Relevo político en grupos sociales
Sábado 07/04/2012
La Marcha por la Vida tuvo como uno de sus objetivos reivindicar la lucha social y la protesta en el país, como un mecanismo de rechazo a las políticas del Gobierno. En este marco, la presencia de jóvenes líderes reveló que fuerzas sociales y políticas de oposición han mantenido un proceso de renovación de sus bases, con énfasis en formar a sus futuros líderes. Entre esas organizaciones destaca la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie). A ella se suman la Federación Estudiantes Universitarios (FEUE), la Unión Nacional de Educadores (UNE) y el Movimiento Popular Democrático (MPD). Por eso, más allá de los dirigentes visibles que desde hace una década han encabezado las manifestaciones sociales, hay una “sangre nueva” en la que se apuesta por un relevo de mando. En la Marcha por la Vida, que duró 14 días, la juventud tuvo un papel fundamental en su organización. “Los jóvenes líderes son el fruto del trabajo de capacitación política”, dice el presidente de la Conaie, Humberto Cholango. Partidos políticos como el MPD también forjan nuevas juventudes. Su diputado Jorge Escala cuenta que el tema de la alternabilidad es un principio fundamental. A continuación una semblanza de cinco nuevos cuadros. Nadino Calapucha Kichwa, miembro de Conaie 21 años Este joven kichwa de Pastaza recuerda que cuando tenía 16 años escuchó al presidente Rafael Correa y lo apoyó, por su propuesta clara. En ese tiempo prometía buscar un desarrollo posminero y pospetrolero, que respetara los derechos de los pueblos ancestrales. Pero ahora sostiene que ese discurso se esfumó. Él pertenece a la juventud de la Conaie y está orgulloso de su origen, utiliza collares de colores y pinta su rostro de negro. Nadino protesta porque le preocupa el futuro de sus dos hijos. Considera que la realidad de la niñez indígena es desigual e inequitativa. Pero también le preocupa que la sobre explotación de recursos naturales en la Amazonía deje a sus descendicentes sin futuro. Creció con su abuelo, rodeado de la naturaleza y quiere que su descendencia también disfrute de ese privilegio. Es un militante activo de la organización desde que tenía 15 años. Para estar en la marcha dejó a sus hijos y esposa, junto con sus padres. “Ellos comprenden mi lucha”. Dice que el Presidente debe dejar a un lado su orgullo. Rosa Carlosama Kichwa karanki 39 años Su formación como dirigente empezó en la comuna de Zuleta, en el sur de Ibarra, provincia de Imbabura. La indígena es presidenta del pueblo Kichwa Karanki y adquirió experiencia por cerca de una década en el gobierno local de esa comunidad. Los zuleteños en el último siglo han estado ligados a la figura de Galo Plaza Lasso. Carlosama recuerda al ex Presidente como un personaje tranquilo y abierto. La dirigente, quien siempre viste anaco, blusa bordada de colores vistosos, alpargatas y sombrero, también es administradora de empresas. Pero su mayor experiencia profesional está vinculada a la consultoría. Carlosama participó en el equipo que hizo el estudio para la creación de la Dirección Nacional de Salud Intercultural, adscrita al Ministerio de Salud. Pero también trabajó en el proceso organizativo de las mujeres bordadoras de La Esperanza y Zuleta en la Asociación Sara Huarmi. Desde abril de 2010, Carlosama ha realizado un trabajo organizativo en las 33 comunidad autodefinidas como karankis. Luis Aguirre Presidente de la FEUE 24 años “El gobierno de Correa es traidor”. Es la frase con la que este líder estudiantil define la política del actual Régimen. Cuenta que los jóvenes universitarios se sumaron a la protesta social porque rechazan la Ley Organiza de Educación Superior que, a su juicio, violenta el principio de la educación universal gratuita, así como al cogobierno estudiantil. Por eso sacrificó dos semanas de clases para estar en la marcha. Estudia Biología y Química en la Facultad de Filosofía de la Universidad Central. Pero reconoce que ese esfuerzo, que le podría costar el semestre, vale la pena. Como mestizo reconoce que el compartir 14 días con los marchantes fue una experiencia enriquecedora que le ayudó a comprender la importancia de la solidaridad dentro de la comunidad y el vivir con armonía. Él organizó las brigadas de estudiantes universitarios de medicina que atendieron a los manifestantes. Considera que a través de la movilización social se consiguen las luchas históricas. Apuesta por la unidad de las organizaciones sociales para formar un gran frente. Celia Guayllas Joven líder de la Conaie 24 años Celia está preocupada por su futuro y por el de su hijo de 8 años. Su padre y abuelo han sido mineros artesanales y desde niña creció de la mano de esta actividad. Por eso, cree que si el Gobierno implementa una minería a gran escala, su fuente de subsistencia desaparecerá. Ella es de la provincia de Zamora Chinchipe, pertenece a la Federación de Kichwas Saraguro de Zamora Chinchipe y a las juventudes de la Conaie. Ella ingresó a la organización cuando tenía 19 años. Recuerda que desde hace 5 años llegaron hasta sus tierras pequeñas empresas mineras chinas, que bajo la fachada de “pequeños mineros” hicieron que el trabajo artesanal sea más complicado. “Le quitaron las tierras a mi abuelo”. Ella protesta por que considera que Correa no gobierna para los pueblos, sino para las transnacionales. Es de baja estatura, delgada, pero de un carácter fuerte. En la marcha lideró el grupo de seguridad. Prefiere ocultarse tras una bufanda para evitar una persecución por parte del Gobierno. Marco Guatemal Dirigente indígena 32 años Él se vinculó a la lucha social cuando estudiaba en el colegio de la comunidad de Topo, parroquia de San Pablo en Otavalo, provincia de Imbabura. Fue síndico de Gualaví, la comunidad a la que pertenece. Luego presidió la Unión de Comunidades Indígenas de San Pablo del Lago. A los 28 años fue electo presidente de la Federación de Indígenas y Campesinos de Imbabura (FICI), que aglutina a 180 organizaciones. Hoy tiene 32 años y en mayo próximo terminará su período. Su nombre se hizo público el año anterior, tras ser enjuiciado por el presunto delito de terrorismo y sabotaje. El proceso judicial continuó luego por el supuesto delito de obstrucción de vías, en mayo del 2010, mientras las comunidades indígenas protestaban contra el proyecto de ley de aguas. El 10 de noviembre del año anterior fue declarado inocente, luego de pasar 15 días en la cárcel. En la actualidad Guatemal, estudia Administración Pública y encabezó la última marcha indígena por la vida que salió desde Imbabura rumbo a las calles de la capital.
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