes quieren ocupar el estado para administrar el capitalismo, no es posible para ustedes reconocer la hegemonía de otra economía que no sea la capitalista, con ello caen simplemente en la vieja alianza de la masonería liberal progresista con un sector socialista y radical que les acompaña en la propuesta constituyente.
Siguen:
¿Quiénes somos?
La Vía es un espacio de unidad donde se encuentran sujetos y sujetas de cambio social reivindicando su soberanía sobre este territorio llamado Chile.
La Vía representa a los movimientos sociales de una sociedad en movimiento que tomaron como opción la construcción de un poder social desde abajo.
La Vía se declara como anti-capitalista y su camino será la destrucción de todas aquellas estructuras que producen dominación política, explotación económica y opresión cultural, y la construcción de estadios de equidad que permitan la emancipación colectiva.
La Vía se hermana con los distintos proyectos constituyentes que recorren nuestra patria grande, desde la isla rebelde hasta tierra del fuego y solidarizará pueblo a pueblo en el avance liberador de nuestras naciones. “Porque América se libera unida”
La Vía cree en el carácter pluricultural de esta tierra y trabajará por el reconocimiento de sus identidades y las diferentes formas de autogobierno.
La Vía apoyará todas las formas de lucha que permitan el avance popular, ya sea con la lucha callejera como ejercicio de autodefensa o con la participación en espacios de representación. “Avanzaremos tanto con capucha en la calle, como con voto en las urnas”.
¿Qué estamos llevando adelante?
Un proceso, democrático y participativo, que genere la unidad de la ciudadanía y los pueblos en torno a la lucha por una nueva institucionalidad.
Un proceso, libre y soberano, que construya un poder paralelo al estatal, desde una mayoría activa contra una minoría poderosa y dominante.
Un proceso, horizontalizado y deliberante, que cree una consciencia crítica a través de la educación popular y de la misma práctica revolucionaria.
Un proceso, de lucha y organización, que permita una revalorización de la política llevándola nuevamente al espacio público.
Un proceso, solidario y fraterno, que fortalezca donde haya y cree donde no, ejercicios de autonomía territorial y de construcción de poder popular en las poblaciones, sindicatos, universidades, liceos y colegios del país.
Un proceso, de articulación y coordinación, que permita la acumulación de fuerza de la ciudadanía y de los pueblos y la conformación de un movimiento político, social y cultural de liberación.
¿Cuál es el plan de Lucha?
Acordamos impulsar asambleas populares territoriales y de espacios constituyentes en todo el territorio nacional. La primera de ella será el Congreso de Pobladores del Norte a llevarse a cabo el 26 y 27 de noviembre en Arica.
Acordamos apoyar el Plebiscito Comunal convocado por la ciudadanía y los pueblos organizados el 11 de diciembre en Peñalolén donde el Concejo de Movimientos Sociales llaman a votar por el NO en contra de la voluntad del municipio y las inmobiliarias.
Acordamos participar de las Jornadas de Desacato de la Federación Nacional de Pobladores para el 13 de diciembre del presente año en la Región Metropolitana.
Acordamos apoyar el Encuentro Constituyente de Vivienda en marzo del año 2012 en Santiago.
Acordamos iniciar las Jornadas de Movilización Nacional desde marzo del año 2012 y nos proyectamos a mediados de año a lograr un hito de desacato y desobediencia popular.
Acordamos realizar a la 1era Constituyente Social el 28 y 29 de Abril del año 2012 en la ciudad de Concepción.
Acciones que se han sumado al camino constituyente (agrega la tuya):
Se propone realizar el 1er Encuentro Nacional de Autogestión el 13 y 14 de enero en Santiago.
Se propone realizar el Encuentro de Coordinación Nacional de la Vía Popular y de los Pueblos a la Constituyente Social, el 15 de Enero en Santiago.
Se propone realizar la Escuela Constituyente en Movimiento en el mes de marzo del año 2012 como espacio de auto-formación de los movimientos y la ciudadanía en lucha. Esta iniciará en Santiago y recorrerá todas las regiones del país.
Conclusión:
Como es fácil de apreciar, se trata de un tinglado volador de luces para engañar a la población con el “cambio”, siendo en realidad una modalidad de rearmar la institucionalidad.
Jaime Yovanovic Prieto
Profesor J
municipiosindependientes@yahoo.cl