El célebre escritor Ray Bradbury, autor de una de las mejores obras del género de ciencia ficción de la segunda mitad del Siglo XX, falleció hoy en Los Angeles, según informa su familia y su agente. Tenía 91 años.
Nacido en 1920 en Waukegan, Illinois, el escritor es autor de obras tan importantes como la saga de Crónicas marcianas, Fahrenheit 451 y El hombre ilustrado, y fue profusamente adaptado pr el cine y la televisión. Su nieto Danny Karapetian,dijo que “(Bradbury) influenció en muchos artistas, escritores, profesores, científicos, y fue siempre conmovedor y reconfortante escuchar sus historias. Su legado sigue vivo en su cuerpo monumental de libros, cine, televisión y teatro, pero lo más importante, en las mentes y los corazones de cualquiera que lo lea, porque leerlo fue conocerlo. Él era el más grande niño que conozco”, concluyó.
Nota del Profesor J:
Isaac Asimov, otro autor de ciencia ficción, autor de “Yo Robot”, también fue un humanista, aunque más “técnico” que Bradbury. Su obra sobre el robot en primera persona es una poesía a lo humano por sobre lo tecnológico, sin embargo su colega Bradbury llegó a impresionantes planos poéticos y emocionantes dentro de su mirada humana sobre la ciencia, como el cuento de los niños que van a la luna, o más bien que creen que van a la luna cuando el padre construye un “cohete” en el patio y la “nave” se estremece haciendo que los chicos sientan el viaje. Luego “aterrizan” de vuelta y bajan gritando de alegría por el “viaje”, mientras la madre mira con ojos tiernos al marido por el sueño de los hijos “hecho realidad”. El amor y la poesía se mezclan en este cuento magistral del autor.
También es profundamente humano el cruce entre el explorador en marte que va llegando a una vieja ciudad marciana de miles de años de antigüedad y al otro lado del canal viene en sentido contrario un marciano y ambos se quedan mirando en un extraño encuentro espacial-temporal, ya que esa raza se había extinguido, denotando el autor una rica filosofía de la existencia.
Para los que soñamos con un mundo mejor y luchamos por ello en esta época donde la tecnología está destruyendo la madre tierra y el ser humano, este tipo de autores rescatan con fuerza el valor de la humanidad y la vida por sobre la llamada “ciencia y tecnología” que constituye hoy día la esencia del capital y del mercado. Es necesario parar de “crecer” de esa forma, hace falta un alto en el camino y emprender una fase de decrecimiento valorizando la vida antes que la ganancia.
Nuestra admiración y cariño al humanista que nos ha legado cientos de libros y películas que permiten extender la imaginación desde el ser y no desde anzuelos abstactos.