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Diario La Nación
La tala de árboles centenarios y otros cambios hechos en la plaza del Roto Chileno, en el barrio Yungay, son rechazados por vecinos que se manifestaron con lienzos y pancartas contra la decisión del municipio de Santiago, encabezado por Pablo Zalaquett (UDI). Y de paso, desató una contienda entre el edil que va a la reelección y su oponente en las municipales de octubre, Carolina Tohá (PPD).
El edil restó toda importancia al conflicto, por considerar que se trata del rechazo de un “grupo pequeño que no representa al vecindario” y que tiene una posición política contraria a la suya. “’Siempre que hacemos una intervención nos juntamos con todos los vecinos, exceptuando un grupo que no quiso llegar, que es este grupo”, indicó en Mega, subrayando que quienes aprueban los cambios constituyen un grupo 6 veces más grande que los detractores.
RÉPLICA DE VECINOS
Sus declaraciones fueron rechazadas por la agrupación Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay, que expresó su “repudio a la destrucción del patrimonio natural de nuestra histórica plaza”.
Acusaron a Zalaquett de mentir, ya que “desde hace semanas estamos solicitando por la ley de transparencia la información al municipio y sólo luego de nuestras protestas públicas reacciona”.
“Pero el alcalde en vez de informarnos sobre los alcances del proyecto, ataca a la comunidad con descalificaciones desafortunadas”, señaló la vocera de Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay, Rosario Carvajal.
Zalaquett dijo que el grupo tiene una posición política discrepante que lo mueve a la protesta. “Pregunte con quién está Rosario Carvajal, cuál ha sido su comportamiento, qué tendencia busca”, dijo al ser consultado por quién está detrás de la oposición de estos vecinos.
“No quiero atacar a nadie” recalcó el edil. Sin embargo, no quiso responder al ser consultado directamente si se trata de Tohá.
“ESTILO ANTIDEMOCRÁTICO”
Para la ex presidenta del PPD, “no corresponde que el municipio tome decisiones que modifican las características del sector sin consultarle a nadie y sin tener en cuenta la comunidad y la identidad del barrio”, apuntando que esa situación es producto de “un estilo antidemocrático de gestionar la ciudad que debe ser dejado atrás con urgencia”.
A su juicio, “un municipio incapaz de cuidar el casco histórico de una comuna como Santiago, de proteger su patrimonio y respetar a sus vecinos es incompatible con los desafíos de una comuna capital en una ciudad moderna”.