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Entrevista a un componente del Buró Político del movimiento Tuareg, parte de la identidad Tamazight

30.04.12

30-04-2012
Magdi Ag Bohada, rebelde tuareg

Sana Sbouaï
Nawaat.org

Traducción por S. Seguí del francés para Rebelión

Con ocasión de una reunión celebrada estos días para conmemorar la Conferencia de Tánger de abril de 1958 y el Llamamiento de Túnez de abril de 2011 a favor de un Magreb unido, un representante tuareg de Azawad nos cuenta su historia. Miembro del buró político del MNLA, Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad, Magdi Ag Bohada ha luchado toda su vida por el reconocimiento y la toma en consideración de su pueblo. Se trata hoy de una realidad, por cuanto el MNLA ha proclamado la independencia de Azawad. Para Magdi y su pueblo, la estabilidad en la región sólo puede lograrse mediante la independencia de Azawad. Lo que en un futuro hará posible unas relaciones con los países vecinos y por lo tanto la construcción de un Magreb unido.

Tuareg, no maliense. Es preciso diferenciar cuando se le habla. Magdi Ag Bohada, de paso por Túnez, explica la situación mejor que nadie. La independencia proclamada hace unas semanas no ha sido debida a un momento de locura. Azawad nunca se ha sentido perteneciente a Malí. A finales de los 50, algunas personalidades de Azawad propusieron al general De Gaulle diversas fórmulas: la independencia, el mantenimiento del vínculo con Francia o la unión con Mauritania. Ninguna de estas soluciones fue considerada adecuada. De ahí nace la rebelión tuareg.

La región de Azawad cuenta con cuatro grupos étnicos mayoritarios: los tuareg, los songhai, los fulani y los árabes. Nada que ver, culturalmente, con el pueblo bambara de la zona meridional. Azawad es fronterizo con Malí, Argelia, Níger, Burkina Faso y Mauritania. Es decir, goza de una posición estratégica.

Aunque alejado cientos de kilómetros de Libia, Azawad vio cambiar su situación debido a sus vínculos con este país. Fue a partir de la finalización de los combates en Libia cuando la región de Azawad entró en ebullición, creando una situación que exige una visión de los países del Magreb y África del Norte con nuevos ojos. Lejos de las fronteras establecidas en la independencia y con poblaciones que se reconocen y apoyan más allá de estas fronteras.

La vida de Magdi es de hecho un ejemplo de ello. A los 16 años sale de Malí y se vincula a una parte de su familia instalada en el sur de Argelia. A continuación se alista en el ejército de Gadafi. Durante cuatro años aprende las técnicas de combate. Más tarde, Gadafi, que quería formar a los tuareg para ayudarlos a liberarse, cambia de opinión: ahora quiere usarlos para su causa. Al igual que muchos de sus compatriotas, Magdi se va.

Durante años “vivió en sus zapatos”, como él dice, pasando de un país a otro, viviendo con los suyos, tratando de avanzar la causa tuareg. “Me dedicaba a la concienciación en la causa tuareg y la preparación para la liberación”. En los años 80 se unió al MPLA, el Movimiento para la Liberación de Azawad. Unos años más tarde este movimiento se fragmenta, y Magdi se une al Ejército Revolucionario de Liberación de Azawad (ARLA), movimiento que no cesa de denunciar las matanzas que el gobierno de Mali comete contra las etnias tuareg y árabe.

Cuando estalló la revolución en Libia, Magdi, vicepresidente del Congreso Mundial Amazigh, se unió a sus compañeros de armas para echar una mano. “Estuve en Libia con los amazighs desde marzo hasta la caída de Gadafi. Luché tanto en el frente como en la retaguardia”, afirma.

Para él esta actuación no tiene nada de anormal. Toda su vida ha estado tratando de unir fuerzas por la independencia de los tuareg, y ayudar a los amazighs en su lucha fue algo normal. Una vez se estabilizó la situación en Libia, pudo dar comienzo la lucha por la independencia de Azawad.

“Todos estos años hemos sido reprimidos por el gobierno de Mali, debido a su superioridad en armas y dinero. Este gobierno ha sido financiado directamente por los petrodólares de Gadafi. Una vez destituido Gadafi, el gobierno de Malí se quedó sin ingresos. Entonces pudimos combatirlo en igualdad de armas”, dice.

Los enfrentamientos comenzaron el 17 de enero. Poco a poco, los tuareg se hacen con diferentes ciudades: Tinzaouaten, Aguelhok, Tessalit, Kidal, Anefis, Gao, Tombuctú, etc. En esta lucha, afirma Magdi, sólo se asaltaron los campamentos militares sin causar daño a los civiles.

Cuando le preguntamos cómo consiguió su armamento la rebelión tuareg, Magdi explica que desde los años 60 las familias tuareg se preparan para la lucha y por lo tanto desde hace muchos años almacenan lo que encuentran. Otra realidad es que al estar en contacto directo con el Consejo Nacional de Transición (CNT) libio, les fue posible recuperar armas al final de los combates en Libia. Y con su conocimiento del desierto, los combatientes no han tenido que preocuparse por los puestos fronterizos para llevar su armamento a Malí.

Cuando se le pregunta sobre Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI) y los movimientos salafistas, Magdi indica: “Somos musulmanes, pero no estamos vinculados con esos movimientos. Queremos un Islam moderado y una sociedad democrática. Por ahora vamos a trabajar por la estabilización del país y el retorno de los refugiados. Hay que ver también cuáles son los movimientos del gobierno de Malí en caso de que la guerra se reanude”. Sin embargo, Magdi no es ingenuo y sabe que estos movimientos están presentes en Azawad y constituyen una amenaza real tanto para la población como para la estabilidad del país.

Con la declaración de independencia proclamada por el MNLA, la división parece consumada y es imposible una marcha atrás. En cuanto a la supervivencia del pueblo de Azawad, Magdi no muestra preocupación: “Tenemos enormes recursos que vamos a explotar.” Recursos que, esperemos, no caerán en las manos de los narcotraficantes de la región. Este es otro problema que el MNLA tendrá que resolver, y para ello es preciso una verdadera política regional. La necesidad de un Magreb unido y democrático es por consiguiente aún más sentida.

Sana Sbouaï, periodista cosmopolita que vive su sueño tunecino. Es redactora de Nawaat.org

Fuente: http://nawaat.org/portail/2012/04/27/magdi-ag-bohada-touareg-revolte/
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El Congreso Mundial Tamazight, llamado también Amazight.

El CMA es una organización conformada por organizaciones del ámbito político y cultural amazigh, a quienes los diferentes invasores de la Tamazgha llamaron bárbaros (bereberes) que engloba organizaciones de toda el norte de África (denominado por el movimiento amazigh como tamazgha) y diáspora amazigh.

Sus fines son la defensa y promoción de las culturas y la identidad amazigh, así como la defensa de los pueblos imazighen (bereberes) ante los organismos internacionales.

El CMA se fundó el 1, 2 y 3 de septiembre de 1995 en St. Romen de Dolan, Francia.

El Primer Congreso Mundial Amazigh fue realizado los días 27, 28, 29 y 30 de 1997 en Tafira, Las Palmas de Gran Canaria, Canarias. A este congreso acudieron representantes de los distintos pueblos del ámbito amazigh: Rifeños, Imazighen del Atlas, Soussa, Canarios, Kabilios, Tuaregs, Chausis, y también la diáspora amazigh estabilizada en Europa y América del Norte. La celebración de este primer congreso supuso uno de los hechos más importantes en la historia del movimiento amazigh, pues sería la primera ocasión en la que se reunirían los distintintos componentes del mismo.

Segundo Congreso Mundial Amazigh, realizado los días 13,14 y 15 de agosto de 1999 en Lyon, Francia
Tercer Congreso Mundial Amazigh, realizado los días 28,29 y 30 de agosto de 2002 en Roubaix, Francia.
Cuarto Congreso Mundial Amazigh, realizado los días 5,6 y 7 de agosto de 2005 en Nador, Marruecos.


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